«La crisis es inherente al capitalismo. Siempre hay crisis», según explica esta doctora en Economía por la London School of Economics y catedrática emérita de Economía de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
Sus reflexiones no dejan indiferente a nadie, porque sostiene que «la estrategia del capital en esta crisis se sitúa en recuperar la tasa de beneficio» y considera que se tiene que producir «un movimiento de transformación, que comience desde abajo hacia arriba. Es lo que ha generado ese éxito con Bildu. Así debemos avanzar, pero ese cambio no se producirá de la noche a la mañana. Necesitamos tiempo y poder, sin duda».
¿Cómo se logra terminar con el capitalismo?
Pienso que no podemos recuperar de golpe todo lo que hemos perdido. Desde la crisis de los 70 estamos perdiendo batalla tras batalla, incluso alguna anterior. Recuperar en un plazo breve lo que realmente hemos perdido es imposible. Debemos recuperar el poder. Pero cuando digo poder, no digo desde arriba, porque tiene todos los problemas que estamos viendo en este momento. La única forma de poder hacerlo sólidamente es, si se consigue, creando una estructura desde abajo con fuerza.
¿Tiene algún ejemplo?
De alguna manera, en Euskal Herria se está viendo, en el sentido de que hay en este momento una situación de relación de fuerzas interesante. Por ahí, sin duda, tenemos que avanzar. Algunos quieren, por ejemplo, que los indignados sepan todo lo que hay que hacer, pero es irreal. Hay que iniciar o fortalecer un proceso de recuperación de las resistencias, de incrementar el poder desde abajo, haciéndolo muy sólido, e intentando que la mayoría de la población quiera hacer otra cosas. En Euskal Herria han cambiado muchísimo las cosas por la dinámica de la población y el proceso de Bildu. No han sido los gobernantes los que han provocado ese cambio, aunque nos digan lo contrario. Ha sido un cúmulo de elementos de la población moviéndose en una determinada dirección. Falta mucho por cambiar, evidente, pero es un ejemplo. Creo que mientras no tengamos esa potencia, no vamos a conseguir nada.
¿Necesitamos poder para erradicar el capitalismo?
Cuando hablamos en Barcelona les digo una cosa; los centros cívicos cierran a las nueve de la noche pero no tenemos fuerza ni para que estén abierto hasta las diez. ¿Cómo vamos a controlar los flujos financieros, cambiar la política fiscal...?
Vamos a empezar por cosas pequeñas y conseguir hábitos de autonomía, donde la gente vaya haciendo cosas, como los ecologistas, las feministas, los ocupas, la lucha contra los desahucios, grupos con otras maneras de vivir y trabajar diferente. Esto se tiene que consolidar un día en una fuerza política. Se tendrá que hacer, pero creo que sería un error el intentar tener ahora un diseño. Una casa se construye con un plano, pero la transformación social no. Lo veo con cierto optimismo a largo plazo, si somos capaces de sostener este proceso.
¿Tiene que ser a nivel mundial esta alternativa que plantea?
Algunos dicen eso. No sé como se puede hacer, pero sí sé como se pueden empezar luchas concretas en un espacio más pequeño, aquí y ahora.
¿Si no se destruye el capitalismo no habrá alternativa?
Hay un problema muy importante: el capitalismo existe. No se puede destruir sólo con la voluntad. Un proceso de este estilo tiene que ser la fuerza que lleve a la destrucción del capitalismo. El problema está en que este tipo de procesos están enormemente sometidos a una presión de que el capitalismo les destruye o les absorbe. Es el ejemplo de las ONG, que han nacido con buena voluntad, pero están siendo penosas, incluso contraproducentes en bastantes casos. El capitalismo tiene una enorme capacidad de absorción. Ha absorbido a muchas instituciones y personas de buena voluntad. Es ahí donde es necesaria la reflexión y la autocrítica permanente. Desde el capitalismo debemos intentar la transformación, lo que requiere mucho esfuerzo y consolidación. Luego está el otro tema, si sigue adelante, no sé qué pasará.
¿A qué se refiere?
A si nos va a dejar el capitalismo, si va a aceptar que peligren sus intereses y su poder. Creo que algún día nos tendremos que plantear que nos querrán atacar con violencia. No porque nosotros queramos atacar, sino porque ellos puedan atacar.
¿Qué le parece que en plena crisis, las empresas del Ibex hayan ganado hasta setiembre 27.000 millones?
Eso es violencia, todo lo que está pasando en esta crisis. Un modelo neoliberal es enormemente violento, en el sentido de que salarios, condiciones laborales van para abajo; mientras que la precariedad laboral aumenta y se desahucia a la gente que no puede sobrevivir y a los emigrantes se les está tratando mal. El sistema capitalista engendra violencia, me refiero a violencia directa.
¿Qué opina de las reducciones de las prestaciones sociales en plena crisis?
Siempre nos hablan de que para equilibrar los presupuestos hay que reducir gastos, ¿por qué no hablan de aumentar los ingresos? Es donde entra la reforma fiscal.
¿Qué elementos tiene que tener la reforma fiscal?
Yo diría que paguen más los que más tienen y que sea justa y equilibrada. No se puede tolerar que las sociedad de inversión de capital variable (Sicav) prácticamente no tributen, lo mismo que los fondos de inversión.
Pero, nos dicen que no hay recursos económicos.
