martes, 31 de marzo de 2020

COMUNICADO DE CIUDAD DEPORTIVA TAFALLA S.A.

Ciudad Deportiva Tafalla S.A. es la sociedad mercantil del Ayuntamiento de Tafalla responsable de la gestión de la Ciudad Deportiva. El pleno del Ayuntamiento de Tafalla es la Junta General de accionistas de dicha sociedad y existe un órgano de gestión formado por un representante de cada grupo político. El presidente es el Alcalde de Tafalla y el secretario es el concejal delegado de deportes.
Queremos poner en conocimiento de las personas usuarias este comunicado desde dicho órgano de gestión para aclarar las dudas de las personas usuarias de la instalación.
1.- La empresa MASQUATRO S.L. ha comunicado a todas las personas abonadas a través de sus redes sociales los siguientes acuerdos:
  • a) Desde el 15 de Marzo no se cargará ningún tipo de recibo a personas usuarias o abonadas.
  • b) Las personas que hayan abonado el mes de marzo entero, bien sea la cuota del mes o la de actividad, serán compensadas por los 15 días de parón de la actividad. Esta compensación será comunicada debidamente una vez que se superen los problemas que han provocado el cierre.
  • c) A las personas que están actualmente inscritas en alguna actividad se les van a remitir las clases adaptadas de tal forma que puedan seguir realizando la actividad desde sus hogares, en la medida que lo permiten las circunstancias de espacio y material de cada persona usuaria.
  • d) El personal de la instalación se encuentra sometido a un ERTE pero en disposición de colaborar con las personas usuarias en todo lo que les sea posible.
2.- La empresa MASQUATRO S.L. ha puesto a disposición de todas las personas , tanto usuarias de la Ciudad Deportiva como para el resto de la ciudadanía , una aplicación a través de la cual se pueden seguir programas de entrenamiento para todas las edades.
http://www.cdtafalla.com/ultimas-noticias/app-gratuita-para-todos/n108.aspx
3.- La empresa MASQUATRO S.L. pone a disposición de toda la ciudadanía de Tafalla y su Comarca un servicio de actividad física para personas mayores.
Para poder acceder a este servicio deben de escribir una dirección de correo electrónico explicando las características de dichas personas. El procedimiento es que estas personas o algún familiar se pongan en contacto a través de esta dirección y soliciten las sesiones, estas les serán enviadas a sus domicilios.  info@cdtafalla.com
Desde el Ayuntamiento de Tafalla a través del órgano de gestión municipal CDTSA quiere manifestar su apoyo a toda la ciudadanía y animarles a que se unan a este reto de mantener la actividad física desde sus domicilios.
También les quiere informar de que se continúan haciendo mejoras en la instalación y que ya se está preparando para que la reapertura sea lo menos incómoda posible.

FEROZ ACOSO AL GOBIERNO

Es como si cada día chocaran dos aviones en uno de nuestros aeropuertos. Así han llegado a describir algunos sanitarios el impacto de las muertes diarias que causa el coronavirus. Y los afectados que precisan camas, UCIs, profesionales que les atiendan. Yo no sé qué parte no se entiende de cómo está actuando el coronavirus: mata, arroja a una espantosa muerte en soledad por la saturación de los hospitales, traumatiza por fuera y por dentro hasta a quienes no lo padecen –que son la mayoría-, llena de incertidumbres el futuro económico, ha despertado ejemplares conductas de solidaridad y también una inhumanidad brutal que avergüenza a la especie humana por quienes quieren sacar tajada de la desgracia sin el menor escrúpulo. Y, de todo, el primer y total zarpazo: están muriendo centenares de personas y a muchos nos importa. A otros no, a los distraídos con lo suyo, no tanto; a las hienas, en absoluto.

Las cifras son demoledoras, aunque pocos países las han llevado con rigor y no son concluyentes por completo. España anotaba este martes 849 fallecimientos más y superaba los 94.000 casos de coronavirus. Y a la vez, según el Imperial College, las medidas de prevención en España habrían salvado 16.000 vidas. El miedo y el desconcierto son lógicos. Pero hay que matizar porque la oposición -de amplio espectro- está desplegando una campaña de tierra quemada que perjudica a todos. Salvo a los que esperan sacar provecho de ella. Se suceden, no solo críticas, sino peticiones de comparecencias, estudios, querellas. Ante una pandemia mundial. Si otros países tuvieran semejante cerco no podrían ni dedicarse a lo esencial: salvar a los afectados y atajar la expansión de la enfermedad. Y problemas, hay. La falta de medidas de protección y respiradores es común a numerosos países. En Lombardía les engañaron, a Díaz Ayuso la estafaron –cree-, tras pagar 23 millones de euros, al Gobierno le dieron una partida de test defectuosos. Solo Pedro Sánchez está en la diana.

Por supuesto, como presidente del Gobierno, Sánchez tiene la mayor responsabilidad y hay que exigirle soluciones y respuestas hasta donde esta pandemia y el estado previo de nuestro país puede darlas. Incluso ayudarían medidas más radicales, pero todas suscitan el rechazo de la oposición. Tenemos un grave problema en España con quienes ni hacen, ni dejan hacer.

He sido bastante crítica con Pedro Sánchez -si me perdonan la primera persona-, pero ahora mismo me aterra la caza a la que está siendo sometido en un momento crítico de nuestra sociedad. Ni los dirigentes que realmente nos han dañado con sus decisiones han recibido un trato tan despiadado. Ni por asomo, de hecho. Desde Aznar, cuajado de errores trágicos (Invasión de Irak, atentados del 11M, Yak-42, Prestige, burbuja inmobiliaria) a cuantos nos han robado, vendido, manipulado, engañado.

El  fuego sucio desplegado contra Pedro Sánchez –y contra algunos miembros de su gobierno- no tiene justificación, y menos cuando tanta traba para resolver problemas daña al conjunto de la sociedad. Ni objetivamente ni humanamente. Cuando después de un cúmulo de zancadillas forma un gobierno progresista con un programa social, llega esta bomba del coronavirus de tan amplia onda expansiva. Tiene a su mujer enferma, a una hija; a su madre y a su suegro, ingresados. Al país traumatizado por cuanto ocurre, lleno de angustia. La cara se le cae a trozos, y aguanta a pie firme, cada vez más solo –destacan algunos desde su silla- quizás porque quiera asumir la misión y sus consecuencias y quemarse en ella si es preciso. Tiene un gesto a veces que así lo indica. Eso parece provocar otro tipo de críticas: no cuenta con los presidentes autonómicos, enfadados ya porque se enteran de las decisiones de calado por la prensa, dicen. Y lo primero es lo primero.

Sánchez aguanta. Recordemos que Rajoy –el especialista en resistir selectivamente- dejó su silla en el Congreso con el bolso de su vicepresidenta llenando el hueco, cuando las vio mal dadas en la moción de censura y pasó horas en un restaurante. Ana Botella se refugió en un spa de lujo en Portugal cuando la tragedia del Madrid Arena. El trato a Pedro Sánchez es desalmado, cuando con seguridad no ha ido a ese cargo a lucrarse como sí hacen otros. Y lo mismo cabría decir –en toda la extensión- de los brutales ataques que sufre la ministra Irene Montero y el vicepresidente Pablo Iglesias. Ser acusados, falsamente, de causar "miles de muertos" no es como para afrontar el día con empuje, por fuerte que sea el empeño. Desde luego, hay mucha gente, yo misma, que dentro de las incertidumbres estoy más tranquila pensando que la gestión la están llevando personas decentes y tan capaces al menos como los de otros partidos, si es el caso.

Volvamos al principio: el coronavirus mata. No es un partido de fútbol en el que brindamos con una copa por el triunfo del equipo favorito. Y porque mata, sabemos lo mucho que nos jugamos con las insidias interesadas de las hienas de todo pelaje; de cordero o borrego, incluidos. La feroz batalla hoy está en que el Gobierno ha paralizado parcialmente la actividad no esencial y, los mismos que la pedían antes, ahora lo censuran porque ven que hacerlo da votos en una ciudadanía asustada que no entiende lo que pasa.

