domingo, 31 de marzo de 2019

IDENTIDADES DIVERSAS Y CONVIVENCIA

Últimamente, una constante de los partidos de la oposición es la acusación a la presidenta Barkos de ser abertzale, de ser nacionalista vasca. Por lo visto, se acaban de enterar. Por lo visto, es un pecado que la presidenta tiene que purgar. Al parecer, esto es algo novedoso que merece ser constantemente recordado a la sociedad navarra, que no era consciente de ello las tres veces que la ha elegido diputada del Congreso o cuando de su mano Geroa Bai se convirtió en la segunda lista más votada del Parlamento de Navarra. Geroa Bai, esa coalición formada por nacionalistas vascos y, ¡oh sorpresa!, donde incluso caben personas que no se autodefinen como nacionalistas (ni vascas, ni españolas). Hay incluso quien, ¡protégenos diosa Mari!, pertenece a dicha coalición autodefiniéndose como español. ¿Es posible semejante bacanal de identidades? Para sorpresa de la oposición, debemos informarles de que, en Navarra, la convivencia política normalizada entre personas con diferentes identidades nacionales viene de lejos. Hace años que en Zabaltzen, y por tanto en Geroa Bai, convivimos sin ningún problema personas que nos emocionamos ante distintos himnos, y por supuesto aquellas que no lo hacen ante ninguno en especial. Quizás el de Osasuna sea uno de los que más nos una... pero ni siquiera este genera unanimidad. Qué cosas...

Afortunadamente, en 2015 las personas que conformamos el llamado cuatripartito fuimos capaces de dejar las supuestas tensiones identitarias a un lado y priorizar la unión para defender intereses comunes, que tenían que ver con una visión social, económica, cultural y política de Navarra muy alejada del reduccionismo conservador propugnado por UPN, y junto al cual tan cómodo se sentía el PSN. Porque las políticas de defensa de los servicios públicos y del Estado de Bienestar para absolutamente todas las navarras y navarros no podían esperar. Este fue el principal interés y la receta bajo la cual Uxue Barkos, esa pérfida abertzale, guió y sigue guiando a esta comunidad hacia mucho mejores niveles de empleo, desarrollo económico, desarrollo social, atención sanitaria, servicios educativos, atención a la dependencia, cultura, convivencia, etcétera.

Acusan desde la oposición, desde UPN, PSN, PP, Ciudadanos... acusan desde posiciones fuertemente unidas por un sentimiento de identidad español, pero por poco más que eso, a Uxue Barkos de ser una presidenta nacionalista. Como si ellos no lo fueran, cuando hacen esas performances tan coloridas para besar la rojigualda. En cualquier caso, ¿dónde está el problema? ¿Qué tiene de malo ser nacionalista vasca en Navarra, una tierra que desborda vasquismo en sus gentes, en su toponimia, en su cultura y costumbres, en sus apellidos, en los sentimientos de una parte significativa de su población? ¿Inhabilita ello a la presidenta para ejercer sus funciones? De ninguna manera, igual que no debería hacerlo el nacionalismo español de la oposición actual, cuyo ala más derechista acaba de firmar un imposible pacto entre antifueristas, fuerzas recentralizadoras y supuestos regionalistas. Criticaremos los contenidos de ese pacto, pero no cuestionaremos la navarridad de sus componentes ni su legitimidad para ofrecer a la sociedad navarra sus propuestas.

En su discurso de toma de posesión, Uxue Barkos dijo literalmente: “seré una presidenta de Navarra abertzale en una comunidad que mayoritariamente no lo es, y lo tendré muy en cuenta, pero por primera vez este Gobierno será también el de los abertzales de Navarra, que durante décadas han visto cómo se les despreciaba y se les ninguneaba”.

Los partidos nacionalistas españoles solo tienen en cuenta la primera parte de esta declaración, porque no quieren oír hablar del “cordón sanitario” que durante décadas impusieron sobre un tercio de su población. Un tercio de su población que, por lo visto, en pleno año 2019 sigue sin ser merecedor de todos los derechos políticos, ya que se sigue queriendo ejercer ese veto que, en la práctica, les condenaría, nos condenaría a no encontrar socios para tratar de llevar a cabo nuestras políticas económicas, sociales, de empleo, culturales, de paz y convivencia... ¿Son conscientes de esto quienes nos quieren marginar, solo por tener otra identidad nacional? ¿Es consciente el Partido Socialista de que nos quiere deslegitimar como socios, como compañeros de viaje solo porque la bandera que ellos veneran, la española, no nos diga nada a gran parte de la población navarra? ¿Hay algo más nacionalista que anteponer una bandera a políticas en los ámbitos de la educación, salud, derechos sociales, empleo, cultura, de memoria histórica... y un largo etcétera?

Estos partidos acusan a Uxue Barkos de ser abertzale, tal y como ella misma dijo en su toma de posesión como presidenta de Navarra. Lo que ocultan es que esa frase por ellos tanta veces repetida no fue un error de cálculo político, propiciado por un exceso de sinceridad, como a veces quieren hacer creer. A nosotras esa frase sincera, inteligente, valiente y generosa nos parece toda una declaración de intenciones, una asunción de la diversidad y la pluralidad de esta tierra. Un brindis a la convivencia entre diferentes, también en ese ámbito identitario que por desgracia tantas veces nos ha separado;una invitación a superar mediante el diálogo y el mutuo conocimiento, pero sin la renuncia a lo que cada cual es y siente, las fronteras que, muchas veces, solo están en nuestras mentes. Porque cuando bajamos a algo más profundo, cuando nos centramos en la humanidad de las personas, cuando tratamos de realizar una escucha real y sincera de quienes nos rodean y conseguimos empatizar con sus realidades vitales y sus sentimientos, es mucho más difícil que algo tan banal como el color de una bandera nos separe. Así leemos e interpretamos esa frase de Uxue Barkos, y por eso la valoramos tanto y vemos deseo de unión donde otros quieren hacer ver confrontación identitaria. Se equivocan en esa estrategia porque la sociedad navarra, como cualquier otra, prefiere unión a desunión, convivencia a tensión, integración a marginación. Desde esa búsqueda de la convivencia y de acuerdos entre diferentes es desde donde conformamos originalmente el cuatripartito, y desde donde Geroa Bai aspira a seguir liderando el cambio profundo e integrador en Navarra.

Koldo Martinez Urionabarrenetxea, portavoz parlamentario de Geroa Bai y Jabi Arakama Urtiaga , asistente parlamentario de Geroa Bai   (en Diario de Noticias)

miércoles, 27 de marzo de 2019

UN CONCEJAL DE BEIRE DECLARA HABER SIDO AGREDIDO EN UN PLENO POR EL SECRETARIO DEL AYUNTAMIENTO

Me resigno a hacer pública la agresión de la que fui victima delante de 4 testigos presenciales ante la incredulidad que suscita entre mis vecinos que durante el pleno del ayuntamiento de Beire celebrado el pasado 19 de Febrero un concejal fuese objeto de una brutal y cobarde agresión por parte de un funcionario público.

En el turno de preguntas antes de finalizar el Pleno pregunte por los insultos vertidos hacia otro concejal por parte del alcalde y los desprecios verbales del secretario. Pregunté además por las grabaciones que éste realiza para, según sus declaraciones, mejorar su trabajo. En estas grabaciones se podrá oír cómo el alcalde llama bobo y tonto a otros concejales; se podrá oír, si las hace públicas, cómo el secretario desprecia con frases como “veis demasiadas películas de Hollywood”, “no entendéis nada” y más expresiones que delatan un sentìmiento de superioridad o quizás un complejo de inferioridad y frustración.

En ese momento el secretario apaga la grabadora, me llama despectivamente chaval (creo tener su edad, cuarentón) y tonto. Acto seguido esta persona se levanta y se dirige hacia la salida del aula, o eso creía. Pensaba que se iba a su despacho mientras yo recriminaba al alcalde el hecho de que no pusiera orden ni calmara al energúmeno en cuestión.. Cuál fue mi sorpresa y disgusto cuando en ese momento un brazo me atrapa por el cuello y me tira hacia atrás aprovechando que estaba sentado en mi silla y de espaldas, y una vez en el suelo indefenso como una tortuga volteada me agarra del cuello con sus dos manos delante de todos los presentes. Nunca olvidaré esa mirada: una mezcla de locura y de haberse dado cuenta de lo que había hecho. Muy valiente.

La agresión es violenta y cobarde pero asusta más el silencio de 4 testigos que vieron cómo se agredía de espaldas a una persona sentada sin previo aviso ni motivos. Asusta oir como el alcalde insiste en que “aquí nadie ha visto nada”. Asusta oir “tú provocas y te enganchan, es normal”, asusta oir “te ha enganchado mucha gente” cuando sólo he sufrido 3 agresiones en mi vida, todas estos 4 últimos años, todas relacionadas con el Ayuntamiento, todas por parte de caciques y matones locales.  

Duele oir cosas como “dìmite”, “no te merece la pena seguir”, “deja de provocar”. Asusta tanta cobardía, los violentos son un problema pero los indiferentes son la clave de ese problema.

Trabajar para el pueblo, residir en él con su familia y dar su opinión no es provocar, es cumplir con el compromiso adquirido con las personas que nos votaron.

 Han sido 4 años de acoso permanente: nos quitaron carteras y misiones, convocaron sistemáticamente los plenos en horarios de trabajo a pesar de la opinión de Administración Local y del Defensor del Pueblo, intentaron mociones de censura y difamaron con las peores calumnias como el maltrato porque funciona muy bien el mentir sobre personas que no tienen tiempo para esas mezquindades. 

martes, 26 de marzo de 2019

JULIA ÁLVAREZ RESANO Y EL PSOE

Durante estos días pasados, la política y abogada Julia Álvarez (Villafranca, 1903-México 1948), ha vuelto a ser noticia en el Parlamento navarro, debido al cruce dialéctico entre Laura Pérez, de Orain Bai, y Carlos Jimeno, del PSN. Dejo de lado el tono bronco de la intervención de este último y del anuncio de que era el único y gran conocedor de la activista villafranquesa, a quien calificó, ahí es nada, como “patrimonio navarro y español”. Escuchando su intervención, Julia Álvarez más pareció que era patrimonio socialista, exclusivo y excluyente. Y al que nadie tenía derecho a nombrar sin pedir permiso al PSN;menos aún Laura Pérez.

