viernes, 30 de diciembre de 2011

MILITARES COMO LOS CHORROS DEL ORO

Que usted esté conduciendo a 63 kilómetros por hora en los alrededores de Murcia mientras un general de la Guardia Civil está limpiando el cuarto de baño de su casa en lugar de coordinando un operativo para detenerle resulta poco serio, o al menos eso deben pensar en el Ministerio del Interior. Esta cartera destina 500.000 euros de los fondos públicos cada año para la limpieza de las casas de generales y tenientes generales de la Benemérita, a pesar de que sus residencias se consideran domicilios privados.

Estos miembros de la cúpula de los servicios y cuerpos de seguridad del Estado tampoco pagan los gastos de gas, agua, luz o los desperfectos que puedan producir, para alegría suya y chirriar de dientes de quienes pagamos impuestos y conocemos esto a la par que pulverizan el llamado Estado del bienestar. En un momento en el que el 60% de la población asalariada cobra menos de mil euros mi primera reacción es la indignación, pero me imagino que mucha gente pensará en enviar su currículum a casa de algún general cuando sepa cosas como que los gastos de limpieza y mantenimiento de la casa de Francisco Velázquez, director general de la Guardia Civil, fueron de 56.083 euros en 2009.

¿Que castillo le han asignado a este señor? Calculando a ojo de buen cubero,me sale que con eso se podría pagar el alquiler y todos los gastos de todos los pisos de mi portal –que son unos cuantos– y el local en el que se edita DIAGONAL, y aún sobraría para unas docenas de cañas y un par de raciones de inspiración de merluza al vapor, jugo de mandarina, salsifis ahumados y concentrado de tocino. Vale, nunca he visto ese plato en un restaurante, pero de haberlo, llegaría para pagarlo, seguro.

Ante todo sorprende que estos militares de altos vuelos deleguen estos menesteres en civiles porque, ¿quién mejor para matar bacterias, virus y protozoos que un general? Me imagino lo bien que se lo podrían pasar estos señores preparando el operativo de limpieza y, después, masacrando microorganismos patógenos con la cara pintada de camuflaje. Pero no, el Ministerio les quitó ese placer para darle el trabajo a Talher y Clece, dos empresas que pertenecen al grupo ACS.

Se conoce que estas empresas saben lo que se hacen puesto que también se ocupan de la limpieza de todos los cuarteles de la Guardia Civil y de las comisarías de la Policía Nacional. En tiempos de recortes bien podrían dejar de pagar a estas empresas los 114 millones de euros que les han dado este año y que fuesen los encargados de limpiar las calles quienes empuñaran las fregonas y se encargasen de limpiar sus casas y locales, ¿no? Puestos a recortar también habría que recordar los 861.600 euros que se han destinado hace poco a comprar chalecos antibalas para la policía o los 21,5 millones que gastó en septiembre la Guardia Civil para que sus agentes estrenaran ropa.

Por no hablar de los 17.244,75 millones de euros que, según el Centre Delàs, ha sido el gasto militar en 2011. Plantear que estas mareantes cantidades de dinero se destinen a algo distinto a comprar balas o mantener impoluta la casa de un general, como por ejemplo a sanidad, quizá parezca poco realista hoy, pero si la CEOE no se sonroja al pedir lo que pide para la próxima reforma laboral no veo porque nosotras no podemos soñar a gritos.
Diagonal

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