Lo más terrible son esas acusaciones de las pérdidas económicas que se van a producir… con el decreto. ¿Con el decreto o con la pandemia? Numerosos países están deteniendo la actividad porque se trata –¿lo repetimos?- de salvar vidas humanas. Al ultraderechista presidente de Brasil tal minucia no le importa. El de EEUU, Donald Trump, se da por satisfecho si solo mueren cien mil o doscientos mil estadounidenses. Aquí ¿qué cabe deducir de sus apuestas?

¿Los beneficios empresariales valen más que la vida de seres humanos? ¿Quién decide de cuáles? ¿De los que no tienen acceso a UCI porque se esquilmaron los recursos de la sanidad pública para dar negocio a la empresa privada? Por supuesto que va a haber muchos daños, y paro, y pobreza. Consecuencia de la pandemia en primer lugar. Previsiblemente, cuando salgamos de esta, muchas actividades se recuperarán, aunque no todas ni en similar proporción. Y ahora mismo ¿hay algo que importe más que la vida de las personas? Pues miren, de cualquier modo, los muertos no consumen.

Llama poderosamente la atención la frecuencia con la que se pregunta: "de quién es la culpa". Como si adjudicarla nos devolviera a la vida a los muertos y el sosiego a los angustiados. Hay problemas a los que la ciencia no ha encontrado aún solución, cosa que no logran comprender en particular quienes más la desprecian. Y este caso no puede atribuirse, como otros, tanto a negligencias como a contexto. Una pandemia se ve sin duda afectada por el escenario de precariedad preexistente o por decisiones más o menos acertadas. Y ésas son las varitas mágicas: ciencia, medios y acierto. Y si no se entiende es porque previamente se ha hecho una concienzuda labor de infantilización de la sociedad a través de la banalidad.

La culpa. Pablo Casado se ha lanzado a tumba abierta –tan apropiado el tópico- a desestabilizar al Gobierno. Tarea particularmente deleznable en un momento así. Imagínenlo con sus carreras y másters exprés dirigiendo la pandemia. No hace falta imaginarlo: lo dice. No apoyará los nuevos decretos del estado de alarma si no se modifican de forma que el coste no recaiga en la empresas. Los decretos del Gobierno van dirigidos por el contrario a aliviar el peso de los asalariados y colectivos más vulnerables. Desde susbisidio para trabajadores temporales con contratos extinguidos, a la ampliación del bono social o moratoria en los pagos a autónomos y pymes o la prohibición de cortes de suministros, entre otras. Un paquete de 50 medidas de largo alcance. En esas diferencias pueden estar las claves del acoso. Porque la reacción ha sido tan exagerada que el líder de Vox ha pedido a Sánchez que dimita, se forme un gobierno de "Emergencia nacional" y se haga cargo el ejército de la logística. Esta derecha española que siente tan lejana la democracia. 

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, con la misma intención, manda a la brigada paracaidista a dejar la bandera de España a media asta en señal de luto en IFEMA, mientras los sanitarios se desesperan dentro diciendo que ese caos no se parece en nada a un hospital y la consejería cierra 46 centros de Atención Primaria para enviar a su personal a tratar el coronavirus. Como postura política: la caridad. Tras los destrozos del PP en la sanidad pública, Ayuso "abre una web para donaciones a la Sanidad a cambio de deducciones fiscales". Es decir, las rebajas de aquellos las pagamos todos por un privilegio encubierto. Una concepción medieval del poder. Ésa que se prolongó en España durante siglos y que agradece al señorito lo que quiera darle sin un reparto justo de las cargas. Y la "prensa" mirando tan solo a La Moncloa. Un equipo compacto, como recogía este colega con ironía. 

Frente al esfuerzo sobrehumano ya de los sanitarios y de tanta gente que nos cuida -desde las personas que en cada barrio están ayudando a quienes lo necesitan a llevar la compra o lo que precisen-, tenemos a las hienas desatadas por los pastores de la jauría. Elena, una médico de la zona norte de la comunidad de Madrid, está asustada de cómo su mensaje de haber caído infectada por el virus era utilizado para sembrar zozobra en la población y desestabilizar al Gobierno: fue replicado textualmente para causar esa sensación. Y es la punta del iceberg. Lo de WhatsAPP y los bulos, eso es ya el inframundo.

Los guías de opinión hablan a las claras o entre líneas. En La Razón, por ejemplo, cuyos responsables se asoman permanentemente a las pantallas de una televisión a menudo devastadora del criterio, tienen claro que Pedro Sánchez está "abocado al sacrificio político", dicen un día, y luego se inventan entrecomillados para promocionar el gobierno de "unidad nacional" que busca la derecha y aquellos a quienes esta derecha española beneficia. Es agotador hasta recopilarlo.

En crónicas más elaboradas se compara el coronavirus de Sánchez con la crisis de 2008 que se llevó a Zapatero, y –pásmense-  con "el procés —y la corrupción de su partido— que tumbaron al conservador Mariano Rajoy", como si hubieran llovido del cielo sin responsabilidad alguna de su presidencia. Demoledora esa ley del embudo que, en ocasiones, contagia a muchos más periodistas, ansiosos de buscar las críticas que equilibren en un remedo de objetividad desajustada.  

Sobre el dolor y la muerte que produce el coronavirus se libra la batalla que siempre quisieron: fascismo o humanidad, irracionalidad o lógica. Orban en Hungría ya ha terminado de cargarse la democracia "por tiempo indefinido", tenemos el primer Estado totalitario oficial dentro de la Unión Europea tan remisa a actuar como Unión. A lo conocido se añaden otros escenarios. La pandemia llega ya a Latinoamérica con varios países que, como Chile, no tiene sanidad pública desde Pinochet. La expansión puede ser enorme. Se cifran en tres mil millones de personas las que carecen de acceso fácil a agua corriente y jabón en el continente americano y en África. Es un polvorín. 

La incertidumbre, el temor al ser humano que contagia, los vengadores de los balcones que incitan persecuciones, la policía que pega indebidamente, las libertades coartadas -con visos de temporalidad y por un bien se estima que superior- andan gestando lo que César Rendueles llama, en El País, "La tormenta perfecta del autoritarismo". Dice el sociólogo, sin embargo, que se crea "un escenario perfecto para una extrema derecha capaz de conjugar un programa económico posneoliberal con una gestión inteligente del rencor social y el miedo colectivo".  Yo diría, una gestión desaprensiva.

Los daños del coronavirus son inmensos, desproporcionados incluso a lo que en sí debería representar un virus. Ha sacudido todos los cimientos. Hay un gran deseo de salir de este pozo en la sociedad pero también incertidumbre e impaciencia. Ha quedado absolutamente demostrado el fracaso del sistema neoliberal y hasta el posneoliberal. Los ciudadanos están viendo en sus carnes la importancia de tener un sistema público de salud fuerte que afronte embestidas como ésta y las de todos los días. Ocurre en el mundo entero. En todos los continentes. Luego no cabe ni más de lo mismo, ni mucho menos el más del fascismo. Sería decepcionante también que la maldad no tuviera siquiera condena social. Pero la respuesta depende de cuánto se quiera tragar lo que se inoculan a través de todos los medios a su alcance y todas las escenografías. 

Llegados a este punto, cuando es tanto lo que peligra, solo cabe la defensa y la afirmación. Perdonen si algunos no somos corteses con ustedes, los torpes y los listos que actúan contra nuestros intereses y hasta contra los suyos. Nos dan igual sus risas y sus aullidos de hienas. Lo que pasa es que ahora están en juego nuestras vidas y las de nuestros seres queridos. Y las de quienes precisamente se esfuerzan por salvarnos. No podemos permitírselo. ¿Lo entienden ya?  

