¿Tierra o hierba artificial? Desde que la hierba artificial viviera su particular 'boom' a principios de la década de 2000, los campos de fútbol de tierra y arena han desaparecido progresivamente hasta encontrarse al borde de la extinción. Para alegría de madres y niños, atrás han quedado el barro, los charcos y aquellos partidos bajo la lluvia donde los críos, empapados y atenazados por el frío, apenas podían levantar el balón del suelo. Puede que aquello curtiera a las futuras estrellas del balompié, pero parece evidente que, aunque la hierba artificial no sean la panacea, es en este tipo de superficie donde los pequeños pueden desarrollar un fútbol más técnico, con permiso de la hierba natural. En Navarra apenas quedan 8 campos de tierra, que se encuentran en Artajona, Puente La Reina, Caparroso, Tudela, la Ciudad Deportiva Amaya y Tajonar, que posee tres. Por el contrario, existen ya 45 de hierba artificial.
Caparroso fue uno de los últimos municipios de Navarra que se decantó por construir un campo de tierra junto a otro de hierba natural. Inaugurados ambos en 1997, la idea del club de la localidad, el Azkarrena, pasaba por "emplear el de tierra para entrenar y el de hierba natural para jugar", apunta el presidente del club, Jesús Aguirre. Así lo han hecho desde entonces con sus equipos de Infantil, Segunda Juvenil y Regional Preferente. Ahora "sólo falta que se instalen porterías de Fútbol 7 en el campo de hierba" para que los más pequeños también puedan disputar sus partidos en esa superficie. No obstante, Aguirre admite que durante algún tiempo se barajó cambiar el campo de tierra por uno de hierba artificial, pero "al final no llegaron las subvenciones".
El último club de la lista es el Artajonés, de Regional Preferente. Su presidenta, Beatriz Mendía, también alcaldesa del municipio, detalla que los equipos de la localidad suelen emplear el campo de tierra "como campo de entrenamiento físico para no machacar el de hierba", al igual que sucede con el otro club de Artajona, el Cerco, de Primera Regional, que tras ciertas desavenencias ha obtenido los permisos necesarios para jugar sus encuentros en el campo de hierba. No sucede lo mismo con los benjamines y alevines del Artajonés, que disputan sus encuentros en el de tierra porque "las porterías de Fútbol 7 dañan la hierba natural". "Si hay que poner dos partidos a la misma hora, el de tierra puede emplearse, ya que está homologado. El año pasado, debido a unas obras, los juveniles y cadetes tuvieron que usarlo algunos partidos. Pero es cierto que los chavales prefieren jugar en hierba, claro, sobre todo cuando llega el invierno", admite Mendía.
(Extracto del artículo del Diario de Navarra "Adiós al futbol de tierra en Navarra")
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