domingo, 18 de enero de 2009

LAS CLAVES DE LA ENTREVISTA DE AYER EN EL KURSAAL


600 personas llenaron ayer el cubo pequeño del Kursaal donostiarra para presenciar in situ una entrevista organizada por GARA con Arnaldo Otegi, reaparecido en la política vasca tras su salida de la cárcel. El contenido no defraudó. Sin abandonar su conocido discurso de señalar las posibilidades de avanzar hacia la soberanía por vías pacíficas, introdujo un tono vital y optimista para combatir el desgaste y la desmovilización que indudablemente sufre su mundo, que a pesar de todo como él dijo, mantiene estructurada una base social, puesto que “no se ha producido el desmembramiento de la izquierda abertzale”.

El ejemplo de la nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia al que no ha seguido el golpe de Estado o asesinato del dirigente popular que cualquier hubiese pronosticado hasta hace poco tiempo, sirvió a Arnaldo para reclamar una estrategia que tenga en cuenta que el terreno de los argumentos políticos es el punto débil del Estado, al tiempo que pedía honestidad y valentía para “entender que los instrumentos de cada momento se tienen que adecuar a las necesidades de los procesos”.

Quizás más que el contenido sea la novedosa y llamativa escenificación y el hecho de que haya sido precisamente GARA quien haya propiciado la repercusión mediática de la reaparición del portavoz del sector veterano, posibilista y en definitiva alternativo a la oficialía actual de la izquierda aberzale , lo más destacable de la entrevista.

Son declaraciones sensatas, pero que no añaden mucho. Se trata de decir lo justo para que se entienda sin molestar a nadie. Porque se podría decir algo parecido de forma mucho más rotunda, para poner a cada uno en su sitio. Y aquí lo que muchos esperamos es que alguien calificado de ese mundo diga que el tiempo de ETA se ha acabado. Que además de carecer de legitimación, no tiene capacidad de influir de forma positiva para provocar los cambios que reclama. Y que es un obstáculo grave tanto para la actividad política del soberanismo como para la de todos quienes pretenden ampliar los márgenes del autogobierno vasco.

A falta de ese paso decisivo, las claves de la entrevista del Kursaal parecen estar en el intento de la izquierda abertzale de impedir que el próximo 1 de marzo una parte sustancial de su base electoral opte por apoyar a alguna de las otras opciones abertzales. En definitiva, junto a la más que previsible no comparecencia de D3M ni nada que se le parezca, y la exagerada e innecesaria fragmentación de la oferta autodeterminista, otra excelente noticia para Patxi López. Es mi opinión, y si me equivoco aquí mismo lo reconoceré.

Praxku

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