Rosa María Artal, en eldiario.es

lunes, 30 de marzo de 2020

GEROA BAI RECUERDA A SÁNCHEZ QUE LA UNIFORMIDAD EN ESTA CRISIS NO ESTÁ SIENDO EFICAZ

Tras la publicación esta pasada noche del Real Decreto-ley 10/2020, de 29 de marzo, por el que se regula un permiso retribuido recuperable para las personas trabajadoras por cuenta ajena que no presten servicios esenciales, Geroa Bai recuerda al Presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez, que ha quedado acreditado que la uniformidad en esta crisis no está siendo una herramienta eficaz, tal y como ocurrió por ejemplo en la centralización de la compra de recursos de EPIs (Equipos de Protección Individual), de tests y de respiradores, y pide a la presidenta del Gobierno foral, María Chivite, que asuma el liderazgo que le corresponde frente a una actitud de inercia.

Sin dejar de lado que lo que no está en discusión es la salud de las personas y el empeño en su salvaguarda, la coalición considera inaceptables las formas en las que en las últimas horas se han sucedido las acontecimientos en torno al Real Decreto aprobado ayer por el Gobierno central: un Decreto que se filtra el viernes, que se anuncia el sábado y que se publica el domingo pasadas las 23.30 horas, con una moratoria de 24 horas, dejando a empresas, trabajadores y trabajadoras y administraciones como los Ayuntamientos y como la propia Administración Foral en una situación de inseguridad, indefensión e incertidumbre que solo podemos calificar de despropósito, por el escaso margen que ofrece para adaptarse al mismo.

Para Geroa Bai, el Decreto es preocupante también en el fondo, ya que aplica una tabla rasa en el conjunto del Estado y no da una respuesta acorde a las necesidades, los retos y la situación de Navarra. La coalición afirma que la economía navarra no puede someterse a las mismas soluciones que otras comunidades, y recuerda que el PIB de la Comunidad Foral depende en más del 30% de la industria, por lo que no es la mejor solución para Navarra aplicar una receta pensada para comunidades ligadas al turismo o a otros sectores.

Geroa Bai subraya además que el Decreto no despeja con claridad cuestiones como la situación en que queda el sector de los trabajadores y trabajadoras autónomos, uno de los grandes olvidados en esta crisis, y señala que no contempla, al contrario que el italiano, sectores claves en la economía navarra, como es el de I+D de desarrollo tecnológico.

Por todo ello, Geroa Bai afirma que la mejor cooperación es la coordinación de recursos y no la dirección centralizada, y apunta que no podemos limitarnos a seguir los pasos dados por el Gobierno Central realizando mínimas o nulas adaptaciones de sus decisiones, si estas no son las decisiones buenas para Navarra.

En este sentido, la coalición insta al Gobierno de Navarra a crear un directorio que aclare las dudas que surgen sobre la aplicación de este Real Decreto, tal y como se ha hecho en otros ámbitos como el Brexit, la Plataforma Next, o la ayuda psicológica puesta en marcha durante la crisis del COVID-19.

domingo, 29 de marzo de 2020

LA TORMENTA PERFECTA DE AUTORITARISMO

Marea roja es una película de 1995 cuyo argumento gira en torno al conflicto que estalla en un submarino atómico norteamericano entre el capitán de la nave y el segundo de a bordo, en el contexto de una crisis internacional que amenaza con desencadenar una guerra nuclear. Al poco de empezar la misión se produce un incendio en el submarino. Mientras los equipos de emergencia tratan de sofocar el fuego, el capitán pide al resto de la tripulación que realice unos ejercicios de combate. Su ayudante se desespera hasta el límite de la insubordinación ante lo que le parece una irresponsabilidad en una situación crítica. Cuando todo acaba, el capitán le explica que ese era el momento idóneo para hacer unas maniobras, lo más parecido que cabía imaginar a las condiciones de estrés y caos que se dan en una batalla real.

La respuesta al incendio del coronavirus está siendo no solo una movilización general de todos los recursos sanitarios públicos, sino también de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado e incluso el Ejército, con atribuciones sin precedentes en la historia de nuestra democracia. Seguramente son medidas inevitables, pero plantean desafíos evidentes por lo que toca a la salvaguarda de las libertades ciudadanas y al mantenimiento de los límites legales del uso de la fuerza por parte del Estado. Hay gente a la que la preocupación por un problema como ese, mientras miles de muertos se amontonan en las morgues, le resulta irresponsable y frívola. El deterioro de la democracia puede parecer un fenómeno transitorio y, sobre todo, un precio a pagar razonable en el contexto de una catástrofe sin parangón. En mi opinión, las cosas son justo al contrario. La fortaleza del Estado de derecho se demuestra en los momentos de crisis. Pensar que los derechos civiles son para cuando nos los podemos permitir es sencillamente no creer en los derechos civiles. Si en algún momento necesitamos que funcionen los mecanismos de control de las fuerzas de seguridad es cuando les otorgamos poderes extraordinarios. Y con frecuencia las pérdidas en libertades no son transitorias, sino que dejan secuelas en las instituciones y la cultura política de un país. De hecho, España sufre un déficit histórico, heredado del franquismo, en lo que respecta a la supervisión ciudadana del monopolio de la fuerza por parte del Estado. Se trata de un problema que se acentuó en el contexto de la lucha antiterrorista, cuando cualquier duda sobre las actuaciones judiciales o policiales era interpretada como un signo de deslealtad o complicidad con la violencia.

¿De verdad es razonable que la policía haya impuesto 150.000 sanciones relacionadas con el coronavirus en 12 días (el triple que en Italia en un mes)? Además, hay indicios razonables de que la vigilancia policial del confinamiento está deparando, como mínimo, algunos abusos de poder no meramente anecdóticos. En las redes sociales proliferan los vídeos y testimonios que documentan los excesos policiales y, sobre todo, un repertorio asombroso de arbitrariedades. Hace unos días, el administrador de una cuenta de Facebook que reúne a una gran cantidad de policías (tiene más de 130.000 seguidores), lanzaba un mensaje de alarma que resume bastante bien el problema: “Os pido calma y mano izquierda, compañeros. (…) Esto se ha convertido en una cacería absurda, en un descontrol de macarrismo uniformado. Somos policías”. Es comprensible que los agentes estén abrumados por una tarea gigantesca y que en ocasiones la tensión o el cansancio les lleven a cometer errores. Tampoco estoy sugiriendo de ningún modo que sea una pauta generalizada. El problema es el clima de impunidad que ampara esas conductas minoritarias.

Porque lo cierto es que muchas personas justifican e incluso jalean los abusos de poder. Esta especie de masoquismo ciudadano, de subordinación entusiasta, forma parte de un fenómeno más amplio de normalización del linchamiento social. Las personas que vigilan desde la ventana de su casa a sus vecinos y acosan a quienes salen a la calle por un motivo que no les parece apropiado se han convertido en el paisaje social de muchos barrios durante el confinamiento. Esta especie de comunitarismo represivo era bastante previsible, en realidad. A menudo, las catástrofes aumentan la cohesión, pero al precio de un incremento de la coacción social. El resultado es que ahora tenemos una patrulla ciudadana tras cada visillo. La España de los balcones era el país de los chivatos de terraza. Los medios de comunicación han señalado que muchas veces las víctimas del acoso balconero son, en realidad, personas que disfrutan de alguna excepción legal al confinamiento: niños con trastornos de la conducta, enfermos que necesitan caminar por prescripción médica o personas que salen de su domicilio para ayudar a familiares dependientes. Incluso ha llegado a surgir alguna iniciativa para que quienes tienen derecho a salir a la calle durante el confinamiento lleven una prenda distintiva que los vecinos al acecho puedan reconocer desde sus ventanas. Como si el problema fuera la puntería de los chivatos. Tal vez aún más estremecedora es su falta de empatía cuando aciertan, su incapacidad para preguntarse qué puede haber llevado a alguien a quebrantar el confinamiento arriesgándose a una multa y a los reproches de sus vecinos. Hay mucha gente imprudente e insolidaria, sin duda, pero hay también personas desesperadas, que viven muy solas y están asustadas, hacinadas en pisos diminutos o en situaciones familiares insostenibles, con problemas graves de ansiedad...