Cuando escucho eso me pongo enferma. En el Estado español hoy en día, a pesar de la crisis, se produce el doble que en 1977, pero la población no ha crecido el doble. ¿Dónde está el dinero? En el sector financiero, evidentemente. Deberíamos de empezar por revisar críticamente lo que nos dicen. Hasta dónde es verdad.
¿Los gobiernos ceden a ese discurso?
Y están financiando al sector clásico financiero privado. Con esto de la recapitalización de los bancos. Todo ese dinero ¿por qué no se puede utilizar para la sociedad? Si los bancos están en quiebra, que quiebren.
Si se produce, ¿qué pasaría?
Es posible que hubiera gente que sufriera, porque hay un fondo de garantía de depósitos de 6.600 millones que no cubriría el destrozo. Hay una operación que han hecho hace poco y que parece que nadie se ha dado cuenta: han unificado los tres fondos de garantía de depósitos que había de bancos, cajas y cooperativas, y han dicho que las pérdidas del FROB van a ese fondo unificado. ¿Qué pasaría con la gente que tiene depósitos? Que habría un «corralito», una restricción en la disposición de recursos de las cuentas como pasó en Argentina. Pero es cierto que hay mucha gente que está sufriendo muchísimo más que con el «corralito».
Los gobiernos nos dijeron que había que hacer recortes para salir de la crisis. Se han hecho, pero estamos más enfangados en la crisis. ¿No es así?
Sí. El objetivo de fondo es otro. Lo que les están diciendo a los griegos es que ustedes tienen que privatizar, tienen que regalar el país. En el Estado español querían privatizar hasta la Lotería, pero la oferta fue tan ridícula que hasta Elena Salgado se retractó. Están aprovechando la crisis para «pegar el palo» en las condiciones de trabajo y en el hundimiento del estado de bienestar. Hay dos razones. No quieren gastar en nada que sea estrictamente necesario a cortísimo plazo. Y segundo, hunden el estado del bienestar y consiguen el trasvase económico al capital privado. En Catalunya las mutuas de Sanidad están haciendo negocio. Detrás de esto vendrá otra cosa, la gente no va a pagar la mutua y la Seguridad Social y nos dirán que eliminemos la Seguridad Social.
¿Se puede ir a peor?
Sí, el ex ministro español de Trabajo, Manuel Pimentel, dijo recientemente que en la crisis de 1994 había recursos, pero en esta, no. Hay que dejar de pagar la deuda. Primero hacer una reforma fiscal y después dejar de pagar la deuda. Cuesta mucho dinero, si pagas al 5% y al 7%.
¿Se puede hacer?
Grecia tiene una quita del 50%. El capital privado ha aceptado, porque los valores se vendían en el mercado secundario al 30%. Se habla de que en Europa un grupo de países deberían de hacer una quita del 20% de la deuda publica o de la total. Hay que dejar pagar la deuda externa privada. La deuda pública se encuentra en el 167% del PIB, lo que representa unos 1,67 billones. De toda ella un 23% corresponde a deuda pública, pero la mayoría es deuda privada.
¿Es beneficio para los bancos?
En la Facultad de Economía te enseñaban que una empresa es responsable de los beneficios y de las pérdidas. Tiene derecho legítimo a sus beneficios porque arriesga para sus perdidas. Ahora los bancos no arriesgan, hay que recortar eso.
Sí. Los ajustes nos dejan una economía donde se disminuyen los salarios, el empleo, el crédito a la gente, y así no puede comprar, tampoco las empresas y si no pueden no venden y, si éstas no venden, no van a producir. Si no se produce no habrá empleo, si no hay empleo volvemos a este circuito.
Esa lógica que la debiera ver todo el mundo, ¿por qué no se contempla?
Porque el objetivo final es reducir salarios y el estado bienestar. Algunos todavía creen en un modelo de economía de oferta, es decir, si rebajas los costes te permite recuperar la tasa de beneficio. Si recuperas la tasa de beneficio tendrás incentivos para invertir, cosa que es erróneo, porque no cuentas con demanda. La corriente neoliberal va por ahí. Se nos dice que Mariano Rajoy, que puede ser el próximo presidente del Gobierno español, va a generar confianza en los empresarios, lo que permitirá aumentar la demanda, pero es inviable en estos momentos. Nos dicen que hay que internacionalizarse.
¿Hay tanto mercado en el exterior?
Hay que ver quién compra. Vender en países emergentes es difícil, porque su modelo es exportador. Manuel Castells, asesor destacado de Felipe González cuando estuvo en La Moncloa, dice que el modelo alemán es como el chino, exportador. Así, China se queja de que Estados Unidos no compra. Es interesante ver qué hay en juego. Tenemos a Alemania y al Estado español. Alemania nos vende productos y nosotros a los alemanes, pero no tenemos dinero. Alemania, como tiene mucho excedente en el exterior, lo que hace es prestar al Estado español el dinero para que le compres sus productos. El problema está en que para poder comprarlos nos tiene que prestar el dinero Alemania. Es un círculo vicioso que genera más deuda.
¿Ve alguna diferencia entre PSOE y PP en materia económica?
En cuanto a programas económicos, entre PSOE y PP no hay ninguna diferencia. Da igual ir a uno que a otro. El PSOE ha llevado adelante la reforma de las pensiones, con el apoyo de CCOO y UGT, que no se lo perdono. También la reforma laboral y de la negociación colectiva para favorecer a los empresarios y desregular las condiciones de trabajo. Sí, 2012 será duro y muy malo.
Juanjo Basterra, en GARA
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