sábado, 30 de septiembre de 2017

EUROPA VELARÁ POR QUE LAS PENAS EN EL CASO ALSASUA SEAN PROPORCIONALES

El vicepresidente primero de la Comisión Europea, Frans Timmermans, reconoció ayer en una misiva de respuesta a varios parlamentarios que sigue “con interés” el caso de los ocho acusados de agredir a dos guardias civiles y sus parejas en Alsasua el 15 de octubre de 2016, para los que la Fiscalía de la Audiencia Nacional solicita un total de 375 años de cárcel por los delitos de lesiones y amenazas terroristas, y ha recordado que la Carta de Derechos Fundamentales de la UE exige que las penas “no pueden ser desproporcionadas al delito penal por el que son condenados”.
“La Comisión utiliza todos los instrumentos disponibles cuando es necesario, incluido los procedimientos de infracción, para garantizar el cumplimiento de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE”, ha explicado Timmermans en su respuesta a una misiva de los eurodiputados del PNV, Izaskun Bilbao, de EH Bildu, Josu Juaristi, de IU, Marina Albiol y de Podemos, Xabier Benito, para denunciar su caso.
Timmermans recordó que dicha Carta de Derechos Fundamentales recoge que “las penas impuestas a personas no pueden ser desproporcionadas al delito penal por el que son condenados” y aunque no hay una sentencia “final” todavía, “la Comisión está siguiendo el resultado de estos casos con interés y se reserva su derecho de tomar acciones apropiadas como guardiana de los Tratados” y le da “mucha importancia al respeto de los derechos a un juicio justo de los ciudadanos”.
También incidió en que “los Estados miembro están obligados a respetar los derechos consagrados en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea cuando aplican la legislación de la UE”, incluido a la hora de aplicar la nueva directiva aprobada para combatir el terrorismo que introduce “normas mínimas sobre la definición de ofensas terroristas y relacionadas con el terrorismo”. No obstante, dejó claro que “la Comisión Europea no tiene competencias para intervenir en el funcionamiento ordinario del sistema de justicia penal de ningún Estado miembro. La decisión de si alguien es inocente o culpable de una infracción penal es una cuestión de la que solo son competentes los estados miembros, en este caso España. Ello se deduce del artículo 72 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE en sus siglas en inglés) que establece que los Estados miembros son los responsables del mantenimiento del orden público y la salvaguardia de la seguridad interna.
Diario de Noticias

miércoles, 27 de septiembre de 2017

TURQUÍA: LA MAYOR CÁRCEL DE PERIODISTAS DEL MUNDO

Las filas que se forman para abordar el ferry en el puerto de Estambul son un buen sitio para tomar el pulso a la actualidad turca. Las colas discurren rápidas, pero dan tiempo a comentar las últimas noticias. Hace unos meses, dos jóvenes, probablemente estudiantes universitarios, esperaban su turno. Uno de los dos preguntaba a su compañero por la responsabilidad de la prensa en el devenir de Turquía. Su acompañante, sin dar mucho tiempo al debate, respondió de acuerdo al discurso del presidente Recep Tayyip Erdogan: “No son periodistas, sino terroristas, y estas no son sino historias fabricadas”. Era uno de los temas de la semana, tras el enjuiciamiento, por supuesta pertenencia a organización terrorista de 17 trabajadores de Cumhuriyet, uno de los periódicos críticos con el gobierno de Ankara. Algunos pensaban que el juicio era político.
Estambul es una ciudad gigantesca. Casi 15 millones de personas viven en esta urbe, y millones de historias, más o menos conocidas, se entremezclan en sus calles. No todo el mundo encuentra la historia de sus periodistas interesante, pero es necesario contarla. La situación no es nueva. En una entrevista con el medio turco Hurriyet, en 2015, Ali Çarko lu, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Koç, afirmó que “la cobertura partidaria de los medios turcos supone un peligro alarmante para la democracia”.  Aun así, hay informadores que se niegan a participar en esa ilusión. Un siglo y medio después de que la primera generación de reporteros turcos se enfrentase al poder del Imperio Otomano, los periodistas están sufriendo, si cabe, más presiones que sus predecesores. Turquía se ha convertido en la “mayor cárcel del mundo” para los profesionales de la información.

En torno a 200 encarcelados
De acuerdo con el Sindicato Turco de Periodistas, en este momento hay 161 periodistas encarcelados en Turquía. Para el Centro por la Libertad de Estocolmo (SCF), la cifra asciende a 228, lo que supondría un récord mundial. Más de la mitad de los periodistas que están en prisión en todo el mundo se halla en Turquía. De acuerdo con el último informe de la Asociación de Periodistas de Turquía, 839 reporteros fueron denunciados por las autoridades el año pasado. 189 periodistas fueron atacados verbal o físicamente, y más de 100 medios de comunicación fueron cerrados. La situación para los profesionales de la información en Turquía es peor que en China, Irán o Eritrea. Es una situación insostenible.
El profesor Haluk Ahin también piensa así. Ahin fue la primera persona en Turquía en obtener un máster en periodismo. Ha trabajado en los medios durante casi medio siglo. Como uno de los decanos del periodismo turco, señala las próximas elecciones como punto de inflexión: “No creo que el statu quo basado en la presión judicial sobre los medios sea sostenible a largo plazo. Las elecciones presidenciales de 2019 pueden propiciar circunstancias para que se dé una renovación democrática, incluyendo una mayor libertad de prensa”.
Algunos sindicatos de periodistas también se enfrentan a la presión, como es el caso de DISK Bas?n-Is, perteneciente a la Confederación de Sindicatos Progresistas de Turquía. Su presidente, Faruk Eren, cree que hay que tener en cuenta la falta de unión entre profesionales en esta situación: “El abandono de los sindicatos juega un papel importante para los periodistas. Es un fenómeno que comenzó en Turquía en la década de los 1980. Hoy, los periodistas de verdad se arriesgan a ser arrestados. El gobierno prohíbe la emisión de contenidos inconvenientes. Si un periodista desobedece estas normas, puede verse ante un juez. ¿Quién puede informar en estas condiciones?”, afirma el líder sindical. Sin embargo, Erdogan sigue afirmando que la prensa es libre. Según el Gobierno, los reporteros pueden hacerle preguntas y, según cifras oficiales, solo hay dos periodistas presos. Los demás, a ojos el ejecutivo, son terroristas, agentes provocadores, espías o golpistas.

Opacos conglomerados
Tras el intento de golpe de Estado de 2016, la actitud del Ejecutivo hacia la prensa libre se volvió más escéptica. Hasan Cemal, un experimentado periodista, describe con miedo esta etapa: “He visto golpes de Estado, y he vivido bajo administraciones militares, pero nunca había sido tan pesimista como lo soy hoy”, afirmó en un evento de las Naciones Unidas.
El pesimismo de Cemal es contagioso. Gürcan Çilesiz ha liderado varias redacciones turcas como redactor jefe. Según él, la historia de represión viene de largo: “Para ser sinceros, llevamos sufriendo presiones desde finales del siglo XIX, pero la situación es mucho más grave hoy en día. El gobierno del AKP ha implementado ataques sistemáticos contra la prensa año tras año”. Çilesiz acepta que la censura en el país es una realidad, pero además advierte de otras técnicas que llevan al control de los medios: “Los oficiales del Gobierno exigen pagos a los empresarios, creando una red de medios afines [en Turquía se conoce como Pool Media a los medios organizados en opacos conglomerados sin un propietario claro y a menudo financiados por compañías constructoras acusadas de corrupción]. Así los redactores críticos son despedidos. Muchos de ellos son encarcelados, como le ocurrió a Ahmet ?k, sin ninguna base legal. La independencia de los tribunales ha colapsado, y eso hace que muchos periodistas tengan que someterse a mecanismos de autocensura”.

La muerte social del periodismo
La historia de la represión sobre el periodismo en Turquía no es solo sobre el gobierno del AKP. Los nombres y las fechas cambian, pero en Turquía, la mentalidad de las administraciones es idéntica. Ya en 1998, el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ en sus siglas en inglés) incluyó al entonces primer ministro Mesut Y?lmaz (del neoliberal Partido de la Madre Patria) en su lista de “enemigos de la prensa libre”. Al ser interrogado por las razones de las detenciones, Y?lmaz afirmó que “un periodista de verdad no estaría en prisión”.
Para esclarecer este constante ataque al periodismo hay que leer detenidamente la Ley de Prensa de Turquía. El artículo 3 comienza con una frase prometedora: “La prensa es libre”. Sin embargo, el artículo hace excepciones en cuanto a la seguridad nacional, la integridad del país y los secretos de Estado. Conceptos que no deberían tener nada que ver con el periodismo real, pero que en Turquía invaden la vida diaria. Para Zafer Arapkirli, periodista turco cuya carrera se desarrolló durante años en Londres, “no se puede comparar la libertad de prensa en Turquía con la de otros países europeos. En un Estado europeo medio, la prensa obtiene su fuerza de sus lectores y de un sistema judicial independiente, pero los tribunales no lo son ya en Turquía”.
Asimismo, Arapkirli señala el amiguismo entre los empresarios de la información y el gobierno: “Los jefes de los medios han jugado a un juego muy peligroso con las élites políticas. Los empresarios perciben los medios como un arma para obtener beneficios, y el gobierno ha entendido eso, bloqueando sus vías de inversión. El poder de los medios para cuestionar al poder se redujo a cero. Los periodistas aún podían investigar de forma independiente, pero al precio de su muerte editorial y comercial”.
La periodista Evrim Kepenek también menciona esta consecuencia: “Informamos de hechos que en cualquier rincón del globo serían simplemente noticias, pero aquí corremos el riesgo de que nos encarcelen por hacerlo. También tenemos miedo de acabar en el paro. Los periodistas sufrimos una especie de muerte social”.
Y no es solo la muerte social. La falta de respeto a los derechos de los periodistas presos continúa dentro de las prisiones. Ahmet ?k, que se ha convertido en un símbolo para los periodistas críticos, lleva ocho meses encarcelado. Se le han negado las visitas y no se le permite tener correspondencia. El periodista kurdo Nedim Türfent, acusado de pertener a organización terrorista, afirmó que en 13 meses de arresto solo había podido leer las etiquetas de los productos de limpieza, porque la dirección de la prisión le había impedido acceder a libros. Además, narra que sufrió agresiones físicas y que hombres encapuchados se fotografiaron pisándole la cabeza.