La resaca que dejará la ampliación del poder policial en nuestras instituciones combinada con la normalización del acoso social puede producir una tormenta perfecta de autoritarismo. En especial, porque se solapa sobre una tendencia aún no generalizada, pero sí creciente hacia la normalización de la democracia iliberal en nuestro país. Es un proceso que tiene hitos legales, como la ley de partidos y la ley mordaza, pero en el que también está desempeñando un papel destacado el Poder Judicial. La Audiencia Nacional parece haberse especializado en la persecución de supuestos delitos de opinión completamente triviales. Del mismo modo, en el contexto de la crisis catalana hemos asistido a una intensísima movilización judicial de dudosa compatibilidad con la separación de poderes. ¿Qué ocurrirá cuando se levante el confinamiento y la catástrofe económica que se avecina empiece a dar lugar a movilizaciones laborales o sociales? ¿Jueces y policías se dejarán arrastrar por la inercia represiva creada durante el estado de alarma? ¿Se seguirá apelando a la excepcionalidad de la situación y a la unidad frente a la catástrofe? ¿Continuarán las metáforas bélicas para exhortarnos a acatar las decisiones del Gobierno?

En muchos lugares del mundo la derecha radical se está imponiendo como una alternativa al derrumbe de la globalización neoliberal, ofreciendo una promesa de orden y retorno a los viejos buenos tiempos anteriores a la Gran Recesión. Las inmensas conmociones económicas que va a desencadenar la pandemia del coronavirus son un escenario perfecto para una extrema derecha capaz de conjugar un programa económico posneoliberal con una gestión inteligente del rencor social y el miedo colectivo. En realidad, un país en cuarentena se parece mucho a las distopías políticas de la nueva ultraderecha: el Ejército en la calle, llamamientos a la unidad nacional, limitación del poder autonómico, comunitarismo represivo y ruedas de prensa en prime time a cargo de un general cuyos comunicados parecen un diálogo desechado de La escopeta nacional.

César Rondueles, profesor de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid (en El País)

martes, 24 de marzo de 2020

EL CORONAVIRUS EN EL SISTEMA PENITENCIARIO

A cada uno, según su sensibilidad, le preocupa uno u otro de  los problemas de la sociedad. Creo que estamos obligados a reflexionar sobre ellos y a formarnos al respecto un criterio ético de comportamiento en consonancia con el humanismo que cada cual haya asumido. El mío, que es resultado de varias influencias, me ha hecho especialmente sensible  a la situación de los colectivos marginados en la sociedad. Creo que uno de ellos puede ser la población más pobre de los reclusos de los centros penitenciarios, donde también hay un grupo importante de indigentes, necesitados de todo tipo de ayuda. Algunos, por distintas razones, carecen hasta de un lugar donde salir a disfrutar de los permisos de salida a los que tendrían derecho. Precisamente mi servicio de voluntariado lo hago en una ONG que trata de ser un hogar adecuado de acogida. De ahí mi preocupación por la situación de las cárceles en este difícil momento en el que vivimos, impactados por el agresivo coronavirus.

Podemos informarnos de la normativa que el Ministerio de Interior dio para afrontar la situación en prisiones y también podemos conocer los problemas que hay entre los funcionarios de prisiones, que, sin duda, ellos mismos deben disponer de todos los medios preventivos seguros para no contagiar ni contagiarse. Sería importante que la sociedad recibiera información detallada sobre la situación en todas las prisiones. Este un colectivo de muchísimo riesgo si no se cumplen las normas y no se disponen de los medios necesarios para prevenir el contagio.

Por mi parte, quiero unirme al escrito que un grupo de asociaciones han enviado hace unos días al Ministerio del Interior y a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. En él solicitan, “dada la crítica situación de la asistencia sanitaria dentro de prisión y de los efectos que el coronavirus puede tener en una población especialmente vulnerable, una serie de medidas urgentes para velar por los derechos fundamentales de las personas privadas de libertad”, mostrando su preocupación por “los efectos que puede tener el coronavirus en la salud y en los derechos de las personas presas”.

Piden además en el referido escrito que se refuerce de inmediato las plantillas de personal sanitario dentro de prisión; que las medidas preventivas que se adopten no les supongan más restricción de los derechos fundamentales de la que ya tienen en la actualidad por su propia condición de reclusión; cualquier aislamiento que deba adoptarse por medidas de prevención de contagios debe hacerse con criterios estrictamente médicos; se pide que los centros penitenciarios hagan un esfuerzo comunicacional para que los reclusos mantengan la relación con su familia y la sociedad; se solicita la “gratuidad de las llamadas telefónicas extras. Hay que tener en cuenta que se han anulado todos los permisos penitenciarios y la entrada en la cárcel de las ONGs y de otros agentes externos habituales. También piden estas asociaciones que se valore la posibilidad de que, en determinados casos, se puedan adoptar otras medidas para internos enfermos graves y de más de 70 años por constituir un grupo con doble riesgo, y también para los que están en prisión preventiva.

Estas organizaciones sociales, académicas y profesionales, dedicadas a la promoción de los derechos fundamentales de las personas privadas de libertad, señalan que se trata de “adoptar medidas urgentes que eviten, por un lado, la propagación del coronavirus dentro de las cárceles y, por otro, que se garanticen los derechos fundamentales en igualdad de condiciones con la ciudadanía”.

Marzo  de 2020
José María Álvarez Rodríguez (Foro Gaspar García Laviana)  (publicado por Redes Cristianas)