Julia Álvarez ha sido una política marginada y olvidada, hasta que un grupo de personas de Villafranca se empeñó en recordarla y conseguir que su nombre figurase en la Casa de Cultura, sin olvidar que la derecha del pueblo se negó en redondo a dedicarle una calle o una plaza cuando se le solicitó. Más vejatoria es, sin embargo, la actitud del PSN, quien durante seis legislaturas seguidas ostentó la alcaldía y nunca dijo una palabra a favor de Julia Álvarez.

La intervención de Jimeno no fue, precisamente, de las que ayudan a recuperar la riqueza política y humana de Julia Álvarez. Y no solo por la forma agresiva de transmitir sus conocimientos, sino por los datos que ofreció, sesgados y, a veces, poco compatibles con la verdad histórica. Arrojó la imagen de que las relaciones de Julia Álvarez con el PSOE fueron siempre idílicas, pero el capítulo de las querellas internas dentro del PSOE en el exilio, acabada la guerra, y en las que intervino de forma sobresaliente Julia, no dejan en muy buen lugar al partido.

De hecho, las tensas relaciones de Julia y la dirección del PSOE culminarían con su expulsión del partido. Estas confrontadas relaciones comenzaron a vislumbrarse desde que Julia fue nombrada gobernadora civil en Ciudad Real por Decreto del 12 de julio de 1937 y (Gaceta 13). Su primer saludo a la provincia, como gobernadora, las presagiaban: “Cumplo un mandato del gobierno y otro más imperativo de mi conciencia antifascista;pero si obstinadamente se pretendiese por alguien, seguir obstruyendo la labor de depuración de la retaguardia, estoy dispuesta a obrar con toda energía contra los obstruccionistas y recomendantes”.

Los enfrentamientos con la Federación Provincial fueron tales que, finalmente, la gobernadora presentó su dimisión y de inmediato fue aceptada. El 28 de marzo de 1939 se instaló en Francia. Aquí apoyó a los refugiados en la organización de evacuaciones a América, “culminando con su participación en la Junta de Unión Nacional Española” (UNE), organización del exilio que agrupaba a diversos grupos y personalidades republicanas con predominio del PCE. Aquí coincidió con su paisano, el comunista Jesús Monzón. UNE polemizó frontalmente con el PSOE, que condenó la presencia de militantes suyos en dicha unión. De hecho, a Julia Álvarez y a un grupo de socialistas se les prohibió la entrada en el congreso de Toulouse (24, 25 de septiembre de 1944). A finales de este mes, se formaría una Comisión Ejecutiva en Francia, conocida como grupo de Ramón Lamoneda, negrinista, y en la que Julia ocupó la Secretaría General. En la organización de la conferencia celebrada en Toulouse del 2 al 5 de noviembre de 1944 lo haría de la secretaría de la UNE. A través de una versión de El socialista, dirigida por Lamoneda, haría urgentes llamadas al resto de grupos socialistas existentes para llegar a la unidad, proponiendo, incluso, prescindir de su propia tendencia. De hecho, ella abandonaría la UNE en el verano de 1945.

La división del PSOE y de la UGT tuvo su máxima representación en la expulsión de sus más destacados negrinistas, entre los que se encontraban tres diputadas socialistas, luego residentes en México: Veneranda García, Matilde de la Torre y Julia.

Fue oficialmente expulsada del partido a comienzos de 1946 al no incorporarse a la AS de Toulouse siguiendo el mandato de la Comisión Ejecutiva del Interior, para unificar los distintos grupos socialistas que existían en el exilio en esos momentos. La Fundación Pablo Iglesias no desmiente el hecho.

Resulta difícil entender que se diga que no fuera expulsada, o que lo fuera en grupo y que, luego, se sostenga que fue readmitida honoríficamente en el PSOE, a título póstumo, por su XXXVII Congreso celebrado en julio de 2008, a propuesta de la Federación de Canarias que solicitó la rehabilitación de 35 expulsados en 1946, entre ellos, Negrín, Julia Álvarez, Max Aub, Julio Álvarez del Vayo... No es baladí el detalle: lo pidió la Federación de Canarias;no el Comité Federal del Partido.

Terminaré diciendo que hasta el 25 de octubre 1994 no hubo iniciativa institucional alguna para recobrar la memoria de Julia Álvarez. Cuando la hubo en esa fecha, no nació del PSOE, sino de Izquierda Unida, cuyo grupo municipal del Ayuntamiento de Madrid propuso poner el nombre de Julia Álvarez a una de sus calles.

Víctor María Moreno Bayona, en Diario de Noticias

LÓPEZ OBRADOR NO DESVARÍA

El Gobierno español ha reaccionado como una virgen ultrajada a la carta que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha dirigido al Rey para que pida perdón por los excesos y abusos cometidos durante la conquista y la colonización, ahora que se cumplen 500 años de la llegada a aquellas tierras de Hernán Cortés, al que aquí llegamos a venerar como un héroe y al que allí se le considera un auténtico salvaje. La respuesta de Moncloa ha utilizado un argumento muy similar al  que algunos emplean para eludir el franquismo –algo así como olvidemos el pasado y miremos al futuro- y a punto se ha estado de afirmar que los descendientes de Moctezuma quieren ganar ahora la guerra que perdieron hace cinco siglos.

Podría pensarse que la exigencia de López Obrador es un disparate porque es evidente que no es de recibo exigir cuentas a un país por los atropellos y matanzas que se cometieron en su nombre cuando reinaba Carolo, pero es que no se trata de eso en absoluto. Lo que se pretende es aprovechar la efeméride para  realizar una reparación histórica a las comunidades indígenas, sometidas a la opresión y el exterminio no sólo en los tiempos en los que en España no se ponía el sol sino también después de la independencia, un sojuzgamiento que incluye a yaquis, mayas y también a los miles de chinos que se usaron como esclavos y que fueron torturados y asesinados, víctimas de las políticas racistas de los gobiernos mexicanos posteriores a la Revolución. En definitiva, no se trata de reescribir la historia sino de efectuar un ejercicio de catarsis para cerrar las heridas que aún se consideran abiertas.

No es, por tanto, un desvarío porque, de serlo, habría que juzgar como loco al propio Papa –al que también se le ha hecho llegar una carta similar- porque en su estancia en Chiapas, en febrero de 2016 pidió perdón a los indígenas por la exclusión y el menosprecio al que históricamente fueron sometidos. “Muchas veces, de modo sistemático y estructural, los pueblos indígenas han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad. Algunos han considerado inferiores sus valores, su cultura y sus tradiciones. Otros, mareados por el poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras o han realizado acciones que las contaminaban. ¡Qué tristeza! Qué bien nos haría a todos hacer un examen de conciencia y aprender a decir: ¡perdón! El mundo de hoy, despojado por la cultura del descarte, los necesita”, proclamó el pontífice.

No puede ser un desvarío porque, de serlo, habría que pensar que el Rey no estaba en sus cabales cuando en noviembre de 2015 se dirigió a la comunidad sefardí, con motivo de la ley por la que se concedía la nacionalidad española a los descendientes de los judíos expulsados de España en 1492, para agradecerles que hubieran hecho prevalecer el amor sobre el rencor y expresarles lo mucho que se les había echado de menos. “Regresa formalmente al tronco común de la nación una de sus ramas que, en su día, fue tristemente separada”, dijo Felipe VI en aquel acto de reparación.

Los que sí desvarían son los que entienden la petición de López Obrador como un desafío diplomático y lo atribuyen a la educación del presidente, imbuido de la desazón identitaria de aquellas generaciones de mexicanos que en el laberinto de soledad que dibujó Octavio Paz se negaban a aceptar que eran hijos de la gran chingada, de aquella Malinche amante de Cortés, del mestizaje.

El Gobierno mexicano no quiere compensaciones económicas por el saqueo sistemático y por el etnocidio, sino contribuir a una reparación moral que sus propias autoridades están dispuestas a conceder a quienes no han dejado de sufrirlo. No es deshonroso asumir la factura pendiente con la comunidad indígena ni reconocer la crueldad de aquel viejo imperialismo que todas las potencias europeas han reproducido, con el agravante de que los suyos no tuvieron lugar hace cinco siglos sino que hoy mismo siguen manifestándose.

Nadie pretende criminalizar a España porque eso sería tanto como criminalizar a México. Basta leer los informes de la relatora de Naciones Unidas para contemplar la realidad indígena actual, una población sometida a todo tipo de acosos y amenazas, cuando no a una violencia extrema por oponerse, por ejemplo, a la construcción de un gasoducto. Se pide un acto de honestidad para que en cada aniversario haya realmente algo que celebrar de una “gesta” que ni fue, como sostiene ahora Pablo Casado, el hito más importante de la humanidad tras la romanización, ni debe ser motivo de flagelación colectiva. Parece de justicia.

Juan Carlos Escudier, en Público

miércoles, 20 de marzo de 2019

ASÍ MANIPULA INSTITUCIÓN FUTURO

No hay nada más falso que un dato si se ofrece de forma sesgada y distorsionada. Lo sabe bien Institución Futuro, una asociación ideológicamente de derechas que aboga por una bajada general de impuestos a costa de reducir la administración pública, y que en los últimos años se ha destacado por su crítica sistemática al Gobierno foral. Una posición legítima que realiza con la fachada de una organización sin ánimo de lucro dedicada al estudio objetivo de los datos de la gestión. Pero que destaca sin embargo por el sesgo de unos informes plagados de falsedades, equívocos interesados e información omitida que la derecha utiliza después como si tuvieran rango de oficialidad.

La dinámica generalmente es la misma. Ya sea mediante estudios de elaboración propia, o de algún otra entidad pública o privada, Institución Futuro difunde periódicamente informes que cuestionan la gestión económica y administrativa del Gobierno de Navarra con el objetivo de dibujar una ficticia realidad que contribuya a los intereses electorales de los partidos afines y, en consecuencia, a unos claros intereses económicos.