Detenido en España
Las prisiones españolas retienen hoy al periodista turco-sueco Hamza Yalçin, acusado por el gobierno de Ankara de conexiones con una organización terrorista. El arresto ocurrió en Barcelona tras una orden de la Interpol. Yalçin escribía para la revista Odak. El Ministerio del Interior español aún no se había pronunciado al respecto al cierre de esta edición.
Tal y como se indica en los principios de la Federación Internacional de Periodistas, el primer deber de un profesional de la información es respetar la verdad y el derecho del público a acceder a esta verdad. Estos valores centrales de precisión, independencia, justicia, imparcialidad, humanidad y responsabilidad están bajo asedio en Turquía. Solo a través de la tenacidad y la defensa de estas ideas por parte de algunos periodistas podrá el país superar esta crisis, devolviendo al público su derecho a la verdad, tanto en Turquía como en el resto del mundo.
Dora Menguç, en La Marea

GEROA BAI PIDE RESPONSABILIDAD A PODEMOS E I-E PARA QUE NO RECHACEN LA LEY DE POLICÍAS

Geroa Bai ha pedido a los grupos parlamentarios de Podemos Ahal Dugu e Izquierda-Ezkerra “un ejercicio de responsabilidad política” para no aprobar ninguna enmienda a la totalidad de rechazo al proyecto de Ley de Policías impulsado por el Gobierno de Navarra y la consejería de Interior.
En rueda de prensa en la sede de la coalición en Pamplona, el portavoz parlamentario de Geroa Bai, Koldo Martínez ha advertido que si no se aprueba la Ley de Policías no se podrá desarrollar el modelo de exclusividad de Policía Foral que defienden las formaciones del cuatripartito y pide a estas formaciones ser “coherentes con la policía foral que queremos”.
A la par Martínez ha asegurado no entender “que las decisiones políticas de algunas formaciones estén supeditadas a las decisiones de los líderes de algunos sindicatos”, en referencia (aunque no lo ha dicho) a Izquierda-Ezkerra y Comisiones Obreras. “No puede ser”, ha zanjado.
Koldo Martínez ha aprovechado la rueda de prensa para reconocer “la enorme labor que la señora Beaumont ha hecho al frente de su departamento y a todo el trabajo que han hecho los miembros de su departamento” y ha recordado que “el acuerdo programático (..) recoge la necesidad de negociar con el Estado el desarrollo escalonado de la Policía Foral, esa exigencia de Policía Foral integral, en exclusividad de alguna forma ya la habíamos firmado en el acuerdo programático “.
Martínez ha cifrado el incremento para las arcas públicas de las cuestiones recogidas en el proyecto de ley de Policías por un valor de  4,3 millones de euros y considera “un contrasentido” que no se pueda desarrollar un modelo de excelencia para la Policía Foral por el rechazo de varios grupos parlamentarios.
En la rueda de prensa ha intervenido el portavoz en la Comisión de Interior de Geroa Bai, el parlamentario Patxi Leuza que ha detallado algunas cuestiones técnicas del proyecto de Ley Foral.
Por su parte, Itziar Gómez, portavoz de Geroa Bai en Pamplona ha señalado que “si prosperan las enmiendas a la totalidad no se podrán seguir prestando algunos servicios, no se podrán desarrollar nuevos servicios, ni conseguir una policía integral para Navarra”, y ha advertido de rechazarse la ley de Policías “se tendrán que derivar si o si algunos servicios a la Policía Nacional y la Guardia Civil, y además seguiremos teniendo una deficiente organización de las policías locales”.
Gómez ha aludido un informe elaborado por un grupo de Interior con alcaldes y jefes de Policías Locales donde se pone de manifiesto que la situación con la ley actual es “complicada y que concluye que la actual ley de policías ocasiona serias dificultades y era necesaria su modificación en funciones y competencias, así como convenios de colaboración, traslados, regulación de servicios, retribuciones, horarios, calendarios y permisos, o los auxiliares de la Policía Local entre otras”. “Si se devuelve (la ley al Gobierno),  el impacto para los ayuntamientos será negativo y costoso para toda la ciudadanía”, ha inquirido.
En la rueda de prensa ha intervenido el portavoz en la Comisión de Interior de Geroa Bai, el parlamentario Patxi Leuza que ha detallado algunas cuestiones técnicas del proyecto de Ley Foral.
pamplonaactual.com

lunes, 25 de septiembre de 2017

AGRAVAR LA HERIDA

Algo muy importante sucedió el miércoles en Catalunya: el asedio –tomo la palabra del editorial de La Vanguardia– de los poderes del Estado a las instituciones catalanas provocó la indignación –quizás también la desconexión– de muchas personas hasta ahora poco o nada interesadas en la independencia. Es un cambio de rasante. Se puede notar que la desafección –el president Montilla fue el primero en hablar de ello– está creciendo como reacción a las medidas excepcionales que el Gobierno Rajoy y los tribunales han puesto en marcha y que –se admita o no– constituyen una suspensión de la autonomía por la puerta de atrás.
El desorbitado despliegue policial y la insistencia en calificar como “tumultos” las manifestaciones pacíficas indican claramente que el PP –con apoyo del PSOE y de C’s– ha errado el diagnóstico en términos históricos y que no ha repasado las lecciones cubanas y saharauis que –salvando todas las enormes distancias– las élites de Madrid deberían tener presentes. La noticia no es que Rajoy haya decidido pasar a la historia como el gobernante que perdió Catalunya, la noticia es que ningún estratega de Madrid haya entendido el cambio profundo de mentalidad en una parte central y activa de la sociedad catalana. Atención a las denuncias hechas ayer en Montserrat, no es ninguna anécdota. Mientras los ultras se hacían los amos de Zaragoza (agrediendo a políticos y periodistas) ante la pasividad policial, muchas personas llenaban de carteles pro referéndum ciudades y pueblos de Catalunya, en un ambiente festivo. ¿Qué nos puede extrañar cuando es legal la Fundación Francisco Franco y se persiguen, en cambio, la ANC y Òmnium?
La semana pasada hubo 14 detenciones de altos cargos del Govern y no sabemos qué pasará hoy, pero todo hace pensar que la represión no disminuirá. La herida se agranda y es más dolorosa. Isaiah Berlin explica muy bien que el nacionalismo es “una respuesta a una herida infligida sobre una sociedad” que también puede originarse en un “sentido de humillación de sus miembros”. La herida antigua se reabrió con la sentencia del TC sobre el Estatut, la herida se ensanchó con la negativa de Rajoy a hablar de un nuevo pacto fiscal, la herida se envenenó con el rechazo del PP y del PSOE a un referéndum pactado a la escocesa y, finalmente, la herida ha tocado hueso con el estado de excepción que, de facto, estamos sufriendo.
Todo el mundo se pregunta qué pasará el domingo. Porque el juego del gato y el ratón continúa. Y porque habrá miles de personas que intentarán votar. Dicho esto, la apuesta de Rajoy ha olvidado que el 2 de octubre –pase lo que pase– no habrán desaparecido como por arte de magia los partidarios de la independencia: la herida es tan grave que todo lo que se hace para frenar el referéndum sólo sirve para ampliar el perímetro social del soberanismo y para acelerar involuntariamente la secesión.
Francesc-Marc Álvaro, en La Vanguardia

sábado, 23 de septiembre de 2017

ES UNA CRISIS DE ESTADO

Nada mejor que hablar con periodistas y observadores extranjeros para entrenarse en el difícil ejercicio de la síntesis. Al final del día quedan sobre la mesa unos cuantos comprimidos.
Primero. La actuación más contundente que se ha llevado a cabo en España contra un gobierno autónomo, por motivos políticos, tiene lugar pocas horas después de que la línea del Gobierno sobre Catalunya haya sido derrotada en el Congreso de los Diputados. Las acciones judiciales y policiales que en estos momentos tienen lugar en Barcelona no cuentan con el respaldo explícito del Congreso. La política española está entrando en una peligrosa fase de excepcionalidad sin el visado del Parlamento. La legislatura puede quedar totalmente bloqueada según cómo evolucionen los acontecimientos.
Segundo. Se está produciendo un salto cualitativo en la protesta catalana, que el poder ­central parece ignorar o menospreciar. La intervención económica de la Generalitat –sin pasar por el Parlamento–, las detenciones y los registros están generando una ola de indignación que sobrepasa los límites sociales del independentismo. El caudal de la protesta se está ensanchando. Aun cuando están en desacuerdo con sus gobernantes, la gran mayoría de los catalanes siente un fuerte apego por la Generalitat. Es la historia del país y es el legado de Josep Tarradellas. Hace ahora cuarenta años, con el presidente Tarradellas regresó la institucionalidad catalana. La nación representada por una institución. Los pasados días 6 y 7 de septiembre, los independentistas cometieron el inmenso error de forzar la institucionalidad catalana en el Parlament. Aquel día, perdieron. Mucha gente se acostó abochornada. Dos semanas después, el aparato del Estado agarra la institucionalidad catalana por la solapa: ahogo económico de la Generalitat –sin debate en el Congreso–, detenciones, setecientos alcaldes imputados... Se está activando en Catalunya un reflejo defensivo que sobrepasa el recinto soberanista.
Tercero. La ampliación del canal de la protesta puede estar desdibujando algunas fronteras emocionales entre independentistas y no independentistas. Este nuevo fluido puede incrementarse en los próximos días, según cuáles sean las decisiones del aparato del Estado. Las cosas podrían cambiar de signo si la mayoría soberanista en el Parlament cede a la tentación aventurera y se lanza a una declaración unilateral de independencia. El día 1 de octubre se está perfilando como una gran jornada de protesta. Muchos de los centros de opinión de Madrid son asombrosamente insensibles a la dinámica profunda de los acontecimientos. Catalunya puede estar entrando en el ciclo histórico de su separación de España ante el insensato aplauso de las tertulias madrileñas. Un ciclo histórico no necesariamente corto. El día en que el independentismo alcance una adhesión del 60% no habrá Guardia Civil que lo pare.
Cuarto. Se están contraviniendo algunos de los consejos sabios que ha recibido el Gobierno español en los últimos dos o tres años. Michael Ignatieff, federalista canadiense, declaraba lo siguiente a El País hace diez meses: “¿Se sienten los catalanes una nación? Por supuesto. Sería estúpido, o al menos mal aconsejado, negar esa evidencia. El objetivo es conquistar y retener la lealtad del sector moderado de la población que se siente orgulloso de su identidad, de su lengua, y que se siente distinto del resto de españoles, pero aun así quiere permanecer en España”.
Quinto. Ayer hubo protestas en diversas ciudades españolas. Madrid, todo el Arco Mediterráneo, el País Vasco, Galicia, Andalucía... Españoles preocupados por el futuro de su país. Hay en estos momentos una gran inquietud ante las imágenes de Barcelona. La reacción popular en Barcelona tiene el grosor de las crisis de Estado. El Gobierno no puede renunciar al cumplimiento de la ley y de la Constitución, pero tiene la obligación de ofrecer perspectivas de salida. No hay autoridad sin horizonte.
Sexto. El Partido Nacionalista Vasco, pieza imprescindible de la actual mayoría presupuestaria, se está alejando del Gobierno. No quisiera hacerlo, no le interesa, pero la dinámica de los acontecimientos le empuja en esa dirección. El PNV estará en la asamblea de parlamentarios que Podemos convoca el domingo en Zaragoza. Hace un mes, ese escenario era imposible. Rajoy podría prorrogar los presupuestos actuales, pero se enfrenta al riesgo de una legislatura definitivamente muerta.
Séptimo. Hay muchas preocupación en los principales gobiernos europeos y en Bruselas. No les gusta nada la dinámica en curso.

