La tradición es, por definición, algo que está en movimiento, porque tradición es transmisión, y todo aquello que se transmite se mueve de unas manos a otras. Hoy, en el 2008, los que preparamos el Olentzero, entendemos esta costumbre de una forma concreta, más allá de si es la forma “auténtica” o “tradicional”.
Las costumbres hay que entenderlas en su contexto: nacen en un entorno socio cultural (y político, por qué no) concreto, pero se desarrollan en una sociedad cambiante, por lo que también cambian con esa sociedad. No puede haber inmovilismo en una tradición que quiera evolucionar y pervivir en el futuro. Las Juventudes de San Antonio tomaron la tradición de Lesaka, como bien es sabido, pero la adaptaron a las necesidades de la Pamplona de los años 50. El entorno urbano le confirió un carácter de cortejo, donde hay más observadores que participantes activos (aunque, ¿ hasta qué punto el observador no participa con su presencia?).
La Asociación de Amigos del Olentzero, teniendo en cuenta esa capacidad de transformación de toda costumbre viva, hemos continuado con esa adaptación del Olentzero a estos tiempos, a las circunstancias de la Pamplona del siglo XXI. Hemos intentado enriquecerlo con animales, con más música, con más carros… y en consecuencia ha tomado una identidad bien diferente de su modelo lesakarra, aunque guardando en lo más profundo de su significado un nítido parentesco con su referente más directo. Ahora bien, los cambios los hemos realizado con mimo, con coherencia (creemos) y con un profundo respeto al modelo original del que partimos.
Por eso este olentzero no lleva “pajes”, no es de “carne y hueso”, no trae carros de regalos, no tiene una carbonera-buzón para las cartas, sigue bebiendo de su bota, está sucio y fuma en pipa sin estar dentro de una vitrina, como es común en estos tiempos.
No sabemos como será el Olentzero en las manos de aquellos que recogerán nuestro testigo, pero este es el Olentzero que nosotros queremos, vivimos y defendemos. El siguiente eslabón de esa cadena que es la tradición sabrá adaptarlo a los nuevos tiempos, si es que así lo precisa el viejo carbonero.
olentzeroak.com
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