jueves, 19 de marzo de 2020

PABLO ARCHANCO, DE OSASUNA AL EXILIO

Pablo Archanco Zubiri (Iruña 15.1.1892-Buenos Aires, 4.4.1962) falleció en el exilio en Argentina, donde residía con su familia desde 1938.
Su vinculación con Osasuna aparece en 1927. Era directivo y ejercía de contable. Desconocemos su relación anterior con el club hasta ese año. Desde sus inicios, los clubes de fútbol navarros estaban asociados en la Federación Guipuzcoana. En julio de 1928 se constituye la Federación Navarra. Pablo participa desde el principio y es elegido su primer presidente. Regresará a Osasuna como directivo en 1935. Año histórico, produciéndose el primer ascenso a Primera división. Osasuna compite y lo hace muy bien, disputa dos semifinales consecutivas de Copa Presidente de La República.
Su formación académica era de nivel superior. Era Ingeniero Agrícola y de profesión maestro en la Escuela de Peritos de la Diputación de Navarra. Estaba afiliado al sindicato ELA. Formaba parte del grupo de maestros y maestras que renovó los métodos educativos durante el período republicano. Impulsando la participación, siendo la pluralidad una de las señas de identidad, con el objetivo de ser socializadores y localistas (amantes de lo más próximo).
Pertenecía a la sociedad Euskeraren Adiskideak (Los amigos del euskera), fundada en 1925 y secretario de la misma a partir de 1931. Continuando el trabajo iniciado por Arturo Campión con la Sociedad Euskara de Navarra, de finales del siglo XIX, cuyo objetivo era "enseñar, sostener, fomentar y extender el euskara". En este y otros proyectos como Eusko Ikaskuntza coinciden ilustres osasunistas como Eladio Zilbeti, Domingo Beúnza, Fortunato Aguirre, Miguel Blanco... y el mismo Pablo.
En ésta época, en los ambientes que frecuentaba Pablo sobre todo, era muy frecuente acudir a clases de euskera, lengua que llegó a dominar hasta convertirse en profesor. Fundó la primera Ikastola de Pamplona junto a Aingeru Irigarai y fue miembro del Patronato pamplonés de las Escuelas Vascas, desempeñando numerosas actividades para asegurar el funcionamiento de esta pionera ikastola navarra.
Coincide, junto a otros directivos de Osasuna como Ramón Bengaray, José Javier Villafranca, los hermanos Azagra y otros amigos en la fundación de la piscina Larreina. El primer vaso de agua que albergaba competiciones de natación en Iruña.
De familia carlista, desde muy joven simpatizaba con éste movimiento, evolucionando, desde un punto de vista cultural primero, hacia el nacionalismo para acabar fundando Euzko Gastetxu Batza. En ésta y otras organizaciones como Juventud Vasca coinciden varios fundadores de Osasuna como Cristóbal Manso, Pedro Ardaiz, Nestor Aldave, Txomin Meaurio, Inocencio San José, Francisco Altadill, Fortunato Aguirre, etcétera.
Afiliado al PNV, destacó por impulsar el Estatuto General de Estado Vasco de Eusko Ikaskuntza en 1931 y solicitó aplazar la reunión de ayuntamientos que tuvo lugar en Pamplona en 1932. Formó parte de la Comisión de los Veinte que participó en la unificación PNV-CNV. Después de aquello, tras la Asamblea de Bergara, se distanció del recién unificado Partido y aparece en la fundación de ANV. Partido laico de izquierdas que defendía objetivos nacionalistas desde un punto de vista de clase trabajadora.
En 1933 se constituye ANV en Navarra. Durante el período republicano, Pablo es su dirigente más importante. Forma parte del Comité Nacional del partido, al mismo tiempo que comienza una intensa lucha política para resolver el problema agrario en Navarra. Junto a José Ignacio Irujo volverá a formar parte del ejecutivo del partido en 1936.
Ese mismo año, ANV se presenta a las elecciones bajo la coalición del Frente Popular Navarro, donde participan socialistas, comunistas, nacionalistas de izquierdas, Izquierda Republicana, POUM y UGT. El candidato por ANV es J.C. Basterra que, junto a Jesús Monzón, Aquiles Cuadra, Ramón Bengaray y Tomás Ariz, recorrerían Navarra aquella temporada dando mítines.
El FP ganó las elecciones generales en España; en Navarra, sin embargo, el resultado no fue el esperado, la hegemonía política pertenecía a las derechas. Seis meses después de las elecciones, tres de ellos (Bengaray, Ariz y Cuadra) serían fusilados por los sublevados.
El 18 de julio de 1936, llegan noticias del golpe de Estado. En Pamplona los requetés se concentran en la Plaza del Castillo. Es entonces cuando su hermano le aconseja huir en vez de permanecer escondido, sabía perfectamente que estaba en las listas de personas que iban a ser detenidas y posteriormente fusiladas. Logra pasar a Francia. Argimiro, uno de sus hermanos, es detenido y encarcelado hasta en cuatro ocasiones entre 1936 y 1940.
Tras un periodo en Iparralde, se instala en Donibane Garazi y Baiona, donde trabajará también como profesor, en 1938 se exilia a Argentina junto a su mujer Araceli Arbizu y sus cuatro hijos (Miren, Maialen, Jon y Amaia). En Argentina la comunidad vasco-navarra siempre fue importante e influyente, con entidades como el centro Laurak Bat. Según el historiador Iosu Chueca, contaba además con el apoyo de parte de autoridades, que permitieron y posibilitaron el asentamiento de todos los ciudadanos vascos que quisieran hacerlo, no así el exilio republicano español.
Archanco, como miembro del Gobierno Vasco en el exilio, es enviado como delegado a Chile para recabar apoyos. A su regreso a Buenos Aires, trabaja como profesor de euskera y colabora con la revistas Eusko Deya, Galeuzka y Tierra Vasca. Falleció en la capital argentina el 4 de abril de 1962. Firmaba con el seudónimo Irunsheme.
El triunfo de Franco y la instauración de su larga dictadura frenó el desarrollo de proyectos democráticos y populares en los que Pablo y sectores importantes de la sociedad navarra estaban comprometidos: El euskera, la profesionalización de Osasuna y su participación en la élite, la renovación y modernización de la educación, la reforma agraria y el reparto de la tierra, un Estatuto común vasco-navarro, etcétera. Todo ello se vio truncado por muchos años.
Después de la guerra, el apellido Archanco aparece vinculado a Osasuna en varios casos. Su hermano Antonio, carlista, alcalde de Pamplona entre 1942 y 1944, abandonaría la vara de mando para hacerse con la presidencia del club. Otro familiar, Javier Archanco, formaba parte del equipo en las temporadas de la guerra e inmediatamente posteriores. Miguel Archanco fue directivo y presidente del club, actualmente a la espera de resolución judicial tras el proceso a varios exdirectivos del club por amaño de partidos.
En 2016 el alcalde Asiron propuso el nombre de Pablo Archanco para el cambio de nombre de la plaza Conde Rodezno, uno de los líderes golpistas de 1936. Finalmente, aceptó el nombre de Plaza de la Libertad que defendían el resto de fuerzas políticas.

Osasunaren Memoria

miércoles, 18 de marzo de 2020

JUAN CARLOS I: MUCHO MÁS QUE LA CORRUPCIÓN DE UN EX REY

“El Rey viaja a Arabia Saudí para allanar el camino a proyectos empresariales”. El rey que iba a Arabia Saudí por temas empresariales no era Juan Carlos I, era Felipe VI en 2017, quien según ABC llevaba ya varios años intentando evitar que los españoles conociésemos los casos de corrupción relacionados (algunos) con negocios en Arabia Saudí. Los "proyectos empresariales" a los que se refiere la noticia son varios: uno de ellos el AVE del que surgieron las comisiones que hoy conocemos.

Según confiesa el comunicado de la Casa Real del 15 de marzo, Felipe VI conocía la existencia de los negocios irregulares de Juan Carlos I hace al menos un año. No lo denunció de forma conocida, no le quitó la asignación económica, no renunció a la herencia (económica)… hasta que nos enteramos los demás. Como en el caso Urdangarín, la Casa Real no reacciona cuando se entera de los casos sino cuando nos enteramos los ciudadanos.

El 3 de febrero de 2011 Juan Carlos de Borbón creó el marquesado de Villar Mir, otorgado a Juan Miguel Villar Mir, cuya biografía es muy completa. Ministro de Arias Navarro en los 70, fundador del grupo constructor OHL y perejil de todas las salsas corruptas: su nombre figuraba en la libreta de Bárcenas, en el caso Zaplana, en el caso Lezo… Es, por supuesto, uno de los agraciados con los contratos del AVE saudí con los que Juan Carlos I obtuvo al menos 100 millones en comisiones ilegales, cuyos "proyectos empresariales" habría seguido "allanando" el nuevo rey Felipe VI en su viaje de 2017. Villar Mir es también el suegro de López Madrid, su hombre en OHL, condenado por las tarjetas black, detenido por el caso Lezo, investigado en un puñado de asuntos extremadamente turbios y a quien la reina Letizia Ortiz llamó "compi yogui" en el cariñoso mensaje para arroparle tras el escándalo de las tarjetas black: “Te escribí cuando salió el artículo de lo de las tarjetas en la mierda de LOC y ya sabes lo que pienso Javier. Sabemos quién eres, sabes quiénes somos. Nos conocemos, nos queremos, nos respetamos. Lo demás, merde. Un beso compi yogui (miss you!!!)”. En la conversación intervenía Felipe VI más prudente (no en vano lleva toda la vida estudiando para el cargo) recomendando continuar la conversación en persona, no por escrito. La continuidad dinástica en OHL va de la mano de la continuidad dinástica en Zarzuela con un hilo conductor: la corrupción y el desprecio a los intereses de los españoles.

