Jacinto Ochoa, nacido en Ujué el 10 de enero de 1917, murió en Pamplona
el 9 de octubre de 1999. Pasó el primero de abril en el penal de San
Cristóbal, en Pamplona, sin saber muy bien si creerse o no el parte de
guerra que les leía el director de la cárcel y que no era sólo el
resumen de la derrota, sino la certeza de que sus treinta años de
condena iban a ser efectivamente treinta y no los meses que se suponía
tardarían los republicanos en ganar
la guerra y liberar partidarios. Así que casi dos mil hombres, muy
pocos presos comunes, escucharon que la guerra había terminado y que
empezaba, en muchos casos, su cadena perpetua. Jacinto no cumplió los
treinta, pero sí 26. Le detuvieron nada más estallar la guerra. El 20 de
julio, Pamplona era ya zona nacional y Jacinto que tenía entonces 22
años pertenecía a las Juventudes Socialistas Unificadas. "La sublevación
nos parecía imposible y lejana, pero como cada vez había más jaleo en
la calle nos reunimos en casa de un compañero para escuchar la radio.
Por la mañana nos detuvieron. El dueño de la casa consiguió escapar.
Todos pensamos que había tenido mucha suerte. Hasta que nos enteramos de
que lo habían matado unos días después".
Jacinto Ochoa participó en la fuga masiva del penal de San Cristóbal en
el 38 y aún lo intentó otra vez con un compañero en el 42. "Nunca he
sabido cuál era la fecha concreta del fin de la guerra. Recuerdo
perfectamente que nos leyeron el parte, que algunos presos se quedaban
como paralizados y otros no nos preocupamos porque estábamos convencidos
de que era un bulo. Teníamos tanta fe... Pero no sabía que todo eso
había pasado el primero de abril. Para nosotros todos los días eran
iguales. Después sí, vino el desánimo. A un compañero se le ocurrió que
era una pena desaprovechar la fuerza de tantos hombres encerrados y que
tarde o temprano se les ocurriría que podían utilizarnos para trabajar.
En África, decíamos, no sé por qué, trabajando pero sin estar
encerrados. Y entonces pasábamos los días imaginando cómo sería África,
cada uno a su manera". De los 785 fugados, dos llegaron a Francia.
Jacinto Ochoa estuvo 2 años en la cárcel del fuerte del monte San
Cristóbal. Se fugo nuevamente por segunda vez y fue detenido y juzgado
en el proceso 100.001 en Madrid. Solicito ir voluntario la segunda vez a
San Cristóbal por ser este penal sanatorio para tuberculosos y es en
esta ocasión cuando se fuga por segunda vez. Nunca mas volvió a estar
internado en el fuerte San Cristóbal porque en 1943 dejo de ser penal,
fue a los 26 años de cárcel excarcelado desde la prisión de Burgos con
ocasión de la muerte del Papa Juan XXIII. (Andiaga, en el foro de Mis Pueblos de Uxue-Ujué)
Jacinto Ochoa Marticorena (Ujué, 1917-1999) fue la excepción y el preso
vasco que más tiempo estuvo encarcelado. Salió del presidio de Burgos en
1963, indultado por Franco tras la muerte del papa Juan XXIII. Llevaba
26 años encerrado. El resto, ni siquiera el maquis comunista Marcelo
Usabiaga, que aún vive para contarlo, llegaron a los 20 años. La inmensa
mayoría cumplió una pena inferior a los seis años, como Juan
Ajuriaguerra, líder del PNV que negoció en Santoña la rendición del
Ejército vasco y que salió de la prisión de Las Palmas de Gran Canaria
el 20 de julio de 1943. Falta de mano de obra e indultos (1940, 1961 y
1963) abrieron las cárceles. (Iñaki Zulet, en el foro de Mis Pueblos de Uxue-Ujué)
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