En la conmemoración del 30º aniversario de la aprobación del renovado régimen autonómico de Navarra, Geroa Bai quiere pronunciarse sobre su valor y sobre la necesidad de acometer su reforma.
1.- Desde Geroa Bai queremos dar un sentido positivo a la valoración del Amejoramiento al reconocer sin ambages que ha permitido un despliegue importante del autogobierno de Navarra por la institucionalización del Parlamento como el centro de la voluntad legislativa de la comunidad. La producción de normas ha sido voluminosa y, en muchos casos, de calidad. Es indudable que la Navarra actual es muy distinta a la de los años ochenta, y en ello ha influido decisivamente el marco institucional y normativo que procede de esta Ley.
2.- Pero no podemos quedarnos en una loa retórica sin mencionar los aspectos críticos que tuvo el origen mismo del Amejoramiento y su posterior desarrollo. En primer lugar, el carácter partidario en la definición de las bases de partida y la actitud excluyente de quienes negociaron con el Gobierno central, que tuvieron su reflejo en la votación final del texto por el Parlamento navarro. Si es cierto que obtuvo el respaldo de 49 votos, también lo es que fueron 5 los que votaron en contra y que 19 parlamentarios no acudieron al acto porque no hubo un esfuerzo de integración de la mayoría que protagonizó el proceso. No ha habido en la Transición un Estatuto de Autonomía al que faltara el soporte de un tercio de la asamblea constituyente. Está después la falta de sometimiento del Amejoramiento a referéndum popular, con el falso pretexto de que era un requerimiento de Fuero. Es obvio que en las decisiones relevantes no basta lo que diga un Parlamento y que es preciso someterlas a la consulta directa al pueblo, la consulta popular era ineludible, y los que la eliminaron quisieron evitar cualquier riesgo, con grave merma de un principio democrático. Es probable, además, que al soslayar este y otros requisitos como las consultas previas a los ayuntamientos, se contraviniera la Constitución. Pero la crítica no termina en las cuestiones de procedimiento, aunque éstas condicionaron de manera decisiva el contenido del Amejoramiento. Así, el principio de la soberanía foral, invocada de manera constante en el pasado, no fue recogido en el texto, y en él late la pretensión de que una determinada forma de autogobierno no es disponible por los navarros. Añádase que los negociadores trajeron de Madrid un régimen muy restrictivo de oficialidad del euskera, que no figuraba en las bases del Parlamento, y que no tiene parangón con lo recogido en todos los demás estatutos de autonomía de los territorios que cuentan con una lengua cooficial. Fue también lamentable la desaparición de las Merindades por motivos de pura estrategia electoral de quienes negociaron el texto. Consagraron con ello el centralismo de Pamplona en perjuicio del conjunto del territorio.
3.- Sin embargo, aun así, desde Geroa Bai, la crítica más fuerte la hacemos a lo que concierne a la aplicación del Amejoramiento. En concreto, a la falta de voluntad real de ampliación del marco de autogobierno. Quienes han gestionado la autonomía no han tenido la voluntad de utilizar su virtualidad para diseñar políticas propias, lo que se ha manifestado especialmente en materia fiscal. Las posibilidades que abre el Convenio Económico para definir una política de desarrollo o, en el momento actual, como instrumento eficaz de lucha contra la crisis, no se han aprovechado de ninguna manera. Y hemos vivido el espectáculo bochornoso de contemplar cómo las autoridades forales elevaban su voz contra las iniciativas de despliegue del autogobierno de otras comunidades, lo que no impedía que alegaran el agravio comparativo cuando los demás conseguían resultados.
4.- Geroa Bai aboga por una reforma democrática del Amejoramiento, en profundidad, en la que participen todas las fuerzas representadas en el Parlamento y que sea sometida a referéndum una vez negociada en Madrid. Es necesaria una segunda transición democrática en Navarra que suponga la revisión de la actual Lorafna y que contribuya debidamente a que Navarra exprese su propia personalidad y decida su propio futuro en un nuevo marco de convivencia democrática sin exclusiones y en el que tengan espacio todos los sentimientos de identidad y pertenencia plurales que enriquecen a la sociedad navarra. Es necesaria la revisión del pacto político, de manera que se construya un nuevo marco presidido por los principios de singularidad, bilateralidad y reconocimiento del derecho de decisión de la ciudadanía navarra, todo ello con las adecuadas garantías que aporten estabilidad institucional e impidan las lecturas y restricciones unilaterales del pacto político. Un nuevo pacto a celebrar entre Navarra y el Estado con aspectos ineludibles. Mencionemos los más significativos. En la propuesta de Geroa Bai, el nuevo Amejoramiento debe recoger el derecho de los navarros a ser consultados en las materias que afecten a su estatus político o para ampliar el marco competencial, utilizando el artículo 150.2 de la Constitución para la transferencia o delegación a Navarra de competencias estatales. Debemos disponer de un poder judicial propio que agote todas las instancias y la plena autonomía en la organización de las instituciones propias. No se debe renunciar a la exclusividad de la competencia en el ámbito de la cultura, la lengua, la educación y los aspectos simbólico-emblemáticos, ni al reconocimiento de la oficialidad de las dos lenguas. Navarra debe asumir la gestión autónoma del régimen económico de la Seguridad Social y de las políticas de empleo, todo ello en el marco de un sistema bilateral de garantías con el Estado.
Toca a la reforma formalizar sistemas de participación navarra en órganos dirimentes claves del Estado. Correspondería a la ciudadanía de Navarra establecer los vínculos que voluntariamente decida con la Comunidad Autónoma del País Vasco, mediante los acuerdos que ya contempla el artículo 70 del actual Amejoramiento. En un nuevo pacto político con el Estado, Navarra debe tener voz propia en Europa y en determinadas relaciones internacionales, así como poder establecer acuerdos amplios con las zonas colindantes del Estado francés con las que nos une una vinculación cultural especial. La última reforma de la Lorafna evidencia también en este aspecto una visión cortoplacista e insuficiente de nuestra realidad política. Por otra parte, Geroa Bai aspira a incluir en la reforma instrumentos jurídicos que permitan realizar valores claves en una izquierda moderna en materia de Derechos Humanos, emigración, medio ambiente y solidaridad con el Tercer Mundo. Geroa Bai aboga por recuperar la tradición merindana que haría posible introducir en el ordenamiento navarro un concepto moderno de comarcalización y descentralización que favorecería la participación ciudadana y que garantice mejor los derechos y la igualdad de oportunidades. Un equilibrio político necesario para un equilibrio territorial real.
5.- Geroa Bai constata que se han llevado a cabo cambios de calado en los estatutos de autonomía de otros territorios, algo que contrasta con el bloqueo de la ponencia del Parlamento de Navarra que debía proponer la reforma del Amejoramiento. Hace falta ahora impulsar el consenso de los partidos e instancias sociales para relanzar la reforma del texto. En Geroa Bai pensamos que esta sería la mejor forma de conmemorar el XXX aniversario del Amejoramiento.
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