Las muertes en Haití a consecuencia de la epidemia de cólera se acercan rápidamente (o ya han sobrepasado), los mil casos. El mundo hace cálculos sobre la posible cantidad de muertes a partir del número de contagiados y, no mucho más.
Acosados por la premura y la falta de condiciones mínimas hospitalarias, o directamente a la cruda intemperie, los brigadistas médicos desplazados en el castigado país, entre ellos los cubanos, primeros en llegar, hacen lo que pueden.
Hace pocos días se celebró en Montevideo un encuentro de solidaridad con Haití, bajo la consigna “Ayuda humanitaria sí, tropas no”. El encuentro se llevó a cabo durante los días 8 y 9 de los corrientes, fue convocado por la central única obrera uruguaya PIT-CNT y la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU). Representando al pueblo haitiano asistió Henry Boisrolin (Coordinador del Comité Democrático haitiano) y por la organización Médicos del Mundo, cooperante en Haití, el médico argentino Gonzalo Basile.
Los testimonios aportados tanto por Boisrolin como por el Dr. Basile, dejaron -para vergüenza de los asistentes al encuentro-, las verdaderas razones de lo que no es otra cosa que una ocupación militar. Haití es simplemente un nuevo portaviones al servicio de los intereses guerreristas del Pentágono. En el encuentro quedó claramente establecida la absoluta inutilidad e incompatibilidad, desde el punto de vista de la ayuda humanitaria, que significan las fuerzas militares desplazadas en Haití y que están supuestamente dirigidas por militares brasileños. Esas fuerzas militares de ocupación, entre las que se encuentrasn más de 1100 soldados y oficiales uruguayos, son la nueva actividad que desempeñan en Latinoamérica y el Caribe, en este caso en Haití, los ejércitos que no hace muchos años, oficiaron de ejércitos de ocupación en sus propios países.
Quedó establecido, contra los argumentos que da el gobierno urugayo al aprobar la extensión por un año de la permanencia de tropas uruguayas en Haití, que el contingente militar internacional desplazado en ese país, no es otra cosa que la tercerización de una ocupación militar, al servicio de los intereses hegemónicos de los Estados Unidos de Norteamérica.
En una entrevista concedida al programa “Resonando”, que se emite en Montevideo por CX40 Radio Fénix (en AM) dijo Henry Boisrolin: “Nosotros (los haitianos), entendemos que la presencia de la MINUSTAH (Misión de las Naciones Unidas para la estabilización de Haití) donde participan tropas brasileras, argentinas, uruguayas, chilenas, etc. representan una violación de la soberania de nuestro pueblo y una violación al principio de audeterminación del pueblo haitiano”.
“Consideramos que la MINUSTAH entonces es una fuerza de ocupación y los hechos son muy claros, han violado a nuestras niñas y mujeres, un soldado de ellos consume lo que consumen 5 haitianos, no supieron prevenir absolutamente nada con los huracanes, las inundaciones, en el terremoto demostraron una total ineficacia, durante y después”.
“Yo creo que Haití políticamente hablando es un país donde las clases dominantes haitianas han perdido el control, no pueden ganar elecciones y es un país donde los EEUU no pueden dejar que las cosas sigan su curso y terminen en un alzamiento popular, un levantamiento que termine en la construcción de un poder popular. No hay que olvidar que geopolíticamente hablando Haití es el país más próximo a Cuba, 77 kms nos separan. Haití comparte la misma isla con la República Dominicana, estamos a minutos de vuelo de Puerto Rico y de Jamaica. Entonces ellos inventaron en el año 2004 lo que nosotros llamamos la tercerización del imperialismo, retiraron sus tropas y propusieron mandar tropas de otros países pero comandadas esta vez por Brasil”.
(…) “Aristide es un populista que traicionó pero que mantenía ciertos vaivenes, no era una carta segura para la política norteamericana, incluso le cobraron a él los discursos incendiarios que hacía al principio cuando él era adepto a la teología de la liberación (porque era un cura salesiano) entonces hubo muchos disturbios, movilizaciones pidiendo la renuncia de Aristide y un levantamiento armado organizado por norteamericanos y fundamentalmente las clases dominantes haitianas con ex de la milicia de Duvalier y ex militares, los organizaron, los armaron en la república dominicana, cruzaron la frontera y empezaron a tomar algunas ciudades pero igual se dieron cuenta que esas fuerzas no eran suficientes para derrocar a Aristide entonces un comando militar norteamericano entró y lo secuestró; por lo menos es la declaración que hizo Aristide y los EEUU dijeron que no es cierto".
