Hay mucho nerviosismo tras el 1 de marzo. La frase corresponde a un funcionario de larga trayectoria que ejerce en Gipuzkoa y resume el sentir de un buen número de altos cargos tras los resultados de las elecciones autonómicas. La más que probable posibilidad de que el socialista Patxi López tome las riendas de Ajuria Enea en los próximos meses gracias al apoyo del PP no sólo significará que un no nacionalista vaya a liderar la Lehendakaritza o que el PNV pase a la oposición por primera vez en treinta años, sino que tendrá mayores repercusiones en todos los escalones de la Administración autonómica. Según los datos recogidos de los últimos Presupuestos del País Vasco, un total de 655 altos cargos, hombres de confianza y directores de departamento -de los 40.500 trabajadores que dependen de Lakua- se verán afectados por el cambio de Ejecutivo.
Los movimientos de despacho son habituales en cada inicio de legislatura, que acarrea el nombramiento de nuevos consejeros que sustituyen a los anteriores, que, a su vez, incorporan a sus propios equipos. Sin embargo, el «efecto dominó» será en esta ocasión mayor si se materializa el ascenso al poder del PSE y se tiene en cuenta que departamentos como los de Hacienda o Interior o medios de la potencia de EITB, entre otros, han estado siempre en manos del PNV. Algunos altos cargos de estas y de otras consejerías y servicios permanecen desde hace más de una década en puestos al más alto nivel, con sueldos que en el mejor de los casos pueden alcanzar los 90.000 euros anuales.
La entrada de un Ejecutivo monocolor, sólo integrado por representantes del Partido Socialista, provocaría la salida de la casi totalidad de esa clase dirigente, aunque no se descarta que algunos permanezcan en su labor. La formación que dirige Patxi López tendrá que evaluar si alguno puede amoldarse a su proyecto y al cambio de rumbo en la Administración. «En algunos casos, la profesionalidad de directores y funcionarios del más alto nivel está por encima del carnet que puedan tener y son personas válidas, gobierne quien gobierne», aseguran diversas fuentes del entorno socialista, que también reconocen que «alguno» de los afectados ya ha transmitido a dirigentes del PSE por «vías indirectas» su disposición a trabajar para el nuevo Ejecutivo.
La sustitución de altos cargos no significará, de todas formas, que tras la conformación del próximo Gobierno todos los afectados vayan a pasar a engrosar las listas del paro y tengan que hacer cola en el Inem. La mayoría de este colectivo es funcionario de carrera, por lo que regresarían a los puestos administrativos donde arrancaron su carrera y donde mantienen la plaza en excedencia. Eso sí, en un nivel inferior al que ahora ocupan y con unos emolumentos sensiblemente inferiores a los que han podido disfrutar en la última legislatura.
Por departamentos, el más afectado será el de Osakidetza, con un total de 142 puestos de designación directa, entre personal de gestión de la propia consejería y responsables de los diferentes hospitales y centros de atención primaria. La Ertzaintza y EITB son algunos de los servicios donde puede verse afectada de manera «sensible» su estructura de dirección y donde mayor número hay de altos cargos con una larga trayectoria en los mismos niveles de dirección.
Fuentes sindicales inciden también en un aspecto que puede generar «ciertos problemas» a los futuros inquilinos de la Lehendakaritza si se materializa la pérdida de poder del PNV: existe un volumen importante de directores con contratos laborales, en torno a los 125 puestos. Este tipo de relación contractual podría conllevar, en caso de prescindir de sus servicios el pago de indemnizaciones «de 45 días por año trabajado hasta 42 mensualidades». En algunos supuestos la cantidad podría alcanzar los 250.000 euros.
Gaizkine (en Gipuzkoatik)
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