Cientos de intelectuales han reaccionado ante la última oleada de detenciones que el Gobierno turco ha llevado a cabo contra políticos y académicos kurdos, bajo la acusación de pertenecer al KCK, lo que Ankara denomina «el ala urbana del PKK». El arresto de un conocido escritor y una prestigiosa profesora ha puesto en marcha la campaña «Todos somos KCK» para denunciar la vulneración de libertades.
«Todos somos KCK» es la campaña lanzada en Kurdistán y Turquía contra la ola de detenciones de políticos y militantes de los derechos humanos que lleva a cabo el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan.
Desde las elecciones locales de marzo de 2009, Ankara, con la política de «todo es PKK» ha detenido a unos 7.700 miembros activos del partido kurdo BDP (Partido por la Paz y la Democracia), de los que ha encarcelado a unos 4.000 según la agencia de noticias kurda Firat. Entre ellos se encuentran diputados, alcaldes, defensores de derechos humanos, académicos, periodistas e intelectuales.
El último informe de la Unión Europea sobre progresos para la adhesión de Turquía a la Unión reconoce unas 2.000 detenciones bajo la acusación de pertenencia al KCK, (Unión de Comunidades de Kurdistán), a la que Ankara acusa de ser el «ala urbana» del PKK, y el Ministerio turco del Interior las reduce a 605. Cada semana decenas de nombres se añaden a la lista.
Y Erdogan anuncia que seguirá la represión. «Que nadie espere que las detenciones terminen. Sólo hay un Estado. Turquía no aceptará nunca un Estado paralelo», advirtió. Ante la indignación que han provocado las detenciones, amenaza con perse- guir también a quienes las denuncien en los medios de comunicación. «En la prensa o en otra parte, conviene prestar atención a lo que se dice sobre el KCK, porque equivale a apoyar el terrorismo», dijo Erdogan. Al menos tres periodistas ya han sido procesados.
Para el copresidente del partido BDP, Selahattin Demirtas, Erdogan «intenta un plan B, irrumpiendo en el proceso al quedar en evidencia la falta de legitimidad de las operaciones KCK».
La reacción a estas detenciones indiscriminadas ha ido en aumento en las últimas semanas, sobre todo con los arrestos de la profesora y experta constitucionalista Busra Ersanli y el conocido editor Ragip Zarakolu, en una operación que la semana pasada detuvo a medio centenar de personas, enviando a prisión a 44 de ellas, y que ha dejado claro que «la excusa KCK» puede ser usada contra cualquiera. El pasado lunes, siguieron los arrestos, con otras veinte personas detenidas en Estambul.
El BDP pensaba enviar a Ersanli como representante a una comisión del Parlamento que se encarga de redactar una nueva Constitución turca que sustituya a la actual, aprobada durante el gobierno de la Junta Militar (1980-1993). La académica «ha tenido un papel activo en la preparación de la nueva Constitución. Si las detenciones y los arrestos continúan en la misma manera, el BDP se quedará sin cuadros que enviar a la comisión constitucional», afirmó Selahattin Demirtas.
«Las libertades y el sistema de derechos humanos ha sido dañado en este país. Estas operaciones retrasan la instauración de la paz y la democracia», opina el columnista del diario «Milliyet» Hassan Cemal, que anteriormente defendía al Gobierno de Erdogan.
Alrededor de 700 intelectuales han comenzado la campaña contra las detenciones masivas que el Gobierno turco justifica por la persecución del KCK, una acusación bajo la que, sin pruebas concretas, cabe cualquier cargo para asegurar su encarcelamiento. Decenas de abogados, escritores, sociólogos, y líderes de partidos de izquierda se han sumado a la campaña «Todos somos KCK».
La recogida de firmas contra las detenciones en la página http://www.ipetitions.com/petition/detentionsinturkey/ supera ya las 5.000 adhesiones.
A través de un parlamentario del BDP que la visitó en prisión, Ersanli relató que «durante el registro de mi casa, la Policía buscó durante horas documentos con las palabras `autonomía' y `kurdos'. Y cuando no lo encontró quiso buscar en la casa de mi vecino». Fue interrogada sobre su militancia en el partido kurdo, así como por el contenido de sus clases en la universidad, pero no acerca del KCK.
Ante el Parlamento turco, el portavoz del BDP, Ertugrul Kurkçu, reclamó la puesta en libertad de los detenidos, subrayando que la base de sus arrestos, la Ley Antiterrorista, «es hoy uno de los medios políticos de la represión del Gobierno del AKP, dirigida a los opositores que no tienen ninguna relación práctica con la violencia». Aseguró que un parlamentario en Turquía no está a salvo de ser encarcelado bajo la acusación de «pertenencia a la organización terrorista». «No es posible hablar de condiciones favorables para la realización de la política democrática y cuando esta ley se mantiene», añadió.
Pablo Ruiz de Aretxabaleta, en GARA
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