Ahora hace veinte años y por encargo de la Mancomunidad de Mairaga, se realizó un anteproyecto para la captación de aguas desde el barranco de Zenborain (Leoz), para su trasvase al pantano de Mairaga, en épocas de escasez. El objetivo era garantizar el llenado anual del Pantano de Mairaga y el abastecimiento de la zona a la que esta mancomunidad presta sus servicios, dado que el aforo que aportaba este barranco era superior al de Mairaga. ¿Por qué no se llevó a cabo?
Igualmente, también estaba proyectada la traída de aguas desde la Mancomunidad de la Cuenca de Pamplona. Actualmente la conexión desde Muruarte de Reta con la tubería que conecta los manantiales del Carrascal con Tafalla está hecha, pero por medio de una tubería obsoleta de uralita que sufre continuas roturas, fugas y pérdidas. En esta línea, hace cuatro años se construyó una cámara de bombeo en Mendívil para llevar agua de la Mancomunidad de la Cuenca de Pamplona a la red nueva de Mairaga. Esta cámara no se utiliza por falta de tendido eléctrico con la potencia necesaria y de falta de acuerdo respecto al caudal de agua a trasvasar, con dicha mancomunidad.
Todo ello pone en tela de juicio la mala gestión de la Mancomunidad de Mairaga y la desatención del Gobierno de Navarra. Y asimismo, deja al desnudo los verdaderos intereses de este último que no eran y son otros que basarse exclusivamente en macroproyectos como el del Pantano de Itoiz-Canal de Navarra y obligar a toda la población a depender del mismo, tal y como ahora se plantea.
Se hace duro y no por repetitivo menos grave, el que ahora desde los responsables de la Mancomunidad de Mairaga se hable tanto del ahorro en el consumo del agua, cuando se ha malgastado sin sentido, sin previsión institucional y sin trabajar la educación social para un consumo racional. Los modelos de construcción inmobiliaria, con expansión del tipo de viviendas unifamiliares, adosados, huertos-vivienda, etc, con sus correspondientes jardines y piscinas, así como la instauración de zonas verdes que no obedecen a las condiciones climáticas propias del entorno donde se establecen y que conllevan un alto consumo de agua, la realización de faraónicas obras de infraestructuras como el TAV, la ahora rechazada incineradora de residuos o la construcción de centrales térmicas, son algunos ejemplos significativos de lo que consideramos consumismo y derroche insoportable de agua, y de seguir con este modelo de gestión de los recursos hídricos nunca habrá solución a un tipo de demanda totalmente insostenible, por mucho Canal de Navarra y depuradoras de que se dispongan. Cerrar el grifo mientras una persona se cepilla los dientes, utilizar adecuadamente el lavavajillas y la lavadora, y otras muchas iniciativas personales de ahorro de agua, tanto en el hogar como en el trabajo o en lugares de ocio, son actitudes fundamentales. Pero el verdadero reto reside en el cambio de mentalidad y de voluntad política de las instituciones y entes administrativos para una gestión ampliamente consensuada y adecuada de los recursos hídricos disponbles. ¡No hagamos a la variabilidad climática culpable de la situación!
El año 2011 ha sido el más cálido de la serie 1971-2000, con una temperatura media de entre 1'8 y 2ºC superior a la media anual de esas tres décadas. Asimismo, fue un año muy seco, con un porcentaje de precipitación de entre un 20-25% inferior a la media del período. El pasado otoño de 2011 resultó ser el tercero más cálido de la serie climatológica 1971-2000 (sólo superado por los otoños de1983 y 2006) y ligeramente más seco respecto a la media de la serie (entre un 10 y un 12% inferior en precipitaciones). Enero de 2012 igualmente ha transcurrido muy seco, el sexto más seco de los últimos cincuenta años y ligeramente más cálido. Y siguiendo esta tendencia pluviométrica, febrero ha sido igualmente muy seco, aunque muy frío.
