Las asociaciones encargadas de mantener viva la memoria de los navarros abatidos por las tropas fascistas durante la guerra de 1936 y la posterior dictadura franquista celebraron ayer en Sartaguda el primer Día de la Memoria Histórica de Nafarroa. El evento, organizado en el Parque de la Memoria, mostró la unidad de acción de los colectivos memorialistas y evidenció el hartazgo de los mismos con el Gobierno de Yolanda Barcina, que ahora ha recortado las partidas destinadas a recuperar los restos que aún se buscan y continúa, cinco años después, sin aportar un solo euro al mantenimiento del citado parque.
Este descontento con el Ejecutivo marcó el devenir de la jornada y protagonizó las diferentes intervenciones. Así, antes de comenzar el acto principal, previsto para las 12.00 del mediodía, el presidente de la Asociación Pueblo de las Viudas, José Ramón Martínez, cargó contra la actitud de UPN y reclamó, una vez más, la aprobación de una Ley de Memoria Histórica en el Parlamento navarro.
Destacó que dicha norma impondría una serie de obligaciones al Gobierno de Yolanda Barcina y facilitaría el trabajo de las diferentes asociaciones. «La ponencia depende del gobierno de turno, porque no es de obligado cumplimiento. Pero una ley sí», detalló Martínez, que destacó el esfuerzo realizado por los colectivos de memoria histórica.
A este respecto, en declaraciones a GARA, recordó que el Parque de la Memoria de Sartaguda, que ayer celebró su quinto aniversario, sobrevive gracias al trabajo de estos colectivos y no a las subvenciones del Ejecutivo foral. Un Gobierno que, tal como denunció, guarda silencio además ante actos fascistas como las misas celebradas en recuerdo del general golpista Emilio Mola en Iruñea cada vez, reveladas por GARA en julio pasado, mientras pone «pegas para todo» a los colectivos memorialistas. «La connivencia del Gobierno con esos grupos y la decisión de no prohibir las misas te da una sensación de abandono», añadió el exalcalde.
Ni un solo euro
Estas palabras fueron ratificadas poco después por el portavoz de las Asociación de Familiares Fusilados, Asesinados y Desaparecidos de Nafarroa (Affna), Joseba Eceolaza, que criticó al Ejecutivo por no colaborar en el mantenimiento del Parque, cuyo coste alcanza los 10.000 euros anuales. En este sentido, lamentó que el Gobierno aún no ha cambiado las señalética del parque, cuya situación geográfica está marcada por dos pequeñas señales de color marrón.
En referencia a las exhumaciones de los fusilados, Eceolaza denunció que los recortes impuestos por Yolanda Barcina dificultan el trabajo de la Affna. Sin embargo, pese a la falta de subvenciones, Eceolaza señaló que la asociación continúa investigando con el apoyo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi el paradero de los desaparecidos durante la dictadura.
La presidenta de la Affna, Olga Alcega, también pidió ayuda a todas las instituciones presentes en Nafarroa para que, «de una vez por todas, podamos recuperar todos los cuerpos que podamos» de las fosas comunes. En cuanto a las retirada de las ayudas, afirmó que la situación económica solo es una «excusa», ya que, según explicó, la búsqueda de los cadáveres en las cunetas y en las simas no supone un gran desembolso.
Alcega, que quiso dejar claro que ayer lo «prioritario» era recordar a todos los fallecidos como consecuencia de la represión fascista (en Nafarroa no existió un frente de batalla), criticó el trato que reciben los restos de las personas abatidas durante la guerra de 1936: «En el casco antiguo de una ciudad aparecen unos huesos y se paralizan las obras. Pero aquí -comparó-, si veían que tenían un tiro en la cabeza y que habían muerto en la Guerra Civil se les echaba cemento por encima».
Monumento a las viudas
Las últimas palabras de la presidenta de Affna dieron paso al acto central de la jornada. Los acordes de Bide Ertzean coparon la atención de los presentes. Más de 200 personas ataviadas con ikurriñas, banderas republicanas y enseñas anarquistas se hicieron con un hueco en los jardines para presenciar un emotivo acto que comenzó con el discurso de Eduardo Ortega, que intervino en representación de la asociación local.
Tras citar las reclamaciones esgrimidas por Martínez, Eceolaza y Alcega, Ortega denunció el ataque fascista acontecido el pasado mes de abril en el monilito de Larraga y reclamó una escultura en recuerdo de las viudas de Sartaguda, que atravesaron un calvario tras el fusilamiento de 84 personas solo en este pueblo.
Los aplausos de los asistentes despidieron a Ortega y dieron la bienvenida a Edurne Beaumont y a Javier Macaya, que subieron al escenario para leer un manifiesto suscrito por todas las asociaciones memorialistas de Nafarroa. El texto, leído en euskara y castellano, destaca la causa abierta contra el franquismo en Argentina (las declaraciones por videoconferencia comenzarán en breve) y remarca las tres peticiones de las víctimas: verdad, justicia y reparación.
«Una tremenda regresión»
Con estos objetivos en la mente realizó su trabajo José María Jimeno Jurío. El historiador, fallecido en 2002 tras haber recabado mucha información sobre las personas represaliadas en Nafarroa, fue homenajeado por las asociaciones memorialistas ante la atenta mirada de su viuda, Elena Aranguren, y de su hijo, Roldán Jimeno, también historiador.
Al finalizar el acto, que concluyó con una ofrenda floral y un aurresku ante el mural en el que se recogen los nombres de todas las personas fallecidas a manos de los fascistas, Jimeno reconoció que el homenaje fue «muy emotivo y gratificante». «Que las asociaciones se hayan unido en este Parque de la Memoria, en el pueblo de las viudas es muy bonito», añadió.
Por último, Jimeno coincidió con los representantes de las asociaciones a la hora de criticar las medidas de UPN, que ha eliminado las partidas destinadas a sufragar las exhumaciones. A su parecer, esta decisión supone «una regresión tremenda» y dificulta el trabajo de las agrupaciones memorialistas, que hoy en día siguen buscando los restos de más represaliados.
GARA
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