viernes, 2 de enero de 2009

PSOE Y PP PIERDEN, LOS NACIONALISTAS AVANZAN

El año 2008 se ha despedido con algunas novedades en el ámbito de las expectativas electorales. Nueve meses después de las últimas elecciones generales, el escenario político registra por primera vez un retroceso del Partido Popular, que podría ceder más de dos puntos en intención de voto, mientras que el PSOE parece consolidar las pérdidas que le llevaron en septiembre pasado a una caída superior a tres puntos con respecto a su resultado de marzo. Esta sería una de las principales conclusiones de un sondeo realizado por el Instituto Noxa para La Vanguardia, entre los días 15 y 19 de diciembre.
Otra de las conclusiones destacadas de la encuesta es la recuperación de Izquierda Unida y, sobre todo, de los partidos nacionalistas, tanto el PNV como muy especialmente CiU (que podría sumar hasta tres escaños a su cosecha del 2008). Asimismo, otra de las principales novedades giraría en torno a Unión Progreso y Democracia, el grupo liderado por la ex socialista Rosa Díez, que multiplicaría por cinco su capital electoral (y hasta por seis su cómputo parlamentario). Y lomás relevante de ese espectacular ascenso es que se produciría a costa del Partido Popular, que perdería en beneficio de UPyD a uno de cada diez votantes de marzo. Por su parte, el PSOE registra una mayor fidelidad de voto que el PP, aunque pierde un 8% de sus electores en beneficio de los populares y tasas mucho menores en favor de IU yUP y D. Ciertamente, el Partido Socialista sigue atrayendo de forma mayoritaria el voto de los jóvenes, pero ese dría cosechar un total de 13 y brindar en solitario la mayoría absoluta al PSOE, que difícilmente sumaría una mayoría alternativa coherente. De hecho, y en el supuesto más favorable para el Partido Socialista, la izquierda sumaría 175 diputados y se quedaría a uno de la mayoría absoluta de la Cámara (y eso congregando a IU, Bloque Galego, Esquerra y NaBai). En cambio, la mayoría que permitió en diciembre pasado aprobar los presupuestos (PSOE, PNV y Bloque) sumaría hoy en el mejor de los casos 173 diputados. Finalmente, el PP sólo podría reunir una mayoría parlamentaria a través de una inverosímil coalición que agrupara al nacionalismo catalán y vasco, junto a UPyD. Los restantes indicadores que ofrece el sondeo de Noxa guardan cierta coherencia con el horizonte electoral que dibuja la encuesta. Así, y mientras el presidente del Gobierno y líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, experimenta una visible mejoría en la valoración que suscita entre los ciudadanos, gran parte del resto de los dirigentes políticos –y entre ellos Mariano Rajoy– sufre un perceptible deterioro. Para empezar, la puntuación que otorgan los ciudadanos a los principales líderes registra un ligerísimo ascenso (de una décima) en la nota de Zapatero, que contrasta con el descenso de dos décimas en el caso de Rajoy, de tres en el de Llamazaresy de cuatro en los de Manuel Chaves y Rosa Díez. Sólo Duran Lleida man nutriente sólo compensa a medias las mermas que sufre. Como consecuencia de todo ello, las expectativas electorales que dibuja el sondeo modificarían en buena medida el actual escenario parlamentario, dificultando aún más la formación de mayorías y devolviendo a CiU la llave casi exclusiva de la gobernabilidad. En concreto, el PSOE podría perder entre cincoyocho escaños (con una horquilla de entre 161 y 164 diputados), mientras que el Partido Popular sufriría una merma de hasta seis diputados (y quedarse con 148). Por su parte, el nacionalismo catalán potiene la misma nota que en septiembre, mientras que el lehendakari Ibarretxe sigue, pese a su ligera mejoría, en las últimas posiciones de la tabla, junto al independentista Joan Puigcercós. Ahora bien, es en el cuerpo a cuerpo entre Zapatero y Rajoy donde se aprecia con más claridad la ventaja que ha cobrado el presidente del Gobierno. Así, mientras Zapatero mejora hoy en cuatro puntos la tasa de confianza que suscitaba hace tres meses (de modo que ahora confían en él un 41% de los consultados), Rajoy retrocede en igual magnitud y en este momento sólo un 20% confía en él. Se trata, además, del peor registro del líder popular, que en marzo pasado cosechaba la confianza del 30% de los ciudadanos. Al mismo tiempo, y en lo relativo a los índices de aprobación Zapatero repunta y logra una aprobación del 56%, a apenas tres puntos de la tasa de enero pasado (y cinco más que en septiembre), mientras que Rajoy sólo es aprobado por el 35%, ocho puntos menos que hace tres meses y cuatro menos que poco antes de la cita electoral. De hecho, sólo los votantes del PP aprueban la actuación de Mariano Rajoy como jefe de la oposición, y por un margen realmente escaso: un 54% apoya su ejecutoria, contra un 44% que la desaprueba. En este sentido, la propia imagen del PP tras su congreso de julio pasado explica sus expectativas electorales, pues son más numerosos los ciudadanos que dicen tener peor opinión de este partido ahora, que aquellos que la tienen mejor. Y entre quienes votaron a Rajoy las opiniones ofrecen una correlación similar

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