viernes, 14 de septiembre de 2012

SOBRE LAS TRES VELOCIDADES DE INTEGRACIÓN DE LOS HERRIALDES DE EUSKAL HERRIA

Nadie renuncia a un ideario cuando adecua su objetivo a las circunstancias impuestas por los siglos transcurridos desde que dicho ideario fue alumbrado. De esta forma, la adecuación mediante su actualización supone el rescate para una nueva vida de un ideario que de los contraría correría el riesgo de petrificarse a modo de “totem”. Incluso desde los planteamientos más radicales ya se ha avanzado en la idea de la necesidad de contemplar tres velocidades de integración distintas para cada ámbito político. Por lo tanto, se admite la existencia de una división política que impide la unificación de los herrialdes de Euskal Herria.
Sin embargo, se sigue sin admitir la existencia de realidades sociales y referenciales de  los otros territorios vascos que sean distintas a los que tenemos los vascos atlánticos de la Comunidad Autónoma de Euskadi. Y en esta misma tónica, hoy es el día que se sigue sin querer asumir los diferentes grados de complejidad a los que están sometidos los otros herrialdes distintos a la Comunidad Autónoma de Euskadi para alcanzar no ya una unificación, sino cualquier forma de unión para los Territorios de Euskal Herria.
Ante esa negativa me permito elevar una máxima: “El primer paso para querer cambiar una realidad es asumirla” y en sentido contrario “No querer asumir una realidad constituye el primer paso para perpetuarla”. Si admitimos la existencia de estas distintas realidades y de los distintos grados de complejidades, claramente comprenderemos que antes de abordar cualquier intento de integración entre Euskadi (CAV), Navarra (CFN) e Iparralde (Pays Basque –Ley Pascua, Subprefectura de Pirineos Atlánticos) se ha de acometer un proceso de integración entre los territorios y comunidades que forman esto ámbitos respectivos, de forma que se de un “Hirurak Bat” dentro de cada uno de estos ámbitos para abordar después cualquier formula de “Hirurak Bat” entre Euskadi (CAV), Navarra (CFN) e Iparralde (Pays Basque). Por ello abordare el análisis por cada uno de estos 3 ámbitos:
1º.-La Comunidad Autónoma de Euskadi es el resultado de la consecución de anhelo de constituir una Confederación Foral sobre la realidad de Euskadi surgida democráticamente en 1936, y en la consecución de ese anhelo parece que camina una clara Unión Federal Foral. Aquel “Laurak Bat” de 1931 con el Estatuto del Estado Vasco (Estatuto de Estella) elaborado por la Sociedad de Estudios Vascos, con el 85 % de los municipios navarros a favor, se estrelló con una Constitución Republicana Española que se apartó del Federalismo para declarar al Estado Español como un Estado Integral que reconoce el derecho a la autonomía de la regiones con personalidad peculiar.
Por ello, y por el contexto en el que se encuentra Euskadi como realidad política en este Siglo XXI está mucho más próximo a la consecución del anhelo ilustrado del “Irurac Bat” de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País que de cualquier otro anhelo. Euskadi es una unión de territorios vascos y constituye el ámbito político el territorio Vasco más integrado tanto el lo cultural como en lo social, ya que su unión no descansa sólo en la existencia de una comunidad cultural lingüística, sino en una comunidad social y política de valores económicos y políticos, que han llevado a la convicción mayoritariamente asentada en la población que más Euskadi es más bienestar.
Euskadi es una patria democrática y como tal es nación de ciudadanos que libremente han decido formar parte de un proyecto nacional, y por sus características -que será objeto de otro post- podemos decir que es esta “United Basquelands of Euskadi” es una “Start Up Nation” dotado de un “estructura semiestatal” que camina a constituirse en un auténtico “Estado Emergente” y como tal sólo tiene que seguir el camino emprendido con el mismo espíritu con el que ha ido realizando su andadura hasta la fecha.
2º.-   La Comunidad Foral de Navarra por el contrario no existe tal integración en lo relativo al sentimiento nacional cultural, y además la integración  en el ámbito político de las distintas comunidades culturales que integran la CFN no se ha realizado debidamente. Navarra es una sociedad fracturada por múltiples divergencias (ideológicas y culturales). Los hay quienes quieren ver a toda la CFN como un extensión de la Navarra vascófona atlántica, y los hay quienes no cesan de querer que la CFN se una extensión de la Ribera Navarra. En esta lucha, hoy por hoy, ganan lo riberos que cuentan con toda la ayuda de los cuarteles centrales de los aparatos políticos de los partidos con sede en Madrid porque en esa uniformización “a la ribera” gana Castilla y gana el Reino de España, pero pierde el Reino de Navarra y con él la gran mayoría de la sociedad Navarra que es “diversitaria” y que no está ni en la tesitura vasquizante de toda Navarra, ni en la tesitura castellanizante de toda Navarra, y que recela de cualquier centralismo venga de donde venga, ya sea de Madrid o  de Bilbao.
