viernes, 26 de octubre de 2012

DEFENSA RECONOCE EL SINIESTRO DE 6 AVIONES EN BARDENAS REALES


Los accidentes que han sufrido los aviones del Ejército del Aire en el Polígono de Tiro de Bardenas han costado a las arcas del Estado 243.215.383 euros, una cifra referida solo a los seis aparatos que Defensa reconoce siniestrados en Bardenas en los últimos 30 años (1982-2012).
Bien es cierto que para este Ministerio la cuantía real se quedaría en 166.288.547 euros, si se tiene en cuenta la depreciación de la aeronave entre la fecha de la compra y la del accidente. Según la respuesta que se ha ofrecido por escrito a una pregunta de la diputada de Geroa Bai, Uxue Barkos, en este tiempo se perdieron un F-5 (costó 5.534.308 euros y valía 2.877.840 en el momento del accidente), dos Mirage F-1 (21.640.000 euros cada uno y 19.043.200 en el accidente) y tres F-18 (52.218.461 euros (costó cada uno y su valía era de 41.774.769 cada uno cuando cayeron).
Estas son las cifras que se desprenden del informe del accidente del F-18 ocurrido el 2 de abril de 2009 a las 22.20 horas en el término de Landazuría en Bardenas Reales. El documento fue entregado hace una semana a la diputada Barkos después de que en agosto lo volviera a solicitar.
De la lista que ofrece Defensa, el F-5 sufrió el accidente el 9 de septiembre de 1982 en Cascante y murió el piloto. Los Mirage F-1 se perdieron el 13 de junio de 1989 cuando cayeron, con una diferencia de cinco minutos, en el término bardenero de La Cruceta y en Ejea de los Caballeros (Zaragoza). Por último, Defensa habla de tres F-18 siniestrados aunque desde 1989 han caído cinco: el primero en noviembre de 1989 que se estrelló en el término de El Plano (en mitad de Bardenas Reales), el segundo el 16 de agosto de 1994, cerca de Piskerra; otros dos el 15 de marzo de 2000, cuando chocaron en pleno vuelo sobre Ejea de los Caballeros (murió un piloto); y el último el del 2 de abril de 2009, objeto del informe.
De hecho, desde 1982 son nueve, y no seis como dice Defensa, los aviones que se han accidentado en Bardenas, ya que tampoco aparece referido el Phantom que en mayo de 1987 se incendió en el aire y cayó en la localidad de Cáseda, muriendo sus ocupantes.
Por este motivo, la cifra real de las pérdidas económicas que han supuesto los accidentes ocurridos en el entorno de Bardenas se elevaría de forma importante y sobrepasaría los 300 millones de euros, solo teniendo en cuenta dos F-18 que no aparecen en la relación que el ministerio ofreció a Barkos.
Además desde el año 1968 (primer año del que se tiene constancia del accidente de un avión) alrededor de 20 aparatos se han estrellado en el entorno de Bardenas (incluido uno norteamericano) y son más de 30 los accidentes aéreos registrados en los 61 años de existencia de las instalaciones desde 1951, ya sea de aviones o de proyectiles o depósitos de combustible que se caen.
Los grupos municipales de UPN y PSN en el Ayuntamiento de Tudela se negaron en abril de 2009 a pedir al Ministerio de Defensa que realizara un informe sobre este accidente y sus causas; un informe que ha costado dos años en llegar a las manos de la diputada de Geroa Bai que lo solicitó ya en 2009. Estas mismas formaciones políticas, junto a CDN, repitieron su negativa en el Parlamento Foral. La entonces ministra de Defensa, la socialista Carme Chacón aseguró que informaría del suceso cuando se terminara la investigación, algo que nunca hizo. 

