Mélida está situada en una estratégica terraza sobre el río Aragón, protegida por un talud natural en todas sus latitudes. Los que construyeron la pequeña villa lo hicieron para mantener una buena defensa. En un extremo, dominando todo el conjunto y anexo a la muralla de la villa, había un castillo llamado "el castillo del abad", que tenía taludes naturales protegiéndolo salvo la parte anexa a la villa; y en el otro, la iglesia de Santa María, que hacía de punto defensivo y protegía una puerta que aún sobrevive: el portillo.
El casco antiguo cuenta con tres calles estrechas y que hasta hace unos años se podían ver casas apretadas con un aspecto de casco antiguo. La calle del Príncipe, la Mayor y la del Castillo, que evidentemente llegaba al lugar donde estaba la fortificación.
La historia nos dice que esas murallas y castillo fueron reparados en 1266 en tiempos de Teobaldo II, que en 1378 sirvieron para defender a sus habitantes en plena guerra con Castilla; tomada por los agramonteses en las guerras civiles del siglo XV y que incluso tuvieron que proteger a sus habitantes de la peste que causó estragos por estas tierras.
A pesar de todo y con todos los departamentos existentes en el Gobierno de Navarra y para controlar el patrimonio y medio ambiente, en pleno siglo XXI aún siguen desapareciendo tramos de muralla o se hacen obras sin control de ningún tipo. Un ejemplo: hace tres semanas, explicando en una conferencia los restos que quedaban de la muralla con la intención de protegerlos, enseñé un trozo de 8 metros de muro que era aprovechado como pared de vivienda abandonada o corral en la calle del Portillo; pues bien, en estos días se ha eliminado sin justificación alguna quedando un nuevo agujero de los existentes. Si enumeramos algunas intervenciones en la última década se puede anotar lo siguiente:
El talud natural o barranco que en su día era defensa de la población se ha rellenado con toneladas de tierra hasta tal punto que en época de lluvias cedió gran cantidad de terreno con el peligro que eso conlleva. No se ha realizado control alguno y tampoco se ha pensado que ese foso natural es también patrimonio del pueblo. Hace unos meses hubo un corrimiento de tierras serio.
En el casco viejo se ha hecho recientemente una carretera que lo atraviesa y ocupa el promontorio donde estaba el castillo que se ha arrasado para tal efecto sin ningún control arqueológico. ¿El fin? Unir dos puntos atravesando la parte antigua por cabezonería. Una carretera que para una circulación de aproximadamente coche al día mide 7 metros de ancho más 3 de acera en ambas direcciones, es decir, 10 metros de ancho. Esta actuación ha evitado hacer una calle adoquinada y, lo más grave, ha destrozado el mirador, ocupando por completo el punto donde están enterrados los restos del castillo medieval. Una obra que por ley tenía que haber tenido un control arqueológico (....)
Los despropósitos no quedan ahí. Se permite construir casas sin control ocupando el talud natural, se sigue tirando parte del muro antiguo o muralla, la mitad de las casas están en ruina, todo reina en la suciedad y en el peligro de derrumbe, etc (.....)
En el año 2009 se va a crear una asociación para intentar salvar aunque sea una pequeña superficie de esta parte vieja.
IÑAKI SAGREDO
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