Enric Juliana, en La Vanguardia

LA QUINTA COLUMNA DEL PSOE

El azar ha querido que el nombre de la portavoz socialista en el Congreso de los Diputados describa la política oscilante del PSOE sobre Cataluña. Efectivamente, una margarita de la que se desprenden pétalos gubernamentales unas veces, y otras, pétalos oposición. Quizás sí, quizás no; tal vez sí, tal vez no; no pero sí, sí pero no, vaya usted a saber cuál es hoy la posición de Pedro Sánchez. Lo que sí es rotundamente cierto es que este es un septiembre aciago para el secretario general del PSOE. En esta quincena ha despilfarrado una buena parte del amplio capital político que había acumulado durante el primer semestre del presente año. De aquel no es no a Rajoy, a este no de los lunes, miércoles y viernes  y sí de los martes, jueves y sábados. Pedro Sánchez aparece como un dirigente demediado, desinflado y paralizado justo cuando podría tener la Moncloa muy al alcance de la mano.
El Gobierno de Rajoy ha perdido la mayoría parlamentaria. La perdió cuando toda la oposición rechazó la respuesta penal como única política catalana, la ha vuelto a perder cuando Cristóbal Montoro ha tenido que aplazar la presentación de los Presupuestos por la negativa del PNV a secundar la represión preconstitucional contra los catalanes. Ningún grupo parlamentario, salvo Ciudadanos, cuña de la propia madera, apoya el estado de excepción de facto que mal aplica en Cataluña un gobierno torpe e incompetente además de corrupto y neofranquista. Urge, pues, echarlo y sustituirlo por una mayoría que ya existe, pero que aún no se ha podido formalizar como tal. Que estaría formada por PNV, PSOE, Esquerra y PdCap y que haría viable una moción de censura. Encuentros políticos, como la asamblea de parlamentarios y concejales del domingo en Sabadell, bien podrían desembocar en la reedición de aquel pacto de San Sebastián de 1931, previo a la formación de un gobierno provisional democrático.
Sin embargo, es el PSOE de Aragón el que intenta obstruir esta cita, tal como el PSOE de Andalucía, mediante la indisciplina de cuatro diputados andaluces que rompieron la abstención socialista en la votación sobre el apoyo a Rajoy en la cuestión catalana, separa al PSOE de todo el  resto de la oposición. El inquietante problema de Pedro Sánchez es esta Quinta Columna del PP en el mismo seno de su partido. Evidentemente, quienes ayer votaron a favor de que gobernara Rajoy, no están dispuestos a dejarle caer. Susana Díaz y Javier Lambán perdieron la batalla de las primarias, pero no la guerra como muy bien empieza a verse en Sevilla y Zaragoza. No es sólo un ajuste de cuentas personal, que lo es, sino de una línea política que apuesta por el PPSOE. Han vuelto a marcarle una raya roja que, de ser traspasada por Pedro Sánchez, previsiblemente generaría la aparición de un grupo parlamentario nacionalsocialista andaluz.
Se equivoca Sánchez si cree, como parece calcular, que después del 1 de octubre todo va a ser distinto de antes del 1 de octubre. El referéndum no es más que un mero pretexto. La cuestión de las cuestiones, como lo fuera a lo largo de 2106, es que hoy como ayer se encuentra con que son sus compañeros de partido los que se oponen a que vuelva hoy a intentar alcanzar la Moncloa en compañía de lo que siempre denominan como indeseables nacionalistas o chusma morada. Los quintacolumnistas le señalan que no hay más compañeros de viaje que Rajoy, Rivera, ni mejor vehículo que el PP y Ciudadanos. La crisis catalana acentúa el permanente drástico veto a Podemos y a Pablo Iglesias por cuanto defienden el derecho a decidir. No es, pues, ni Esquerra, el PNV o el PdCat, ni mucho menos la formación morada, el obstáculo para llegar a la Moncloa, sino que quien lo impide es la Quinta Columna del PSOE.
O Sánchez la descabeza o volverá a ser descabezado. Una mínima estrategia progresista, únicamente viable desde la unidad de las fuerzas democráticas, es inviable si continúa soportando la espada de la Quinta Columna sobre su cabeza. Es, desde luego, su última oportunidad política para hacer frente al chantaje quintacolumnista sumándose al resto de la oposición, casi todo el Congreso de los Diputados, en la denuncia de la involución autoritaria de un gobierno minoritario que se sostiene gracias a la palpable y siniestra labor de zapa del PP en el seno del grupo parlamentario socialista. O recupera la energía con la que venció en las primarias socialistas, con el apoyo de las bases, o el PSOE volverá a ser uncido al yugo del carro parlamentario del PPSOE. Continuar deshojando los pétalos de la margarita supondrá su muerte política.
Acostumbraba decir Bertold Brecht que hay gente que se masturba, gente que folla con condón y gente que se masturba con condón, que son los que siempre dudan para eludir la decisión. Lo peor que puede hacerse siempre en política es masturbarse con condón; esa es la tentación que siente hoy Pedro Sánchez. Y tiene que elegir. O lo uno o lo otro. O con la Quinta Columna o contra la Quinta Columna. O desata la cuerda de presos políticos que acaba de iniciar Rajoy o la anuda todavía más. Ahí tiene el buen ejemplo del Lehendakari Iñigo Urkullu dispuesto a arrojarle a la cara a Rajoy los treinta denarios– nada menos que unos cinco mil millones de euros– si persiste en darle otra vuelta más a la tuerca judicial sobre el cuello de toda la sociedad catalana a la vez que la priva de su inalienable derecho a decidir sobre su futuro. Si cae Cataluña, cae el resto del Estado español.

Fernando López Agudín, en Público

jueves, 21 de septiembre de 2017

UNA EXPOSICIÓN RECOGE DOS MIL AÑOS DE DOCUMENTOS NAVARROS SOBRE EL EUSKARA

El Archivo Real y General de Nafarroa acoge hasta fin de año la exposición ‘Navarrorum. Dos mil años de documentos navarros sobre el Euskera’, muestra documental que refleja la presencia de esta lengua desde la Antigüedad romana hasta el siglo XIX. Para ello, se han seleccionado 36 piezas por su valor testimonial.
Comisariada por el historiador, sociólogo y archivero Peio J. Monteano, se celebra cuando se cumplen 850 años del documento suscrito por el rey Sancho VI el Sabio, en el que se denomina al euskara ‘lengua navarrorum’, es decir, la lengua de los navarros.
Según señala el Gobierno de Nafarroa en una nota, los documentos se muestran agrupados en seis bloques temáticos que responden a la propia evolución de los testimonios históricos sobre la lengua: un primer periodo –la Antigüedad romana y los llamados ‘siglos oscuros’– en el que el euskara apenas deja su huella en textos escritos en otras lenguas; una segunda etapa, en la que los textos la nombran como la lengua de los iruindarras, primero, y de los navarros, después; un tercer momento en el que el euskara se escribe; y un cuarto, en el que se comienzan a imprimir libros en esta lengua. El retroceso geográfico y social que se inicia en el siglo XVII conforma el quinto bloque. Finalmente, una serie de documentos muestran cómo ya en los siglos XVIII y XIX, el euskara se ve atrapado entre la razón ilustrada y el sentimiento romántico.
Cada bloque temático se introduce con un breve audiovisual que contextualiza los documentos en su momento histórico y cultural. Los documentos se muestran en reproducciones paneladas a gran tamaño, con su transcripción y breve explicación en cuatro idiomas: euskara, castellano, francés e inglés. Los originales de algunos de ellos, como la estela de Lerga, del siglo II, el cartulario de Leire del XII o la biblia de Leizarraga, se exponen también en vitrinas. A través de este patrimonio documental, ‘Navarrorum’ afronta el reto de mostrar mediante documentos escritos la trayectoria histórica de una lengua que, durante casi milenio y medio, no se escribió.
Gran parte de los documentos que se exhiben en esta muestra procede del propio Archivo Real y General de Nafarroa, así como de otros centros documentales dependientes del Gobierno de Nafarroa –como el Museo de Nafarroa o la Biblioteca General de Nafarroa– y otras entidades de la comunidad como la Biblioteca de Capuchinos, Biblioteca de la Universidad del Opus, Archivo de la Catedral de Iruñea, Archivo Diocesano de Iruñea, Casa-Museo de Gayarre, la fundación Caja Navarra o el Archivo Municipal de Iruñea. Asimismo, se exhiben piezas procedentes de centros archivísticos de Madrid, Santiago de Compostela, Compostela, Bilbao, París, Oxford, Chicago (USA) y Tombouctou.
Esta muestra pretende facilitar una explicación histórica para contextualizar la situación actual de esta lengua. Se trata, sobre todo, de resaltar su valor cultural. En este sentido ‘Navarrorum’ también pretende realizar un reconocimiento público al euskara como patrimonio cultural, y poner en valor su conservación y promoción.
La exposición está organizada por el Servicio de Archivos y Patrimonio Documental y ha contado con la colaboración de Euskarabidea, que ha realizado los contenidos audiovisuales con el objetivo de garantizar la conservación del material documental más allá de la duración de la muestra. De esta manera se incide en la difusión del patrimonio cultural de Nafarroa, uno de los cometidos fundamentales de la Dirección General de Cultura.
Las visitas podrán realizarse hasta el 31 de diciembre, todas las mañanas, en horario de 10:00 a 14:00, y por la tarde, de 17:00 a 20:00 horas. A partir de enero de 2018, la exposición iniciará un recorrido por las principales localidades navarras, y continuará por lugares donde la lengua ha tenido presencia a lo largo de la historia.
La información relativa a la exposición se actualizará puntualmente en la página web tanto en castellano como en euskara.
naiz.eus

