LLEGA hoy a las librerías la obra colectiva que recoge la trayectoria y labor de la asociación Colectivo Alaiz de Pamplona, como culmen de su 50 aniversario, cumplido en 2012. Llevan ya 51 años trabajando por la igualdad entre hombres y mujeres en la sociedad navarra así como por la animación a la participación social. "No pensamos dejarlo aunque haya quien se empeñe, podremos llegar a los 100, mientras los jóvenes sueñen", subraya de forma poética Pilar Bobes, actual vicepresidenta del colectivo. La obra, titulada Colectivo Alaiz 1962-2012 Mujeres: Igualdad y participación social, abarca desde cómo surgió el centro en los años sesenta, en pleno tardofranquismo, hasta los proyectos de formación no formal actuales. En su interior, además, se recogen testimonios de algunas de las protagonistas, de las miles de mujeres y hombres que han pasado por el centro hasta el día de hoy. La experiencia de Pilar Sanz, fundadora de los Centros de Cultura Popular en Navarra y, por tanto, del Colectivo Alaiz; un texto de Javier Erice, exalcalde de Pamplona, que recuerda los años setenta; un recordatorio de Teresa Celaya, trabajadora social, sobre qué supuso Alaiz para ella, o la valoración de Conchita Corera, exdirectora de la Escuela de Trabajo Social de la UPNA, sobre este continuo trabajo por la igualdad real y el empoderamiento, son algunas de las 22 miradas reflejadas en el libro.
"UNA REVOLUCIÓN TRANQUILA"
Desde 1963 trabajando por el cambio en las relaciones de poder, en 162 páginas
Han sido 50 años (ahora ya 51) de papel activo del Colectivo Alaiz en la vida navarra. Quizá no de manera ruidosa o retumbante, "sino de un modo latente, apostando por incidir de manera directa y constante en las estructuras sociales". Optó por una "revolución tranquila" que facilitara el "empoderamiento de personas anónimas" y, así, estas fueran (y sean) quienes "desde el papel de sujetos activos asuman el protagonismo de su cambio personal y de la transformación social".
Begoña Arrieta Nájera, con 37 años de socia y expresidenta de Alaiz, explica el porqué de año y medio de recopilación de textos y de testimonios. "Queríamos que el trabajo del Colectivo Alaiz quedara recogido y visibilizado en un documento" a través del cual se pudiera "conocer de primera mano la aportación que Alaiz ha realizado y realiza actualmente a favor de la igualdad de las mujeres y hombres y de la participación social", resume Arrieta.
No han contado con apoyo económico de ninguna institución para sacar adelante la publicación, que se presentó el jueves en el Nuevo Casino ante un salón repleto y que, a partir de hoy, se encuentra a la venta en las librerías de Pamplona y en la sede del propio colectivo, en la avenida Bayona nº 30. Elena Urdániz Villanueva, coordinadora general de la asociación, cuenta que "aunque haya habido un equipo" para la gestión y organización de la escritura, se trata de "una obra colectiva en la que han participado muchas personas".
EXPERIENCIAS
Diferentes perspectivas a lo largo del tiempo, de educadoras y de alumnado
"Eran feministas sin saberlo (como aquel que 'no sabía que hablaba en prosa'). Sin un discurso explícitamente feminista fueron pasando desde ópticas más tradicionales respecto al género a transformaciones importantes y a una defensa clara de los derechos de las mujeres", relata Conchita Corera, a modo de reflexión, en el libro. "Han pasado muchos años, han sucedido muchas historias, pero no he podido olvidar la liberación que experimentaron algunas mujeres ante la experiencia de poder vivir su dimensión sexual como una conquista de libertad responsable", cuenta situándose a finales de los sesenta Teresa Celaya, quien colaboró activamente en los Centros de Cultura Popular.
Alaiz trabaja para conseguir la igualdad en la sociedad y es un objetivo "lento, exigente y enriquecedor", observa Arrieta, quien entró como educadora en Alaiz en 1975, cuando "los métodos anticonceptivos estaban básicamente prohibidos", recuerda. "Hemos ganado en legislación, pero aún hay mucho por lo que luchar", zanja Arrieta, que recuerda: "Nosotras sabíamos que estábamos en desigualdad y luchábamos, pero ahora está la creencia de que se es igual y, en la práctica, vemos que no es así".
Diario de Noticias
1 comentario:
Cuanta falsedad hay en éste articulo. mi madre fue cofundadora de ése colectivo ( que le llamaban " el centro" para no levantar sospechas....
Y ahora nueve meses de su muerte aún no ha habido ningún guiño de ninguna persona hacia mi madre. El local lo financiaban las socias, nadie cobraba. Vendían de todo para sacar adelante sus proyectos, hasta mandarinas y sorteos.
por cierto al local dónde la gusrderia estaba arriba para nosotros mientras ellas se reunian en monasterio de velate, ahora ni hay algo de " exposiciones" y ahora les queda la trasera de aquel local enorme y éso que todas están muy bien pagadas y si pasara una inspección de urbanismo automaticamente tendrían que cambiar de ubicación.
Éso sí a cobrar bien y exhibir sus joyas y ropa de marca para conseguir seguir cobrando subvenciones que en la actualidad muchos de ellos no tratan ni el tema del feminismo, pero cómo me reitero, tienen que seguir cobrando no os extrañe que acaben dando cursillos de " petip point" con alguna excusa feminista
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