La adquisición de Banca Cívica por parte de Caixabank se formalizó sólo un día después de que se celebraran las elecciones andaluzas. La operación había quedado paralizada para no interferir en esos comicios, dado que Cajasol es una de las entidades de más peso de Andalucía. De esta forma, Caja Navarra desaparece para convertirse en la tenente del 1,4% de las acciones del grupo Caixabank, aunque queda por ver si se mantendrá la marca CAN o si el grupo bancario más fuerte del Estado decidirá eliminar un nombre que, en los últimos años se ha ganado una mala imagen en cuanto a gestión y solvencia. Tampoco está claro si seguirá existiendo el nombre Banca Cívica. Según han informado fuentes internas a este periódico, al parecer el programa «Tú eliges, tú decides» lleva ya un tiempo sin ejecutarse.
La compra valora la entidad en 979,37 millones de euros y fija un precio por acción de 1,97 euros, lo que supone una pérdida el 27% de su precio de salida a bolsa, que fue de 2,7 euros. Las consecuencias directas de esta adquisición para Nafarroa rozan el escándalo. Los propietarios de la CAN son el Gobierno navarro y el Ayuntamiento de Iruñea que, finalmente, recibirán por la caja 150 millones de euros en acciones de Caixabank. En el momento de la fusión de la que nació Banca Cívica, la CAN valoró su aportación al grupo en 658 millones de euros. Es decir, en menos de un año, el Gobierno y el Ayuntamiento han visto como su posesión se ha quedado en la cuarta parte de su valor o, lo que es lo mismo, han perdido 500 millones de euros desde el pasado 27 de abril.
Con esta adquisición, Caixabank se convierte en el principal banco del Estado español, superando a BBVA y Santander. Sin embargo, su estructura está sobredimensionada. La entidad poseería 6.590 oficinas y 32.715 empleados. Muchas de estas oficinas se solapan al pasar de ser bancos rivales a una misma compañía. Los expertos aseguran que ambas cifras, tanto de la trabajadores como la de oficinas, se reducirán entre un 10 y un 15%. Banca Cívica había adelantado un plan para eliminar unos 1.500 puestos de trabajo antes de su absorción. La cifra que se baraja actualmente es de 3.400 trabajadores en Caixabank. Queda por ver qué banco es el que despide a su gente. En principio, el mayor solapamiento de sucursales y trabajadores se produciría en Andalucía. Sin embargo, fuentes sindicales indican que en Nafarroa también se van a generar un gran número de duplicidades, lo que hace peligrar muchos puestos de trabajo.
El único partido que se felicitó por la absorción es UPN. Su portavoz parlamentario, Carlos García Adanero, señaló como positivo que ahora la CAN forme parte de la mayor entidad del Estado. Por su parte, el PSN asegura que hubiera preferido cualquier otra opción que hiciera sobrevivir la marca CAN. Bildu, NaBai e IE advirtieron de consecuencias «serias». Para el PP, la fusión era «inevitable»
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