ESPAÑA, UNA MEDITACIÓN POLÍTICA: CATALUÑA

En 1983, José Luis L. Aranguren (1909-96) publicaba un libro con el título que encabeza este artículo. Estimo que puede resultar de interés volver a la reflexión de este pensador, aún en gran medida válida para el tiempo actual, pues se echan en falta voces y plumas de la categoría humana e intelectual de Aranguren para iluminar esta hora de incertidumbres que vivimos. Quisiera centrarme en el capítulo del libro dedicado a "Cataluña y España" por resultar muy oportuno de recordar en este momento histórico.
Lo primero que Aranguren señala, desde la comprensión y admiración por la cultura y forma de vida catalanas, es el "desencanto de Cataluña" que hoy resulta casi irreconciliable desencuentro. Para resolverlo, a su parecer, había que partir y era necesaria la "autocrítica" por ambas partes. Una parte para entender y asumir que históricamente España nunca ha sido una nación sino una monarquía asentada sobre nacionalidades diversas, ni tampoco un estado sino más bien un imperio. Y la otra parte para aceptar que su ser nacional y sobre todo su lengua, que además se hallaba entonces, según él, en un cierto estancamiento literario y creativo coloquial, no eran compartidas por un sector importante de la población catalana, particularmente la originaria de la masiva inmigración de toda la península acaecida a lo largo del siglo XX.
La primera autocrítica, creo, sigue siendo muy razonable pues, tras décadas de Estado de las autonomías, la "multinacionalidad" de España (ahora decimos "plurinacionalidad") debería estar asumida por gran parte de la ciudadanía y por la mayoría de los partidos políticos estatales. La segunda autocrítica resulta más difícil de valorar actualmente ya que, si nos atenemos a la lengua, es evidente su uso extendido y normalizado en la población y en todos los ámbitos de la vida social y cultural. Y en cuanto al ser nacional, existe una suficiente —para muchos no la suficiente— mayoría política partidaria de, al menos, celebrar un referéndum sobre la independencia de Cataluña y en ello no hay diferencias por el origen o nacimiento.
Volviendo al idioma, Aranguren hace un alegato a favor de toda lengua, por minoritaria que sea, como "genuina e irreductible perspectiva sobre la realidad y, todavía más, creadora de realidad. La lengua tiene que ser defendida y liberada, sí, pero lejos de todo proteccionismo conservacionista, ha de ser también ilustrada creadoramente por los propios catalanohablantes". No obvia el problema político de disponer de un Estado o no para defender mejor un idioma, pero el papel que él quiere encarnar es el de intelectual y lograr la organización de un Estado que promueva la cultura, lo cual es tarea de todos, españoles y catalanes, "interculturalmente", en diálogo. El objetivo sería alcanzar una síntesis entre el reconocimiento pleno de la cultura catalana y las formulaciones correspondientes en el plano político.
En cualquier caso, Aranguren apuesta por bases más culturales que políticas para repensar la nacionalidad catalana, para inventar culturalmente una nueva forma de existencia colectiva, la cual podría cerrarse sobre sí misma o bien abrirse a España y a Europa. Fiel a su pensamiento, también anima a la "heterodoxia" en el catalanismo y, con todo ello, formula su propuesta de una "nueva catalanidad" que envuelva en su proyecto futuro a "unos y otros catalanes". Esta llamada al entendimiento mutuo puede sonar casi profético desde el presente aunque no sé si ahora mismo es posible llegar a él y en qué términos pero opino, como Aranguren, que sería lo más conveniente para la convivencia. Como obstáculo —aunque sea sobre el caso vasco pero igualmente aplicable al catalán— denuncia el "juridicismo" o "interpretación" interesada y particular de la Constitución que sirve de parapeto para ocultar la tendencia a no hacer nada o "noluntad" de algunos dirigentes, a dejar que la situación degenere y se "pudra" hasta el "abandonismo", tal como, en los conflictos internacionales, "no-hacía y terminaba por hacer, demasiado tarde y de la peor manera posible, Franco" o "tendía a no-hacer el Gobierno de UCD, heredero legítimo, sin ruptura, de aquél".
Por último, su reflexión va más allá de la coyuntura y propone emprender una tarea de desmitificación cultural del viejo concepto de "nacionalismo". Por un lado, los nacionalistas, en este caso catalanes (él se refería a los vascos), habrían de renunciar o posponer su "sueño de una independencia imposible" y por otro, los nacionalistas españoles, en una Estado cada vez más sometido y colonizado económicamente, no deberían aferrarse a esa ficción de la "unidad nacional", en realidad plurinacional. Aunque afirme sin dudar que "la época de los nacionalismos toca a su fin", no sabía bien si sería en favor de grandes "comunidades" concretas, autónomas, democráticas y supranacionales, que en su opinión sería lo deseable, o bien de grandes "imperialismos", como era de temer. Considero que hoy todo es más complejo y si, por un lado, existe una legítima reivindicación nacional, que nunca ha desaparecido, como seña de identidad de los pueblos, por otro se han exacerbado nacionalismos de nuevo cuño fanáticos, totalitarios e imperialistas como el yihadismo, además de renacer ideologías populistas diversas, que están dominando a veces peligrosamente el escenario internacional.
Para él, la organización probable del mundo, si era realmente democrática, habría de ser supranacional pero de "naciones" en un sentido pre-nacionalista de la palabra. Así, frente a la "obsolescencia" del "nacionalismo político" que él auguraba, su fórmula es la "nación" arraigada en una cultura y lengua propias, no estancadas sino en continua renovación. Se refería así a una "revolución cultural" mediante las estructuras elementales de la vida cotidiana de esa "nación" con minúscula.

Mikel Aranburu Zudaire, en infolibre.es

miércoles, 20 de septiembre de 2017

YA ESTÁN EN EL BASURERO DE LA HISTORIA

Quien gobierna un país si no es buena persona debe ser al menos competente y para ello debe conocer ese país, empezando por la historia. En el Reino de España la historia, siempre una interpretación interesada de un modo u otro, es puro mito, empezando por esos míticos “quinientos años de existencia, coexistencia y concordia etc” y se olvida y oculta interesadamente la más reciente.
En 1951 tuvo lugar en Barcelona la primera disidencia al régimen de Franco tras la guerra, la huelga de tranvías. Durante días los ciudadanos se desplazaron a sus trabajos y ocupaciones a pie y los tranvías permanecieron vacíos, el motivo fue que el Gobierno subió el precio del billete en esa ciudad y, en cambio, conservó el precio en Madrid. No fue una reivindicación de tipo sindical sino cívica ante una discriminación centralista y fue tan pacífica como firme, el gobernador civil envió a la Guardia Civil que provocó muertes y el conflicto finalizó con la destitución del gobernador y el alcalde y la anulación de la subida del billete.
Eso lo ignora este Gobierno salido de una cueva de parásitos del estado, ignora y desprecia a Catalunya. El gobierno no está sólo, es cierto, con él está ese núcleo de poder de la corte en que se entremezclan rinconetes, cortadillos y todo tipo de pillos que chupan del estado la riqueza que creamos los demás. Un núcleo que se ha ido endureciendo en los últimos diez años y del que son portavoces acérrimos los medios de comunicación madrileños. Con esa corte madrileña codiciosa y enloquecida que jalea al Gobierno es imposible el diálogo, es una realidad que hay que asumir.
Pero hace mucho tiempo que Rajoy no es reconocido como presidente de un gobierno suyo por la gran mayoría de los catalanes y sin autoridad moral no se puede gobernar en democracia, por mucha ley que se invoque. También Franco tenía leyes, jueces y fiscales, las leyes no tienen valor por si mismas, su fuerza nace o del poder militar o de la autoridad moral que le confiere la ciudadanía. Y en Catalunya la ciudadanía hace tiempo que no le reconoce poder moral al Tribunal Constitucional ni a las leyes de este estado.
Ante esa situación Rajoy, desesperado, ha hecho visible al mundo su impotencia política y su cultura antidemocrática ocupando Catalunya con policía militarizada y deteniendo ciudadanos. Demostró que el único control que tiene sobre la ciudadanía de ese territorio es por la fuerza. Tras la apropiación que hizo este gobierno de las instituciones del estado, empezando por la Justicia, y tras la utilización ahora de la policía contra la ciudadanía, cuando debería protegerla, el estado español y sus instituciones ya no son reconocidas por la ciudadanía catalana. Sólo cabe avanzar en la ocupación policial y militar.
El President Puigdemont en una entrevista en TV3 hace unos días, ante la forma en que el Gobierno condujo este conflicto, ya no reconocía como interlocutor a Mariano Rajoy para un diálogo político, ahora le corresponde hacer lo mismo a los representantes de los partidos que se consideren democráticos, que no acepten que la política es la utilización partidista del estado contra la población. Era evidente que la estrategia del Partido Popular de utilizar a Catalunya como un instrumento de agitación españolista en beneficio propio comprometía el sistema político español y al mismo estado, sólo la ignorancia supina de la corte y el menosprecio a Catalunya podía explicar que los demás partidos no comprendiesen que ése era un camino fatal. ¿Qué hará ahora el PSOE? ¿Y el PNV?
Como en la huelga de tranvías de 1951 el nervio y la resistencia cívica de la sociedad catalana venció a la fuerza bruta de los militares que habían vencido antes por las armas. Nuevamente un gobierno ha enviado armas y policía militarizada y esta vez sí es verdad que son verdaderas fuerzas de ocupación, el incivismo cavernario de la corte no comprende hasta que punto esas armas son una ofensa a la pacífica sociedad catalana. También esta vez ese gobierno será derrotado por la resistencia pacífica ciudadana. Ya lo está, ha cruzado el límite de la cordura y está enloquecido. Rajoy y ese partido corrupto hasta lo inimaginable ya están en el basurero de la historia.
Mientras, ¿cuántas horas o días esperará la Unión Europea para proteger los derechos civiles de la ciudadanía catalana que garantiza la Constitución Europea? ¿Caben las ocupaciones militares en esta Europa?

Suso del Toro, en ara.cat

LA AMENAZA A LA DEMOCRACIA: LA VUELTA AL FRANQUISMO

Dos hechos que han ocurrido en las últimas semanas muestran el grado de derechización que se ha alcanzado en las instituciones políticas y mediáticas españolas en estos años de gobierno Rajoy. Uno de estos hechos, que ha pasado casi desapercibido, es el otorgamiento por la Editorial Espasa del premio que lleva su nombre a Stanley G. Payne por su libro En defensa de España: desmontando mitos y leyendas negras, que es una defensa del régimen dictatorial que existió en España desde 1939 hasta 1978, considerando al general Franco, que lo lideró, como (y lo cito textualmente) “el mayor modernizador de su país y el líder que alcanzó mayor éxito de todos los aspirantes a las dictaduras de desarrollo del siglo XX”. El libro es una defensa del golpe militar de 1936 y del régimen dictatorial español existente en este país.
Su autor, Stanley G. Payne, es profesor emérito de la Universidad de Wisconsin-Madison, en EEUU, donde dirige la Cátedra Vicens Vives, y pertenece a la categoría de hispanistas anglosajones próximos a las derechas españolas. Gran defensor de la manera cómo se hizo la transición en España de la dictadura a la democracia, considerándola como modélica, es contrario a la re-evaluación de tal proceso que están haciendo las nuevas izquierdas, como Unidos Podemos, En Comú Podem y En Marea, a las que considera como nefastas, como define también a las fuerzas republicanas de los años treinta, cuyas acciones, según él, hicieron necesario el golpe militar de los “nacionales” (el entrecomillado es mío). En realidad, Stanley G. Payne ha alertado a la sociedad española de una posible alianza del PSOE con Unidos Podemos, que reproduciría el Frente Popular que él abomina. La última ocasión en la que repitió este comentario fue nada menos que en el Centro de Estudios de la Defensa Nacional del Ministerio de Defensa del Estado español.
Dicho personaje ha recibido múltiples galardones del establishment español, habiendo sido elegido miembro de la Real Academia de Historia y de la Academia de Ciencias Morales y Políticas de España, receptor de la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, y nombrado doctor Honoris Causa por la Universidad Rey Juan Carlos. Es un académico del establishment conservador, cuyas opiniones y discursos resuenan y son aplaudidos por las derechas españolas, que en el panorama europeo son equivalentes a las ultraderechas. No me imagino que un libro semejante que hablara positivamente (tal como Payne hace de Franco) de Hitler, de Mussolini o incluso del mariscal Pétain recibiera tal reconocimiento en Alemania, en Italia o en Francia respectivamente, países que sufrieron dictaduras fascistas o nazis semejantes a la que sufrió España.
Pero en España no solo es posible, sino que es frecuente. En este aspecto, es importante también conocer qué es la Editorial Planeta, creada por el Sr. José Manuel Lara Hernández, que luchó en la llamada Guerra Civil en el lado golpista como capitán de la Legión, a la que se pasó tras conocer al famoso (por su crueldad) general Yagüe. Participó activamente en la represión política franquista cuando los militares ocuparon Barcelona, y fue, más tarde, jefe del sindicato fascista vertical de Artes Gráficas. En 1949 fundó la Editorial Planeta, convirtiéndose, como resultado de su entramado con el Estado, en una de las casas editoriales más importantes de España. Fue más tarde nombrado Marqués del Pedroso de Lara. Su hijo, José Manuel Lara Bosch, heredero de una de las editoriales más grandes (con unos ingresos anuales de 1.600 millones de euros) de España (y del mundo), expandió sus negocios a los medios de información, llegando a presidir la corporación Atresmedia (a la que pertenecen, entre otras, Antena 3, La Sexta, Onda Cero, Europa FM y Melodía FM). El Grupo Planeta es también el mayor accionista del diario de ultraderecha La Razón. Su gran poder mediático explica la docilidad hacia tal figura por parte del establishment político, lo cual explica sus muchos honores recibidos de autoridades públicas, incluyendo la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes del Ministerio de Cultura del Estado español, la Medalla Internacional de las Artes de la Comunidad de Madrid de la Sra. Esperanza Aguirre, el título de hijo adoptivo de Sevilla, y la Cruz de Sant Jordi, máxima condecoración de la Generalitat de Catalunya, y un largo etcétera. Sus relaciones fueron siempre cordiales con los principales partidos políticos gobernantes, primordialmente con las derechas del PP y Convergència, pero también con el PSOE.
Pero la burguesía representada por el Sr. Lara ha estado muy inquieta con el surgimiento de la nueva izquierda, que parece más difícil de domar. De ahí el galardón a Payne, en un intento de reforzar “la cultura franquista” todavía hegemónica en las estructuras de poder en este país. Tal burguesía parece estar alarmada, pues en la promoción de la elección del libro de Payne, el jurado del Premio Espasa subraya que tal libro provoca y desmonta los mitos y leyendas negras existentes en España sobre la Guerra Civil y sobre Franco, como si dicha visión favorable a la dictadura fuera minoritaria (casi prohibida) en España, habiendo sido reemplazada por una visión republicana, “roja” y “separatista”, que supuestamente, y según Payne, domina el mundo intelectual del país. En realidad su visión de España y de su historia, lejos de ser prohibida, es la hegemónica en gran parte de los aparatos del Estado y del establishment político y mediático del país. La transición no significó una ruptura con el Estado franquista, sino una adaptación y una apertura de este para legitimarse como Estado democrático, pero conservando y reproduciendo grandes elementos de la cultura franquista que continúan siendo hegemónicos en el país. La España uninacional, centrada en un Estado radial, es la dominante en los aparatos del Estado, y lo que está ocurriendo en España estos días es un ejemplo de ello, lo cual me lleva al segundo hecho ocurrido esta semana.
Pero antes quisiera subrayar que la evidencia existente muestra claramente que Franco tuvo poco de modernizador. Una persona profundamente conservadora y reaccionaria, cruel en extremo (según el profesor Malefakis, de la Universidad de Columbia en Nueva York, experto en el fascismo europeo, por cada asesinato que cometió el régimen de Mussolini, el régimen de Franco cometió 10.000), responsable del enorme retraso político, cultural y económico del país, es lo opuesto a modernizador. Solo dos datos muestran la falacia de ese argumento. Cuando ocurrió el golpe militar, España e Italia tenían el mismo PIB per cápita. Cuando la dictadura terminó, el PIB per cápita en España era solo el 64% del PIB de Italia. Y el 68% de la población adulta tenía menos de seis años de educación.