La posición de la monarquía en la economía y la política exterior española de los últimos cuarenta años no ha sido neutra, ni es cosa de los últimos años, ni se ha limitado a la construcción. Y, desde luego, lo que la ha guiado no ha sido nunca los intereses de los españoles.

Los inicios del reinado de Juan Carlos I en plena crisis mundial del petróleo no permitían equívocos: se le atribuye (Jesús Cacho: El negocio de la libertad, Ed Foca, 1998) el acuerdo con Arabia Saudí por el que cobraría una comisión por cada barril de petróleo que importara España de la tiranía saudí. España condicionaba a este negocio ilegal la economía española en un momento tan frágil. Contaba Cacho  que cuando un "ingenuo" responsable español de CAMPSA, entonces pública, consiguió en 1979 un acuerdo para importar petróleo kuwaití más barato, el Gobierno le llamó a capítulo porque ese tema no se podía tocar: España tenía que centrarse en la importación de petróleo saudí aunque le saliera más caro porque a Juan Carlos I le salía personalmente más rentable. Son los mismos años en los que el rey Juan Carlos pedía al Sha de Persia dinero para financiar a UCD (Gregorio Morán: “Adolfo Suárez: ambición y destino”, Debate, 2009): el partido en el Gobierno, que garantizaba el negocio petrolero del propio rey Juan Carlos; el partido que se opuso a una consulta a los españoles sobre la monarquía porque, según Adolfo Suárez confesaría años después, la habrían perdido. La financiación ilegal de partidos políticos también empezó de su mano.

No hace falta decir que en estas décadas la construcción y la energía han sido pilares de la corrupción que ha sufrido nuestro país y que ha condicionado nuestra economía poniéndola al servicio de negocios muy fértiles para una pequeñísima élite político-empresarial frente a los intereses del conjunto de los españoles.  Las dos grandes crisis que ha vivido nuestro país hasta la actual han sido la del petróleo y la inmobiliaria y en ninguna de las dos primó el interés general sobre el interés de una pequeña minoría: más bien al contrario, las crisis causaron mucho sufrimiento para la inmensa mayoría y un ingente botín para muy poquitos.

La corrupción de Zarzuela ha acompañado, si no condicionado, las políticas económicas y exteriores más perniciosas para nuestro país.
La protección cortesana a las irregularidades de la Casa Real ha retorcido aspectos cruciales de nuestra democracia. La cultura política y mediática que pretendió blindar al monarca ha ido avanzando hacia una cultura profundamente antidemocrática, que sustituye la deliberación republicana y la fiscalización del poder por el peloteo cortesano. Esa cultura política ha corroído en España los cimientos imprescindibles para una democracia liberal avanzada.

Muchísimos medios de comunicación abdicaron de su obligación con el derecho fundamental de los españoles a la información silenciando casos de corrupción conocidos y convirtiendo los viajes de negocios para obtener comisiones en “misiones del mejor embajador que tiene España”. Cuando hay grietas en la sumisión voluntaria del aparato mediático aparece el Código Penal con una sobreprotección de la Corona más propia de regímenes autoritarios.

Las instituciones democráticas (desde los más altos tribunales hasta el Congreso de los Diputados pasando por todos los Gobiernos que hemos tenido) se han deteriorado retorciendo, cuando no vulnerando obscenamente, la legalidad para mantener ocultas las ilegalidades cometidas desde Zarzuela. Apenas hace unos días la Mesa del Congreso de los Diputados se negaba a tramitar la petición de comisión de investigación a sabiendas de que tenía perfecta cobertura constitucional (el artículo 76.1 faculta la creación de estas comisiones sobre “cualquier asunto de interés público” independientemente de que sea o no judicializable). El PSOE, Ciudadanos, Vox y el Partido Popular deberían tener la decencia de pedir perdón a los españoles por haber dado cobertura consciente a la corrupción saltándose la legalidad y, sobre todo, los principios democráticos y liberales.

Esa cultura cortesana y corrupta para la que es más importante proteger al jefe que guardar una mínima decencia va de la mano de los peores lastres de la cultura política y mediática española, en la que el sectarismo asume que todo vale, la mentira, la ilegalidad, el robo, con tal de defender una trinchera que no se evalúa, no se controla, no se fiscaliza. Es también la cultura económica que ha sometido los intereses legítimos del común de los españoles al interés privado, ilegítimo y frecuentemente ilegal de una élite corrupta.

La cultura cortesana irradiada desde Zarzuela contiene todos y cada uno de los lastres de la política española. Ha debilitado las posibilidades económicas de España, las ha sometido a intereses de élite y no de conjunto (con el consiguiente desprecio por unos servicios públicos que no importan a esa élite: ahora que vemos cuánto dependemos de los servicios públicos, ¿alguien recuerda un solo miembro de la Familia Real que usara la sanidad o la educación públicas?) y en vez de servir a las instituciones españolas se han servido de ellas.

Felipe VI está intentando jugar con los tiempos para salvar una institución condenada, su propio cargo. Es muy simbólico que su comunicado intentando una voladura controlada del "caso Juan Carlos I" fuera apenas unos minutos antes del aplauso que los españoles dábamos al personal sanitario. Como esos jugadores de fútbol que pretenden que el árbitro olvide sacarles tarjeta porque tras su falta siguió la jugada por ley de la ventaja, Felipe VI sabe que España no puede pararse ahora y que guardamos el monumental escándalo para después de la crisis sanitaria y económica en la que estamos centrados los demás y que él está intentando aprovechar para esconderse.

Sin embargo, precisamente la batalla es de tal envergadura que a la vuelta tendremos que repensar muchas cosas. Tendremos que repensar una Europa necesaria pero hoy insuficiente para afrontar crisis que son siempre conjuntas; tendremos que examinar el desmantelamiento y privatización de servicios públicos, especialmente sanitarios y recuperarlos; y también tendremos que repensar una estructura institucional debilitada por intereses ajenos al pueblo español para que el país deje de estar al servicio de los intereses concretos de unas élites minúsculas, a cuyo frente ha estado siempre la Casa Real.

Hugo Martínez Abarca, en Cuarto Poder

viernes, 13 de marzo de 2020

CHINA: COVID-19 EN TRES FASES

Los últimos datos conocidos apuntan a que China ha entrado en una nueva fase de la epidemia del nuevo coronavirus. En los últimos días, tienden a bajar exponencialmente los casos confirmados y las muertes asociadas. Atrás quedan las dos etapas previas. La primera, caracterizada por la negación del brote, el ocultamiento de los datos y la represión de los facultativos informantes. Lo que para unos obedeció a la natural tendencia a la opacidad del sistema para otros fue simple resultado de la impericia, pero ambos factores pudieron confluir. Sea como fuere, el silencio y la demora en el lanzamiento de la alerta sanitaria condicionaron negativamente su rápida expansión.

La segunda, a la vista de la gravedad de la crisis, la adopción de medidas expeditivas y de gran impacto contrastó vivamente con la primera actitud, sin importar que afectara no solo a la vida cotidiana de millones de personas sino a la propia estabilidad del desarrollo socioeconómico del país. La imposición de la mayor cuarentena de la historia supuso el punto de inflexión que marcó tanto el cambio en el comportamiento de las autoridades como también la toma de conciencia masiva en la sociedad. La sensible mejora de la transparencia en la información también ayudó a una mejor percepción de la crisis.

Si la primera fase provocó malestar, indignación y rechazo, la segunda derivó en reconocimiento por el enorme sacrificio implícito en la magnitud de las medidas de prevención y control adoptadas. La propia OMS lo ha destacado llamando la atención sobre la valentía y flexibilidad de las decisiones así como su eficiencia e innovación (incluyendo el uso de big data, inteligencia artificial, 5G y otros medios técnicos a una escala inusual hasta hoy día). En este aspecto, al margen de otros hipotéticos usos, se han podido generar cantidades masivas de datos relacionados con cada caso y facilitar su consulta en línea por los hospitales, adaptando y agilizando los tratamientos a los pacientes. Y todo ello desde un sistema público de salud fortalecido.

