El próximo mes de abril el cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, cumplirá los 75 años de edad y, por consiguiente, se verá obligado a presentar su renuncia ante la Santa Sede, a la espera de la designación de su sucesor en el cargo. Aunque lo habitual en estos casos suele ser que el Vaticano dilate el proceso sucesorio, en especial cuando el cesante es un cardenal que tiene confiado el gobierno de una gran archidiócesis, como es evidente que sucede en este caso, lo cierto es que las aguas andan muy revueltas y los distintos sectores católicos mueven ya sus piezas en defensa de sus propios candidatos.
En este caso quien parece andar muy avanzado en sus maniobras en el Vaticano es el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, que hace poco más de un año fue reelegido como presidente de la Conferencia Espiscopal Española.
La larga mano de Rouco Varela
Aunque el propio Rouco Varela cumplió el pasado mes de agosto sus 75 años de edad y también tiene pendiente, por tanto, el nombramiento de su sucesor, lo cierto es que todavía sigue teniendo gran influencia en la actual cúpula del Vaticano y pretende imponer a su candidato no sólo a su propia sucesión al frente de la archidiócesis de Madrid sino que también pretende imponer a su propio candidato a la sucesión en el arzobispado de Barcelona.
Rouco Varela lidera la corriente mayoritaria y más ultraconservadora de la actual jerarquía católica española, mientras que Martínez Sistach se ha mantenido siempre en una posición bastante moderada, relativamente liberal. Han sido bastante frecuentes los desencuentros e incluso algunos enfrentamientos entre Rouco Varela y Martínez Sistach, en especial durante los últimos años.
José Ángel Sáiz Meneses, el candidato de Rouco
No sólo Rouco Varela sino también el antecesor inmediato de Martínez Sistach al frente de la archidiócesis de Barcelona, el ahora emérito cardenal arzobispo Ricard Maria Carles Gordó, alineado desde siempre con el sector más ultraconservador del episcopado español, tienen un candidato claro. Se trata del ahora obispo de Terrassa, José Ángel Sáiz Meneses. Nacido en Sisante, Cuenca, en 1956, tiene sólo 55 años de edad y lleva ya más de 10 años como obispo, ya que en 2001 fue nombrado obispo auxiliar de Barcelona, a modo de mano derecha del valenciano Ricard Maria Carles Gordó.
Formado en el Seminario Mayor de Toledo bajo la fuerte impronta ultraconservadora del entonces cardenal primado Marcelo González Martín –quien, por cierto, previamente fue también arzobispo de Barcelona, donde tuvo reiterados conflictos con los sectores progresistas del catolicismo catalán-, Sáiz Meneses se inscribe de lleno en la línea más ultraconservadora de la jerarquía católica española, muy en sintonía con sus patrocinadores, Rouco Varela y Carles Gordó.
Joan Enric Vives, un candidato con posibilidades
Si Sáiz Meneses cuenta con el apoyo indiscutible tanto de Rouco Varela como de Carles Gordó, el barcelonés Lluís Martínez Sistach no parece que esté dispuesto a dar su apoyo al ahora obispo de Terrassa, con quien ha tenido poca o nula sintonía.
Al parecer el candidato preferido del actual cardenal arzobispo de Barcelona es el ahora obispo de La Seu d’Urgell, y por tanto copríncipe del Principado de Andorra, el barcelonés Joan Enric Vives Sicília, de 62 años de edad y muy buen conocedor de la archidiócesis de Barcelona, de la que fue obispo auxiliar durante ocho años, entre 1993 y 2001. En 2010 Benedicto XVI le dio el título y la dignidad de arzobispo “ad personam”.
Alineado con las posiciones más abiertas de la cúpula jerárquica del catolicismo catalán, Joan Enric Vives cuenta con muchas posibilidades para suceder a Lluís Martínez Sistach, si la Santa Sede no accede finalmente a las presiones de Rouco y Carles para que el designado sea José Ángel Sáiz Meneses.
Otros posibles candidatos
Si no prospera la candidatura de Joan Enric Vives Sicília, parece que cuentan también con posibilidades otros tres candidatos. El ahora arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol Galceran, nacido en Guissona, Lleida, en 1944, y por tanto con 68 años de edad, es uno de ellos; miembro destacado del Opus Dei, ha mantenido una posición conservadora pero sin estridencias. Otro candidato con posibilidades es Josep Maria Soler Canals, abad del monasterio de Montserrat desde hace ya doce años.
Nacido en la población barcelonesa de Santa Eugènia de Ter en 1946 y, por tanto, con 66 años de edad, este benedictino se alinea en el sector catalanista y liberal de la jerarquía católica. Otro posible candidato parece ser el ahora obispo de Girona, Francesc Pardo Artigas, nacido en la población barcelonesa de Torrelles de Foix en 1946 y, por tanto, también con 66 años de edad. Este último candidato mantiene posiciones moderadas.
Jordi García-Soler, en El Plural
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