Poco de relevante y menos de sorprendente podemos extraer del esperado debate de esta noche en ETB 2. El formato, demasiado encorsetado, no era el más propicio para que se cruzasen mensajes nuevos respecto a los que habíamos oído ya repetidas veces durante la campaña que está a dos días de su epílogo.
Ibarretxe ha interpretado muy bien un discurso en positivo que busca que el PNV sea de nuevo percibido fundamentalmente como un partido de gobierno y de gestión. Ha manejado hábilmente las estadísticas para combatir las críticas, en bastantes casos destempladas, de los que han estado en la oposición durante la legislatura, así como los gestos conciliadores y palabras templadas para los que descalifican ahora a su partido después de haber formado parte de su gobierno.
Patxi López ha estado excesivamente aferrado al guión de campaña . Ciertamente la limitación de tiempo no ayudaba a matizar las afirmaciones y ha cometido un error, bien aprovechado por Ibarretxe, al calificar globalmente de fracaso la gestión de Educación. Ha tratado de mostrarse integrador en sus objetivos y ahí Aintzane ha estado hábil al preguntarse si el diálogo con todos los agentes sociales y políticos que promete es sólo en el caso de que sea lehendakari.
Basagoiti y Ziarreta han sido los polos más ideologizados del debate. El primero muy pendiente del flanco de Rosa Díez, ha buscado la complicidad en la sensibilidad de quienes pueden entender el euskera como imposición. Unai, con la mirada en el polo soberanista. Un discurso muy rígido ambos, poco versátil para un debate sectorial, puesto que el contenido de lo que exponían venía a ser muy parecido se hablase del tema que se hablase.
Lo que era menos de esperar era la dureza de la pelea por el espacio de la izquierda entre Madrazo y Aintzane Ezenarro. El consejero de Vivienda ha exhibido un discurso anticapitalista sin ambages con un tono muy contundente. Su actuación se podría calificar de buena si no fuese por el tono crispado con el que se ha dirigido en dos ocasiones a la candidata de Aralar. Esta, mucho más templada, ha tenido su mejor momento, cuando con un discurso que evidenciaba su paso por Elkarri, ha recordado a Basagoiti que el sufrimiento es plural en Euskadi.
Es imposible saber cuántos votos ha podido mover este debate. Ignoro los datos de audiencia. Ojalá mueva siquiera a algunos de los que dudan entre participar o abstenerse, porque según todos los indicios, el voto constitucionalista está movilizado desde hace tiempo. Al menos esperemos que ETA no intervenga en la campaña más de lo que ya lo ha hecho. El desenlace, en la noche del domingo.
Ibarretxe ha interpretado muy bien un discurso en positivo que busca que el PNV sea de nuevo percibido fundamentalmente como un partido de gobierno y de gestión. Ha manejado hábilmente las estadísticas para combatir las críticas, en bastantes casos destempladas, de los que han estado en la oposición durante la legislatura, así como los gestos conciliadores y palabras templadas para los que descalifican ahora a su partido después de haber formado parte de su gobierno.
Patxi López ha estado excesivamente aferrado al guión de campaña . Ciertamente la limitación de tiempo no ayudaba a matizar las afirmaciones y ha cometido un error, bien aprovechado por Ibarretxe, al calificar globalmente de fracaso la gestión de Educación. Ha tratado de mostrarse integrador en sus objetivos y ahí Aintzane ha estado hábil al preguntarse si el diálogo con todos los agentes sociales y políticos que promete es sólo en el caso de que sea lehendakari.
Basagoiti y Ziarreta han sido los polos más ideologizados del debate. El primero muy pendiente del flanco de Rosa Díez, ha buscado la complicidad en la sensibilidad de quienes pueden entender el euskera como imposición. Unai, con la mirada en el polo soberanista. Un discurso muy rígido ambos, poco versátil para un debate sectorial, puesto que el contenido de lo que exponían venía a ser muy parecido se hablase del tema que se hablase.
Lo que era menos de esperar era la dureza de la pelea por el espacio de la izquierda entre Madrazo y Aintzane Ezenarro. El consejero de Vivienda ha exhibido un discurso anticapitalista sin ambages con un tono muy contundente. Su actuación se podría calificar de buena si no fuese por el tono crispado con el que se ha dirigido en dos ocasiones a la candidata de Aralar. Esta, mucho más templada, ha tenido su mejor momento, cuando con un discurso que evidenciaba su paso por Elkarri, ha recordado a Basagoiti que el sufrimiento es plural en Euskadi.
Es imposible saber cuántos votos ha podido mover este debate. Ignoro los datos de audiencia. Ojalá mueva siquiera a algunos de los que dudan entre participar o abstenerse, porque según todos los indicios, el voto constitucionalista está movilizado desde hace tiempo. Al menos esperemos que ETA no intervenga en la campaña más de lo que ya lo ha hecho. El desenlace, en la noche del domingo.
Praxku
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