Los accidentes que han sufrido los aviones del Ejército del Aire en el
Polígono de Tiro de Bardenas han costado a las arcas del Estado
243.215.383 euros, una cifra referida solo a los seis aparatos que
Defensa reconoce siniestrados en Bardenas en los últimos 30 años
(1982-2012).
Bien es cierto
que para este Ministerio la cuantía real se quedaría en 166.288.547
euros, si se tiene en cuenta la depreciación de la aeronave entre la
fecha de la compra y la del accidente. Según la respuesta que se ha
ofrecido por escrito a una pregunta de la diputada de Geroa Bai, Uxue
Barkos, en este tiempo se perdieron un F-5 (costó 5.534.308 euros y
valía 2.877.840 en el momento del accidente), dos Mirage F-1 (21.640.000
euros cada uno y 19.043.200 en el accidente) y tres F-18 (52.218.461
euros (costó cada uno y su valía era de 41.774.769 cada uno cuando
cayeron).
Estas son las cifras que se desprenden del informe del
accidente del F-18 ocurrido el 2 de abril de 2009 a las 22.20 horas en
el término de Landazuría en Bardenas Reales. El documento fue entregado
hace una semana a la diputada Barkos después de que en agosto lo
volviera a solicitar.
De la
lista que ofrece Defensa, el F-5 sufrió el accidente el 9 de septiembre
de 1982 en Cascante y murió el piloto. Los Mirage F-1 se perdieron el 13
de junio de 1989 cuando cayeron, con una diferencia de cinco minutos,
en el término bardenero de La Cruceta y en Ejea de los Caballeros
(Zaragoza). Por último, Defensa habla de tres F-18 siniestrados aunque
desde 1989 han caído cinco: el primero en noviembre de 1989 que se
estrelló en el término de El Plano (en mitad de Bardenas Reales), el
segundo el 16 de agosto de 1994, cerca de Piskerra; otros dos el 15 de
marzo de 2000, cuando chocaron en pleno vuelo sobre Ejea de los
Caballeros (murió un piloto); y el último el del 2 de abril de 2009,
objeto del informe.
De hecho, desde 1982 son nueve, y no seis como dice Defensa,
los aviones que se han accidentado en Bardenas, ya que tampoco aparece
referido el Phantom que en mayo de 1987 se incendió en el aire y cayó en
la localidad de Cáseda, muriendo sus ocupantes.
Por este motivo, la cifra real de las pérdidas económicas que
han supuesto los accidentes ocurridos en el entorno de Bardenas se
elevaría de forma importante y sobrepasaría los 300 millones de euros,
solo teniendo en cuenta dos F-18 que no aparecen en la relación que el
ministerio ofreció a Barkos.
Además desde el año 1968 (primer año del que se tiene
constancia del accidente de un avión) alrededor de 20 aparatos se han
estrellado en el entorno de Bardenas (incluido uno norteamericano) y son
más de 30 los accidentes aéreos registrados en los 61 años de
existencia de las instalaciones desde 1951, ya sea de aviones o de
proyectiles o depósitos de combustible que se caen.
Los grupos
municipales de UPN y PSN en el Ayuntamiento de Tudela se negaron en
abril de 2009 a pedir al Ministerio de Defensa que realizara un informe
sobre este accidente y sus causas; un informe que ha costado dos años en
llegar a las manos de la diputada de Geroa Bai que lo solicitó ya en
2009. Estas mismas formaciones políticas, junto a CDN, repitieron su
negativa en el Parlamento Foral. La entonces ministra de Defensa, la
socialista Carme Chacón aseguró que informaría del suceso cuando se
terminara la investigación, algo que nunca hizo.