La represión que está ocurriendo en Catalunya
El Estado central, cuyo Jefe de Estado nunca ha hecho una declaración en contra de tal general (ni la hará), ni en contra de la dictadura (que tampoco hará), y cuyo partido gobernante, fundado por un ministro de Franco, nunca ha denunciado explícitamente aquel régimen, está hoy reprimiendo por la fuerza, con una enorme agresividad y falta de sensibilidad democrática (característica del franquismo), reuniones, discursos, material escrito, revistas y muchos otros actos, lo cual sería impensable en cualquier país democrático. Aquí y ahora, en Catalunya, bajo este régimen considerado democrático, ha reaparecido una represión política que (para aquellos que vivimos aquel horror y luchamos contra él) recuerda la dictadura intentando crear miedo entre la población con campañas masivas de intimidación, y saltándose leyes del mismo Estado, como bien ha denunciado el fiscal y magistrado emérito del Tribunal Supremo, el Sr. José Antonio Martín Pallín. El hecho de que los partidos independentistas que gobiernan la Generalitat se hayan saltado las leyes, violando el propio Estatut de Catalunya (como he denunciado en otros artículos), no justifica que el Estado central también lo esté haciendo.
Tal represión es para defender una visión de España, repito, uninacional, jerárquica, escasamente democrática, con un escaso compromiso con los derechos políticos, sociales y culturales de los ciudadanos del país, oprimiéndose a aquellos que tienen una visión distinta de España, definiéndolos como anti-España, tal como aquella dictadura hizo, dirigida por los llamados “nacionales”. Ello exige, de todas las fuerzas democráticas, una movilización para denunciar la represión franquista y también para resolver las causas que están creando una enorme tensión entre los distintos pueblos y naciones de España, lo que dificulta, entre otros temas, la resolución del enorme problema social en el que vive el país, en el que la mayoría de los jóvenes que desean trabajar no pueden encontrarlo, y donde casi el 40% de las familias monoparentales apenas llegan a fin de mes. Este es el mayor problema que tiene el país, y que está siendo ignorado, cuando no ocultado, por aquellos que han sido responsables, a los dos lados del Ebro, de la enorme crisis social, escondiéndose ahora detrás de las banderas, como frecuentemente ha ocurrido en la historia de este país.

Los herederos del franquismo están ocupando Catalunya
Dicha represión es la máxima expresión del predominio de la cultura y prácticas franquistas que ha mostrado el gobierno Rajoy hacia las sucesivas demandas expresadas democráticamente por el gobierno catalán, pidiendo que se reconozca la personalidad e identidad de Catalunya dentro del Estado español, siendo el último caso el Estatut del año 2006 impulsado por el gobierno Maragall (una alianza de un partido socialista, un partido comunista, un partido verde y un partido independentista de izquierdas). Aquel Estatut no pidió la escisión, sino el reconocimiento de la identidad de Catalunya después de haber sido aprobado por el Parlament catalán, por las Cortes Españolas y por el pueblo catalán en un referéndum, el cual fue vetado (en algunos de sus elementos esenciales) por el Tribunal Constitucional, que ha sido en gran parte un instrumento conservador, hegemonizado por el PP.
Y es de ahí de donde se genera una movilización de miles de personas en Catalunya que se consideraban españolas, y que han dejado de sentirse como tales, haciéndose favorables a las tesis secesionistas. Es a partir de entonces que grandes multitudes de catalanes salen cada año el día de la Diada a la calle. La enorme rigidez del gobierno Rajoy ha sido el mayor factor para que el independentismo se haya doblado; y a no ser que haya cambios, pasará a ser mayoritario en Catalunya. Esta es la raíz del problema, que no puede resolverse a través de la represión, a la que debemos oponernos y debe ser denunciada, pues la victoria a través de la represión es lo peor que puede ocurrir, tanto en Catalunya como en España. Ni que decir tiene que parte del problema es que los partidos independentistas en Catalunya están intentando instrumentalizar este enfado popular actuando de una manera claramente denunciable (como he escrito en muchos artículos, tales como “Cómo el tema nacional y el tema social se relacionan en Catalunya”, Público, 15.09.17 y “La desunión de las izquierdas: un mayor obstáculo para resolver la gran crisis social en Catalunya”. Público, 06.09.17). Pero la mayor causa de las tensiones es el gobierno Rajoy.

Esto no puede continuar así: los partidos y movimientos democráticos deben movilizarse
Esta situación es intolerable, pues condena al país a estar batallando sobre temas nacionales, olvidando el mayor tema social, lo que se traduce en el aumento del deterioro de la calidad de vida y el bienestar. De ahí que algo debe hacerse, y rápido, y lo primero es terminar la represión que destruye los derechos de la ciudadanía en Catalunya y que provoca lo opuesto a lo deseado.
Hoy el conflicto, no solo en Catalunya, sino en toda España, no es sobre si habrá o no independencia, sino sobre si se violan las reglas de la democracia o no, primordialmente por parte del gobierno español (lo cual forma parte de su ADN político), gobierno que ha llegado a utilizar el Ministerio de Justicia, en alianza con periodistas basura, para dañar y eliminar a sus adversarios políticos. Este es el debate que adquiere especial relevancia hoy. Si el gobierno Rajoy consigue sus fines inmediatos, multiplicará todavía más la inestabilidad en España, recuperando, a su vez, el centralismo, que dificultará la resolución del problema nacional. De ahí la urgencia de que, además de parar la represión, se fuerce un diálogo y un debate entre todas las fuerzas democráticas para ver cómo rebajar tales tensiones. Y como parte de este objetivo, se debería permitir un referéndum pactado (que como varios constitucionalistas han afirmado es posible incluso en la presente Constitución) para posibilitar la libre expresión de la opinión de los catalanes sobre su conexión con el resto de España con garantías, garantías que no han sido respetadas por el gobierno Rajoy (ni tampoco por el gobierno Puigdemont). Entre estas garantías debería incluirse la elección entre varias alternativas, no limitándose a independencia SÍ o NO, pues dicha dicotomía en Catalunya está sesgada a favor del SÍ, pues el NO es claramente inaceptable para la gran mayoría de catalanes ya que significa continuar en la situación actual. Es el reto de las fuerzas democráticas no independentistas desarrollar alternativas (como lo fue en su día el Estatut propuesto por el gobierno Maragall) que compitan con la secesión como manera de resolver tales problemas que no fueron resueltos en la primera transición por imposición del Monarca y del Ejército. Ello requiere una reflexión sobre la necesidad de un proceso constituyente para redefinir España y el Estado español, haciéndolo más democrático, más justo, equitativo y plurinacional. Es imperativo que el problema nacional no continúe ocultando el enorme problema social tan agudo que persiste en el país, pues el problema nacional y social están causados por el enorme dominio que los herederos de la dictadura continúan teniendo sobre el Estado español. De ahí que aplauda la iniciativa de las nuevas izquierdas de convocar una Asamblea de autoridades parlamentarias y municipales, pertenecientes a partidos y movimientos sociales democráticos, para dialogar y proponer salidas a la situación actual.
Y en este proceso, hay que considerar que es urgente que el Partido Popular (causa de las mayores tensiones) deje de gobernar el país. Hoy, numéricamente, es posible sustituirlo, creando a nivel del Estado una alianza entre los partidos de izquierdas y los partidos nacionalistas. Y a nivel de Catalunya los números también muestran que podría establecerse un gobierno de izquierdas que sustituyera al gobierno actual dirigido por Convergència, que ha dominado la Generalitat durante la mayor parte del periodo democrático, y que con el PP ha sido corresponsable de la gran crisis social existente en Catalunya y en España. Esto podría ocurrir ya, pero los movimientos sociales deberían movilizarse y presionar para que ello ocurriera. Me temo que uno de los mayores obstáculos vendrá no solo del aparato central del Estado, sino también del PSOE, pues no ha aceptado todavía el plurinacionalismo que sus antecesores, durante la resistencia antifascista, habían apoyado. Su temor a que desaparezca el bipartidismo en España y la existencia de la resistencia del aparato que perdió en las elecciones a Secretario General (pero continúa siendo potente en su seno) está dificultando esta posibilidad. Espero que una movilización de sus bases pueda una vez más forzar los cambios que permitan hacer la segunda transición, resolviendo los grandes problemas que quedaron sin solventar en la primera. Así lo espero por el bien de Catalunya y de España.