Ante esta situación climática, el Balance Hídrico (desde el comienzo del año hidrometereológico, 1 de septiembre de 2011, hasta el 29 de febrero de 2012) indica una precipitación acumulada para la comarca de entre 100-160 litros, un 50-75% respecto a la media normal para el mismo período, así como una baja reserva de humedad en suelo. Con todo ello, el Índice de Sequía o de Precipitación Estandarizado (SPI), actualizado para febrero de 2012, muestra unos valores que van de muy seco en el conjunto comarcal, a extremadamente seco en la zona del Bajo Aragón.
Las previsiones metereológicas a medio y largo plazo todavía conllevan importantes incertidumbres; pero lo cierto es que la mayoría de los modelos de predicción europeos y americanos muestran una tendencia primaveral con unos meses de marzo y abril probablemente más cálidos y menos húmedos de lo normal y meses de mayo y junio donde las precipitaciones pueden superar las medias respectivas.
Según el estado del cereal, podríamos diferenciar, dentro de la merindad, entre una zona al norte de Tafalla (situación menos grave) y otra al sur de Tafalla (situación alarmante) y entre siembras tempranas y siembras tardías.
Igualmente, también estaba proyectada la traída de aguas desde la Mancomunidad de la Cuenca de Pamplona. Actualmente la conexión desde Muruarte de Reta con la tubería que conecta los manantiales del Carrascal con Tafalla está hecha, pero por medio de una tubería obsoleta de uralita que sufre continuas roturas, fugas y pérdidas. En esta línea, hace cuatro años se construyó una cámara de bombeo en Mendívil para llevar agua de la Mancomunidad de la Cuenca de Pamplona a la red nueva de Mairaga. Esta cámara no se utiliza por falta de tendido eléctrico con la potencia necesaria y de falta de acuerdo respecto al caudal de agua a trasvasar, con dicha mancomunidad.
Todo ello pone en tela de juicio la mala gestión de la Mancomunidad de Mairaga y la desatención del Gobierno de Navarra. Y asimismo, deja al desnudo los verdaderos intereses de este último que no eran y son otros que basarse exclusivamente en macroproyectos como el del Pantano de Itoiz-Canal de Navarra y obligar a toda la población a depender del mismo, tal y como ahora se plantea.
Se hace duro y no por repetitivo menos grave, el que ahora desde los responsables de la Mancomunidad de Mairaga se hable tanto del ahorro en el consumo del agua, cuando se ha malgastado sin sentido, sin previsión institucional y sin trabajar la educación social para un consumo racional. Los modelos de construcción inmobiliaria, con expansión del tipo de viviendas unifamiliares, adosados, huertos-vivienda, etc, con sus correspondientes jardines y piscinas, así como la instauración de zonas verdes que no obedecen a las condiciones climáticas propias del entorno donde se establecen y que conllevan un alto consumo de agua, la realización de faraónicas obras de infraestructuras como el TAV, la ahora rechazada incineradora de residuos o la construcción de centrales térmicas, son algunos ejemplos significativos de lo que consideramos consumismo y derroche insoportable de agua, y de seguir con este modelo de gestión de los recursos hídricos nunca habrá solución a un tipo de demanda totalmente insostenible, por mucho Canal de Navarra y depuradoras de que se dispongan. Cerrar el grifo mientras una persona se cepilla los dientes, utilizar adecuadamente el lavavajillas y la lavadora, y otras muchas iniciativas personales de ahorro de agua, tanto en el hogar como en el trabajo o en lugares de ocio, son actitudes fundamentales. Pero el verdadero reto reside en el cambio de mentalidad y de voluntad política de las instituciones y entes administrativos para una gestión ampliamente consensuada y adecuada de los recursos hídricos disponbles. ¡No hagamos a la variabilidad climática culpable de la situación!
