Hablamos con Javier Bueno,
presidente de la asociación Euskararen Lagunak de Miranda de Arga, para que nos
cuente cuál es la labor de los amigos del euskera en esta localidad.
¿Cuáles son los orígenes de esta
asociación?
La asociación Euskararen Lagunak se creó, en un principio, entre varios
pueblos de la zona: Artajona, Larraga, Mendigorría, Berbinzana y Miranda. Las
familias que llevaban a sus niños y niñas a clases de euskera en modelo A
organizaban una fiesta de promoción del euskera y este fue el comienzo hace ya
quince años. La actividad del grupo fue menguando, y poco después, Miranda de
Arga retomó el proyecto hace más de diez años.
Tenemos el apoyo de mucha gente de fuera, pero los cincuenta socios que
estamos ahora somos todos de Miranda. Ponemos una cuota de 20 euros al año y contamos
con una pequeña subvención del Ayuntamiento. Con eso vamos saliendo adelante.
¿Qué actividades hacéis a lo largo
del año?
A lo largo del año organizamos varias conferencias. Procuramos que estén
relacionadas con temas locales y con la cultura vasca, y también invitamos a
gente conocida como Toti Martínez de Lezea, Javier Clemente, el Drogas…para que
todo el mundo vea que este es un movimiento cultural. En la Ribera muchas veces
se ha relacionado el euskera con la política y nosotros siempre hemos querido
dejar bien claro que este no es nuestro objetivo, y que el euskera es un hecho
cultural, una lengua que también es nuestra, al margen de las ideas o los
movimientos políticos que pueda haber.
Además de este ciclo de conferencias, subvencionamos clases de euskera para
niños y niñas. Al principio la oferta también ida dirigida a personas adultas, pero
era complicado porque muchos de nosotros vivimos a caballo entre Miranda y
Pamplona u otras localidades. Algunos empezaron en Miranda y después siguieron
en el euskaltegi de AEK de Tafalla.
Lo que se les ofrece a los niños/as ha sido hasta ahora, clases como
refuerzo al modelo A, y ahora lo que hacemos es una iniciación al idioma para
los más pequeños. Además, en invierno organizamos la fiesta Mari Domingi, colaboramos
con la Apyma en el recibimiento a Olentzero y hemos hecho trabajos para
recuperar el carnaval rural, aunque ahora estamos un poco estancados.
Y, por supuesto, organizamos el Día del Euskera, el último sábado de mayo
de cada año, que es cuando también entregamos los premios del concurso
literario. Este año se ha cumplido la décima edición.
¿Qué planes tenéis para el futuro?
El Euskararen Eguna y el certamen han hecho que seamos conocidos en Navarra
y fuera de ella también. Esto nos da ánimos y nos hace pensar que algo
estaremos haciendo bien.
Nuestro deseo es que cada vez más padres y madres se animen a llevar a sus
niños y niñas a aprender euskera.
Ze Berri? aldizkaria
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