Vicenç Navarro (en Público)

BERTSOLARITZA KULTUR INTERESEKO ONDASUN IZANDATUKO DU NAFARROAKO GOBERNUAK

Ondare materiagabe gisara, babes mailarik gorena jasoko du bertsolaritzak herrialdean. Nafarroako Bertsozale Elkarteak egin zuen izendapenerako eskaera, eta hura gauzatzeko tramiteak abiatu ditu Nafarroako Gobernuak.
Nafarroako Gobernuak bidea ireki du bertsolaritza Kultur Intereseko Ondasun izendatua izan dadin, ondare materiagabe gisara. Modu horretara, Nafarroako Kultur Ondareari buruzko Foru Legean adierazitako babes maila gorena jasoko du bertsolaritzak. Hala, egun Lantzeko inauteriek, Ituren eta Zubietako inauteriek, Hiru Behien Zergak, Luzaideko Bolantek eta Cortesko makil dantzak osatzen duten zerrendara gehituko da bertsolaritza. 
Nafarroako Bertsozale Elkarteak urte hasieran egin zuen izendapenerako eskaera, bertsolaritzak herrialdean izan duen eta duen presentziari buruzko informazio xehatua aurkeztuz. Txosten horretan, bertsolaritzaren alderdi historiko eta etnografikoak, errotze maila eta komunitateen parte-hartzea, bilakaera eta transmisio moduak azaldu zituen Elkarteak.
Espedientea, gainera, Nafarroako Kultura Ondare Inmaterialaren Artxiboko zuzendari teknikoa eta etnolinguista den Alfredo Asiain Ansorenaren txosten batekin osatu da.
Nafarroako Gobernuak izendapenaren berri emateko kaleratutako oharraren arabera, "Nafarroan ongien gorde den eta azpimagarriena den errepentismoa" da bertsolaritza. Orain, izendapenaren bitartez, berau babesteko neurriak jarriko ditu martxan administrazioak, bertsolaritzaren "fosilizazioa, autonomia galera eta lehiaketa eta ikuskizun testuinguruen gehiegizko nagusitasuna" saihesteko. 
Jendaurreko argibideak eta Nafarroako Kultura Kontseiluak prestaturiko txostenaren tramiteak behin bukatuta sartuko da indarrean neurria, aurtengo udazkenean bertan. 
bertsozale.eus

martes, 19 de septiembre de 2017

AYERDI ACUSA A FOMENTO DE DAR ARGUMENTOS FALSOS SOBRE EL TAV

El vicepresidente de Desarrollo Económico del Gobierno de Navarra, Manu Ayerdi, ha mostrado su "enfado mayúsculo e incredulidad" con la posición que mantiene sobre el tren de alta velocidad el Ministerio de Fomento, al que ha acusado de dar argumentos "falsos" en la nota de prensa que emitió tras la reunión de la comisión de seguimiento del convenio de colaboración entre la Administración General del Estado, la Comunidad foral de Navarra y Adif, que se celebró este lunes en Madrid. 
Manu Ayerdi ha afirmado en una rueda de prensa que "cuando el Ministerio de Fomento dice que la propuesta del Gobierno de Navarra es inasumible porque no garantiza las obras del TAV es falso y cuando el Ministerio dice que la propuesta del Gobierno de Navarra supondría al menos un año más en blanco para las obras del TAV es falso".
El vicepresidente navarro ha explicado que su impresión al salir de la reunión fue que "nos hemos escuchado las dos partes, vamos a valorar lo que ha dicho uno y lo que ha dicho el otro, y seguimos en contacto". "Este fue el final de la reunión tal como lo vivió el Gobierno de Navarra y a las dos horas encontrarnos con esa nota de prensa en el coche fue una sensación de incredulidad y enfado mayúsculo", ha lamentado.
Durante la rueda de prensa, Manu Ayerdi ha explicado que antes de asistir a la reunión, remitió por la mañana una carta al ministro en la que planteaba cuál era la posición del Gobierno de Navarra sobre este tema. 
En primer lugar, le comunicaba que el Gobierno de Navarra estaba dispuesto "a hablar de nuestra propuesta y de la suya, a abrir el correspondiente periodo de negociación, pero sí le digo que el Gobierno de Navarra no firmaría un nuevo convenio sobre el tren hasta tener cerrado un acuerdo en torno al Convenio Económico". "Este es un asunto clave para Navarra. Cuando la aportación de Navarra al Convenio está por encima de los 600 millones y hasta el propio Javier Esparza (presidente de UPN) dice que la aportación debería estar e en torno a los 450 millones, imagínense la importancia que tiene cerrar antes el Convenio económico", ha apuntado.
Así, ha señalado que él mismo "no tendría capacidad de salir a la calle diciendo que he firmado un convenio sobre el tren, en el cual me voy a descontar lo que he adelantado de la aportación al Estado, sin tener cerrada una aportación que, si le hacemos caso al señor Esparza, esta más de cien millones por debajo de lo que estamos pagando". "Cualquier ciudadano en la calle me podría decir cómo he firmado el convenio sobre el tren sin tener cerrado el Convenio Económico", ha indicado.
No obstante, a la espera de cerrar el acuerdo sobre el Convenio Económico, Manu Ayerdi propuso firmar una adenda al convenio actual sobre el tren que incorporaría tres apartados. En primer lugar, el Gobierno de Navarra se comprometía a entregar los proyectos de los tramos 2 y 3 "tan pronto como los termine la ingeniería adjudicataria".
En segundo lugar, en lo relativo al tramo 2 del Castejón-Campanas, el Gobierno de Navarra plantea "una excepción a lo establecido en el convenio vigente y será Adif quien licite, adjudique, contrate y abone directamente las obras y abone también las exportaciones".
Finalmente, proponía incluir una cláusula para recoger "compromisos globales para el desarrollo de la línea Zaragoza-Pamplona-Y Vasca" con el objetivo de asegurar la condición de corredor ferroviario para este proyecto.
Manu Ayerdi ha explicado que "la situación, después de la reunión de ayer y de la nota de prensa del Gobierno del Estado, no es ni de lejos la mejor de las posibles". "La respuesta que nos ha dado el Ministerio no responde a la realidad. A partir de aquí, Navarra quiere influir lo más que pueda en una infraestructura que considera estratégica y que es competencia del Estado. La situación es preocupante e irritante", ha afirmado.
Europa Press Navarra
























lunes, 18 de septiembre de 2017

EL MANIFIESTO DE LA DESFACHATEZ

El manifiesto contra el referéndum catalán “1-O estafa antidemocrática. No participes. ¡No votes!” suscrito por unas mil personas de izquierda –buena parte vinculada a la órbita del PSOE- ha tenido su contrapunto en otras iniciativas que dicen exactamente lo contrario, defendiendo su legitimidad: las Diadas multitudinarias; 1500 profesores de todo el mundo que han firmado otra declaración; la plataforma “Madrileños por el derecho de decisión”; las 32 000 personas que nos manifestamos en Bilbao el pasado 16; o las 1640 firmas que recabamos en Euskal Herria a favor del referéndum del 1-O en activism.com
No repetiré los argumentos que publiqué aquí mismo el 5-9-17 (“En apoyo al referéndum de Catalunya” http://www.vientosur.info/spip.php?article12973) pero la denuncia de la convocatoria del referéndum desde ese manifiesto en términos de “fraude” o “estafa antidemocrática”… con su texto autoritario, tramposo y superficial, me ha producido vergüenza ajena. Busca deslegitimar el procés agarrándose a la inevitable forma acelerada que ha tenido que adoptar en sede parlamentaria catalana la Ley de Referéndum y la Ley de desconexión para poder sortear la espada de Damocles represiva del Estado (Gobierno y Tribunal Constitucional a su servicio) que se cernía sobre cualquier consulta.
Si tanto se quejan del forzado procedimiento express lo lógico es que hubieran exigido diálogo y facilidades al Estado para que el pueblo catalán hiciera con comodidad sus deberes. Y sin embargo no hay referencia crítica alguna al Gobierno Rajoy sobre cómo ha gestionado el caso catalán (con amenazas y represión). Silencian que son el Estado y su gobierno quienes impiden consultar desde hace años, forzando un choque de legalidades, obligando a una convocatoria unilateral -puesto que en otro caso no se celebraría- y sustituyendo la perspectiva político-constitucional por el Código Penal, como dice Pérez Royo.
El manifiesto toma el rábano por las hojas y culpabiliza a la víctima por recurrir a la legítima defensa. Ninguna referencia al derecho que le asiste al pueblo catalán a pronunciarse. Lo razonable es que hubieran defendido, antes y ahora, el derecho a consulta –para votar que No, por ejemplo- con plenas garantías democráticas facilitadas por el propio Estado y con el compromiso de respeto a sus resultados como en Escocia o Quebec. Y sin embargo atacan a quienes quieren el cambio del régimen del 78 –ya se vote sí o no- y que abriría la oportunidad para la democratización real de la propia España y el avance general en derechos sociales hoy negados.
Al fondo ni siquiera hay un choque de legitimidades, puesto que la legitimidad catalana basada en el mandato popular reiterado como nación y como electorado, contrasta con la ilegitimidad autoritaria estatal que avalan estos firmantes.
Ni se desmarcan de la apuesta represiva de Rajoy. No le dicen que en ningún caso recurra al 155 de la Constitución; y con su silencio cómplice le dan patente de corso para todo lo que haga en adelante.
Diciendo ¡No votes! están diciendo ¡No a la democracia! por razones no confesadas: porque el Estado no lo quiere; porque la democracia española no alcanza hasta ahí y porque la foto finish de voto por la independencia es inasumible.
En efecto la negativa a consulta decisoria alguna -ahora ni nunca- es la implícita posición central del manifiesto cuando apunta a un “futuro común libremente (sic) elegido en el marco de una España plural”, o sea, que no se ponga nunca en cuestión la unidad de España, no pudiendo ser una opción la independencia de ningún territorio.
En suma, es un manifiesto nacionalista español o, al menos, patriótico excluyente, que apuesta en este tema central por una alianza con Rajoy al poner por encima de todo la patria española. Pero además es tan autoritario e intolerante que se formula a costa de negar tanto una democracia integral como que otros puedan tener sus propias patrias. ¡Españoles a la fuerza! Con esa posición están invitando a un enfrentamiento entre pueblos en lugar de defender los derechos democráticos de todos, de unos y otros.
Tendrían que preocuparse de la mayoría española que vota PP en lugar de arremeter contra una sociedad que mayoritariamente pone en cuestión el modelo de Estado haciendo los deberes que la izquierda española no ha hecho estos años: la ruptura democrática o una segunda transición. La apuesta catalana debería haberles motivado a hacer lo propio en España y no a ofender el sentido democrático catalán a años luz de la cultura política española del bipartidismo.
A diferencia de la plataforma de “Madrileños por el derecho a decidir” que sigue la tradición de la izquierda que en los 70 defendía la autodeterminación de las naciones históricas, este otro manifiesto solo muestra el nivel de degeneración política de una parte de esa izquierda aliada en lo sustancial con la rancia derecha. ¡Pena!

Ramón Zallo, en Viento Sur

NO TODO VALE Y MENOS CUANDO DE SALUD HABLAMOS

Me ha producido sorpresa e indignación la intervención del parlamentario de UPN, Sergio Sayas, sobre el programa de trasplante de médula ósea del Complejo Hospitalario de Navarra. Desconozco el origen de la información que ha manejado, pero lo que sí ha puesto de manifiesto es que carece de ética política y de sensibilidad social y que está dispuesto a crear una infundada alarma sanitaria sobre la parte más vulnerable como son los enfermos afectos de cáncer con la finalidad abyecta de hacer daño político.

Disentir de las estrategias y esquemas organizativos de otras formaciones políticas no sólo es legítimo, sino que puede aportar mejores ideas, mejores análisis y soluciones más efectivas a los problemas planteados. Bienvenida esta forma de trabajar en lo público.

Pero utilizar el dolor ajeno, aprovecharse del sufrimiento de los enfermos que padecen cáncer y que están esperando con ansiedad VITAL al trasplante de médula ósea para recuperar un horizonte de vida, aprovecharse de esta angustia para hacer daño político lo considero una bajeza moral detestable.

El Sr. Sayas toca de oído y con partitura equivocada. Si su interés fuera el bien de los pacientes y ante la información que había recibido que los resultados del trasplante no eran los deseados, debía haberse puesto en contacto con los responsables que a buen seguro le hubieran informado, como es su deber. Pero no. Tocó el tambor y las trompetas para infundir miedo, angustia y dolor a los más débiles. Produjo un daño terrible, a sabiendas de que lo producía o con la inconsciencia moralmente punible de no haber cotejado el rumor malintencionado.

