domingo, 23 de septiembre de 2012

EXPOLIO

En el marco de la polémica de Donapea, últimamente he leído y escuchado a mucha gente eso de que "Yo no tengo nada en contra del Opus, pero...". Si el Opus Dei fuese un grupo dedicado a la papiroflexia, la filatelia o la protección de la rana bermeja, yo tampoco tendría nada en su contra. Pero se da la circunstancia de que el Opus Dei es un grupo dedicado a expandir la doctrina fundamentalista católica. Un grupo que, infiltrándose sistemáticamente en instituciones públicas y otros centros de poder, intenta imponer su moral fundamentalista al conjunto de la sociedad. Un grupo que quiere coartar las libertades de la sociedad en general y por lo tanto las mías en particular. Y que además expolia Navarra y por lo tanto a mí. Un grupo que está en mi contra. Por lo que yo, consecuentemente y por simple autodefensa, estoy en su contra. El Opus Dei no nació ayer, limpio de polvo y paja, libre de pecado. Nació anteayer, en tiempos de Franco, dictador del que el fundador de la obra, el santo y marqués Escrivá, fue director espiritual. Una dictadura de cuyos cuadros de mando formaron parte numerarios y supernumerarios del Opus Dei como Carrero Blanco. Qué casualidad. Fue precisamente Carrero Blanco quien, como presidente del Consejo de Ministros de Franco, ordenó al Ayuntamiento de Pamplona, allá por 1967, expropiar terrenos por valor de 500 millones de pesetas para acto seguido cedérselos gratis a la universidad del Opus. Si a ellos les sumamos otros solares de titularidad municipal que también se le regalaron a la Obra, llegamos a la impresionante cifra de 1.200.000 metros cuadrados, que es precisamente la superficie de la que disfruta el campus de la universidad privada. El campus de la Universidad Pública de Navarra se queda en 120.000. Lo de que el centro de FP de Donapea esté donde está no es casualidad. Lo puso allá en aquellos años el ayuntamiento de Muez, Velasco y Martínez Alegría, opuestos a la cesión de suelo público a la universidad privada y sabedores de que la Obra quería plantar allá su facultad de Arquitectura -por cierto, al final esa facultad la llevaron a los terrenos de la fábrica de Chalmeta, donde estaba planeado que fuese la Escuela de Magisterio pública-. Donapea es una espinita clavada en el corazón especulativo inmobiliario del Opus. Pero Donapea no es el escándalo, es un escándalo más, el enésimo, en la historia del expolio perpetrado por el Opus Dei en Navarra -contra toda la ciudadanía navarra y por lo tanto también contra mí-, como bien explica con profusión de datos Miguel Ángel Muez en el libro Universidad del Opus: Historia de un expolio.
Juan Kruz Lakasta, en Diario de Noticias

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