Para ello, se bucea constantemente en el largo centenar de indicadores y encuestas económicas que ofrecen organismos públicos o privados en busca de una encuesta o dato, puntual o casual, en el que Navarra salga mal parada.

Un ejemplo. La asociación viene publicando durante los dos últimos años lo que denomina “el gráfico de la semana”, en el que de forma habitual aparece Navarra en una situación peor o en desventaja respecto al resto de territorios y de la media estatal. Siempre con una curva descendente. Muchas veces en el ámbito tributario, tema central y casi exclusivo de una asociación que tiene como objetivo principal reducir la carga impositiva de las empresas y grandes contribuyentes.

Y ahí, la supuesta fuga de empresas ha sido una proclama habitual. Según sus tesis, la reforma fiscal aprobada en 2015 iba a suponer una pérdida de tejido empresarial que traería consigo una caída del empleo y de la economía. Algo que han venido corroborando sus informes pese a que en este tiempo se ha reducido el desempleo y Navarra ha crecido por encima de la media estatal. Para ello, Institución Futuro ha ido seleccionando interesadamente estudios y estadísticas parciales para ofrecer un dato concreto en el momento interesado.

En 2015 y 2016, por ejemplo, la asociación se dedicó a subrayar que el flujo de empresas que cambiaba su domicilio fiscal era negativo en Navarra. Se iban más de las que venían. No explicaban, claro, que era una tendencia que venía ya de años anteriores, por lo que no era atribuible a la acción del nuevo gobierno, y que además no tenía repercusión ni en el empleo ni en la recaudación fiscal puesto que la actividad se mantenía en el territorio. Pero era suficiente para generar una alarma social en un tema tan importante.

La tendencia cambió en 2017. Desde entonces, son menos las empresas que se van que las que vienen. Un saldo positivo de 33 sociedades en 2017 y de 45 en 2018. A partir de entonces, la institución empezó a cuestionar el volumen económico de las empresas porque, casualidad, el dato sí era negativo. Pero ahí también Navarra cerró con un dato positivo en 2018. Así que su último análisis sobre el flujo de empresas se ha centrado solo en el volumen de facturación de las compañías que han abandonado Catalunya. Un cruce de datos en el que Navarra queda en penúltimo lugar.

Lo que el análisis no explica es que el 96% de esa facturación ha ido a Madrid, Valencia y Baleares por razones lógicas de capitalidad, la primera, y cercanía las dos segundas. Institución Futuro también oculta de forma deliberada que el mismo estudio revela que durante el pasado año Navarra tuvo un saldo positivo tanto en el flujo de empresas como en cuanto a facturación total. De hecho, en lo que a cambios de domicilio social se refiere (eje central de la crítica al inicio de la legislatura) Navarra fue tras Madrid, Valencia, Baleares y Aragón la comunidad que mejor saldo de empresas tuvo en 2018.

Algo similar ocurre con la creación de sociedades mercantiles, otro de los argumentos reiterados por Institución Futuro y que ha servido a la oposición para cuestionar la acción del Gobierno foral. Basándose en un estudio del INE, la asociación denuncia que “con un -50%” Navarra es la comunidad con peor dato “anual” en la variación de sociedades mercantiles creadas. Para ello, cita como referencia el periodo “diciembre 2017-diciembre 2018”, dando a entender que durante 2018 en Navarra se crearon la mitad de empresas que el año anterior.

El dato sin embargo se refiere en exclusiva al mes de diciembre, que el INE compara con el mismo mes del año anterior. Una información que podría ser relevante si forma parte de una tendencia sostenida en el tiempo y sin oscilaciones. Pero resulta que la realidad es bien distinta. El informe del INE al que hace referencia Institución Futuro no solo analiza diciembre, sino que ofrece un balance global de todo el 2018. La entidad sin embargo omite cualquier referencia al dato. ¿Por qué? Porque resulta que la creación de empresas (-0,6%) y la disolución (2,2%) fue muy similar a la del año anterior. Pero sobre todo porque el territorio con mayor capital medio suscrito por sociedades mercantiles fue la Comunidad Foral. A mucha distancia del resto. 272.150 euros, por delante de los La Rioja (98.854 euros) y de la CAV (83.646 euros).

Dando un paso más en su dinámica, Institución Futuro ha dedicado las últimas semanas a presentar distintos estudios que pretenden analizar pormenorizadamente lo que ha sido la inversión pública en la presente legislatura. En todos llega a la misma conclusión, que la gestión del Gobierno ha sido “ineficiente” pese a haber contado con mayor financiación. “El mayor gasto se ha realizado de forma ineficiente, con una mala gestión en un momento de bonanza”, concluye un presunto estudio que afirma que la política ha sido “cortoplacista”. Sin embargo no incluye datos que avalen una afirmación que está más cerca de ser un artículo de opinión que un análisis riguroso de la eficiencia en el gasto.

De hecho, el único argumento para concluir la “ineficiencia” es que “se ha registrado un empeoramiento notable en la percepción que la ciudadanía tiene del sistema sanitario público en Navarra”. Conclusión contundente que se extrae del barómetro sanitario del CIS, con una muestra de apenas 103 personas, y en la que la Comunidad Foral bajó del puesto 3 al 7 en 2017. Suficiente para que Institución Futuro cuestione todo el gasto presupuestario.

En la última actualización de la encuesta, referente a 2018, Navarra mejoró la nota pasando del puesto 7 al 3. Volviendo al puesto habitual y desnudando todo el informe de Institución Futuro.

Los servicios públicos básicos son el foco central de la crítica de este colectivo. Son las áreas que más gasto reclaman y, por lo tanto, mayor esfuerzo fiscal exigen. Por eso Institución Futuro ha centrado sus críticas en cuestionar una ineficacia que, como consecuencia lógica, justifique un recorte de gasto.

Es el caso de la sanidad pública. Recientemente hizo público un informe en el que advertía del “deterioro” que ha sufrido el Sistema Navarro de Salud fruto de la “mala gestión de los recursos”, lo que ha provocado una “caída en la calidad”. Unas conclusiones realmente llamativas porque Institución Futuro evitó cualquier mención cuando se aplicaron los recortes en la pasada legislatura, y que propiciaron un empeoramiento tanto del servicio (cocinas hospitalarias, por ejemplo) como en las retribuciones del personal (rebajas salariales). Pero que Institución Futuro subraya ahora fijando la crítica en el esfuerzo presupuestario.

Pero al igual que el resto, el estudio sobre el gasto en Salud también rebela errores de metodología y falta de rigor. En la mayoría de las ocasiones realizados además de forma deliberada. Se confunde por ejemplo el aumento del gasto anual con el gasto acumulado los tres últimos años;se manipulan las escalas de los gráficos para exagerar las diferencias, y se comparan años diferentes de forma sesgada, evitando una equiparación en el tiempo (diez años, por ejemplo) que permita observar la tendencia de los últimos ejercicios.

De esta forma, para subrayar la sensación de derroche, se omite el gasto real entre el periodo 2008-2014, insinuando que el gasto actual es excesivo y no una vuelta a la etapa previa a los recortes que de forma paulatina se han venido revirtiendo los últimos años. Y a cuya reversión se ha dedicado la mayor parte del esfuerzo presupuestario en la actual legislatura.

El estudio se limita así a emitir consideraciones generales, omitiendo aspectos lógicos en cualquier análisis sanitario como el aumento en inversiones, la mejora en la equipación de los centros sanitarios o la puesta en marcha de nuevos equipos y programas. Y centra su argumentación en una encuesta sin apenas muestra en Navarra, y en un ranking de reputación del que se recoge la posición final del Complejo Hospitalario, omitiendo la puntuación final, que mejora respecto a 2015,

La tergiversación de los datos es clara también en el análisis de las listas de espera. El estudio oculta una reducción del 40% en primera consulta respecto a 2015, y pone el foco en que la lista de espera quirúrgica “se ha reducido en tan sólo 566 personas” desde principio de la legislatura pese al incremento presupuestario, atribuyendo a las “mejoras organizativas y de gestión” del gobierno anterior la reducción que, asegura fue mayor, la pasada legislatura.

Más allá de que la reducción real es de 866 (cabe suponer que el error es fruto de una errata del informe), Institución Futuro esconde un hecho clave, como es la evolución de la actividad en consultas. La pasada legislatura hubo menos gente en lista de espera para una operación porque no pasaba de la consulta, donde se llegó a triplicar la lista de espera en apenas cuatro años. De hecho, el número de intervenciones quirúrgicas anuales ha pasado de 36.692 en 2014 a 50.257 en 2017. Personas que han pasado de lista de espera de consultas a la de intervención, lo que ha hecho que la lista en este segundo momento haya tenido que absorber lo acumulado en años anteriores y no se haya reducido de forma tan destacada.

Pese a la aparente oficialidad con la que Institución Futuro presenta sus informes, éstos habitualmente presentan manifiestos errores metodológicos. Generalmente con datos inconexos e inexactos que nada tienen que ver con la realidad. Así ha quedado en evidencia en el informe con el que cuestiona la inversión realizada en renta garantizada.

El estudio parte de la premisa de que en esta legislatura se ha invertido más en el departamento de Políticas Sociales, que la mayor parte de esa financiación ha ido a financiar la nueva renta garantizada y que no se ha reducido la pobreza. Por lo tanto, concluye Institución Futuro, hay una “ineficiencia” en la gestión.

Una lectura rápida del informe permite sin embargo detectar errores de bulto. Más allá de los gráficos desproporcionados para enfatizar el gasto y de los datos ofrecidos de forma sesgada, el estudio confunde cuestiones básicas de la gestión presupuestaria. Afirma por ejemplo que el gasto “adicional” con el que ha contado el departamento ha sido de 221 millones, cuando en realidad ha sido de 141, lo que de partida supone ya un error de cálculo de 80 millones.

