jueves, 30 de mayo de 2013

BRUSELAS IMPONE A ESPAÑA UN RITMO EN LAS REFORMAS QUE BENEFICIA A RAJOY

Las recomendaciones de la Comisión Europea para España no han supuesto excesivas novedades porque algunas de ellas ya se vienen aplicando y en otras se está en fase de estudio. Por tanto, lo malo en esta ocasión no tiene que ver con las medidas en sí; lo peor es la sensación de pérdida de soberanía cuando es Bruselas quién impone el ritmo del tiempo. Algo que, por otra parte ya sabíamos o, al menos, se sospechaba con evidente rigor.

Me pregunto cuál será el número de veces que el presidente del Gobierno se acogerá al calendario bruseliano con afán exculpatorio. Cuántas las ocasiones en que Rajoy (o quien le siga) dirá que es con Bruselas con quién ha alcanzado acuerdos y los compromisos hay que cumplirlos, que diría el gallego.

El trágala ha tenido la contrapartida de relajar el objetivo del déficit que queda definitivamente en el 6'5% para el año actual y el 5'8% en 2014.

Algunos no se asustarán al corroborar que entre esas recomendaciones se encuentran la reforma de la sanidad, las pensiones, subida de impuestos y adelgazar la Administración del Estado. No en vano de todo ello se viene hablando activa y por pasiva en los últimos tiempos.

De todas esas recomendaciones es la que afecta a la reforma del sector público la más peliaguda para los partidos. No así para un creciente número de personas que, al amparo de la “inutilidad” de los políticos, se decanta por hacer posible que mengüe la clase política. Y sus privilegios. 

En lo que concierne a la subida de impuestos es más que posible que vaya en la dirección de lo ya indicado por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, al decir que la subida impositiva afectaría a los gravámenes especiales: carburantes, y, también, a otros impuestos relacionados con el medio ambiente.

Estas declaraciones, que datan de hace tiempo, determinan el grado de complicidad entre Bruselas y Madrid en esta materia. Aporto otro botón de muestra al indicar que Bruselas recomienda reducir aquellas infraestructuras deficitarias en lo que se refiere a mercancías y pasajeros. Algo de lo que también venía hablándose en nuestros pueblos. 
En definitiva, nada de lo que la Comisión Europea nos impone suena a nuevo. Con el mono de la OTA, los funcionarios de la Unión Europea vigilarán el estricto cumplimiento de las normas dictadas para que la pereza no permita retrasos.

Porque, es posible, que, en contra de lo sucedido en esta ocasión, al Estado español no se le perdone la deuda a la que se había hecho acreedor. Precisamente por incumplimiento de los objetivos fijados.

El Gobierno del Partido Popular ha encontrado en Bruselas el soporte necesario donde apuntalar su ideario: lo privado, frente a lo público al compás de lo que determinan los mercados. Dicho de otra manera: el Ejecutivo dispone ahora del amparo necesario para hacer posible que un Estado se gestione como si se hiciera desde un Consejo de Administración.

El recetario de consenso con Bruselas deja, todavía más abierta, la puerta a que el Mercado se imponga al Estado. O lo que es lo mismo, los defensores de la Teoría de las Élites están algo más cerca de su objetivo. Y ese objetivo no es otro que el gobierno de los mejores y para ello nada mejor que la existencia de una sanidad privada, una enseñanza privada, un plan de pensiones privado. Sí. Un Estado del bienestar privado.

Félix Hereña, en El Sillón Informativo

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