El año 2011 ha sido el más cálido de la serie 1971-2000, con una temperatura media de entre 1'8 y 2ºC superior a la media anual de esas tres décadas. Asimismo, fue un año muy seco, con un porcentaje de precipitación de entre un 20-25% inferior a la media del período. El pasado otoño de 2011 resultó ser el tercero más cálido de la serie climatológica 1971-2000 (sólo superado por los otoños de1983 y 2006) y ligeramente más seco respecto a la media de la serie (entre un 10 y un 12% inferior en precipitaciones). Enero de 2012 igualmente ha transcurrido muy seco, el sexto más seco de los últimos cincuenta años y ligeramente más cálido. Y siguiendo esta tendencia pluviométrica, febrero ha sido igualmente muy seco, aunque muy frío.
Ante esta situación climática, el Balance Hídrico (desde el comienzo del año hidrometereológico, 1 de septiembre de 2011, hasta el 29 de febrero de 2012) indica una precipitación acumulada para la comarca de entre 100-160 litros, un 50-75% respecto a la media normal para el mismo período, así como una baja reserva de humedad en suelo. Con todo ello, el Índice de Sequía o de Precipitación Estandarizado (SPI), actualizado para febrero de 2012, muestra unos valores que van de muy seco en el conjunto comarcal, a extremadamente seco en la zona del Bajo Aragón.
Las previsiones metereológicas a medio y largo plazo todavía conllevan importantes incertidumbres; pero lo cierto es que la mayoría de los modelos de predicción europeos y americanos muestran una tendencia primaveral con unos meses de marzo y abril probablemente más cálidos y menos húmedos de lo normal y meses de mayo y junio donde las precipitaciones pueden superar las medias respectivas.
Según el estado del cereal, podríamos diferenciar, dentro de la merindad, entre una zona al norte de Tafalla (situación menos grave) y otra al sur de Tafalla (situación alarmante) y entre siembras tempranas y siembras tardías.
-Zona Norte: Las siembras tempranas están bastante bien, buena nascencia y buen ahijamiento. Las siembras tardías se han quedado un poco claras (peor nascencia y menos hijos) por los hielos tan duros de febrero y porque cuando les tocaba ahijar, que es ahora, hay poca humedad. Si llueve pronto se podrían arreglar estas siembras tardías.
-Zona Sur: Las siembras tempranas nacieron bien, empezaron a ahijar y poco a poco se están secando las primeras hojas y los hijos están muy parados o incluso secándose. De las siembras tardías, mejor ni hablar, están muy claras, mala nascencia y nulo ahijamiento. Cada día que pasa sin llover se pierde cosecha.
A todo esto hay que añadir la dureza de los hielos de febrero, que se han comido los sombríos, y los efectos de los herbicidas. Ha habido gran infección de malas hierbas y hemos echado mucho herbicida. Pero, como el año va tan seco, la eficaciz y el efecto fiitotóxico sobre el cereal son muy débiles. Los herbicidas de primavera necesitan unas plantas en buen estado para absorberlo, alta humedad relativa y además poco aire para su buena aplicación, o sea, todo lo contrario de lo que se está viviendo.
En cuanto a los regadíos, se supone que el suministro de agua de Itoiz está asegurado y no hay problemas para sembrar cualquier cosa. Malo sería, si solo hay instalado como mucho, un 30% de las hectáreas proyectadas. El embalse de Yesa no se llena y la nieve acumulada en el Pirineo es muy poca. Han empezado las restricciones y en muchas parcelas no se puede sembrar maíz porque el riego no está asegurado. Se están haciendo siembras tardías de trigo y cebadas de primavera porque solo se garantizan dos riegos. El río Zidakos casi no baja agua, los regadíos tradicionales van a andar muy mal para dar un riego al cereal (Tafalla y Olite). Respecto a otros cultivos -vid, olivo y resto de frutales de secano-, como en invierno están parados, de momento aguantan y dependerá todo de la primavera.
Colectivo Lantxurda Elkartea (en La Voz de la Merindad)
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