El 14 de Septiembre el Dr.Alberto Martínez, director de Asistencia Sanitaria del Complejo Hospitalario de Navarra, aclaró de forma contundente y documentada. Informó que durante el proceso habitual de control de los trasplantes (como se testan los procedimientos hospitalarios) hubo un informe con resultados dudosos y que, tras su análisis y elaboración de otros dos estudios, se comprobó que el primero adolecía de un error metodológico. Hecho nada excepcional en los estudios de investigación.

Qué fácil hubiese sido para el Sr. Sayas contactar con el Dr.Alberto Martínez. Pero algunas personas recorren un camino ciegamente, el camino se acaba pero ellos siguen.

He trabajado en la sanidad pública de Navarra 40 años de mi vida (los mejores) como cirujano. Todo mi sentir y mi energía fue intentar reparar aquello que la enfermedad había deteriorado. Pero lo que más esfuerzo me llevó conseguir fue ser cómplice del sufrimiento del paciente. Siempre deseé que el paciente sintiera que yo era parte de la solución.

No sabe Sr.Sayas el inmenso dolor que su desgraciada intervención ha añadido a los pacientes que esperan en el trasplante de médula el final de su largo calvario.

Si hubiese tenido más sensibilidad estoy seguro que en ningún momento hubiese cometido tamaña torpeza. Dudo que UPN apoye esta estrategia de intentar pescar en el sufrimiento ajeno. La enfermedad no entiende siglas políticas.

Desde hace décadas la Clínica Universidad de Navarra realiza un excelente programa de trasplantes de órganos con resultados óptimos. Y los pacientes y la sociedad les estamos agradecidos y valoramos enormemente sus resultados. Diría al Sr.Sayas que, afortunadamente actuaciones profesionales de toda índole -incluidos el trasplante de médula ósea también se realizan en la red pública de Navarra con plenas garantías. Entre otros reconocimientos el Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea ocupa en este momento el primer lugar en el ranking nacional gracias a los excelentes profesionales que lo conforman.

A veces uno llega a pensar que determinados actos de algunas personas reflejan sus carencias. No todo vale.

Miguel Aizcorbe Garralda, doctor en Medicina y Cirugía (publicado en Diario de Navarra)

EL ESTRAMBOTE COMO SÍNTOMA

No tengo el gusto de conocer al alcalde de Marcilla, pero puedo comprender que se sienta como postrero defensor de Numancia. El último estratega que tuvo UPN, Rafa Gurrea, insistía mucho en la necesidad de asentar el partido en el poder local, en el inmenso intersticio municipal de Navarra. Tanto se valoraba esa argamasa que había equipos dedicados, todos los días, a hacer kilómetros desde Príncipe de Viana con el exclusivo propósito de departir con los afiliados lugareños. Poco importaba formar a la militancia, mucho más tenerles convencidos de que en Pamplona había quienes estaban dispuestos a compartir con ellos un plato de magras. El legado de Barcina ha sido también la completa depauperación de ese poder cardinal, por más que en aquel arranque de mercadotecnia electoral se fotografiara sonriente a la entrada de los 272 municipios de Navarra, como el enanito de escayola de la película Amélie recorriendo el mundo. El prócer de Marcilla debió de pensar que sobre sus espaldas recaía la responsabilidad de vengar la afrenta del cambio, y en nombre de tantos alcaldes que fueron y ya no son ridiculizar el euskera como el estandarte de lo que Barkos representaba a su vera. Su gratuito intento de ofensa, armado sólo con el escaso ingenio que le dispensaba su simpleza intelectual -plagio de Wikipedia incluido-, tuvo continuación en una pieza escrita en el Facebook de su partido donde además se permitía introducir en escena al hijo de la presidenta. Toda una mezcolanza entre estulticia y ausencia de respeto y valores, justo lo que hay que exorcizar en un acto que tenía como motivo la inauguración del curso escolar.

Y luego está lo de Sayas. Eterno parlamentario en busca de cualquier momentico de gloria que tenga a mano. Un día dice que el PP es un partido podrido y corrupto y otro acude al Congreso a aplaudir con denuedo la investidura de Mariano. O se marcha a Madrid a cenar e intercambiar confidencias con el protegido de Esperanza, o les da una charla de estrategia política a unos de Nuevas Generaciones. Por hablar que no quede, especialidad de este personaje que cada vez que participaba en un debate televisivo engrosaba las alforjas electorales de los grupos de la oposición, tal era el histrionismo y la autosuficiencia con la que saturaba la pantalla. Reconvertido en portavoz de sanidad de su partido -en flagrante desprecio de quien lo decidió a una de las cosas más importantes que tenemos los navarros-, esta semana creyó tocar con sus manos la prueba de la criminosa actuación del Gobierno de Navarra en materia de trasplantes de médula ósea, alentando la idea de que se mantenía el programa por razones políticas a pesar de que su tasa de mortalidad era elevadamente atípica. Tan campanudo como ignorante, en burdo desprecio a la realidad, a los profesionales que de ella saben y a los informes que desmentían su temerario juicio, tal vez pretendió organizar el akelarre sanitario que siempre soñó. Osada ineptitud, brocha gorda, el micrófono de la sala de prensa de su partido y mucha desvergüenza. La templanza de Domínguez nos ha ahorrado asistir a un superlativo escarnio público de este desaprensivo.

Todos somos Navarra, dice el lema que acaba de inaugurar UPN. Obviedad conceptual, pero también reflejo de que el camino político por el que quieren transitar durante los 20 meses que faltan hasta las elecciones es el que emana de aquella manifestación con la que decían defender “la bandera de todos” ante “el intento de imponer la ikurriña”. No acaban de darse cuenta de que esos básicos argumentales que un día sirvieron -el vasquismo es invasor en su esencia y sólo ellos pueden gestionar los servicios públicos- ya no van a ningún lado. Ya no rentan una mínima receptividad, y por ello devienen en estrambote. Estamos ante el síntoma que señala la incapacidad para regenerar un mensaje, para asumir una realidad que ha desarbolado muchos mitos pretéritos. Es la estéril añoranza de un tiempo pasado que ya no volverá tal como era, y del que se resisten a escapar. Con ese bagaje roñoso caminan los de Esparza hacia la irrelevancia. Al otro lado de la balconada de su sede, a pesar de la bandera que la circunda, hay una parte de la sociedad navarra huérfana de respeto y de referencias políticas útiles.

Santiago Cervera, en Diario de Noticias

sábado, 16 de septiembre de 2017

LA GESTIÓN DEMOCRÁTICA DEL GOBIERNO DEL CAMBIO. NO IMPONER, NO IMPEDIR (Y III)

Quienes durante décadas hemos ansiado el Cambio en Navarra éramos conscientes de que no hablábamos sólo de la manera de gestionar los presupuestos públicos, y de que el motor del Gobierno del Cambio era y es sociológicamente “POLÍTICO”.
El tipo de Transición del régimen anterior al democrático, que se dio en las comunidades de mayoría antifranquista, quedó truncado de manera singular en Navarra; específicamente cuando UPN acabó liderando un gobierno derechista en una Navarra de mayoría progresista. En los siguientes 20 años, el azote del energumenismo de ETA por una parte y un socialismo navarro –postGestora- entregado a la derecha por otra, permitieron que UPN liderara el camino de tránsito del foralfranquismo de sus fundadores con la nueva realidad constitucional. De la mano y con el apoyo en la sombra de las élites navarras “de siempre”.
No hay que olvidar que UPN nació formalmente para eliminar de la Constitución un derecho singular de los navarros. Efectivamente ésta no permite la federación o unión de Comunidades con la única excepción de los Territorios Forales (esto es, Navarra y Comunidad Autónoma Vasca). Y Miguel Sanz lo explicaba claramente: “si el día de mañana los navarros entran en demencia y se vuelven locos, pueden mandar al traste la identidad del viejo Reino”. Esto es, UPN nació para imponer su manera de vivir la navarridad, y para impedir que “nuestro futuro sólo dependa de la voluntad de los navarros y navarras en el ejercicio de su libertad”, que es la aspiración de quienes vivimos nuestra navarridad de otra manera.
Bajo la apariencia de la “defensa de NUESTRA identidad”, UPN iba a liderar dos movimientos estratégicos:
El fáctico.- De acuerdo con las élites españolas para desarrollar el concepto sistémico de que “Navarra es cuestión de Estado” y liderar aquí un modelo único en España; lo que M. Sanz bautizó como “la Navarra de los Quesitos”: el único frente identitario de todo el Estado con la derecha y el socialismo postGestora que impedía la conformación aquí de una mayoría progresista .
El sociológico.- Para asentar en la sociedad navarra “anormalidades” sociológicas que no tendrían un pase en sociedades democráticas avanzadas, y que han servido para afianzar arquetipos identitarios, culturales, institucionales y mediáticos “normalizados” por la Navarra uniforme del Régimen, y que contrastan con la Navarra plural, vital y diversa de la realidad. Esa división entre “navarros comodiosmanda” que Impone modelos, e Impide que “navarros raros o poconavarros” puedan legítimamente dirigir las instituciones navarras, si así lo decide su sociedad. El “¡Fuera los demás!” de los militantes de UPN de Viana resume a la perfección su visión de nuestra sociedad.
Mirémonos en el espejo navarro ¿Es que acaso es “normal” que hayamos sido hasta ahora la única Comunidad sin una Oficina para Víctimas de la violencia de raíz política, como el terrorismo? ¿Qué institución europea mantendría en el centro de su capital un mausoleo dedicado a exaltar a los autores intelectuales de asesinatos y promotores del terror a una parte de su propia sociedad, como “los Caídos”? ¿Qué tipo de cálculo político y ético ha cultivado y “normalizado” la desMemoria de tantas décadas desde nuestros gobiernos navarros anteriores?

