31 de diciembre de 2011. Cierre del centro asistencial de reducción de Daños Las Barranquillas. El centenar de personas que pasan diariamente por la conocida como ‘narcosala’ se quedarán sin servicios médicos, además de sin la sala de venopunción, el comedor, el albergue nocturno y las duchas; 42 trabajadores se irán a la calle.
Febrero de 2012. Cierre de la comunidad terapéutica de atención a drogodependientes de El Batán, en Madrid. Unos 200 usuarios y usuarias se quedarán sin servicio y 60 personas sin trabajo.Una tras otra se van desgranando las fechas de ‘defunción’ de diferentes servicios de atención a drogodependientes en una de las primeras asambleas convocada por la Plataforma de Afectados por los Recortes de la Red de Drogas de Madrid. Cada cual expone su caso, pero la mayoría no quieren que se nombre a sus asociaciones por el riesgo de que no les concedan las famélicas subvenciones a las que todavía optan. Comenzaron a enterarse del estado de la cuestión al comunicarse entre ellos; la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid no les ha facilitado ningún tipo de información.
En escasos tres meses, se calcula que la Agencia cerrará hasta dos tercios de los pisos de residentes, pisos de apoyo a la desintoxicación y comunidades terapéuticas, lo que dejará en la calle a unas cien personas.
Juanma Mendiola, que se presenta como usuario y vive en un piso tutelado en Plaza Elíptica, advierte: “No se trata sólo de pérdida de trabajos. El Estado no sabe lo que acarrea esto; le están diciendo a la gente que se vaya a la calle a ponerse, a traficar, a robar... Si ahora hay poca delincuencia gracias al desarrollo de estos servicios, la que se avecina va a ser buena”.
“A mí me han roto todos los esquemas”, continúa Javier Ferrer, quien también se presenta como usuario. “Había logrado llevar una vida normalizada, porque ¿qué es una vida normal?, y pensaba empezar a estudiar un módulo de grado medio sociosanitario, pero ahora no voy a tener un techo ni el apoyo para hacerlo. Y ya no pienso sólo en mí, sino en todos los chavales que no van a tener ningún acceso a la atención que he recibido yo”. “Exacto”, subraya Mendiola, “los chavales que vienen detrás van a pensar: ‘me voy a buscar la vida y voy a hacer todo el daño que pueda, porque me lo están haciendo a mí’”.
Desde esta plataforma de colectivos y personas afectadas por los recortes en este sector señalan que estos hechos responden, además de a la crisis, a una política de sanitarización del ámbito de drogodependencias que no tiene en cuenta que se trata de un problema con profundas raíces sociales. “Nos preocupa que las adicciones sean vistas como un problema estrictamente sanitario".
"Entendemos, por experiencia, que casi la totalidad de las personas con problemas de adicción requieren de apoyo social y que el abordaje más eficaz es el interdisciplinar”, afirma un portavoz de la plataforma. Mendiola lo deja claro: “No vas a dejar las drogas porque te mediquen. Yo me he medicado un montón de años y no me ha servido de nada”.
Belén Macías, en Diagonal
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