En la CFN existe tres comunidades: la “Vascofona”, la “Mixta” y la “No Vascofona” El problema de la descompensada e indebida integración interna de CFN está en el excesivo e indebido tamaño de la “Navarra No Vascófono” en detrimento de la “Navarra Mixta”, cuando en la “Navarra Mixta” debería de integrarse la comunidad no ya poblacionalmente más numerosa (que ya lo está con Pamplona y Estella etc..) sino que debería de ser a todas luces la comunidad territorialmente más extensa (la línea de Euskera en 1862 llegaba hasta Barasoain según el mapa de Louis Lucien Bonaparte), para de este manera garantizar el equilibrio entre las comunidades “No Vascofona” y “Vascofona”  que constituye el auténtico “País Vasco Navarro” de siempre, el de los tiempos de Gayarre y de su “vasco navarro soy” y que debe de oficializarse como tal para servir entre otros de marca turística propia.
Estas tres comunidades distintas pueden  constituirse en nuevas “merindades”, y en las tres circunscripciones electorales de Navarra (CFN) para acabar con la centralización que ha distorsionado el sistema de circunscripción única, que junto con la indebida delimitación de la zonificación lingüística, sólo ha perseguido diluir la visualización de una mayor sensibilidad vasquista para minorizarla. Navarra tiene el referente histórico-político del Reino de Navarra que es tan potente y da tanto de sí, que a nada que articule debidamente esta diversidad a través de una integración social y política en un Hirurak Bat (Vascofona, Mixta, y No Vascofona), la empresa de la reintegración de todo el autogobierno de Navarra puede tomar nueva vida, hasta recuperar actualizadamente su antigua soberanía.
3º.-   De todos los ámbitos de Euskal Herria el de Iparralde es el ámbito menos integrado. Si en la CFN existe una zonificación entre las tres comunidades (vascofona, mixta y no vascofona) en Iparralde, cuya vascofonía el Estado Francés no la pone en cuestión aunque luego este reconocimiento apenas tenga traslación en derechos lingüísticos reconocidos, no están reconocidas a ningún efecto la existencia de las tres provincias o territorios de Labort, Baja Navarra y Xuberoa, de tal forma que las mismas solo existen en nuestra memoria colectiva y en los mapas históricos. Desde la Revolución de 1789 (la revolución real, no el ideal), la “Revolución Cultural Francesa” emprendida por los Robespierre & Co. los Napoleones, los Berreré, Taylerand, Ferry, han hecho tabula rasa de toda la historia reciente que no se remonte a Juana de Arco y han borrado cualquier signo cultural, lingüístico o histórico que pudiera poner en cuestión los fundamentos del imaginario colectivo de la nación que han querido instaurar para servir a la consecución del Estado que se había construido.
Sin entrar hablar de la aculturación a la que ha sido sometida la costa Labortana, la falta de impulso consciente de la economía del lugar para que la gente se vea obligada a emigrar, etc…., lo cierto es que a Xuberoa se le aparta de Laburdi y de la Baja Navarra para vincularla administrativamente e informativamente al Bearn que tiene su propia lengua (así las cosas, el diario SudOuest, en la edición que corresponde al Bearn  es donde va la información de Xuberoa,) Es decir, en Iparralde hay que empezar por reconstruir la realidad de las antiguas tres provincias vascas de iparralde para hacer posible que después puedan realizar su correspondiente “Hirurak Bat”.
Y es que, si en Navarra de trata de actuar sobre un presente para hacer posible un futuro mejor, en Iparralde hay que actuar sobre un pasado para hacer posible un presente. Hay que rescatar para la memoria de los vasco-franceses, lo que fueron estos territorios, lo que fueron sus instituciones de autogobierno, sus Fueros, su Biltzar, sus derechos civiles y políticos, los derechos de la mujer vasca frente a la ausencia de derechos de la mujer de otras partes de Francia (léanse los trabajos de Maite Lafourcade), lo que significó la pertenencia a un Estado Europeo tan considerado como el Reino de Navarra (una auténtica suiza pirenaica). Nada se moverá en Iparralde hasta que se logre ver a la Revolución Francesa Real como un antecedente de la “Revolución Cultural China”. Recuperada esta memoria, la posibilidad de organizarse autónomamente a través de un Departamento, o cualquier figura específica llegará y caerá por su peso.
El tiempo dirá, cuando cada uno de esto herrialdes (Euskadi-CAV, Navarra-CFN, e Iparralde) se halle debidamente integrado, el tipo de unión que nos conviene. Tal vez para entonces, la realidad vasca esta dividida en tres estados con un estado“independiente” (dentro de la “interdependencia” que caracteriza a este nuevo Siglo XXI a todos estado), o tal vez no. A algunos les cuesta imaginar una unión de los Euskaldunes de ambos herrialdes sin la Ikurriña de por medio, pero  de igual manera me resulta difícil imaginar ver la Ribera Navarra sintiéndose representado más allá de la bandera de Navarra.
En cualquier caso, hoy por hoy gastar demasiada energía en pensar a impulsar la unión entre herrialdes me parece contraproducente cuando aún no se ha cometido la integración interna en el seno de cada uno de los tres ámbitos. Este es el reto a corto a medio plazo: la consecución de los respectivos “hirurak bat”, para hacer posible en este Siglo XXI (con todo lo que nos ha llovido en contra desde el Siglo XIX), un“hirurak bat x 3″.
Iñigo Lizari, en Aberriberri

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