Los ocho meses de trabajo, las más de 400 páginas de la ponencia, los debates de tres días de más de 900 personas de la Conferencia Política del PSOE han acabado en un acto fallido.
No solo porque no se ha producido la anunciada renovación programática y ha sido incapaz de hacer autocrítica del giro neoliberal del Gobierno Zapatero de mayo de 2010 y de la “reforma Express” del art. 135 de la Constitución, que sitúa a los derechos de los acreedores por encima de los de los ciudadanos.
No solo porque la única novedad es una reforma fiscal que sigue sin plantear las razones mismas de la peor crisis social y económica del Reino de España; y porque otra de las causas esenciales de la crisis del régimen de la Segunda Restauración Borbónica, el derecho a decidir de Catalunya, ha sido “aplazado”, sometiendo al imperio de la dirección federal las disidencias en el PSC.
No solo porque la credibilidad de la propuesta de denunciar el Concordato se plantea por los mismos que aceptaron la formula de financiación de la Iglesia Católica más cara y discriminatoria que se recuerda.
Si no porque, además, Rubalcaba, después de dos días de aparecer a través de una pantalla de plasma como Rajoy, ha utilizado el cierre de la Conferencia para lanzar su candidatura a las primarias aplazadas, después de denunciar hipócritamente el desfile de candidatos alternativos como una “Operación triunfo”.
Para este viaje sobraba tanta alforja.
Rubalcaba sigue siendo el principal obstáculo para construir una alternativa de izquierdas a la derecha neoliberal del PP. Quiere ser el candidato del PSOE en 2015 porque su verdadero proyecto es un gobierno de coalición con el PP.
Detrás de todas las criticas a las contrarreformas de Rajoy, la única aspiración de Rubalcaba es condicionar , como el SPD al CDU de Merkel en Alemania, las políticas de ajuste, después de alabar al Banco Central Europeo por salvar al euro y a la Unión Europea, sometiendo a sus pueblos a la peor recesión que hayan conocido para asegurar el cobro de los acreedores de la deuda.
La crisis del PSOE lejos de resolverse, sigue abierta y se agravará.
La encuesta encargada por el PSOE días antes de la Conferencia Política muestra las posibilidades de un giro a la izquierda, de un gobierno de izquierdas contra las políticas neoliberales. La encuesta del CIS, “cocinada” por el Gobierno sitúan al PSOE a siete puntos por detrás del PP, incapaz de recuperar su base electoral.
Pero ambas encuestas concuerdan en que Rubalcaba es uno de los políticos que despierta más desconfianza entre los ciudadanos, superando el 80% de rechazo.
A pesar de los diferentes esfuerzos desde el PS de Madrid y del PS de Andalucía por empezar a conformar una alternativa, no han sido capaces de lograrlo. Ferraz sigue siendo capaz de maniobrar, con el apoyo de los “poderes fácticos” que no están dispuestos a permitir que el ejemplo del moderado gobierno de izquierdas andaluz puede extenderse más allá.
Y han bastado algunas llamadas telefónicas para poner líneas negras en Asturias, bloquear el proyecto de una reforma electoral democrática, para que el PSOE se aísle a si mismo antes que unir a la izquierda. Esta es la encrucijada en la que se encuentra el PSOE: entre Asturias y Andalucía, mientras le da la espalda a Catalunya.
La crisis del PSOE se sitúa así en el peor escenario. Las elecciones europeas harán con Rubalcaba lo que no ha sabido ni podido hacer la izquierda potencial del PSOE y se convertirán de hecho en las primarias siempre aplazadas.
¿Sabrán reaccionar los militantes socialistas después de la catástrofe electoral que se avecina?
El que sepan hacerlo y fuercen un giro a la izquierda será fundamental para poder construir una autentica alternativa de izquierdas a las políticas neoliberales del Gobierno Rajoy.
La Aurora
No hay comentarios:
Publicar un comentario