La segunda pata que sustenta el análisis, la que vincula un mala gestión con la caída en algunos indicadores sociales (índice DEC y Arope), también cae cuando se constata que estos informes, si bien se han publicado en 2017, han sido elaborados con datos de 2015 y 2016. Y la nueva ley de renta garantizada no entró en vigor hasta diciembre de 2016. Por lo tanto, determinar que el aumento del gasto en renta garantizada durante los ejercicios de 2017 y 2018 ha sido ineficaz porque no ha provocado una disminución de la pobreza en el año 2016 es una evidente falacia.

Matices importantes que se omiten deliberadamente en este tipo de informes, en los que las conclusiones están previamente definidas. Simplemente se buscan datos que, forma aislada o puntual, parezcan corroborar una percepción negativa sobre la situación socio económica de Navarra. El apoyo político y mediático posterior se encarga de difundirlo con el rango de autoridad de un organismo oficial con un evidente interés electoral.

Ibai Fernández, en Diario de Noticias

martes, 19 de marzo de 2019

EUSKO BAZTERRA, LA ECLOSIÓN DEL SENTIMIENTO VASCO EN LA IRUÑEA DE POSGUERRA

Las hermanas Martiñe y Pilartxo Iturralde, Xanti Jaunarena y José Mari Pastor Artzai fueron cuatro de aquellos jóvenes que hace medio siglo impulsaron Eusko Bazterra y llevaron un soplo de aire fresco a una ciudad asfixiada por la dictadura y el nacionalcatolicismo. En la actualidad rondan los 70 años de edad, pero no olvidan el ambiente que se vivía hace medio siglo en Iruñea. «Los militares franquistas se paseaban por la Plaza del Castillo con sus espadas colgadas de la cintura, y cientos de curas solían marchar en fila por la Media Luna desde el Seminario hasta la Plaza de Toros», recuerda Xanti Jaunarena.

«Era un ambiente totalmente represivo. El fascismo lo controlaba todo –añade Artzai–, y resultaba imposible hacer actividades culturales que no tuviesen el visto bueno de la Falange. Había algunas sociedades que se movían y hacían algo, pero todo lo que giraba en torno a la cultura vasca estaba perseguido».

A modo de ejemplo, Artzai señala cómo los txistularis tenían que salir corriendo cuando estaban tocando en algún pueblo y llegaba la Guardia Civil, o cómo los franquistas «te apuntaban la matrícula del coche si te oían hablar en euskara».

«La ikurriña estaba totalmente prohibida. Le tenían auténtico odio, y algunos sufrieron cárcel por colocarla –añade–. En el Casco Viejo de Iruñea había una tienda que se llamaba Deportes Marpún, y en una ocasión la Policía les obligó a retirar unos esquís italianos que tenían expuestos en el escaparate porque llevaban los colores blanco, rojo y verde, que son los colores de la bandera de Italia. En otra ocasión, trabajando yo de dibujante en una litografía de Burlata, hice un folleto publicitario para un empresario de Iruñea y se lo censuraron porque tenía los colores de la ikurriña».

Aquel férreo control solo era roto por algunos grupos de montaña que organizaban excursiones a lugares alejados de la vigilancia policial. Se las ingeniaban para llevar en el autobús la ikurriña bien camuflada, enrollada y envuelta en papel de Chorizo Pamplonica por si les paraban en algún control, y la sacaban cuando ya estaban en el monte.

La Real Sociedad de Amigos del País, controlada por el PNV, era una de las pocas que en los años 60 impulsaba actividades relacionadas con la cultura vasca, sobre todo de tipo folklórico. En un piso de la Plaza San José montó la primera ikastola clandestina, que empezó con ocho niños. Cuando dejaron el local, porque se quedó pequeño, se lo cedieron a Eusko Bazterra, una sociedad integrada por jóvenes amantes de la cultura vasca pero con inquietudes y aspiraciones que no solo se limitaban al folklore.

Eusko Bazterra era una especie de juventudes de Amigos del País. Las hermanas Martiñe y Pilartxo Iturralde se integraron desde el primer momento y, junto con otros jóvenes, comenzaron a organizar actividades bajo la cobertura legal de los estatutos de Los Amigos del País, cuya sede estaba en la calle Pozoblanco.

«Nosotros éramos jóvenes inquietos que sentíamos la necesidad de recuperar nuestro idioma, nuestras tradiciones, nuestro folklore y nuestra historia. Apoyábamos todo lo que fuese positivo para la cultura vasca, participamos en los coros de Santa Águeda y en el Olentzero, establecimos contactos con otras sociedades, creamos nuestro propio coro y nuestro otxote, organizamos charlas, clases de euskara, de dantzas y txistu, salidas al monte y excursiones culturales a Nájera, Leire, Uxue, Rada, Gernika y otros lugares para conocer nuestra historia. También hicimos un cancionero vasco que nos lo pedían de todo el país, porque creo que entonces no existía nada parecido», rememora Martiñe.

«Se lo debíamos a los mayores»
También señala que miembros de Eusko Bazterra acudieron a una Javierada a repartir octavillas en las que explicaban la implicación de la familia de Francisco de Xabier en la lucha por la independencia de Nafarroa. «Todos estábamos ansiosos por hacer algo. Se lo debíamos a nuestros mayores, les habían arrebatado todo», explica Martiñe.

Fue precisamente su marido, Gotzon Bergerandi, quien propuso el nombre de Eusko Bazterra, diseñó el escudo de la sociedad y realizó el proyecto de obra para la sede social en el piso de la Plaza de San José.

En 1966 empezaron las obras de la sociedad y solo un año después hicieron carnés para unos 250 socios y socias, con edades entre los 17 y 27 años. «Aquello era un hervidero. Empezamos unas pocas personas pero enseguida se corrió la voz y comenzaron a llegar muchos jóvenes, no solo de Iruñea, sino también de pueblos de Navarra e incluso curas que habían dejado el Seminario. Eusko Bazterra fue un gancho muy fuerte para aquella juventud de la posguerra», resume Pilartxo.

Todas las actividades de esta sociedad se desarrollaban en un ambiente euskaldun, aunque a veces tenían que ceder a las exigencias de las autoridades franquistas. Un ejemplo es el que vivió el propio Artzai con motivo del Olentzero de Iruñea, cuya cabeza diseñó él mismo: «Para salir con el Olentzero nos obligaron a salir también con el belén. Nos dijeron que si no había belén, tampoco había Olentzero. Nosotros no pensábamos sacar el belén, pero tuvimos que pasar por el aro. Esta es solo una muestra de las exigencias que imponía el fascismo en aquella época».

En poco tiempo los miembros de Eusko Bazterra entablaron relaciones con mucha gente que compartía sus mismas inquietudes, y fueron pioneros a la hora de retomar actividades que habían desaparecido después de tres décadas de dictadura franquista. «Fuimos los primeros que trajimos a Iruñea a Xabier Lete y Lourdes Iriondo, dos de los integrantes del movimiento ‘Ez Dok Hamairu’. Actuaron subidos encima de un remolque, en fiestas de San Fermín Txiki. Aquel año organizamos pruebas de herri kirola, apuestas de hacha, sokatira, repartimos vino con un burro… y todo eso rodeados de grises, los policías franquistas».

«¿Activismo político camuflado? Sin ninguna duda»
¿Hacía Eusko Bazterra un activismo político camuflado, tal como recoge la Gran Enciclopedia Navarra? «Sin ninguna duda –responde «Artzai» de forma rápida y rotunda–. La sociedad en sí era legal, la mayoría de las cosas se hacían de forma legal, pero a la hora de organizar algunas actividades te preguntabas a ti mismo si podrían hacerte algo o no. Estábamos siempre cabalgando en el filo de la navaja. No sabías si estabas haciendo una cosa legal o clandestina».

La Policía franquista rondaba de continuo la sede de Eusko Bazterra, no solo por su actividad, sino también porque un vecino solía tocar el txistu. «Era Pascual Aparicio –informa Pilartxo–, que vivía enfrente de la sociedad y salía a la ventana a tocar el txistu cuando nos oía cantar. Una vez se puso a tocar el ‘Eusko Gudariak’ y hubo un revuelo tremendo, pero no pasó nada. Este txistulari pronto se hizo socio de Eusko Bazterra».

La sede social sufrió varios registros policiales, tal como recuerdan estos antiguos socios. «En una ocasión entré a la sociedad y vi a tres inspectores que estaban registrando todo el local, sin permiso judicial, sin testigos y sin nada. Eran tres policías muy conocidos en Iruñea, y cuando yo entré –relata Jaunarena–, se fueron tranquilamente sin dar ninguna explicación».

En otro registro policial, los agentes vieron dentro de una jarra una tela de color rojizo y pensaron que se trataba de la ikurriña. «Cuando la sacaron, vieron que era la bandera española. Nos echaron una gran bronca por tenerla dentro de una jarra sucia y grasienta».

La sede social de Eusko Bazterra estaba cerca del convento de las monjas Carmelitas Descalzas en la calle Salsipuedes, del que estos antiguos socios guardan un recuerdo imborrable: «La madre superiora nos dijo que, si en algún momento surgía algún tipo de dificultad, por el tejado del convento teníamos una vía de escape, y que ella nos ayudaría a desaparecer. Aquella oferta es de las que no se olvidan», comenta «Artzai».

Y Martiñe completa el relato: «La verdad es que estábamos un poco apurados, porque aparecieron algunas octavillas y tuvimos varios registros policiales. Pero las ‘monjicas’ del convento estaban muy contentas con nosotros, porque decían que ellas se acostaban muy pronto y, mientras nosotros cantábamos aquellas canciones tan bonitas, estaban encantadas escuchándonos. También nos decían que tuviésemos cuidado, porque había dos vecinos curas y uno era muy bueno, pero el otro era muy malo».

En aquellos años las detenciones policiales eran habituales, porque el sentimiento vasco estaba brotando de nuevo entre muchos jóvenes y eso les convertía directamente en sospechosos. «Varios miembros de Eusko Bazterra fueron detenidos en un bar de Etxarri Aranatz por cantar en vasco», apunta Xanti Jaunarena.

«Cuando la Policía detenía a alguien –agrega Martiñe–, lo primero que le decían era: ‘Tú serás de Eusko Bazterra, ¿no? Y también serás europeísta, ¿no?’. En aquellos tiempos lo de ser europeísta era un delito de miedo».

