El Ayuntamiento de Lerga y sus vecinos dieron ayer el primer paso conjunto para recuperar lo que ya consideran suyo: el despoblado de Abaiz, propiedad del Ayuntamiento, inmatriculado por la Iglesia el pasado mes de septiembre.
Se sienten indignados por la actitud del párroco, Fermín Macías, quien a sabiendas de que tal propiedad era un hecho planteó al Arzobispado la posibilidad de registrarla.
"Una cosa es el amor propio y otra, la traición del cura". Así de claro lo dicen en Lerga, decepcionados. Los vecinos opinan que "está jugando al escondite. Antes de inmatricularlo, tenía que haber hablado con el pueblo".
Para defender sus propiedades ayer constituyeron una comisión formada por el alcalde, Iñaki Iriarte, los concejales, Estanis Marco y Lucio Ojer, más los vecinos, Blas Garayoa, José Mari Iriarte, Amaya Zabalegui, Mari Sol Zaratiegui y Ascensión Iriarte. Su primer cometido se fija en las buenas palabras: emplazarán al párroco a una reunión el próximo sábado para solicitarle la devolución de las propiedades, indicándole que en el caso contrario, la única vía posible será un pleito civil para anular la inscripción que, en principio, como todas, es provisional para dos años.
Antes, visiblemente afectado, el alcalde relató a sus vecinos cómo a finales del 2010, el párroco le llamó para interesarse por la propiedad de Abaiz, asegurándole que pertenecía a la Iglesia. Para entonces, el Arzobispado ya había inmatriculado la iglesia parroquial de San Martín, la ermita de Santa Bárbara y su huerto. Ante la insistencia del sacerdote, continuó, el secretario le mostró las escrituras registradas. A pesar de ello, no cejó en su empeño, aseguró el primer edil, y continuó por la vía de Eslava, de donde depende eclesiásticamente, a pesar de estar en el término municipal de Lerga. En septiembre, Abaiz fue inmatriculado a nombre de la diócesis de Pamplona y Tudela, por lo que sufre un doble registro. Se da la circunstancia de que éste se produce en plena concentración parcelaria. "En este proceso los registradores no suelen actuar", señala el alcalde, que añade no comprender muy bien las razones de haberlo hecho en este caso. "Lo que ha hecho el registrador es nulo, pero lo tendrá que ordenar un juez". Los vecinos de Lerga están dispuestos a ello. Será el pueblo contra la Iglesia. "En misa no hemos estado tantos, y cada vez iremos menos, tal y como pinta esto", comentaban.
Marian Zozaya, en Diario de Noticias
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