domingo, 24 de noviembre de 2013

EROSKI LUCHA POR SALVAR SUS FINANZAS

"Después de Fagor viene Eroski". Es un comentario que se ha escuchado hasta la saciedad tras el cierre de Fagor Electrodomésticos y que está siendo alimentado por determinados medios españoles que han aprovechado la crisis de la cooperativa de Arrasate para poner en la diana al conjunto de las cooperativas del grupo Mondragón.
Cierto es que se trata de dos casos con marcadas similitudes, ya que ambos arrastran varios años con importantes caídas de ventas y, además, se enfrentan a un abultado endeudamiento causado por las políticas de expansión que se iniciaron poco antes de que estallara la crisis. Si en el caso de Fagor fueron las adquisiciones efectuadas en el Estado francés y en Polonia las que le pusieron en serias dificultades financieras y elevaron su deuda a unos 1.000 millones de euros, en el caso de Eroski fue la compra de Caprabo la que le está acarreando más de un quebradero de cabeza. La adquisición del grupo catalán fundado en 1959 se materializó en junio de 2007, con Constan Dacosta como presidente, y el monto de la operación ascendió a 1.700 millones de duros. La cooperativa de Elorrio daba así un salto de gigante en Catalunya, donde no poseía ningún supermercado.
Sin embargo, esta operación, junto con otras inversiones para abrir nuevos centros, disparó su endeudamiento hasta los 2.500 millones de euros, aunque el grupo presidido por Agustín Markaide subraya que su caso no tiene nada que ver con el de Fagor, ya que, al margen de las dificultades financieras, el tipo de negocio en el que centra su actividad no está agotado, como podría ser el de los electrodomésticos, y tiene futuro. A esto añade que ya se han puesto en marcha las medidas correctoras para salvar sus finanzas y que están recogidas en el Plan Estratégico 2013-2016, aprobado por su asamblea general el pasado mes de junio. "Nosotros ya tenemos los deberes hechos", señalaron a este diario fuentes oficiales de Eroski.
Por un lado, subrayan que en los últimos años se ha llevado a cabo un importante proceso de reestructuración en el que se han materializado multitud de desinversiones y cierres, sobre todo de varios hipermercados en el Mediterráneo, y también de gasolineras, toda vez que se ha desprendido de una parte importante de su red de estaciones de servicio, que sigue explotando en régimen de alquiler.

En cuanto a la gestión de la deuda, Eroski se resiste a facilitar datos concretos sobre esta cuestión. Subraya que en los últimos cuatro años se ha conseguido devolver una parte importante de la misma, y añade que el pasado mes de enero consiguieron refinanciar su deuda con las entidades financieras y alargar los plazos hasta 2017, lo que le está permitiendo cumplir con el calendario de amortizaciones. No obstante, y aunque es cierto que la deuda a largo plazo se ha reducido, algunas fuentes indican que son los compromisos a corto plazo los que se han disparado, lo que le estaría poniendo en serias dificultades, sobre todo tras el cierre de Fagor.

Por ello, la quincena de entidades acreedoras habrían accedido a iniciar un nuevo proceso de renegociación de la deuda, aunque a cambio le estarían exigiendo acelerar el plan de desinversiones para generar recursos extraordinarios y evitar que pueda encontrarse en una situación parecida a la del fabricante de electrodomésticos. Los principales acreedores de Eroski -Santander, BBVA y La Caixa, cuyos créditos ascienden a 1.500 millones (la deuda con Laboral Kutxa no llega a los 120 millones de euros)- quieren asegurarse con ello de que la cooperativa pueda cumplir con el calendario de amortizaciones pactado en los contratos de refinanciación.

Entre los activos que podría vender se encuentra la propia red de establecimientos de Caprabo, una treintena de hipermercados ubicados en el sur del Estado español -para los que ya habría firmas interesadas-, o las gasolineras que continúan siendo de su propiedad, sin descartar el resto de negocios de que dispone como perfumerías, ópticas, agencias de viaje o tiendas de deporte.

No obstante, la venta de Caprabo se enfrenta a un importante handicap, que no es otro que la pérdida de su valor en el mercado, ya que fue adquirida por 1.700 millones de euros y su valoración actual apenas llega al 50%, es decir, 850 millones de euros, según indicaron a este diario fuentes del grupo Mondragón. Otras fuentes, sin embargo, llegan a asegurar que Eroski estaría dispuesto a pedir solo 500 millones por el grupo catalán. Ante estas informaciones, la cooperativa de Elorrio insiste en que no tiene intención de vender Caprabo y que las posibles desinversiones se limitarán al ámbito inmobiliario y en cuanto las condiciones del mercado lo permitan.

Pero además de la venta de activos para reducir su endeudamiento, Eroski también estaría recibiendo presiones para que ponga solución cuanto antes al problema de las Aportaciones Financieras Subordinadas, cuyo montante asciende a 660 millones de euros, a través de un canje de las mismas por otros productos financieros, tal y como han hecho otras entidades emisoras.

Esta operación conllevaría una importante quita para los ahorradores, pero permitiría al grupo de distribución reducir su nivel de endeudamiento y mejorar su liquidez. En cualquier caso, fuentes de Eroski han recalcado a este diario que la cooperativa, como compañía emisora, ha cumplido con la normativa y que son las entidades financieras que las colocaron en el mercado las que deben hacerse cargo. Además, recalcan que el pago de intereses se está realizando puntualmente. Eso sí, se muestran dispuestos a colaborar con la solución que se adopte en el marco de la negociación que se está llevando a cabo a través de la oficina de consumo del Gobierno de Gasteiz, Kontsumobide.

En el ámbito judicial, tanto Eroski como Fagor esperan a la celebración del primer juicio tras la demanda colectiva interpuesta por los afectados y que se celebrará el próximo mes de enero. Un fallo contrario pondría otra piedra en el camino de la recuperación del grupo de distribución.

Eroski encadena ya cinco años consecutivos de pérdidas, que rondan los 400 millones (121 de ellos en 2012), aunque fuentes oficiales de la cooperativa insisten en que, a diferencia de Fagor Electrodomésticos, el Ebitda o resultado bruto de la explotación ha sido positivo en el último ejercicio (265 millones de euros), "lo que demuestra la solidez de la actividad comercial pura, esto es, al margen de gastos financieros y amortizaciones". El objetivo es que al final del período 2013-2016 del plan estratégico, El Ebitda se situé en los 450 millones.

Este primer semestre, la facturación ha caído un 5'6% debido a la contracción del consumo, pero también a la fuerte competencia de compañías como Mercadona, que ha desembarcado ya en Euskal Herria, con algunos centros comerciales en Nafarroa. Sin embargo, ha conseguido frenar la cifra de pérdidas, que se ha quedado en 39'2 millones de euros, frente a los 48 millones registrados en la primera mitad de 2010, reducción que atribuye al ajuste de gastos, incluida la reducción de salarios de este año en un 7%, y a la "sustancial" mejora del resultado operativo, que no duda en atribuir a las primeras actuaciones definidas en el Plan Estratégico.

De esta manera, y al tiempo que vuelve a negociar con la banca acreedora, Eroski espera que una recuperación del consumo permita dar vuelta a la situación y se comience a ver la luz al final del túnel.

Joseba Salvador, en GARA

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