De hecho, varios miembros de Eusko Bazterra estaban suscritos a boletines de la Comunidad Económica Europea, tal como se denominaba entonces, pero esos boletines les llegaban a casa en sobres normales para evitar que fuesen detectados. «Si los veía la Policía, te detenían», trae a colación «Artzai». Pero no por eso dejó de seguir suscrito a los boletines.

El Aberri Eguna de 1967, celebrado en Iruñea, también es recordado de forma especial por los miembros de Eusko Bazterra, ya que muchos de ellos acogieron en sus casas a personas llegadas de víspera a la capital navarra para evitar los controles policiales del día siguiente.

Aquel Aberri Eguna de hace ahora 52 años resultó memorable, tanto por la gran afluencia de abertzales como por las ikurriñas que fueron lanzadas desde un tejado de la Plaza del Castillo, mediante cohetes, y descendieron a modo de paracaídas entre los aplausos del gentío y el cabreo de la Policía.

La vida de Eusko Bazterra fue intensa pero corta, ya que apenas superó los dos años de existencia. Las actividades de aquellos jóvenes entusiastas no estaban bien vistas por una parte de la junta directiva de Los Amigos del País, que finalmente decidió quitarles el amparo legal que les habían dado con sus estatutos.

En ese tiempo Eusko Bazterra tuvo tres presidentes: José Igeltz, Fernando Bara y el propio José Mari Pastor, quien recuerda el impacto que supuso la muerte de Jokin Artajo y Alberto Asurmendi mientras preparaban una acción antifranquista en el Valle de Ultzama: «Jokin y Alberto actuaban en la clandestinidad. Ambos eran socios de Eusko Bazterra, y el hecho de encontrarte de repente con dos amigos muertos fue terrible. Aquello fue un mazazo para todos, no solo para los miembros de la sociedad sino para toda Iruñea, y en especial para la gente que se movía en ambientes vascos».

La muerte de Artajo y Asurmendi se produjo el 6 de abril de 1969, por lo que pronto se cumplirá el 50 aniversario. En los últimos años la Delegación del Gobierno español viene denegando el permiso para hacer un pequeño acto de recuerdo, argumentando que Artajo y Asurmendi eran miembros de EGI (Euzko Gaztedi Indarra, también conocido como Juventudes del PNV), una organización política ilegal cuando ocurrieron los hechos.

«También el PSOE era ilegal en aquellos tiempos, al igual que todas las organizaciones políticas que no eran franquistas, pero ahora el PSOE no tiene ningún problema para hacer homenajes», argumenta «Artzai».

En cualquier caso, los antiguos socios de Eusko Bazterra volverán a rememorar las experiencias vividas hace medio siglo en aquella sociedad de Alde Zaharra que encauzó e impulsó el despertar de la conciencia vasca en la generación de la posguerra

Iñaki Vigor, en GARA

LIBIA, EL PAÍS QUE DESTRUYÓ OCCIDENTE "EN ARAS DE LA LIBERTAD Y LA DEMOCRACIA"

Libia se ha transformado completamente, pero no para bien, sino para mal pues sus ciudadanos, que antes de la invasión y destrucción por países occidentales de esa nación árabe, solían disponer de un alto estándar de viva, hoy se encuentran en medio de guerras entre facciones, padeciendo pobreza y desatención económico-social.

En 1990 y en 1991 tuve la oportunidad de visitar esa nación árabe, donde encontré un alto nivel de vida con tranquilidad y seguridad para sus pobladores, además de un amplio sistema de atención pública gratuita que abarcaba salud y enseñanza para sus habitantes.

Para comprender mejor los cambios sufridos por esa nación hay que rememorar un poco su historia ya que se convirtió en colonia italiana en 1912 hasta finales de la Segunda Guerra Mundial, cuando fue ocupada por Francia y Reino Unido. En 1949 la Asamblea General de la ONU refrendó una resolución por la que se promovía la independencia.

El rey Idris, que apoyaba los intereses económicos y militares anglosajones, proclamó la independencia de algunas provincias recién unidas en diciembre de 1951.

Antes de 1969, cuando Mohammar el Gaddafi derrocó a la monarquía del rey Idris, Libia no contaba con escuelas y los graduados universitarios eran 16. De origen libio solo se contaban dos abogados y no existían médicos, ingenieros, topógrafos o farmacéuticos nacionales. Pese a descubrirse en 1963-1964 grandes yacimientos de petróleo y gas, esa riqueza económica no beneficiaba al pueblo.

Con aciertos y desaciertos, Gaddafi llevó a Libia a ser considerada como ejemplo de desarrollo para África y el mundo árabe. Con destreza unificó a todos los grupos étnicos en una sola nación e institucionalizó el país.

Realizó una reforma agraria, y cuando una persona poseía un terreno y lo utilizaba para labores agrícolas, el Gobierno le otorgaba créditos y apoyo en maquinaria, semillas y asesoramiento del Estado.

Asimismo, impulsó un sistema de seguridad social, asistencia médica gratuita y participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas del Estado.

Por sus políticas sociales, el analfabetismo que en tiempos anteriores alcanzaba al 95 % de la población, fue rebajado al 17 %, números nunca antes alcanzado por países de ese continente.

La vivienda se consideraba un derecho humano y los recién casados recibían un bono de 50 000 dólares para adquirirla, mientras la electricidad y el agua llegaban de forma gratuita a todos los hogares.

Para 1970 y 1971, el gobierno nacionalizó la industria petrolera y sacó las bases extranjeras de su territorio lo que no fue bien visto por Francia, Estados Unidos, Gran Bretaña, en sus afanes de controlar el estratégico país que junto a Egipto les darían seguridad marítima plena sobre el Canal de Suez y del mar Mediterráneo, rutas fundamentales para el traslado del crudo desde el mar Rojo.

Gaddafi a partir de 1992 comenzó a cambiar su política y abrió nuevamente los campos petrolíferos a las transnacionales, y se convirtió desde entonces en un “aliado molesto” para las naciones capitalistas.

Para su sobrevivencia (y posterior asesinato) no le sirvió que fuera recibido con todos los honores en diferentes países europeos; que el jefe de Gobierno italiano Silvio Berlusconi, con quien compartió negocios petroleros, le encargara ser “el policía del Mediterráneo”, ni haberle entregado al presidente francés Sarkozy 50 millones para su campaña a cambio de rehabilitarlo ante la comunidad internacional. En 2006, Washington sacó a Libia de la lista de países terroristas.

Aunque esa nación árabe no es clave para la producción mundial de crudo pues solo extrae 1,5 millones de barriles diarios, las transnacionales estaban deseosas de obtener mayores dividendos en sus convenios.

Otra relevante cuestión, casi no mencionada por los grandes medios de comunicación debido a que los intereses monopólicos desean mantenerlas semi ocultas, son los enormes yacimientos de agua potable que posee, estimados en 35 000 kilómetros cúbicos (la capacidad que tiene el río Nilo en 300 años) ubicados en la zona sur de su territorio y que el país árabe comenzó a utilizar a partir de 1984 cuando inició la construcción del llamado Río de la Vida, que lleva el liquido por enormes canales subterráneos hasta las principales ciudades del norte.

El negocio de la venta del preciado líquido a nivel mundial se ha incrementado, principalmente tras el apoyo del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial del Comercio, que promovieron su privatización y exportación a favor de las empresas transnacionales que ganan miles de millones de dólares.

Los analistas insisten en afirmar que en los años presentes y futuros, la mayoría de las guerras serán por el control de ese imprescindible líquido para la existencia humana.

A esto se sumó que el líder libio propuso no realizar transacciones mercantiles en dólares o euros; emplear el dinar de oro en el comercio internacional y crear un único estado africano con espacio económico común lo cual motivó una violenta respuesta de Estados Unidos y la Unión Europea.

Desde el derrocamiento y asesinato de Gaddafi, Libia se ha convertido en un verdadero caos con dos parlamentos rivales y tres gobiernos diferentes. Ese país ha sido usado por las mafias para el tránsito y comercio de refugiados desde África hacia el continente europeo.

Según el Middle East Monitor más de 5 600 personas han muerto, casi un millón huyó del país, sus exportaciones de crudo descendieron un 90 % y las pérdidas de su PIB se contabilizan aproximadamente en 200 000 millones de euros durante los últimos ocho años.

El que fue el país más desarrollado y próspero del continente africano, con más de 2 000 000 de inmigrantes integrados en su aparato de producción y gran riqueza petrolera, es hoy el centro mundial de la esclavitud, la tortura, la violación y del terrorismo, todo debido a la política occidental y en especial la de Estados Unidos en aras de intentar controlar unilateralmente al mundo.

Hedelberto López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano, especialista en política internacional.
(Fuente: insurgente.org)

domingo, 10 de marzo de 2019

LO DE ALSASUA

Me falta una elemental serenidad para comentar “lo de Alsasua”, es decir, la reciente sentencia contra los muchachos de la localidad, por parte de la Audiencia Nacional, y el bochornoso episodio de Casado-Inda-Beltrán en el bar Koxka, la víspera de hacerse pública la sentencia, cuando ya se había filtrado el fallo.

Nunca me ha quedado tan claro lo que es una sentencia ideológica, por parte de quien la dicta, como en este caso. Basta asomarse a los argumentos en los que se basa el fallo para comprobarlo y sentir vértigo. Habla la sentencia de la “notabilísima gravedad” de los hechos. Lo que a no pocos nos parece de “notabilísma gravedad”, es la forma en que se llevó la instrucción, el juicio en primera instancia, la construcción del relato encaminado a la condena, el linchamiento mediático, el aprovechamiento político, las patrañas, la inadmisión de evidentes pruebas de descargo... Lo que causa alarma es ver cómo, después de mucho pelear, se han admitido pruebas contundentes de descargo -como el vídeo del guardia de la camisa impoluta-, que no se han tenido en cuenta;cómo se tienen en cuenta testimonios cuyo valor se pone en duda por quien los emplea;cómo se buscó una condena ejemplar y plenamente ideológica con abrumador apoyo mediático y social desde el primer momento, convirtiendo una pelea de bar en una trinchera política que divide y enfrenta a la ciudadanía;cómo se emplean agravantes delirantes, como es el de la discriminación ideológica;cómo se dan hechos probados sin pruebas, por meras elucubraciones propias de una sobremesa...

