Obligar a las mujeres que han decidido interrumpir voluntariamente su embarazo a ver la última ecografía. Ésa es la propuesta del diputado de UPN en Madrid, Carlos Salvador y su aportación a la reforma de la Ley del Aborto que plantea el PP. Salvador, un político con bajo perfil de actividad, señalado por el CIS como el portavoz del Congreso peor valorado por la opinión pública española.
El martes, Óscar Arizcuren, el nuevo secretario general de UPN, apoya públicamente la propuesta de Salvador y, en lugar de responder a las expectativas de renovación del partido como joven y preparado nuevo valor del equipo de Barcina, desaprovecha la oportunidad de matizar laocurrencia y entra en liza con su compañero para ver quién está más cerca de Rouco Varela, del PP y de sus barandas.
Alberto Ruiz Gallardón, uno de ellos y actual Ministro de Justicia, avisa que en su reforma la malformación del feto no será ya una razón para abortar, uno de los tres supuestos que contempla la Ley de 2010. Dice Gallardón que así protege los derechos de las personas con discapacidad incluso antes de nacer, mientras su Gobierno recorta sin recato pensiones, prestaciones y ayudas para el colectivo de los nacidos, crecidos y sufridos que viven con alguna discapacidad.
Salvador, Arizcuren y Gallardón. Los tres políticos, los tres de derechas, los tres hombres, los tres situados en la tribuna y, al parecer, ninguno capaz de ponerse en la piel de una mujer embarazada que ha tomado la durísima decisión de abortar. Sea por los supuestos de violación, malformación o riesgo para la madre, sea por razones psicológicas, económicas, de sobrevivencia, sea por el mero derecho a decidir sobre su propio cuerpo, la realidad es que cerca de mil mujeres de Navarra abortaron en 2012. En 2009 fueron más de 600, y cada año son más jóvenes.
Las mil ecografías de esas mil jóvenes no van a solucionar el problema, señores.
Varios miles de euros y de horas de atención de profesionales en educación sexual y en la prevención para evitar embarazos no deseados sí podrían conseguirlo. Garantizar esa orientación desde la escuela sí que podría lograr miles de hombres y mujeres bien informados y mejor educados para que una relación sexual sea lo que cada persona quiera que sea, libre y sin moralinas, responsable y deseada, con ecografía o sin ella.
Pili Yoldi, en Diario de Noticias
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