Minuto 63, el abismo estaba ahí y en ese momento
un chico de Huarte, un
currela, una persona de los pies a la cabeza, le pega al balón con el corazón y
su chut entra por la escuadra. Hay goles que llevan técnica, otros suerte y el de hoy de Puñal llevaba osasunismo a toneladas desde
el momento que cargaba la pierna. De ahí al milagro sólo faltaba la ayuda de Beto y la parada decisiva de
siempre del artífice mayor del milagro: Don
Andrés Fernández.
Milagro es que un equipo que mete 31 goles pueda estar ya
salvado.
Milagro es que con todo lo que ha pasado el entrenador acabe
la temporada. Y no lo digo sólo por haber podido ser cesado por resultados, el
desmán que sufrieron él y el secretario técnico en el mercado de invierno no lo
aguantarían otros.
Milagro es que llevemos 14 años con la estructura y posibilidades
que tiene este club en la máxima categoría.
Milagro es que haciendo la mayoría de cosas deportivamente
para bajar no lo hagamos.
Una vez salvados urge que este año el entorno de Osasuna no empiece a pensar en vacaciones
y en San Fermín, se haga
una crítica constructiva y se pidan responsabilidades sobre actuaciones que lo
merezcan.
Me baso en mi intuición y en algo más para desear muchísima
suerte a los que no veremos más en El
Sadar: Kike, Andrés y Mendi.
Sé que mi comentario será impopular pero mis mayores respetos
hacia un profesional como la copa de un pino, con sus cosas, con sus
limitaciones, pero honrado y persona de ir de cara. Gracias, Mendi, por lo que he aprendido de ti
desde la distancia.
Desde los Ojos de Irunsheme
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