Resultado: 13 años de cárcel descartando el terrorismo. Barrionuevo y Vera, que sí fueron condenados por terrorismo, apenas estuvieron 4 meses en la cárcel. Los muchachos de Alsasua llevan casi dos años y medio en prisión. Los ejemplos para afirmar esa desproporción sobran y no habría espacio para reseñarlos. Alsasua convertida en una trinchera y en un símbolo de enfrentamiento ideológico por parte de un tribunal de excepción, de unos políticos que sacan réditos de la sentencia y de los medios de comunicación que la celebran y azuzan a sus seguidores. Y como no participes del linchamiento o aplaudas la sentencia, eres un seguidor de ETA.

Me parece por completo malicioso el buscar como escenario de un montaje publicitario, electoralista y sectario, el bar Koxka de Alsasua porque eso es de buscarruidos y buscapleitos. De eso se trataba sin duda, de que hubiera algún incidente al que sacarle partido, con colaboración policial encima y un nutrido grupo de hombres de mano. No hubo incidente alguno por mucha mentira que los interesados hagan rodar de manera indecente.

Un bar no es un espacio público, como puede serlo una plaza, sino un negocio particular dirigido al público, que no es lo mismo. No puedes hacer en él lo que te dé la gana. Y menos utilizarlo, como en este caso, para tus negocios particulares, porque del pingüe negocio de la política y la desinformación maliciosa se trataba.

Lo que ha venido después es la indecencia y la mentira que no cesa, la intoxicación del público, sobre todo de los adeptos, ya muy intoxicados y encendidos, que aceptan lo que les conviene. Malos tiempos estos para duda.

¿Se pidió al dueño del bar que se identificara para poder acceder a su negocio como se ha dicho? ¿Quién, con qué autoridad? Me gustaría saberlo con certeza y que no se trate de un noticia falsa de respuesta a la del bando de los provocadores que poco bien hace a quien ha sido abusado. ¿Qué autoridad va a aclarar ese incidente? Como viene sucediendo desde octubre de 2016, la realidad de lo sucedido queda dañada por su relato mediático. ¿A quién creer? Pues está claro que cada cual a los suyos, aunque sería deseable una visión no sesgada de lo sucedido. ¿Es eso posible? Me temo que no, Hay demasiado dolor y daño de por medio y el disentir tiene precio. Se hace difícil convivir de manera apaciguada y cortés con quien celebra alborozado el fallo de la Audiencia Nacional como si de un puntillazo al enemigo se tratase.

Miguel Sánchez-Ostiz, en Diario de Noticias

miércoles, 6 de marzo de 2019

CASADO AHOGA A ESPARZA Y LO CELEBRA DESPUÉS EN EL KOXKA

El padre de María José, la exnovia del Guardia Civil de la pelea del Koxka, iba de número dos en las listas de UPN. Unión del Pueblo Navarro no ha usado este dato nunca. Tampoco se sumó al acto que montaron Ciudadanos, Vox y el PP en la plaza de Altsasu en noviembre pasado. «No necesitamos ir el domingo a Alsasua, nosotros estamos en Alsasua todos los días del año», se defendía orgulloso Javier Esparza días antes del acto. Desde luego, UPN no ha apoyado a los procesados, pero hay ciertas cosas que, viéndolas de cerca, se revelan infumables. Había líneas que no se cruzaban. Esto cambió ayer definitivamente.

Casado hizo su entrada a mediodía. Venía de prometer «la Reconquista» en Asturias. Allí firmó un acuerdo con Foro similar al de UPN. Lo mismo ha hecho con el Partido Aragonesista. &dcThree;Se ha comido a los tres para engordar un poquito y aventajar a sus rivales Vox y Ciudadanos.

La cita de Esparza y Casado era en el Muga de Beloso, un cinco estrellas que ha entrado en concurso de acreedores. En UPN conocen a los dueños. Debajo del lujo, hay un agujero de diez millones de euros. Esparza habló primero, pero la gestión del acto recayó en manos del equipo de prensa de Casado. El líder de UPN expuso algo así como que frenar cuanto antes al independentismo es el fin que justifica los medios. «Navarra es hoy la Cataluña de hace diez años», leyó Esparza confiando en llevarse el titular. Un iluso.

Casado, que se guardaba el as de Altsasu con sus corifeos de Eduardo Inda y Carlos Cuesta, arrancó sin necesidad de leer ningún papel. Siguió con el discurso de la Reconquista. «Basta ver el escudo de Navarra en la bandera de España (...)». Y tal. También aseguró que Navarra es el patio de operaciones del anexionismo vasco. Alabó además a las Fuerzas de Seguridad del Estado y llamó a protegerlas de la «infamia de quienes les llaman torturadores».

Casado y Esparza admitían preguntas. Pero el de UPN no interesaba. GARA preguntó al madrileño cómo lleva que Sergio Sayas vaya en la lista después de decir que el PP «ha mangoneado a media España». Casado dejó claro que eso le importa poco, que él quiere sumar escaños.

El responsable de prensa de UPN hacía gestos a su líder para que apartara a Casado y cerrara él el acto. Había que escenificar que el pez grande en Nafarroa es UPN. Pero Esparza se apocó. Ya había leído sus papeles.

Como la foto estaba hecha, los de UPN salieron por un lado y los del PP, por el otro, evidenciando que el matrimonio es de desesperada conveniencia. No comieron juntos ni se vio amor.

Viaje a Altsasu
Ana Beltrán, la líder del PP en Navarra, se saltó la comisión de Derechos Sociales para acompañar a Casado en la firma en el Muga y montar luego la escenita. La idea era ir al Koxka y que Inda grabara a Casado en territorio comanche, a sabiendas de que la sentencia en apelación está al caer.

Inda y Casado se sentaron en una mesa y comenzó la grabación. Hasta que llegó el dueño del bar y les dijo que aquello no podía ser, que no tenían permiso. Casado se largó, pero el periodista se encaró diciendo que no hacía falta autorización, que el bar es un local público. El dueño no cedió. El bar es suyo y lo cerraba. Tuvieron que marcharse de allá. Cruzaron la carretera obviando el paso de cebra. Inda saludó desde el asiento de atrás cuando se marcharon.
Ha comenzado el show electoral. Ahora queda por ver qué piensan los espectadores.

Aritz Intxusta, en GARA

martes, 5 de marzo de 2019

UPN-PP, CÓMO VENDER BIEN LO QUE HACE TRES MESES ERA MALO

UPN y PP tratan de presentar el acuerdo que Javier Esparza anunció el sábado tras el Consejo Político de la primera formación como la base sobre la que construirán el triunfo electoral en las dos citas de esta primavera para hacer descarrilar al Cambio. Sin embargo, las relaciones entre estos dos partidos no han sido una balsa de aceite en los últimos meses y parece que el anuncio de Esparza es una medida tomada a toda prisa ante lo que señalan las encuestas que manejan los partidos y que no presagian un retorno fácil del Régimen. De hecho, a finales de febrero el PP andaba presentando sus alcaldables en Baztan y Uharte. Algo parecido ha hecho UPN en numerosas localidades. Incluso en Caparroso, donde actualmente gobierna Aquilino Jiménez, el alcalde del PP que no entiende los motivos por los que hay que cambiar los nombres de las calles para eliminar loas al franquismo. Hugo Javier Lizarraga fue presentado como el candidato de UPN para tratar de hacerse con la Alcaldía caparrosina; ahora tocará fusionar estas candidaturas que ya han sido presentadas en un encaje de bolillos.

Ayer mismo, UPN anunciaba que se abría el proceso de primarias para escoger a sus candidatos al Congreso y al Senado, que tendrán lugar el día 17. Quien quiera ser candidato debe dar su nombre entre mañana y el día 13. El partido de Esparza no explicaba para qué puestos son exactamente estas primarias y cuáles corresponderán al PP.

A Javier García le tocó ayer el papel de acudir a la reunión de la Junta de Portavoces en representación del PP. En la comparecencia posterior ante los medios reconoció que todavía no se sabían los detalles del acuerdo electoral con UPN. «Cuando se forme, se informará», añadió.

UPN y PP llegaron a estar fusionados con Jaime Ignacio de Burgo como factótum. De hecho, el PP se disolvió en Nafarroa durante 17 años. Ayer lo recordó Marisa de Simón, candidata de I-E en las elecciones al Parlamento navarro. UPN rompió en 2008 con el PP para poder pactar con el PSN y obstaculizar la llegada del Cambio. «UPN y PP son lo mismo, el frente de derechas que hay que derrotar en las urnas. Este acuerdo es un teatrillo, más de lo mismo», añadió.

Adolfo Araiz, portavoz de EH Bildu, subrayó que el acuerdo responde «al miedo que UPN y PP tienen a la fuerza del Cambio y a la debilidad del Régimen». Junto a ello, Araiz añadió que con este acuerdo «UPN muestra su verdadera cara: más España y menos Navarra, más recortes y menos derechos».

El objetivo del pacto es vencer en las elecciones. Especialmente, en las forales. Pero para UPN abrir la puerta al PP supone cerrarse otras puertas. El mismo sábado lo dijo María Chivite, secretaria general del PSN, y ayer lo volvió a repetir: «UPN se ha situado fuera del marco de un posible acuerdo postelectoral con el PSN debido al pacto con el PP». Es cierto que el alineamiento del PSN con el Régimen navarro es secular, pero en esta ocasión no parece lógico pensar que UPN esté en abril inmerso en la operación para desalojar a Pedro Sánchez de La Moncloa y apenas un mes después tenga que recurrir a su partido en Nafarroa para tratar de buscar socios para intentar descabalgar al Cambio de las instituciones navarras.

