Mateo Guilabert Lopetegui abandonó su Mendigorría natal rumbo a Eibar a los 19 años. Recaló en la localidad guipuzcoana para trabajar, primero en la fábrica de máquinas de coser Alfa y después como corresponsal del Diario Vasco en la localidad, antes de dedicarse al periodismo radiofónico en Radio Juventud, primero, y en RNE, después. Allí estuvo hasta que la emisora de Eibar cerró. Entonces, Mateo Guilabert contaba con 63 años. Pero con la jubilación no dejó de trabajar, todo lo contrario. Siguió participando de manera activa en los diferentes eventos que se organizaban en Eibar. Una participación que aún hoy, a sus 84 años, no ha decaído.
Precisamente por este constante trabajo en la localidad, colaborando en las actividades que se organizan para los mayores o como 'fotógrafo oficial' de cualquier evento lúdico-cultural que tiene lugar en la localidad, el Ayuntamiento de Eibar le rendirá un homenaje a finales de este mes. Este reconocimiento se sumará a los que Mateo Guilabert atesora, pues, según confiesa, en los últimos años ha recibido varios homenajes por parte de diferentes colectivos. "Ya tienes una placa más, me dice mi mujer cada vez que me homenajean", bromea Guilabert.
Pero este reconocimiento será, si cabe, un poco más especial. El consistorio eibarrés le va a conceder la bola de grabador, con la que se reconoce la labor de apoyo de sus ciudadanos a Eibar. "Es el máximo galardón que entrega el Ayuntamiento de Eibar, por lo que la satisfacción es muy grande", asegura Guilabert. El acto de entrega tendrá lugar el viernes 29 de noviembre tras el transcurso de una cena en el marco de las fiestas de San Andrés. Ese día Mateo Guilabert estará arropado por su mujer, Josefina Rubio; sus dos hijas y sus dos nietos.
La bola de grabador reflejará el agradecimiento del pueblo entero de Eibar hacia el trabajo de Guilabert por la localidad en la que se afincó hace 65 años y que siente como suya, sin olvidar nunca a su Mendigorría natal, ya que el pueblo donde nació ha estado presente en las exposiciones fotográficas que Guilabert ha preparado en alguna ocasión. "Siempre me ha gustado hacer cosas, no puedo estar quieto. El día tiene muy pocas horas, 24 no son nada, tenía que tener muchas más", concluye entre risas.
Diario de Navarra
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