Osasunismo en estado puro. El aliento en el cuello, el culo prieto, el miedo en el cuerpo y dos jornadas para el cielo o para el infierno. No hay más.
Y digo bien cuando hablo de cielo. Es cielo porque mantenerse con este plantel y con un cuerpo técnico que hace unas fechas ya da muestra de agotamiento y de no dar más de sí es un milagro de los que los creyentes harían peregrinación.
Intentando bajar la euforia de mis cercanos, el otro día yo comentaba que el partido del Getafe no se había jugado un pimiento pero es que era eso lo que había que hacer.
Hoy en Granada había que jugar, no valía la testiculina, no valía el ir a por el rival, para empezar porque no estaba el buque insignia de ese juego, y es aquí cuando cantamos como una almeja. Somos muy malos de medio hacia arriba, no somos capaces de dar dos pases seguidos y gente como Armenteros o De las Cuevas no tienen la continuidad necesaria para dar miedo a nadie.
Llevar 29 goles a favor no es problema de huevos, es problema de falta de calidad y si alguien lo quiere confirmar que se pase un día por Tajonar y vea los rondos y los ejercicios de centro y remate.
Estamos donde estamos por una buena defensa durante casi todo el campeonato y un enorme portero, de lo contrario estaríamos en segunda hace muchas jornadas.
Que el paso del tiempo diga que fuera de casa como mejor se ha sentido el equipo es con Oier detrás del punta dice mucho de el equipo y de sus atacantes.
Viene el Sevilla el domingo y le recomiendo al C.A. Osasuna que se ahorre todo tipo de llamamientos. Está demostrado que los que salen del aficionado son los que triunfan. El domingo volverá a ser una olla El Sadar y ahí es donde nos jugaremos todo. No hay más.
¿Y todo esto no os suena de otros años? Yo esta película creo que la he visto y en peores situaciones.
A por el último aliento porque el objetivo depende de nosotros y en peores hemos estado.
Desde los ojos de Irunsheme
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