“Cuando la CARICOM (Comunidad Caribeña) y algunos otros presidentes pidieron una investigación, los norteamericanos se opusieron; entonces lo que queda en pie es la acusación que hizo Aristide y horas después desembarcaron norteamericanos, canadienses y franceses ocupando Haití pero acuerdense que en alquel momento estaban con lo de Irak, entonces ellos necesitaban concentrar fuerzas en la otra parte e idearon esto, un nuevo plan, cómo administrar una nueva crisis y creando un precedente peligroso, eso que los gobiernos que aceptaron mandar esto tienen que tener claro si eso tiene éxito en Haití entonces puede ocurrir en cualquier otra parte, bajo cualquier otro pretexto; por supuesto las condiciones de las comparaciones que estoy haciendo, yo no hago comparaciones para demostrar, las comparaciones sirven para ilustrar. Yo estoy diciendo que han creado un precedente demasiado peligroso para el futuro de los pueblos latinoamericanos, sobretodo en un momento donde hay vientos de cambio que empiezan a soplar fuertemente en Venenzuela, Ecuador, Bolivia, entonces hay que tener eso en cuenta”.
El gobierno uruguayo (Tabaré Vázquez primero y José Mujica después) fue uno de los que aceptó la propuesta norteamericana. El senador Eleuterio Fernández Huidobro, uno de los ex líderes máximos del Movimiento de Liberación Nacional - Tupamaros, aseguró a la prensa, al ser preguntado, que en realidad, el envio de tropas a Haití era una “acción antiimperialista”.
La “solidaridad” del gobierno uruguayo para con Haití tiene todavía un ribete inexplicable. Los más de 1100 soldados y oficiales enviados cuentan, para su uso, con dos potabilizadoras de agua de fabricación uruguaya. Luego se enviaron otras dos, para dar abastecimiento a la población. Esas dos centrales portátiles potabilizadoras, fueron entregadas en Haití para su administración a una empresa (DINEPA), con la condición de que la misma suministrara agua en forma gratuita durante un año. Noticia 1: en medio de la epidemia de cólera esas dos potabilizadoras están sin utilizar. Seguramente la empresa adjudicataria, está esperando que se cumpla el año para poder cobrar por el suministro. Noticia 2: el gobierno uruguayo dice no poder hacer nada al respecto.
Las fuerzas armadas uruguayas, como la mayoría de las fuerzas armadas del continente, han tenido y tienen entre sus filas oficiales formados ideológicamente (más que militarmente), en la tristemente célebre Escuela de las Américas. Los militares uruguayos han dado muestras de sobra respecto a su concecuencia ideológica y no solo eso. El actual jefe del ejército, el general Jorge Washington Rosales, ha defendido públicamente tanto la continuidad del pensamiento de los militares, con respecto a lo militares golpistas, como la “honorabilidad” de aquellos que hoy persigue la justicia.
Hace pocos días y por primera vez, la justicia uruguaya condenó a prisión a un general en actividad, el general Miguel Dalmao, segundo jerarca militar del Uruguay, jefe de la división Ejército IV, por el asesinato en la tortura en 1974, a la joven militante comunista Nibia Sabalsagaray.
La debilidad (¿o complicidad?) del gobierno de José Mujica quedó nuevamente al descubierto. El reo no fue llevado a prisión sino que “por ahora” (según el ministro de Defensa Luis Rosadilla, ex integrante como Mujica del MLN tupamaros), a una residencia dentro del Club de Oficiales del cuerpo de Coraceros de la Policía.
Los militares uruguayos seguirán respondiendo a sus mandos “naturales” en el Pentágono. Las FFAA uruguayas no fueron enviadas al banquillo de los acusados sino al banco de reserva, para entrar a “la cancha” donde y cuando “el entrenador” disponga.
Haití, la cuna de la revolución libertadora en el continente se desangra. Pocos recuerdan el hecho de que los haitianos fueron los primeros en celebrar el 200 aniversario de su liberación del poder colonial (1804). Y menos aún conocen que el Gran Libertador Simón Bolívar, triunfó en su campaña en gran medida, gracias a la ayuda que le brindaron los haitianos no solo en armas y dinero, sino en consejos ideológicos.
Es muy posible que esas sean, más allá de su conocido racismo, dos de las principales razones del desprecio y el encono con que el imperio trata a los haitianos. Todo el mundo recuerda (25/1/2010), cuando llegaron los 20 mil soldados yankis después del terremoto, masticando goma y con cara de tabla, para desalojar a punta de fusil a los periodistas internacionales que ocupaban el aeropuerto. No llevaron hospitales: llevaron tanques y helicópteros.
La ocupación militar en Haití, es hoy reponsable de las terribles consecuencias que está dejando la epidemia de cólera (de dudoso origen) y que debiera considerarse lisa y llanamente como genocidio o limpieza étnica. El próximo paso será, el próximo 28 de noviembre, la realización de elecciones presidenciales y legislativas bajo el estricto control de las fuerzas de ocupación. Los candidatos ya están elegidos.
Carlos Medina Viglielm (en Argenpress)
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