EL INCENDIO DE UN MOTOR PROVOCÓ QUE EL F-18 SE PRECIPITARA SOBRE LANDAZURIA
La ingestión de la turbina de un elemento extraño fue la causa que
propició que un F-18 del Ejército español del Aire acabara en llamas en
Bardenas Reales en la noche del 2 de abril de 2009, cerca de la caseta
de José María Samanes a escasos 5 kilómetros de la ermita del Yugo. Así
lo asegura el Ministerio de Defensa según el informe elaborado por la
Comisión de Investigación Técnica de Accidentes de Aeronaves Militares
(CITAAM) que determina, igualmente, que ese "elemento extraño", que
acabó propiciando el incendio del motor derecho, podría tratarse de una
parte "procedente del propio avión". Este documento fue terminado en
octubre de 2010 y pese a que en varias ocasiones lo habían solicitado
varios diputados navarros en el Congreso de los Diputados no se entregó
un resumen a Uxue Barkos, de Geroa Bai, hasta el pasado 16 de octubre,
tras haberlo vuelto a solicitar el pasado 3 de agosto.
El avión siniestrado estaba realizando prácticas de tiro de
noche, una actividad que, según apunta el propio Ministerio, "es
rutinaria" en la actividad de las instalaciones de las Bardenas Reales.
Los hechos
ocurrieron el 2 de abril de 2009 hacia las 22.20 horas cuando el piloto
Antonio Luis Galán González sobrevolaba por cuarta vez en el día el área
de Bardenas para realizar prácticas de tiro con "bombetas de
instrucción", junto con otros aparatos del Ala 12 que habían despegado
de la Base Aérea de Torrejón a las 19.25. "Según lo planeado,
procedieron al polígono de tiro de las Bardenas Reales (Navarra) para
realizar la misión prevista del Plan de Adiestramiento Básico que
consistía en el lanzamiento nocturno de bombetas de instrucción. Se
llevaban realizados tres tráficos de lanzamientos de bombetas de
instrucción con total normalidad".
Tres horas después comenzaron los problemas al iniciar el
cuarto circuito de bombardeo y encontrarse el F-18, pilotado por Antonio
Luis Galán, a 15 kilómetros del "blanco principal de Bardenas y
alineado ya con el rumbo de pasada de ataque a 10.500 pies de altitud
(3,2 kilómetros) y 350 nudos de velocidad (648 kilómetros/hora)". En ese
momento el piloto ya tenía el blanco designado en su sensor cuando
"escuchó una explosión, vio un fogonazo externo en el motor derecho y
sintió una fuerte desaceleración del avión, encabritándose éste de morro
arriba y con alabeo a la derecha". Según argumenta el informe, este
fogonazo externo se produjo por la intrusión de un elemento extraño en
el motor lo que llevó a "roturas en cascada en todas las etapas del
compresor" por lo que el pilotó decidió eyectar su asiento para salvar
la vida. "Durante el descenso en paracaídas pudo observar el avión
ardiendo en el suelo. Al llegar al suelo llamó al 112 de emergencias que
le puso en contacto con un testigo del accidente que pronto lo encontró
y lo trasladó al Hospital Reina Sofía".
Esta misma comisión contesta, con respecto a la explosión que
sufrió el avión al caer, que "las más de tres toneladas de combustible"
que podía llevar el aparato en el momento del accidente son "suficientes
para crear una bola de fuego enorme y una gran humareda negra". Hay que
recordar que el F-18 cayó en un paraje de regadío de Bardenas
denominado Landazuría, a unos 10 kilómetros de las localidades de
Arguedas y Valtierra y a cinco de dos enclaves turísticos donde suele
haber mucha gente como Sendaviva y la ermita de la Virgen del Yugo.
Defensa explica además que el Polígono de Tiro de Bardenas
Reales se suele emplear para bombardear por las noches de forma
"rutinaria" en la medida que es necesario que las "tripulaciones
alcancen y mantengan sus calificaciones nocturnas, ya que deben estar
preparadas para llevar a cabo sus misiones en cualquier condición de
iluminación natural".
Como consecuencia del accidente que se produjo aquel 2 de
abril de 2009 el Ministerio de Defensa ha adoptado medidas de carácter
técnico y procedimental respecto a revisiones de la aeronave y con
respecto a que las tripulaciones deben aumentar su grado de alerta ante
la posibilidad de que se presenten "modos degradados de operación del
avión".
Fermín Pérez-Nievas, en Diario de Noticias
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