A falta de cuantificación, todos reconocen que la economía china experimentará una importante contracción, dependiendo su magnitud final de si el brote se resuelve o no en breve. Una rápida superación es improbable, sobre todo teniendo en cuenta el nivel de propagación mundial que está manifestando y la importante imbricación de la economía del gigante asiático con la internacional.

En China, la producción se está reanudando poco a poco. Las autoridades insisten en la fortaleza estructural de su economía y de su capacidad para remontar la compleja situación actual. El Consejo de Estado ha dispuesto varios paquetes de medidas de impulso que podrían incrementarse en las próximas semanas. Pero el impacto sobre las actividades económicas y sobre el conjunto de la sociedad, serán considerables. No será fácil.

Asimismo, las implicaciones políticas de su mayor crisis de salud pública de la historia reciente, no pueden pasar por alto. Los graves errores de la primera fase, que tanta indignación provocaron, fueron compensados a ojos de muchos con los aciertos de la fase siguiente. De una u otra forma, de cara al futuro, probablemente no bastará con utilizar a las autoridades locales como chivo expiatorio para explicar el pésimo manejo inicial del brote y habrá lecciones que extraer para eliminar el secretismo en la gestión de las alertas.

Xi Jinping y el PCCh han querido demostrar la enorme capacidad sistémica para conjurar un desafío de esta naturaleza. Es verdad que ningún otro país del mundo lo podría hacer de igual forma. Su escala es incomparable. Pero para ellos hay también una lección: es absurdo maquillar la realidad, aunque los tiempos varíen, esta acaba por imponerse sobre cualquier otro propósito.

El COVID-19 apareció primero en China pero eso no significa que necesariamente se originara en China. Pese a ello, la chinofobia alcanzó niveles que nunca se detectaron en otros episodios similares (como el de la gripe A originada en EEUU en 2009, por ejemplo, que provocó casi 20.000 muertos en todo el mundo). No es un hecho casual. Como quizá tampoco la desmedida atención informativa en este caso, a diferencia de otros anteriores similares.

Inmerso cada vez más en la pugna estratégica con China, en EEUU se pasó de casi celebrar el brote porque “traería de vuelta empleos” a “exigir disculpas”, como hizo un presentador de la Fox News, palabras que no hacen sino alimentar la xenofobia. El COVID-19 también nos retrata a cada uno.

Xulio Ríos, director del Observatorio de la Política China

lunes, 9 de marzo de 2020

BARDEAREN FAUNAREN BABESERAKO JARDUNALDIETAN PARTE HARTUKO DU DEFENTSA MINISTERIOAK

Maniobra militarren ondoren faunari buruzko jardunaldi zientifikoak antolatu ditu Bardeako Batzordeak. Ekologistak Martxan taldeak ohar baten bidez salatu duenez, Ingurumen Ministerioa "irudia garbitzen" saiatzen ari da, bai Bardeako Komunitatearena, baita Natura Parke eta Biosfera Erreserba baten erdian Tiro Poligonoa existitzearena ere.

Bardeak eta Biodiversidad Fundazioak (Ingurumen Ministerioa) faunaren babesari buruzko dibulgazio jardunaldiak antolatu dituztelako sortu da protesta; jardunaldi horietan Defentsa Ministerioak parte hartuko du, eta jardunaldietako bat tiro eremuaren instalazioen barruan ere eginen dute, inguru horretan maniobra militar batzuk egin eta hurrengo asteburuan.

"Bardean halako zentzugabekeriak eta kontraesanak gertatzen dira”, salatu du talde horrek; izan ere, "ia egun beretan ariketa militarrak eta dibulgazio jardunaldi zientifikoak egingo dituzte". Ildo horretan, maniobrak direla eta, Bardeak itxita geratuko direla gogorarazi dute, "natur parke osoari eta Nafarroako eta Aragoiko eremu mugakideei eragiten dien jarduera bat”, azpimarratu dute. Eta faunaren babesarekin zerikusia duen argudioa ere jarri dute mahai gainean: “Nabarmendu behar da erabat bateraezina dela maniobra horiek hazkuntza garaian egiten diren espezieen zaintzarekin ".

Plataforma ekologistaren aburuz, "harrigarria da Defentsa Ministerioaren parte-hartzea, Biosfera Erreserbaren barruko erabilera tradizionalen barruan erabilera militarra naturalizatu nahi duelako, eta jarduera militarra abeltzaintzako edo nekazaritzako erabilera tradizionalaren maila berean jartzen duelako".

Era berean, gogorarazi dute Bardeako lurraldearen erdian bonbardaketak egin eta "hazkuntza garaian" jaurtigaiak botatzen dituzten bitartean, Bardeako Komunitateak turistei sartzea debekatzen diela, enbarazurik egin ez dezaten. Bardeako webgunean argitaratutako oharraren arabera, "Bardeako komunitateak aldi baterako mugatzen du Ralla, Piskerra, La Gorra eta Zapatako urmaeletarako sarbidea otsaila, martxoa, apirila, maiatza, ekaina, uztaila eta abuztuan, hegazti habiagileen lasaitasuna zaindu eta bermatzeko".

Gogoratu behar da paraje horiek ia muga egiten dutela bonbardaketak egiten diren gune militarrarekin, eta horien emaitzak paraje horietatik 30 kilometro baino gehiagora entzuten direla.

Amaitzeko, kolektiboak honako hau adierazi du: "Azpimarratzekoa da Biodiversidad Fundazioak (Ingurumen Ministerioa) Bardeako Komunitatearen eta Armadaren irudia garbitzeko kanpainarekin bat egin duela, ingurumenaren kudeaketa eta jarduera militarra positiboak eta zuzenak direla saltzeko; izan ere, nabarmentzekoa da jariakina hegazti habiagile gisa edo zegoen sai zuriko lozain handi gisa galdu dela.

Euskalerria Irratiak

sábado, 7 de marzo de 2020

CINCO CONSIDERACIONES JURÍDICO-DEMOCRÁTICAS SOBRE LAS PRESUNTAS COMISIONES A JUAN CARLOS I

PRIMERA. Convengamos que los hechos que le atribuyen al ex-monarca son MUY GRAVES. De confirmarse, supondrían un acto de corrupción intolerable por una cuantía gigante de dinero (100 millones de euros) proveniente de una dictadura sangrienta que viola los derechos humanos
Ese dinero habría sido ilegítimamente robado al pueblo saudí y habría acabado en bolsillos del monarca por supuestos tratos de favor, lo cual es ya en sí mismo gravísimo. Pero además se habría cometido fraude fiscal cuanto menos en España al evadir ese dinero a Suiza.
A eso se agregaría, por si fuera poco, unas supuestas donaciones ilegales a Corinna Larsen, seguidas de supuestas amenazas o coacciones en las que hasta el CNI podría haberse visto implicado. Si todo esto es cierto, es sin duda gravísimo.
Y ello por no hablar de las sospechas que algo así levanta sobre otros posibles casos de corrupción en los que el Rey Emérito podría haber estado implicado, como una conducta reiterada. Comencemos con el análisis jurídico del asunto.

