sábado, 21 de febrero de 2009

ANIVERSARIO DE UNA LUCHA NO VIOLENTA

Ayer , 20 de febrero, se cumplió el vigésimo aniversario de la presentación de los primeros insumisos al Ejército español. Para quien por edad no lo sepa, recordar que históricamente, por ley, todos los jóvenes al cumplir cierta edad eran requeridos por el ejército a pasar un tiempo en sus cuarteles aprendiendo disciplina militar y el manejo de sus armas, en lo que ellos llamaban milicias, y el pueblo llano llamábamos mili. La fecha del 20 de febrero de 1989 venía precedida de una campaña en la que miles de jóvenes se revelaron en contra de esta ley injusta, y consiguieron que, en la era PSOE, se reconociera su derecho de objeción a coger un arma. Pero este cambio no fue gratuito, ya que si estos jóvenes optaban por objetar, debían realizar una serie de trabajos sociales por una duración nunca inferior a la de la propia mili. En cualquiera de los casos, a lo que muchos aspirábamos, en pro de un mundo más justo, era a la desaparición de los ejércitos, para poner la voluntad de sus pueblos como garantes del sistema, y la resolución de los conflictos de una manera dialogada y sin violencia. Por esto mismo, nace hace 20 años la estrategia no violenta de la insumisión, que consistía en negarse a realizar la mili o la objeción. Pero no sólo esto, sino que no nos escondíamos, nos mostrábamos públicamente ante la sociedad y asumíamos las consecuencias que nuestra desobediencia acarreaba (cárcel, dispersión, muerte civil...). Fueron miles los jóvenes que se unieron a esta lucha en todo el Estado, y especialmente numerosos fueron en Navarra, por cuya cárcel pasaron más de 100 insumisos, y por cuyos juzgados pasaron miles de activistas. Finalmente, es en la era PP, cuando se profesionaliza el ejército, desapareciendo la mili, y con ella la objeción, y el delito de insumisión.

Tal vez sea muy arrogante pensar que fuimos los que acabamos con la figura histórica de las levas, pero qué duda cabe que nosotros la llevamos hasta el precipicio, y fue la propia sociedad la que la empujo al vacío. Lo que sí fue una victoria indiscutible, es calar en una sociedad marcada por un conflicto armado una lucha activa no violenta.

En un principio criticados por todos, y posteriormente, en mayor o menor medida, asumiendo nuestros postulados. Es gracioso ver cómo todos los que en su tiempo nos llamaban vagos, cobardes, insolidarios, terroristas... han utilizado, en algún momento, la objeción ante una ley injusta como arma política, aunque posteriormente se hayan echado atrás, por no querer asumir las consecuencias que su desobediencia suponía.

Hoy en día, después de 20 años, y aunque la mili es cosa de los libros de historia de nuestros jóvenes, sigue habiendo motivos para luchar, ya que la lucha no violenta sigue siendo criminalizada en los juzgados, como es el caso de la Fundación Josemi Zumalabe, y los ejércitos, disfrazados de humanitarios, juegan un papel cada vez más importante en el nuevo orden mundial.

Por todo ello, hacemos un pequeño alto en el camino para mirar hacia atrás, tomar aliento celebrando los 20 años desde que comenzó la insumisión, y coger impulso para seguir hacia delante trabajando.

Zorionak insumisoak eta segi aurrera.

Josetxo Gallués Martínez de Irujo, Insumiso y miembro de Alternativa Antimilitarista KEM-MOC (en Diario de Noticias)

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