Resulta equivocado
observar a Latinoamérica como un conjunto homogéneo. Algunos partidos
hegemónicos vuelven al poder, como el Revolucionario
Institucional (PRI) en
México el año pasado o como lo intentará el Colorado en Paraguay el 21 de abril próximo. Otros
expresidentes quieren regresar, como la chilena Michelle Bachelet o el uruguayo Tabaré Vázquez, ambos socialistas.
Muchos jefes de Estado buscaron su reelección y la lograron, como el fallecido Hugo Chávez en Venezuela en 2012 o Rafael Correa en Ecuador el mes pasado.
Sin
embargo, algunos analistas observan tendencias comunes, como la del avance de
la izquierda. “Estamos en una etapa
excepcional en América Latina: hay gobiernos de más larga duración, con
presidentes que terminan su periodo con alta popularidad y no tienen que huir
en helicóptero de la casa de Gobierno”, opina el director de la carrera de
Relaciones Internacionales de la argentina Universidad de Belgrano, Julio
Burdman. El politólogo también señala que “en
términos históricos, las izquierdas latinoamericanas —pues no hay una solo,
sino que van desde el chavismo hasta la socialdemocracia—, están atravesando un
buen momento y tienen perspectivas de continuidad”. Burdman aclara que en
este sentido Sudamérica cada vez se parece menos a México y Centroamérica.
“Tras el regreso de la democracia a la región, en los ochenta, había
rechazo a las reelecciones y ahora sucede lo contrario”, observa el
director para América Latina de la ONGInternational IDEA, Daniel Zovatto. “Todos los que la buscaron ganaron,salvo Daniel Ortega en
Nicaragua en 1990 e Hipólito Mejía en República Dominicana en 2002. Muchos presidentes cambiaron
las constituciones para incorporar la reelección. Y han ganado las elecciones, con mucha comodidad, en primera vuelta y
con mayoría en el Congreso”, añade Zovatto, que advierte sobre la falta de
renovación de liderazgos y sobre el impacto en la política de una eventual
desaceleración del alto crecimiento económico de la región, sobre todo de
Sudamérica.
La izquierda bolivariana
está logrando conservarse en el poder. Después del 54% de Chávez en octubre
pasado, este año comenzó con el 57% de sufragios a favor de Correa. El
calendario electoral latinoamericano continuará el 14 de abril con la contienda
entre el sucesor interino del presidente venezolano, Nicolás Maduro, y el opositor
Henrique Capriles. Algunas encuestas indican que Maduro tiene el 48%
de la intención de voto, frente al 33% de Capriles, que ha optado por abrazar
el centroizquierda inspirado en el expresidente brasileño Lula da Silva.
En
diciembre de 2014 se celebrarán comicios presidenciales en Bolivia y se espera que Evo Morales vuelva a
presentarse por un
tercer mandato. La Constitución boliviana de 2009 prohíbe una segunda
reelección, pero los seguidores de Morales argumentan que el presidente había
sido elegido por primera vez, en 2006, bajo la anterior Carta Magna. La
oposición rechaza este planteamiento, pero será la justicia la que determine su
constitucionalidad.
Donde
la izquierda socialdemócrata ha perdido un Gobierno es en Paraguay, después de la polémica destitución en
2012 del entonces presidente Fernando Lugo, el exobispo que había
acabado en 2008 con 61 años del Partido Colorado en el poder. Para las próximas
elecciones las encuestas marcan que los colorados pueden regresar al Gobierno,
como lo hizo el PRI en México después de 71 años de hegemonía interrumpidos por
otros 12 del conservador Partido Acción Nacional (PAN). El colorado Horacio
Cartes cuenta con el 30% de la intención de voto en ciertos sondeos, frente al
22% del liberal Efraín Alegre, correligionario del actual presidente Federico
Franco. La izquierda se encuentra dividida entre el periodista televisivo Mario
Ferreira, que perdió el apoyo de Lugo, y el candidato del exobispo, Aníbal
Carrillo, con el 19% y el 7%, respectivamente. Lugo, a quien la Constitución le
prohíbe postularse a presidente, irá por un escaño en el Senado. Las elecciones
normalizarán la situación institucional de Paraguay, que el año pasado fue
suspendido como miembro de Mercosur y de la Unión de Naciones Sudamericanas
(UNASUR) por lo que se consideró un golpe de Estado parlamentario gestado por
colorados y liberales.
En Chile, Bachelet, que
presidió el país entre 2006 y 2010, acaba de regresar a su país y tiene altas probabilidades de
liderar el regreso al poder del centroizquierda, que gobernó durante 20 años
hasta que la derecha de Sebastián Piñera la desplazó. Las elecciones se
celebrarán el 17 de noviembre. Otro expresidente que vuelve es Vázquez, que gobernó Uruguay entre 2005 y 2010. Vázquez
admitió que será candidato en octubre de 2014 si lo apoyan los dos sectores del Frente Amplio, el del presidente uruguayo,
José Mujica, y el de su vicepresidente, Danilo Astori, que representan al ala
izquierda y a la centrista.
Pero
antes, a finales de este año, habrá elecciones legislativas en Argentina. Estos
comicios resultan clave para ver si el kirchnerismo,
que en la actualidad tiene mayoría en el Congreso, amplía su control a los dos
tercios de los legisladores necesarios para reformar la Constitución y abolir la prohibición de que
Cristina Fernández busque una segunda reelección en 2015. La jefa de Estado dijo el
pasado 1 de marzo que no habrá reforma constitucional, pero ministros y
gobernadores de provincia la alientan. Burdman cree en la palabra de Fernández
y considera que sus seguidores en realidad buscan que no se anticipe la pelea
por la sucesión, sobre todo ante las intenciones explícitas del gobernador de
la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, de sucederla siempre y cuando ella
no se postule. Burdman considera que en las elecciones el peronismo decidirá si
el próximo candidato presidencial será kirchnerista, o sea, más volcado a la
izquierda, o algún referente de centro o derecha, como Scioli, que por ahora es
fiel a Fernández. El Frente Amplio Progresista (FAP), del socialista Hermes
Binner, deberá pelear en estos comicios por mostrarse como principal fuerza de
oposición frente a la conservadora Propuesta Republicana (PRO), de Mauricio
Macri, y al peronismo antikirchnerista.
En
2014 también habrá elecciones presidenciales en Brasil. En el gigante
sudamericano se prevé que el Partido de los Trabajadores (PT) busque la
reelección de Dilma Rousseff, frente a un Partido de la
Social Democracia Brasileña (PSDB) que aún carece de un líder claro.
Alejandro Rebossio, en El País Internacional
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