SEGUNDA. Algunos se han aprestado a decir q en virtud del artículo 56.3: "La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad". Y que por ello aunque sean ciertos los hechos que le imputan, Juan Carlos no puede ser juzgado por ellos. Esto es falso, puesto que la justificación de la inviolabilidad del rey (que aunque a muchos no nos guste, está en la constitución y hay que respetarla mientras no cambiemos la norma fundamental) tiene que ver con 2 motivos, y los dos se acaban al abdicar:
1) es un escudo para proteger al Jefe del Estado de presiones indebidas por parte de jueces o de cualquier otro poder del estado, una protección q tal vez merece de manera excepcional en calidad de "árbitro" y "moderador" del funcionamiento de las instituciones del estado (56.1);
y 2) el rey es inviolable porque, como sigue diciendo el 56.3 CE, "Sus actos estarán siempre refrendados", y como agrega el art. 64.2: "De los actos del Rey serán responsables las personas que los refrenden". Esto es: el rey es inviolable porque en realidad no manda, pues siempre sus actos (en ejercicio de sus funciones) deben ser refrendados, y los que se hacen responsables de dichos actos son los que los refrendan (que es, ni más ni menos, que el Presidente del Gobierno). Pero esta lectura arroja dos conclusiones muy importantes:
.a) cuando el rey deja de ser rey, y por lo tanto su actos ya no deben ser refrendados, vuelve ser responsable de sus actos; y b) incluso mientras el rey es rey, solo es irresponsable por aquellos actos que son refrendados. Sería absurdo, e inaceptable desde cualquier interpretación mínimamente razonable y democrática de la constitución, que si el rey roba dinero o un objeto de una tienda, o agrede a alguien física o sexualmente, o asesina a un ciudadano, sus actos quedasen impunes y él fuera totalmente irresponsable por ellos.
En definitiva, el 56.3 solo protege al rey como inviolable cuando está ejerciendo sus funciones (cosa que no sería el caso en los supuestos hechos de las comisiones, puesto que no representaba al Estado en dichas transacciones) y en todo caso solo mientras es rey.

TERCERA. Aunque algunos de los hechos de los que le acusan se produjeron mientras era todavía monarca, el supuesto delito fiscal sería continuado. Habría seguido defraudando a Hacienda, es decir, a todos sus ex-súbditos, incluso después de abdicar.

CUARTA. La inviolabilidad del 56.3 sólo le hace jurídicamente irresponsable dentro del marco de la jurisdicción española en el q dicha constitución es aplicable. Fuera de ella, sus derechos se rigen por el derecho internacional y por el derecho de los demás países.
Y aunque los jefes de estado gozan de cierta inmunidad, ésta no es ilimitada y tampoco se extiende más allá del ejercicio de su cargo. Por lo tanto, Juan Carlos debe responder x sus supuestos delitos no solo en España, sino también ante otras jurisdicciones q puedan sere competentes

y QUINTA. Más allá de la cuestión jurídica, que para mí es clara y debe entenderse en los términos que he defendido aquí, los hechos que se le imputan son tan graves y el cargo que él ocupó tan importante que la ciudadanía española tiene todo el derecho a esclarecer la verdad.
Incluso aunque sostengamos que el Rey Emérito sigue siendo inviolable y por lo tanto no tiene responsabilidad jurídica, eso le eximiría de ser condenado penalmente, pero no le conferiría un derecho a mantener privacidad sobre estos hechos, sobre todo teniendo en cuenta la gravedad de los mismos y el rol político que Juan Carlos ha jugado en este país. Existe un derecho democrático básico de la ciudadanía a saber lo que han hecho sus representantes en sus cargos. Sí, también lo que han hecho aquellos que ni siquiera ha podido elegir democráticamente.

Por si alguien tenía dudas de si el Rey Emérito merecía que le erijan una estatua o que se mantenga su nombre en calles o plazas, o cómo debe figurar en los libros de historia, el pueblo tiene el derecho a saber si los gravísimos hechos de que le acusan son ciertos.

José Luis Martí, en Twitter

domingo, 1 de marzo de 2020

AZNAR Y SU GUIÑOL

Los que tenemos unos años –no hace tantos- y memoria, recordamos con fruición y un sano regodeo aquel programa "Las noticias del guiñol" que ofrecía Canal+ en la segunda mitad de los años 90. Se trataba de un informativo de humor y sátira política por el que desfilaban los principales líderes del momento representados por muñecos muy logrados. Entre ellos figuraba el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar López. Pues bien, cuando Wallapop, plataforma de ventas de objetos de segunda mano, acaba de poner a la venta el muñeco que en aquel célebre guiñol representaba a Aznar, resulta que el ex presidente y fundador de FAES ha puesto en marcha su propio teatro de marionetas en Euskadi situando a la cabeza del los títeres a un txotxongillo también en puro saldo, Carlos Iturgaiz. El intrépido acordeonista santurtziarra ha sido entronizado en el teatrillo vasco tal y como describe el anuncio de Wallapop, y viene "con todos los detalles: gafas, manos y mecanismo de uso".
A Aznar, cuando era presidente, no le gustaba nada aquel programa de Canal+; no soportaba verse manejado por mano ajena. Por eso, pasito a pasito, ha ido confeccionando su propio teatrillo de títeres desnudando a unos muñecos y vistiendo a otros hasta hacerse con un elenco a su imagen y semejanza. A uno de sus espantajos preferidos, Carlos Urquijo, le montó un chiringuito denominado Asociación Esteban de Garibay, quien correspondió al jefe invitándole a pronunciar una conferencia en Bilbo hace quince días bajo el título "El fortalecimiento de España en el País Vasco". Una visita inquietante, que vino a inaugurar el titirimundi planeado por el ex presidente para imponer su guiñol.
Ya está dicho casi todo sobre el muñeco protagonista impuesto para españolizar al PP vasco de una puñetera vez, que ya estaba bien de dirigentes tibios en españolidad, de títeres mediocres y de derechita cobarde. Reanimar a la marioneta ya arrumbada de Carlos Iturgaiz es recuperar el vigoroso espíritu del ¡Basta Ya!, del Foro de Ermua, de la bronca permanente, de una ETA eterna y del voto a dos manos. No le ha temblado el pulso al matasiete del trío de las Azores a la hora de mover los hilos. Consolidado ya el escenario del guiñol español, unidos de la mano el Polichinela Pablo y la bruja Piruja Cayetana, se desaloja del escenario a escobazos al villano Alfonso Alonso y entra a caballo trotón el hidalgo Iturgaiz desalojando a punta de espada a las marionetas que pudieran hacerle sombra.
Dejando de lado las andanzas guiñolescas de Aznar que han puesto patas arriba cualquier asomo de renovación del ya decadente PP vasco, los escasos dirigentes que quedan con un mínimo de sensatez deben tener una inmensa sensación de frustración, de saberse sacrificados en aras de un escenario más grandioso, el de una ultraderecha insolente, inclemente, xenófoba y patriotera, aquella foto de la Plaza de Colón que, sin duda, encandiló a Aznar y le animó a intervenir en el escenario vasco iniciando el festival con una representación carroñera en Ermua en la que actuaron el paladín y su capataz.
Aunque pretenda disfrazarse de adalid del constitucionalismo y muralla contra el nacionalismo, el liderazgo de Carlos Iturgaiz, ya lo vamos viendo, lleva la intención de unificar a la ultraderecha vasca, que la hay. Iturgaiz busca desesperadamente a los votantes de Vox para engordar su propia marioneta, pero no se da cuenta de que si entra el dragón en la escena acabará por devorar a quien le dio el papel. La cuesta abajo por la que viene deslizándose el Partido Popular desde hace ya media docena de elecciones, puede precipitarle en el abismo bajo el protagonismo del paladín Iturgaiz, único personaje capaz de aceptar el papelón suicida impuesto por el maese José María Aznar. Los guiños cómplices a Santiago Abascal, el compadreo con los cuatro gatos que combaten el foralismo y el tufo a naftalina de los nuevos muñecos del guiñol, sólo pueden vaticinar el derrumbe definitivo de una derecha centralista mínimamente civilizada. Lo que viene es el sorpasso que, con un poco de suerte, elegirá para el teatrillo a algún muñeco de Vox que desaloje a estacazos al del PP.

Pablo Muñoz, en Grupo Noticias