«Somos una tribu perpleja de poetas, emigrantes, trabajadores de la tierra, del mar y del metal, refugiados físicos y mentales, exportadores de sueños y sudores. Nunca invadimos a nadie ni tenemos más ejército que nuestro subconsciente individual y colectivo de bruma, otoño». Antón Reixa, encargado de dar por inaugurada una 'azoka' con sabor a 'feira', tomó el relevo de las representantes institucionales y de la prosa bastante previsible de sus intervenciones con un tono poético relativamente habitual en las ceremonias de apertura de la feria del libro y el disco vascos. Todo normal.
De la mano de Reixa, los gallegos se presentaron como «sobrevivientes de la historia, sin representantes en la ONU, sin astronautas condecorados y temosamente amarrados a ese patrimonio de arte y cultura que nos pone en la vida y en el mundo».
Pero lo antedicho tampoco tiene demasiada importancia, porque «ser de Galicia es una casualidad biológica y una feliz avería, por eso Galicia somos tod@s». Explicado por qué era ese el título de su intervención, eximió tanto a vascos como a gallegos de la culpa de ser de donde son y , «las industrias culturales ni tan siquiera forman parte de la nostalgia en tiempos raros y difíciles en los que se destruye el estado del bienestar y la cultura», les invitó a «custodiar la materia prima de nuestras factorías culturales: la creatividad».
Para llegar desde ese encomiable objetivo a la no menos encomiable propuesta de organizarse para follar tod@s (y llevar de paso a la sala del recogimiento a la carcajada) Reixa recicló una historia que escribió hace años, 'O deserto imposible', una de las pistas de 'Escarnio', un disco-libro de 1999, posterior a los tiempos de 'Nación Reixa', pero en el que también contó con la colaboración de Kaki Arkarazo. La pista viene a cuento porque es fácil encontrar el corte original en internet, y disfrutarlo de manera parecida a como lo disfrutó ayer en el Elkartegia de Durango el público -más numeroso que otros años-, que asistió al acto inaugural.
La historia, perfectamente actual con solo cambiar Mururoa por Fukushima, relata la peculiar travesía del desierto de un gallego y dos vascos que se lanzan a la aventura con la intención de llegar a Albania y acaban cruzando las arenas con un elefante, mientras se cruzan con una tortuga y encuentran, entre otras curiosidades, una gran piedra y un triconio. Demasiadas cosas fuera de lugar para tener que enfrentarse, además, a los siete enigmas que trae el crepúsculo. Al final, ya se sabe, «follar, o que se di follar...»
Ante la impresión de que el viaje conjunto de vascos y gallegos puede ser muy parecido a «una travesía confusa por un desierto imposible», Reixa propuso que la base de la alianza cultural euskogalaica sea la ironía. Y adelantó frutos que nadie más se ha atrevido a prometer: «Euskal Herria, Galicia, se nos organizamos entre nós follamos tod@s». «¿Algún problema con Galicia?», preguntó. Y nadie puso reparos a su propuesta.
De la mano de Reixa, los gallegos se presentaron como «sobrevivientes de la historia, sin representantes en la ONU, sin astronautas condecorados y temosamente amarrados a ese patrimonio de arte y cultura que nos pone en la vida y en el mundo».
Pero lo antedicho tampoco tiene demasiada importancia, porque «ser de Galicia es una casualidad biológica y una feliz avería, por eso Galicia somos tod@s». Explicado por qué era ese el título de su intervención, eximió tanto a vascos como a gallegos de la culpa de ser de donde son y , «las industrias culturales ni tan siquiera forman parte de la nostalgia en tiempos raros y difíciles en los que se destruye el estado del bienestar y la cultura», les invitó a «custodiar la materia prima de nuestras factorías culturales: la creatividad».
Para llegar desde ese encomiable objetivo a la no menos encomiable propuesta de organizarse para follar tod@s (y llevar de paso a la sala del recogimiento a la carcajada) Reixa recicló una historia que escribió hace años, 'O deserto imposible', una de las pistas de 'Escarnio', un disco-libro de 1999, posterior a los tiempos de 'Nación Reixa', pero en el que también contó con la colaboración de Kaki Arkarazo. La pista viene a cuento porque es fácil encontrar el corte original en internet, y disfrutarlo de manera parecida a como lo disfrutó ayer en el Elkartegia de Durango el público -más numeroso que otros años-, que asistió al acto inaugural.
La historia, perfectamente actual con solo cambiar Mururoa por Fukushima, relata la peculiar travesía del desierto de un gallego y dos vascos que se lanzan a la aventura con la intención de llegar a Albania y acaban cruzando las arenas con un elefante, mientras se cruzan con una tortuga y encuentran, entre otras curiosidades, una gran piedra y un triconio. Demasiadas cosas fuera de lugar para tener que enfrentarse, además, a los siete enigmas que trae el crepúsculo. Al final, ya se sabe, «follar, o que se di follar...»
Ante la impresión de que el viaje conjunto de vascos y gallegos puede ser muy parecido a «una travesía confusa por un desierto imposible», Reixa propuso que la base de la alianza cultural euskogalaica sea la ironía. Y adelantó frutos que nadie más se ha atrevido a prometer: «Euskal Herria, Galicia, se nos organizamos entre nós follamos tod@s». «¿Algún problema con Galicia?», preguntó. Y nadie puso reparos a su propuesta.
El Diario Vasco
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