Por primera vez en la historia, ETA va a permitir que sus presos soliciten a la administración penitenciaria un tratamiento individual, en concreto a los que sufren enfermedades "graves" para que sean excarcelados. Así lo anunció ayer en un comunicado su órgano en las prisiones, el Colectivo de Presos Políticos Vascos (EPPK), aunque matiza que las peticiones que se van a realizar en los próximos días responden a una decisión del propio EPPK y no de los reclusos enfermos.
El anuncio del Colectivo de Presos recoge el nudo gordiano del futuro de los reclusos: ETA persigue la salida colectiva de la amnistía y la ley sólo prevé medidas individuales. La fórmula utilizada ahora es una solución intermedia detrás de la cual estaría la izquierda abertzale, que ya arrastró a EPPK a la firma del Acuerdo de Gernika el 23 de septiembre. En aquel comunicado, los presos se desmarcaban del sometimiento a la legalidad recogido en el Acuerdo y lo sustituían por la exigencia de "amnistía total". Ayer insistieron en sus tesis, con otro comunicado que cerraban al grito de "¡Euskal Herria, amnistía y autodeterminación!".
El EPPK pide ahora que Instituciones Penitenciarias responda a las peticiones de sus presos enfermos "de manera inmediata e incondicional". No será así. En la actualidad, 11 reclusos con enfermedades graves cumplen condena fuera de la cárcel, sometidos a distintos controles. Su excarcelación no respondió a una petición individual, ni del EPPK, sino al seguimiento de los equipos médicos de las prisiones que trasladaron un informe a la Junta de Tratamiento. Esta, a su vez, eleva su petición al juez de Vigilancia Penitenciaria, que decide sobre los motivos de la excarcelación. Si la Fiscalía se opone, decide en última instancia la Sala.
Por este motivo, las próximas peticiones de los presos no tendrán efecto alguno más allá de que el caso de alguno de los demandantes se encuentre ya en evaluación, trasladaron a Público fuentes gubernamentales. En resumen, si hubiera motivos para que estuviera en libertad a causa de su enfermedad, ya lo estarían.
Las asociaciones de defensa de los presos de ETA han solicitado en el pasado la excarcelación de internos con enfermedades que la Administración no consideraba que obligaran a su excarcelación. Fuentes penitenciarias ponen como ejemplo los presos de la banda que puedan sufrir una hepatitis estabilizada, enfermedad que padecen el 24% de los presos comunes en España.
En un informe de la Junta de Tratamiento de cada cárcel, también influye la gravedad del delito, el tiempo que lleva en prisión y la posibilidad de que el condenado reincida al salir en libertad. Estos condicionantes no afectan cuando el preso enfermo se encuentra en una situación terminal, siendo siempre excarcelado, según las fuentes consultadas.
En su comunicado de ayer, el Colectivo de Presos Políticos Vascos asegura que la paz no llegará hasta que "las cárceles se vacíen y los huidos estén en casa, es decir, cuando tengamos la amnistía en su amplio sentido".
Pedro Águeda, en Público
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