Esperanza Aguirre no se conforma con ser la presidenta de la comunidad de Madrid, sino que además desea a toda costa convertirse en la principal cabecilla en la capital española de la mafia y los terroristas cubanoamericanos asentados en la ciudad estadounidense de Miami.
Discípula del derechista José María Aznar, la integrante del opositor Partido Popular (PP) al parecer desea también seguirle los pasos al ex gobernante español en el empeño frustrado de atacar a Cuba, y hacer de sus agresiones a la Isla caribeña un medio de promoverse.
En las últimas semanas a Aguirre se le ha agravado su mal anticubano y no ha dejado un solo momento de lanzar dardos envenenados hacia Cuba, seguramente rabiosa por el hecho de que la mayor de las Antillas celebró el pasado 1ro. de enero el 50 aniversario de su Revolución.
Precisamente, esta semana la ultraconservadora gobernante de Madrid convocó para el venidero 31 de enero una "marcha" en esa ciudad en contra de la nación caribeña. Por supuesto, está por ver cuántos "gatos" asistirán.
Medios políticos españoles coinciden en señalar que el empeoramiento del síndrome anticubano de la representante del PP obedece a su interés de promocionarse para lograr su anhelado objetivo de convertirse en líder de su organización, y luego postularse para futura jefa de gobierno.
Las fuentes concuerdan además que Aguirre ha recibido importantes sumas de dinero de la debilitada mafia cubanoamericana de Miami, que ve en ella a su portavoz en Europa, como lo fue Aznar cuando fue mandatario de España entre 1996 y el 2004.
Para nadie es un secreto que la presidenta de la comunidad de Madrid mantiene estrechos vínculos históricos con esos grupúsculos de Miami, y con connotados terroristas como Luis Posada Carriles, acusado internacionalmente de hacer explotar un avión civil de Cubana de Aviación, en 1976, que causó la muerte a 73 personas inocentes.
A su vez, Aguirre utiliza financiamiento de los contribuyentes españoles para sostener a supuestos opositores cubanos que residen en su ciudad, como es el caso, entre otros, del también terrorista y agente de la norteamericana Agencia Central de Inteligencia (CIA) Carlos Alberto Montaner, quien se disfraza de escritor y periodista para esconder su verdadero rostro.
Con esos truenos, es previsible, como es lógico, la conducta histérica de la jefa de la comunidad de Madrid, quien, sin embargo, olvida que a Aznar le valió de poco su continuo accionar contra Cuba, como le ha ocurrido a 10 mandatarios estadounidenses, entre ellos a George W. Bush, el peor de la historia de ese país, y que tendrá que abandonar la Casa Blanca la venidera semana sin conseguir destruir la Revolución en la isla caribeña.
Desde ya los augurios para Aguirre son desesperanzadores. Cuba de seguro cumplirá otro medio siglo de Revolución, y ella terminará como lo que es hoy Aznar, un cadáver político, pendiente de ser sentado en el banquillo de los acusados por su apoyo incondicional a la agresión militar norteamericana contra Iraq, y sin medalla de la "Libertad" que otorga Washington.
Patricio Montesinos (GRANMA)
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