El Real Madrid fue sancionado el martes por el Comité de Competición de la RFEF con una multa de 3.000 euros en virtud a la aplicación del artículo 199, punto 2º de los Estatutos federativos por una infracción contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia. Esta sanción económica se debe a los cánticos y las consignas fascistas coreadas y exhibidas en el Bernabéu en el partido ante Osasuna. El colegiado Pérez Burrull reflejó en su acta "la presencia en uno de los fondos de banderas y telas con simbología ultra o radical, escuchándose además cánticos que hacían alusión a lacámara de gas, muerte a Osasuna, siempre fascistas , acompañado todo ello de gestos y señales de tipo fascista". La UEFA ya sancionó al Madrid en 2004 con 9.780 euros tras un partido de la Liga de Campeones ante el Bayer Leverkusen después de que los Ultra Sur insultaran a los jugadores negros del equipo alemán y realizaran saludos nazis.
Sin embargo, la sanción económica impuesta al club blanco es la mínima establecida en ese articulado, cuya cuantía máxima asciende hasta los 18.000 euros. La multa es objetivamente muy reducida si se tiene en cuenta que 3.000 euros fue la sanción que se le impuso al jugador del Sevilla, Kanouté, por exhibir una camiseta de Palestina tras haber marcado un gol. Obviamente, los futbolistas de Primera División son conscientes de que no pueden levantarse la camiseta para exhibir ningún tipo de mensaje, sea éste político o no. En caso contrario, serán amonestados con una tarjeta y, posteriormente, multados. En principio, para el Comité de Competición, los gritos fascistas de los ultras tienen igual pena económica que el apoyo que Kanouté mostró al pueblo palestino. Quizá es que los Estatutos necesiten una revisión, o bien que los hechos también merecen una mejor interpretación.
Hurgando en este caso, cabe reseñar que la Comisión Antiviolencia, cuyas resoluciones sobre la última jornada se conocieron ayer, no recibió ningún informe relativo a la presencia de banderas con simbología fascista y otro tipo de consignas coreadas por Ultra Sur tal y como reflejó el acta arbitral. En este caso, el acta posterior al partido que levantó el coordinador de Seguridad (en todos los estadios es un inspector de Policía) del Santiago Bernabéu no realizó mención alguna a las apreciaciones que había observado el árbitro en su escrito. Antiviolencia no puede actuar de oficio al no hacérsele constar tales hechos.
Diario de Noticias
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