Tras la operación del sábado, a UPN solo le queda el recurso de ir a buscar, de la mano del PP, los 26 escaños que le darían la mayoría absoluta en el Parlamento navarro, un escenario que se presenta como bastante difícil. Los únicos socios que le podrían quedar para llegar a la cifra mágica de 26 escaños serían Vox y Ciudadanos (si consiguen representación), lo que ahondaría más en su carrera hacia el españolismo abandonando cualquier vestigio de regionalismo, foralismo o navarrismo.

PP, dos escaños y a la baja
El PP en Nafarroa es un partido pequeño. No se puede olvidar que Iruñea es la única capital de provincia del Estado en la que no tiene ningún concejal. En el Parlamento navarro cuenta con solo dos escaños: Ana Beltrán y Javier García. En Tutera logró dos concejales. Su representación se completa con el Ayuntamiento de Caparroso y algún edil más. Y punto.

Y las perspectivas no son buenas. Las distintas encuestas apuntan a que podrían perder incluso la escasa representación institucional que tienen. En el PP se echa la culpa de esta situación precisamente a que el partido se desdibujó cuando se integró en UPN, ya que no pudo hacer una política diferenciada. Volver a unirse aparece, por tanto, más como un recurso a la desesperada que como una estrategia bien calculada. Lo dijo el propio Esparza hace apenas tres meses cuando calificó así la oferta de Ana Beltrán para que UPN y Ciudadanos formasen una lista única constitucionalista: «Responde a las urgencias de un partido al que las encuestas le dejan sin representación».

Cuando el PP se separó de UPN, Santiago Cervera fue elegido líder del partido en Nafarroa con el 92% de los votos de los afiliados. Frente a él tenía a Nieves Ciprés, que rumió su derrota en la ultraderecha. Logró sacar cuatro parlamentarios. Después llegó el oscuro episodio de la detención de Cervera en las murallas de Iruñea, que algunos llegaron a atribuir a pugnas dentro del partido.

Diez años después, el PP navarro es otro. Ana Beltrán se ha recorrido el herrialde denunciando que asistimos a la «batasunización de Navarra» y sus intervenciones parlamentarias se caracterizan por el histrionismo y la búsqueda de la polémica de corto recorrido para lograr el titular facilón. La última fue preguntar si quienes no se sienten niños o niños se sienten ornitorrincos para tratar de desacreditar una encuesta elaborada por el Departamento de Educación. Ana Beltrán se parece más a Nieves Ciprés que a Santiago Cervera.

Lo cierto es que Beltrán ha subido puntos en el PP a nivel estatal tras la llegada de Pablo Casado a la presidencia del partido. Ha compartido plano con el líder en performances como las llevadas a cabo en Altsasu (dos) o la realizada en los sanfermines para denunciar luego una supuesta agresión. De hecho, Beltrán trató de repetir la jugada en San Fermín Txiki pero nadie le hizo caso.

Beltrán encaja bien en la estrategia de Casado, con su papel de azote del nacionalismo y de denuncia de supuestos desmanes como el adoctrinamiento en los colegios o la imposición del euskara. Beltrán estaba destinada a ser la cabeza de lista del PP al Parlamento. Ahora será la segunda, tercera o cuarta en la lista conjunta con UPN, con lo que se garantiza que seguirá en el Parlamento, lo que antes no era seguro.

Otra de las caras visibles del PP navarro es Carmen Alba, que fue presentada por Casado como candidata al Ayuntamiento de Iruñea. De hecho, la web del partido todavía anunciaba ayer que Alba y Beltrán eran las cabezas de lista en municipales y forales. La gestión de Alba como delegada del Gobierno español tuvo dos hitos. El primero, la censura de la denuncia de la tortura actuando contra murales. El segundo, su huida de un morlaco en el callejón de la Plaza de Toros, donde estaba de manera irregular.

Arrastrar a UPN
UPN consiguió evitar verse arrastrada a participar en el acto que PP, Vox y Ciudadanos protagonizaron en Altsasu. Pero no pudo evitar tener que ir a la concentración de la plaza Colón de Madrid. Javier Esparza anunció a bombo y platillo su apoyo a esta movilización «por la unidad de España». Pero finalmente la representación que envió UPN no fue muy numerosa. Tomaron el tren Yolanda Ibáñez, secretaria general del partido, y Jorge Esparza, secretario de Organización. Javier Esparza y los demás se quedaron en Iruñea para asistir a un acto convocado por una asociación de víctimas de ETA.

El de Colón es el penúltimo episodio en el que UPN ha dejado en un segundo plano la defensa del autogobierno navarro para abrazar el nacionalismo español. El último, de momento, ha sido sumarse a Casado en su cruzada contra la cesión de nuevas competencias a comunidades desleales. Curiosamente, ocurre cuando está en juego la competencia de Tráfico para Nafarroa, una reivindicación histórica de UPN por la que peleó el mismísimo Miguel Sanz.

Dentro de UPN en los últimos años ha habido críticas duras al PP. Estos días se ha vuelto a recordar el tweet que publicó Sergio Sayas en febrero de 2004 quejándose de que el PP que «mangonea media España» diera lecciones a Navarra. Lo cierto es que también ha zurrado al PSOE, pero no tendrá que compartir lista electoral con este partido. Sayas era, junto a Ángel Ansa, uno de los mejores colocados para formar parte de la lista de UPN al Congreso.

Quien ya anunció que no repetiría en las listas de UPN es Íñigo Alli. Lo hizo cuando el acuerdo con el PP era una quimera, el pasado día 16 de febrero. Alli, que fue consejero con Yolanda Barcina, ha mantenido discrepancias con Javier Esparza. En el Congreso, ha tratado de marcar un perfil más social, frente a un compañero de escaño, Carlos Salvador, el otro diputado de UPN en Madrid durante esta legislatura que estaba mucho más cómodo chapoteando en las proclamas españolistas que marcaba el PP. El mismo día en el que Esparza anunciaba el pacto con el PP, Alli proclamaba la moderación, la lucha contra la corrupción y la centralidad en defensa de los más vulnerables.

Martxelo Díaz, en GARA

domingo, 3 de marzo de 2019

NO ES PRECISO OLVIDAR LOS ORÍGENES DE ETA PARA DESLEGITIMAR SU VIOLENCIA

El pasado sábado un grupo de personas, algunas de ellas de notoria relevancia, tanto de Navarra como de la CAV, dieron a conocer la intención de la asociación Gogoan de desarrollar un relato justo de la violencia vivida durante los últimos 50 años. Muy costoso se antoja que en nuestra sociedad llegue a establecerse una versión unificada de la historia de la violencia y las razones que la hicieron posible. Repasando el contenido del resumen de la rueda de prensa queda clara la distancia de Gogoan no sólo respecto del relato proveniente del entorno considerado más cercano al mundo de ETA sino también respecto a otros de considerable vigencia social. Será por eso que habrán considerado necesaria esta irrupción.

Comienzan por enunciar la necesidad de “disociar ETA del contexto del franquismo porque la mayor parte de sus víctimas fueron en democracia”. Parecen pedir que se elimine de cualquier análisis el dato de la ETA del período de la dictadura, la sacudida del proceso de Burgos que revolvió las conciencias de millones de demócratas en el mundo dando a conocer la existencia de la cuestión vasca. Cual si fuese irrelevante que una parte importante de la juventud encontrase, acertada o equivocadamente, más sugestiva una oferta de resistencia activa que otras que optaban por esperar a que las contradicciones internas del régimen precipitasen su caída. O que junto a ETA surgiese simultáneamente una ideología abertzale de izquierdas inexistente desde la ANV de los años 30.

De ETA se podrá decir, y muchos lo decimos, que tuvo su antes y su después a partir de la transición. Que es muy distinta la calificación moral que se puede aplicar a  su historia en una una y otra etapa. Que incluso en el franquismo era cuestionable que la existencia de una causa justa  legitimase la lucha armada, que a pesar de la ausencia de libertades y de la opresión nacional cabían otro tipo de respuestas y que las que ellos escogieron acabaron siendo contraproducentes para sus propios ideales fundacionales, mucho más en la etapa posterior en la que llegaron a matar por ideas atentando contra los objetivos más fáciles y estuvieron a punto de provocar una grave fractura social. Pero ignorar la realidad de esa conexión entre una y otra etapa es negarse a buscar una parte importante de la explicación, que nada tiene que ver con la justificación, de las complicidades sociales que durante mucho tiempo encontró su actividad criminal.

Llama la atención esa decisión de prescindir del contexto al mismo tiempo que califican de “simplistas” los relatos que recuerdan que el sufrimiento ha afectado en este país a muchas más personas que las que se quiere hacer creer. Por supuesto que nunca se podrá igualar el padecimiento de todos los casos y no sé siquiera si alguien lo defiende ya. Cada cual lleva a cuestas sus penas. Pero ¿no son víctimas los torturados o los familiares de una persona presa que tienen que ir semanalmente a visitarle hasta el penal del Puerto de Santa María? Lo que Gogoan denomina “sufrimientos secundarios” es una violencia gratuita, evitable que no se quiere evitar y que voces muy poderosas conminan a mantener a ultranza.

Cierto es que ponen de relieve que se han producido “actuaciones ilegítimas y desproporcionadas de las fuerzas de seguridad”, añadiendo sin embargo que ni el GAL ni otras fuerzas parapoliciales tuvieron “un apoyo público significativo”. Parece habérseles olvidado la despedida de 7.000 militantes socialistas encabezados por toda la cúpula mayor del PSOE cuando Barrionuevo y Vera ingresaron en la cárcel de Guadalajara, que abandonaron a los pocos meses. Tampoco responde a un relato justo que políticos que han encubierto asesinatos, torturas y secuestros realizados con dinero público y con las espaldas bien cubiertas por los poderes del Estado sean considerados como personas respetables, incluso modélicas, y no pocas continúan en la política activa. Pero olvidan además que la guerra sucia tuvo el efecto de realimentar la maltrecha legitimación de ETA, proporcionándole un balón de oxígeno, y de provocar que más jóvenes optasen por esa aciaga vía, contribuyendo a hacer mayor el sufrimiento.

