jueves, 28 de noviembre de 2013

LAS MUJERES DECIDIMOS

No es una fácil decisión, ni es algo que se hace a la ligera. Cuando una mujer decide interrumpir su embarazo es porque, en sus circunstancias, ha considerado que es su única -o mejor- opción. Los motivos pueden ser múltiples y variados, pero no se debiera dejar de ver las cosas desde su propia mirada, en el ámbito de sus propias realidades. Resulta excesivamente fácil juzgar lo que hacen los demás, sobre todo cuando no nos ponemos, aunque sea por un pequeño espacio de tiempo, en los zapatos de quien tenemos al lado, cuando nos negamos a asumir que hay realidades distintas, situaciones de extrema dificultad, procesos dolorosos. En nuestra experiencia, nunca, ni ninguna mujer ha tomado esta decisión sin sopesar seriamente las circunstancias y en un gran parte de los casos con profundo dolor.

Se podrá señalar que, a día de hoy, hay otras medidas y otras actuaciones que pueden ser contempladas, pero sin duda, y así lo recoge el marco legislativo actual, la mujer puede decidirse por esta vía de solución, le asiste el derecho.

Es una decisión personal, que pertenece al espacio de lo íntimo, que tiene un marco legislativo que lo regula y por ello creemos que nadie tiene que inmiscuirse y censurar. Los periodos de reflexión y la ayuda en la toma de decisiones para las mujeres en esta materia están claramente definidos en la ley y se llevan a cabo con toda la prudencia necesaria y con el apoyo de los y las profesionales que acompañan en el proceso.

Se nos ocurren otras formas de contribuir a que las mujeres no tengan que tomar esta decisión, como puede ser una buena educación sexual, facilitar el acceso a los métodos anticonceptivos, empoderar a las mujeres para que tengan un mayor control de su sexualidad, etcétera.

Todos estamos de acuerdo en considerar que algo ha fallado cuando nos enfrentamos a un embarazo no deseado, pero la solución no es ir en contra de quienes deciden interrumpirlo, sino ponernos manos a la obra y desde los servicios públicos potenciar y promover capacidades entre la población, tanto de conocimientos como de actitudes, que doten a las personas de recursos personales y sociales para contribuir a su desarrollo integral, también en el ámbito de la esfera sexual.

Cuanto mejor hagamos esta prevención primaria menos mujeres se verán en la dolorosa experiencia de tener que interrumpir el embarazo, pero, aun así, siempre habrá algunos casos.

Sirvan estas palabras de introducción y reflexión para poner de manifiesto la inquietud que está generando el hecho de que grupos de personas se apuesten frente a la clínica de Ansoáin, lugar donde las mujeres acuden para ser atendidas, determinados días de la semana, e increpen a quienes acceden a la misma.

Esto está suponiendo un estrés añadido a una situación de por sí difícil, alterando la convivencia y vulnerando el derecho a la autonomía personal de estas mujeres, intentando coaccionarlas para que cambien de opinión e imponiéndoles una forma de pensar, muy respetable, como todas, pero que, en ningún caso justificaría este enjuiciamiento social.

Por lo tanto, consideramos inadmisible que estos ataques se sigan repitiendo y apoyamos sinceramente el derecho que asiste a las mujeres a la hora de tomar la decisión de interrumpir su embarazo.

Esther Cremaes, Ana Ansa y Amaia Arrizabalaga, en representación del grupo de Salud de Geroa Bai

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