Enmarcado en el cambio político este Gobierno ha creado la primera Dirección general de Paz y Convivencia en Navarra. Y, desde las bases de Verdad, Justicia y Reparación para todas las víctimas de la violencia injusta e ilegítima de raíz política, apuesta por una Memoria Integral que alcance al arco temporal de las actuales generaciones vivas. Tanto del terrorismo de ETA, como del terror del 36, la violencia ilegítima oficial, o el de grupos de extrema derecha. Sin equidistancias sectarias, con integralidad; mirando al pasado de manera crítica, con paciencia y decisión ante los reclacitrantes; y poniendo en el centro de la acción social e institucional a quienes más han sufrido, de manera individual con sus nombres y apellidos. Y desde luego mirando al futuro y a las generaciones más jóvenes desde la Etica y los Valores: dentro del Programa de Escuelas por la Paz y la Convivencia se está trabajando con toda la comunidad educativa (profesorado, alumnado y familias) en las que han participado ya 3.000 personas con un total de 57 centros.
Sigamos mirándonos en el espejo social navarro ¿Es que acaso podríamos considerar “normal” que las mujeres, o las parejas y sanitarios en Navarra tuvieran vetado el ejercicio de derechos de ámbito estatal como el de interrupción del embarazo? ¿Es normal aplicar al conjunto de la acción pública principios de moralidad de ámbito privado?. Imponer e Impedir, el sello político del Régimen.
Con el Gobierno del Cambio se ha acabado con el tener que ejercer en clandestinidad o tener que viajar fuera de Navarra. Este gobierno está impulsando una nueva política de salud sexual y reproductiva para atender a una nueva realidad social; un abordaje integral de la atención a la salud sexual y reproductiva superando tabúes, que hasta ahora han supuesto una restricción a un acceso normalizado a prestaciones que son estrictamente sanitarias. En el ámbito de la igualdad este Gobierno es consciente de que también afrontamos un gran reto hasta desterrar de nuestra sociedad actos y actitudes sexistas.
Pero es bajo la apariencia de “la defensa de nuestra Identidad”, el escenario en el que la derecha prefiere jugar sus armas y su batalla política ¿Nos puede parecer “normal” que teniendo dos lenguas propias, seamos la única Comunidad en Europa que haya legislado para limitar el uso, acceso, aprendizaje y desarrollo de una de ellas? ¿O la inversión de dinero público navarro para impedir que se vea la ETB o impedir la legalización de Euskalerria Irratia durante 28 años? ¿Se puede admitir como “normal” que se hagan Convenios con Rioja o con Aragón, y se veten y excluyan relaciones con la CAV o la Eurorregión tan favorables o más para la sociedad navarra que los otros convenios?
¿Es normal que en el caso de nuestra extinta banca pública, la CAN, se llegaran a excluir salidas o soluciones de fusión por las mismas obsesiones identitarias? ¿Somos conscientes de que la misma UPN que quería la Laureada franquista en nuestro escudo y bandera (“una condecoración que unos navarros supieron ganar con valor físico y moral”), y la misma UPN que desde 2003 impedía y castigaba la autonomía municipal en sus balcones, es quien monta el pasado Junio el esperpento de “defender nuestros símbolos” de un enemigo tan necesario para ellos como inexistente en la realidad?
UPN impone su manera de vivir la navarridad como expresión de un nacionalismo español trasnochado: extranjerizando lo vasconavarro, y con un castellanismo supremacista que limita el uso del euskera como lingua navarrorum. En definitiva impide las otras maneras de vivir la navarridad, por otra parte consustanciales a la sociedad navarra de siempre. De nuevo queda patente el estilo político del Regimen: Imponer e Impedir.
Sin cambiar la Ley del Vascuence, este gobierno ha expresado en ley la voluntad de 44 municipios navarros de cambiar de “Zona” para que sus habitantes ganen en derechos lingüísticos. Y la actual mayoría parlamentaria ha eliminado el castigo y las multas para la autonomía municipal que UPN había legislado en 2003 con su Ley de Símbolos. Y UPN se ha apresurado a denunciar de manera enfermiza “una hoja de ruta para euskaldunizar Navarra y llenarla de ikurriñas que favorezca la anexión a Euskadi”.
Abrir donde otros cerraban, no imponer, posibilitar donde otros impedían. Esa es la apuesta de este gobierno. En Geroa Bai apostamos desde que nacimos por impulsar la coexistencia institucional de las diferentes maneras de vivir la navarridad; algo que ya existe en la vida real entre navarros y navarras. No se le puede pedir a nadie que “cambie de patria”. No imponer, no impedir.
Pero no perdamos perspectiva. A la sombra de la aparente “defensa de NUESTRA identidad” liderada por UPN creció el estudiado y documentado “Corralito Foral”; una versión menos noble de esa Navarra uniforme usufructuada por las élites económicas navarras y sus necesarios colaboradores. Por eso cuando UPN habla de “recuperar Navarra” en 2019, lo dice con propiedad, y en todos sus sentidos.
2015 ha traído importantes cambios que han afectado a la parte fáctica y a muchas cuestiones de Estado, tanto en España como en Navarra. Y la reciente victoria de Pedro Sánchez en el PSOE anuncia el giro del PSN para renunciar a favorecer en el futuro a la derecha navarra. Y así lo corrobora recientemente la portavoz del PP navarro llamando al PSN “a seguir votando como un solo hombre” con la derecha navarra. Un artículo que recomendamos leer y guardar.
Estamos en la mitad de la Legislatura del Cambio. En la forma de gestionar y elegir prioridades ya hemos roto mitos, y la sociedad juzgará en 2019. Pero probablemente la mayor diferencia del Gobierno del Cambio con respecto a la derecha sea la manera de contemplar y gestionar la democracia. Un Cambio histórico porque éste es el primer Gobierno de Navarra sin relación con las élites que han pastado en los arquetipos y “anormalidades” descritas.
Acabar con lo fáctico en lo institucional, y trabajar en lo sociológico con diálogo y empatía social entre diferentes. Con el espejo retrovisor para no olvidar de dónde venimos, y con horizonte ilusionante para construir y representar al cauce central mayoritario de la sociedad navarra. Empeñados en construir en nuestra Comunidad, Navarra, una nueva centralidad que integre lo que hoy representa sociológicamente el Cuatripartito y a la que, en nuestra opinión, también debería incorporarse lo que representa sociológicamente el nuevo PSN. Una nueva centralidad progresista en lo social, abierta y tolerante en lo político y con coexistencia natural de identidades en la forma de vivir y proyectar la navarridad.

Ejecutiva Zabaltzen (Ana Ansa, Iosu Janices, Juana García, Ana Vilches, Armando Redondo, Esther Cremaes y Joseba Orduña), Koldo Martínez (parlamentario) y Jabier Arakama (miembros de Zabaltzen, asociación política integrada en Geroa Bai) (publicado hoy en Diario de Noticias

viernes, 15 de septiembre de 2017

CATALUNYA, SUPREMACISMO ESPAÑOL Y MERCADILLO VASCO

Para el supremacismo español, heredero ideológico de la intolerancia del cristiano viejo, la pretensión de otras nacionalidades, como la catalana o la vasca, a ser reconocidas como naciones en igualdad de derechos, resulta insoportable. Hoy como ayer se ha asegurado una superioridad normativa, dotándose de un rango constitucional que considera a la nación española como patria común, indisoluble e indivisible (art. 2 CE), versión de un ibérico “Spanien über alles”. Y para que nada cambie, la ley electoral diseñada en las Cortes franquistas ha hecho del Senado un coto para el votante castellano-andaluz, quintaesencia del nacionalismo hispano y dominante en la mayoría de circunscripciones provinciales, desde donde puede bloquear reformas o activar el artículo 155.
Así, para mantener la supremacía de la “nación de naciones”, versión made in Spain del misterio de la Santísima Trinidad, España siempre podrá recurrir, según convenga, a la ley o a la Guardia Civil (o al TC, dotado desde 2015 de competencias exprés para suspender a cargos públicos e imponer sustituciones ejecutivas).
Para el nacionalismo español, la voluntad catalana de someter a referéndum la creación de un Estado resulta inasumible. No quiere recordar que España no se configuró como un Estado democrático sino como un patrimonio familiar, consecuencia de guerras, matrimonios y herencias a finales de la Edad Media. No está dispuesto a que en el siglo XXI la ciudadanía pueda decidir sobre sus vínculos estatales o sobre su identidad nacional. Para impedirlo mantiene una campaña propagandística, judicial y mediática, por tierra, mar y aire. Aunque por representatividad demográfica en cualquier debate a seis uno de los invitados debiera ser catalán, el soberanismo, mayoritario en el Principat, no tiene apenas voz ni presencia en los medios españoles. Por el contrario, algunos de los opinadores más casposos de la capital del reino cuentan con asientos reservados para reafirmar urbi et orbe el dogma de la única nación verdadera y denunciar el desafío radical, ilegal y antidemocrático del independentismo.
Al tiempo que la desconexión catalana se preparaba y la ruptura institucional de la Generalitat iba in crescendo, el nacionalismo vasco optaba por llegar a acuerdos con el Gobierno español. Tras el fracaso del órdago a mayor del revolucionarismo patriótico y la derrota político-militar del MLNV, la estrategia jeltzale para acceder a mayores cotas de autogobierno y bienestar (EBB dixit) consiste en jugar a pequeña en una suerte de mercadillo donde se intercambian votos por competencias. En Sabin Etxea parece firmemente asentada la convicción de que un empoderamiento gradual, que no hace ascos a que el PP continúe al frente del Gobierno español o a compartir con el PSE diputaciones y ayuntamientos, es la única opción política real. Que las asimetrías españolas son demasiado grandes, o que por su pequeña dimensión y características socio-económicas Euskadi podría competir mejor como Estado europeo que como región española, son consideraciones, por el momento, irrelevantes ante el afán por acomodarse a un quimérico Estado plurinacional.
Sin embargo, la creciente interdependencia entre Estados o el peso creciente de las grandes corporaciones y de las organizaciones internacionales en el marco de la globalización hacen que la cuestión de la estatalidad y de la presencia internacional resulte cada vez más importante. Aunque los Estados hayan perdido peso en tanto que poderes soberanos, disponer de un Estado resulta muy relevante para cualquier comunidad política, porque la estatalidad es una llave que da acceso a la esfera internacional y a la participación en organizaciones donde se adoptan o legitiman las principales orientaciones político-económicas y se encauzan grandes inversiones y proyectos estratégicos. La estatalidad procura reconocimiento y visibilidad. No disponer de un Estado que ampare a una comunidad nacional, como le sucede a Euskadi o Catalunya, implica un esfuerzo agónico para no resultar ninguneadas y poder atraer recursos. Hasta la presente generación, la movilidad de la información fue muy reducida y la esfera internacional apenas tenía presencia en el día a día de la población. Hoy, por el contrario, habitamos en una esfera transnacional donde la dimensión estatal es alquimia identitaria. El deporte, donde el supremacismo español bloquea otras selecciones nacionales, es un ejemplo ilustrativo de cómo, se trate de fútbol o de golf, de ciclismo, de pelota vasca o de la Universidad del País Vasco, los códigos identitarios estatales determinan ante el mundo las identidades individuales o colectivas. En consecuencia, en lugar de una ikurriña aparecerá vía satélite la bandera española o Spain en lugar de Basque Country como denominación de origen. Poco importa que quienes se identifiquen exclusivamente con la bandera e identidad nacional española sean en Euskadi o Catalunya una minoría.
Pero el supremacismo no solo tiene que ver con un negacionismo u ocultamiento nacional, sino con imponer límites al ejercicio de la democracia de otras comunidades políticas. Dado el carácter patrimonial del Estado que exhibe el nacionalismo español, la ciudadanía vasca solo puede decidir sobre aquellas materias que no se hayan reservado a nombre del poder central en favor de la nación española. Y como el ejecutivo y legislativo central se han convertido en la voz representante de la población vasca en la UE, los poderes del Estado han jibarizado el autogobierno hasta asemejar la autonomía a una franquicia de gestión ejecutiva. Al carecer de representación en los foros internacionales o europeos, donde se adoptan muchas de las decisiones que condicionan las políticas internas, las mayorías políticas vascas resultan inoperantes y son sustituidas por otras. Hoy, uno de los mayores desafíos pendientes para la sociedad vasca es disponer de un reconocimiento y participación en la esfera global, donde el nacionalismo español pretende que siga siendo invisible.
Al transmutar la identidad vasca o catalana en particularidades españolas o francesas, el supremacismo también ha procurado una minorización cultural que induce a que la población crea que formar parte de España es un destino universal o que a pesar de tratarse de un Estado parasitado por la corrupción le irá mejor que por cuenta propia. A considerar que pagar un Cupo para mantener la monarquía, el ejército y la Guardia Civil, el servicio diplomático o Radio Televisión Española es un trueque beneficioso, o en fin, a interpretar que vivir como un pecio nacional en un arrecife político-cultural es disfrutar de un privilegio.

Iñigo Bollain, en DEIA