Entre los elementos en los que coincido con la exposición de Gogoan, está la petición de “ejercicios de autocrítica a cada parte independientemente de lo que haga el otro”. Muy bien. Tarde y seguramente de una manera insuficiente para lo que a la mayoría nos gustaría, pero ya llevamos algún tiempo escuchando un goteo de expresiones de reconocimiento del mal causado por ETA, incluso a personas que han cumplido largas penas de cárcel. Estamos por escuchar una sola del otro lado. Ni por los crímenes del GAL. Ni por las torturas, aunque sería demasiado esperar de un estado que también se niega a reparar de ninguna manera a los torturados del franquismo y acaba de tumbar la Lay de Violencia de Extrema Derecha aprobada por el Parlamento de Navarra. Ni por el encarcelamiento de toda la dirección de una formación política,, ni por los cierres de periódicos, ni por la vulneración del principio de igualdad electoral, no ya en perjuicio sólo de la izquierda abertzale, sino buscando marginar al nacionalismo en su conjunto de las instituciones vascas.

Llamar a la renuncia del análisis del contexto no me parece la mejor vía para una pedagogía de la deslegitimación de la violencia, Y categorizar el sufrimiento no nos debería llevar jamás a subestimar ningún tipo de injusticia.

Praxku

sábado, 2 de marzo de 2019

JAVIER ESPARZA CONVIERTE OTRA VEZ A UPN EN UNA FILIAL DEL PP PARA NAFARROA

UPN dio ayer un golpe de efecto. Decidió unirse a un Partido Popular que en Nafarroa parecía en las últimas. Volverán a ir juntos, como hacían hasta 2008, en las forales, las generales y las municipales. Javier Esparza rompe definitivamente con el legado de Miguel Sanz, confiando en que eso no le impida luego llegar a acuerdos.
La medida se antoja arriesgada, pero qué duda cabe de que UPN se lo juega todo en el primer semestre de este año. Javier Esparza ha decidido dar un volantazo al rumbo que el expresidente Miguel Sanz marcó para su partido cuando sentó las bases del régimen en torno a un quesito. El giro ha sido de 180 grados. UPN pone rumbo a 2008 con un apoyo del 72% de los que pudieron votar en el Consejo Político y, sobre todo, por sorpresa.
UPN y PP van a darse la mano en las generales, las autonómicas y las municipales. El partido de Esparza lanza de este modo un flotador a un PP desnortado al que las encuestas empezaban a dejar fuera de la cámara incluso antes de que Vox emergiera como un pretendiente serio. El contenido del acuerdo con el PP, según detalló el líder de UPN, suena a filfa. «El PP seguirá apoyando el régimen foral, el Convenio económico. Y, si hay una modificación constitucional, se compromete a impulsar y a votar por eliminar la Transitoria Cuarta», explicó. Además de ello, también habría garantía para que UPN tuviese cierta autonomía en el Congreso y actuar con «voz propia» en Madrid.
Esto, por sí mismo, no justifica que se dé de lado al quesito. De forma muy resumida, lo que propugna esta teoría es facilitar al máximo el entendimiento entre UPN y PSN. Los votos abertzales suponen un 30% del total de Nafarroa y el otro 70% es el sector españolista. En consecuencia, si UPN quiere gobernar en solitario necesita sacar el 70% del voto españolista. Como esto resulta muy complicado, los regionalistas necesitan asociarse con el PSN. Y cuanto más fuerte y cómodo esté el PSN, su socio estratégico, mejor. Pues, de otro modo, puede surgir la tentación de pactar con el sector abertzale. Este, en líneas generales, es el legado de Sanz.
Siguiendo esta argumentación, UPN rompió su alianza con el PP en 2008, ya que el PSN mostraba gran incomodidad. Esto, en la práctica, supuso partir un partido en dos. Pero todo salió bien para Sanz y Unión del Pueblo Navarro se quedó con la mayor parte del pastel. Santiago Cervera hizo lo que pudo montando un PP de la nada, pero tras la caída en desgracia, la formación fue degenerando su discurso hasta empatar a Vox. En escaños, bajó de cuatro a dos y ahora contaba poquísimas expectativas de pillar asiento.
Esparza remarcó ayer que quieren lanzar «un mensaje de unidad, de que salimos a ganar y de que tenemos un reto enorme por delante». Esta idea sí puede sostener una fusión de siglas para las forales y municipales. La derecha –escarmentada después de que Ciudadanos se quedara fuera por los pelos y perder el control del Parlamento en 2015– parece haber asumido que no puede permitirse que los votos del PP no cuenten en el reparto de escaños. Y sobre todo, a UPN le permite mantener la imagen de ser la fuerza hegemónica de la derecha y apelar así al voto útil.
Ana Beltrán, la histriónica líder del PP, llevaba tiempo lanzando mensajes desesperados en busca de un bloque unitario que le permitiera eludir una muerte cierta. Queda por ver ahora qué cuota le dejará UPN en los ayuntamientos y el Parlamento. Para las elecciones españolas no tienen problemas: un senador para el PP y punto.
No es la primera vez que recuperar la vieja alianza vuelve al debate público. En el plano municipal, se abrió cierta polémica en torno a Enrique Maya y lo sucedido en Iruñea. En la capital, el PP se quedó sin concejales y UPN perdió la Alcaldía por la mínima. Maya fue atacado por su falta de precaución, pero el exalcalde sacó las cuentas y se vio que no. De haber ido juntos UPN y PP, el reparto de no hubiera cambiado.

Falta el juego de las sillas
Esparza dejó claro que, en principio, ya está. Su acuerdo con el PP le permite reducir la atomización de la derecha de cuatro formaciones a tres. Con Vox y con Ciudadanos, el presidente de UPN avanzó que competirá «en buena lid» en las elecciones. Reconoció, además, que la decisión anunciada ayer «no es fácil de adoptar en un momento como este». Trató, asimismo, de quitar hierro a ese 28% de disidencia que afloró en un partido donde asomaban los cuchillos hace no tanto tiempo.

Porque, desde luego, en las filas de UPN se ha instalado cierto nerviosismo. En las pasadas elecciones, la formación esquivó entregar puestos de salida en el Parlamento a varios de sus hombres de peso. Por ejemplo, a Íñigo Alli le dejó fuera bajo la promesa de que continuaría como consejero de Bienestar Social. Y hubo otros muchos que se contentaron con el cuento de la lechera. En esta ocasión no va a ser tan fácil tranquilizar a todos, sobre todo si los puestos totalmente seguros escasean y hay que dar entrada a polizones de otros partidos. Alli, de repente, ha dejado la política.

Aun con todos los bandazos de la política de los últimos años, las normas básicas del quesito siguen intactas. UPN necesita el 70% del voto no nacionalista para ir en solitario. No lo va a tener. Así que, o está muy tranquilo con el PSN o lo da casi todo por perdido.

Aritz Intxusta, en GARA

LA DERIVA SINDICAL HACIA LOS DESPACHOS

Los sindicatos, al igual que los partidos políticos, son necesarios, esenciales en nuestra sociedad democrática. Aunque ya se ha dicho hasta la saciedad, se han burocratizado, se han convertido en organizaciones de despacho que olvidan bajar a pelear en el barro, a visualizar los entresijos laborales a los que se ven enfrentados los trabajadores y, menos aún, los que han dejado de serlo. Cierto que determinadas reformas les han afectado negativamente, pero eso no es obstáculo para llevar a cabo su labor que es estar al lado del trabajador. Hay unos pocos que lo hacen.

Últimamente, se prodigan poco en movilizaciones. Puntuales sí, dentro de grandes empresas. Hay quienes llegan a recibir comunicados sobre logros y pretensiones, que suelen estar alejadas de la dura realidad laboral de la mayoría. Los sindicatos se han convertido en negociadores de despacho; se sienten a gusto en la Administración y en grandes empresas que siguen las normas laborales, pero poco o nada hacen en relación con las empresas en las que los representantes sindicales son los afines al jefe; en los sectores no unificados, por ejemplo, transportistas, hostelería… y hasta en la propia administración pecan de ignorancia porque no se molestan en informarse.

Esa es la burocratización, no se informan, conocen la teoría, pero no la practica. Como en política, como en la propia Administración, las decisiones se toman en los despachos y cuando llegan donde tienen que llegar son ineficaces o, incluso, provocan más problemas de los que intentaron solventar.

Hoy en día muchos trabajadores tienen que enfrentarse a problemas laborales como retrasos en el pago de sus nóminas u horarios ampliados, por poner los más sangrantes, en los que, muchas veces, son ellos los que tienen que arriesgarse. Aquellos afiliados que ven incumplidos sus derechos acuden a su sindicato y, en muchas ocasiones, lo único que obtienen es la ratificación de que están en su derecho de reclamar. Luego van a su empresa y reclaman y ahí se queda el asunto, porque la empresa no hace nada y el sindicato ya ha hecho todo lo que su grado de burocratización implica. Así que sólo unos pocos se atreven a plantar cara, aún a riesgo de represalias. Los demás agachan la cabeza.

Conozco casos de rebeldía que no han llegado a nada y conozco casos, uno en Navarra, donde un afiliado a Comisiones Obreras durante más de 10 años tuvo un problema y la respuesta del sindicato ha sido nula. En dicho caso, el trabajador había prestado servicio en la Administración Foral como interino en varios departamentos durante más de 10 años, con gran satisfacción por parte de sus jefes. En su último puesto, su plaza fue ocupada, pero nunca más le llamaron, porque fue eliminado o eludido de las listas. Ocurrió hacia el 2013, durante la época de UPN. Con el cuatripartito volvieron a llamarle; habían pasado cuatro años, una depresión y una enfermedad derivada de la misma. En el segundo puesto donde estuvo trabajando fue despedido de malas formas por supuestas causas sobrevenidas, curiosamente por una Directora de Salud Mental. No sólo fue despedido, sino que éstas se encargó de que le eliminasen de la listas.
Tras acudir a su sindicato, la respuesta del mismo ha sido nula. No contestan.

Por tanto, no debe extrañarles a los sindicatos que los trabajadores opinen que están para recabar los votos dentro de los sectores de empresas instauradas, bien calificadas. Porque los problemas más sangrantes y complicados parece que les superan.

Marta Elía (Cabanillas), en su blog