EL INCENDIO DE UN MOTOR PROVOCÓ QUE EL F-18 SE PRECIPITARA SOBRE LANDAZURIA

 La ingestión de la turbina de un elemento extraño fue la causa que propició que un F-18 del Ejército español del Aire acabara en llamas en Bardenas Reales en la noche del 2 de abril de 2009, cerca de la caseta de José María Samanes a escasos 5 kilómetros de la ermita del Yugo. Así lo asegura el Ministerio de Defensa según el informe elaborado por la Comisión de Investigación Técnica de Accidentes de Aeronaves Militares (CITAAM) que determina, igualmente, que ese "elemento extraño", que acabó propiciando el incendio del motor derecho, podría tratarse de una parte "procedente del propio avión". Este documento fue terminado en octubre de 2010 y pese a que en varias ocasiones lo habían solicitado varios diputados navarros en el Congreso de los Diputados no se entregó un resumen a Uxue Barkos, de Geroa Bai, hasta el pasado 16 de octubre, tras haberlo vuelto a solicitar el pasado 3 de agosto.
El avión siniestrado estaba realizando prácticas de tiro de noche, una actividad que, según apunta el propio Ministerio, "es rutinaria" en la actividad de las instalaciones de las Bardenas Reales.
Los hechos ocurrieron el 2 de abril de 2009 hacia las 22.20 horas cuando el piloto Antonio Luis Galán González sobrevolaba por cuarta vez en el día el área de Bardenas para realizar prácticas de tiro con "bombetas de instrucción", junto con otros aparatos del Ala 12 que habían despegado de la Base Aérea de Torrejón a las 19.25. "Según lo planeado, procedieron al polígono de tiro de las Bardenas Reales (Navarra) para realizar la misión prevista del Plan de Adiestramiento Básico que consistía en el lanzamiento nocturno de bombetas de instrucción. Se llevaban realizados tres tráficos de lanzamientos de bombetas de instrucción con total normalidad".
Tres horas después comenzaron los problemas al iniciar el cuarto circuito de bombardeo y encontrarse el F-18, pilotado por Antonio Luis Galán, a 15 kilómetros del "blanco principal de Bardenas y alineado ya con el rumbo de pasada de ataque a 10.500 pies de altitud (3,2 kilómetros) y 350 nudos de velocidad (648 kilómetros/hora)". En ese momento el piloto ya tenía el blanco designado en su sensor cuando "escuchó una explosión, vio un fogonazo externo en el motor derecho y sintió una fuerte desaceleración del avión, encabritándose éste de morro arriba y con alabeo a la derecha". Según argumenta el informe, este fogonazo externo se produjo por la intrusión de un elemento extraño en el motor lo que llevó a "roturas en cascada en todas las etapas del compresor" por lo que el pilotó decidió eyectar su asiento para salvar la vida. "Durante el descenso en paracaídas pudo observar el avión ardiendo en el suelo. Al llegar al suelo llamó al 112 de emergencias que le puso en contacto con un testigo del accidente que pronto lo encontró y lo trasladó al Hospital Reina Sofía".
Esta misma comisión contesta, con respecto a la explosión que sufrió el avión al caer, que "las más de tres toneladas de combustible" que podía llevar el aparato en el momento del accidente son "suficientes para crear una bola de fuego enorme y una gran humareda negra". Hay que recordar que el F-18 cayó en un paraje de regadío de Bardenas denominado Landazuría, a unos 10 kilómetros de las localidades de Arguedas y Valtierra y a cinco de dos enclaves turísticos donde suele haber mucha gente como Sendaviva y la ermita de la Virgen del Yugo.
Defensa explica además que el Polígono de Tiro de Bardenas Reales se suele emplear para bombardear por las noches de forma "rutinaria" en la medida que es necesario que las "tripulaciones alcancen y mantengan sus calificaciones nocturnas, ya que deben estar preparadas para llevar a cabo sus misiones en cualquier condición de iluminación natural".
Como consecuencia del accidente que se produjo aquel 2 de abril de 2009 el Ministerio de Defensa ha adoptado medidas de carácter técnico y procedimental respecto a revisiones de la aeronave y con respecto a que las tripulaciones deben aumentar su grado de alerta ante la posibilidad de que se presenten "modos degradados de operación del avión".
Fermín Pérez-Nievas, en Diario de Noticias

No hay comentarios: