Abad
alerta del peligro de que bancos, mutuas y seguros se hagan con el
"negocio de la salud". Hace una cerrada defensa del modelo público
navarro por equidad y eficacia. "Cuánto más público es un sistema, mejores
y más baratos resultados obtiene", defiende el facultativo.
¿Se está desmantelando la sanidad pública navarra?
Sí. Hay que reconocer que en Navarra no está la situación tan mal como en otras comunidades del Estado, pero si la comparamos con la anterior, se está desmantelando.
¿Por qué y de quién hay que salvar el servicio navarro de salud?
Hay que salvarlo porque el sistema sanitario público en el modelo actual, que es el Sistema Nacional de Salud, es la forma de asegurar una asistencia sanitaria gratuita, adecuada, universal y equitativa en Navarra. Hay que salvarlo de todos aquellos que están interesados en meter la mano en la salud como negocio, como mercancía, porque es un mundo que mueve muchísimo dinero, con los medicamentos, hospitales, el aparataje y tecnología médica...
¿Quién encarna este interés?
Bancos, por ejemplo, el Banco de Santander está detrás de muchas mutuas privadas, también la industria farmacéutica, los seguros médicos y detrás de estos se encuentran las mutuas laborales, que tienen mucha fuerza económica porque han recibido financiación de las empresas y el Estado. Están interesadas en asumir la cobertura sanitaria de los trabajadores, entre otras cosas porque es muy rentable. Las personas cuanto están en el servicio activo laboral, hasta que se jubilan, en general se ponen pocas veces enfermas y no por cuadros graves. Es un tipo de población muy goloso para montar un servicio sanitario. ¿Con quién no es goloso montarlo? Con los abuelos de 80 años, que tienen cien mil patologías, que consumen un montón de medicamentos y recursos, de hecho, los seguros privados te cobran según la edad.
¿Interesa al Gobierno navarro o a la derecha empeorar el sistema público para justificar la privatización?
Sí. No tenemos pruebas tangibles porque de tenerlas hubiéramos acudido a los tribunales pero pensamos que ha habido un interés por parte del Gobierno en montar un embrión de sistema paralelo de sanidad pública. No tenemos más que ver el dinero que se ha pagado a empresas privadas. La mayor parte del monto, el 90% va a la CUN y a la Clínica San Miguel, que ha pasado de no recibir prácticamente casi ninguna subvención a tener unas cantidades importantes. Además, María Kutz dio el apoyo de Salud a la apertura de una par de centros de imagen para hacer resonancias magnéticas.
Se privatizan cosas rentables, si la empresa privada puja por ellas es que lo son...
El problema es que, como denunció la Cámara de Comptos, el sistema público ha sobrefinanciado a estas empresas con dinero de todos. Estos centros han facturado unas cantidades que triplicaban y cuadriplicaban el gasto de los mismos actos médicos realizados en la pública. Una prótesis de rodilla podía valer 4.500 euros en Ubarmin y 7.400 en la CUN. Esto se debía a que no había una adecuada fiscalización de las partidas. En el periodo de vacas gordas parecía que había dinero para todo, a nadie le interesaba si los gastos eran reales o no. Esto siendo bienpensados porque siendo malpensados lo que ha habido es una auténtica estafa y robo a los navarros.
Pero ahora ha bajado la derivación...
Ha llegado un momento en que no hay tanto dinero y hay que recortar. Lo que se está haciendo ahora es sobrecargar la labor de los profesionales de la pública pero sin ampliar plantillas. Es sonrojante. Se les obliga a trabajar por las tardes sin aumentar la remuneración y, además, quitando la extraordinaria, es decir, bajando el sueldo, a cambio de hacer las operaciones que no se derivan. Ha habido una carencia estructural de medios tanto personales como materiales en la sanidad pública para afrontar las necesidades de salud de la población. Lo que debería haber hecho el Gobierno de Navarra es dotarla adecuadamente y no lo que pretende ahora: que los trabajadores sanitarios seamos esclavos y hagamos trabajo a destajo. Son tan descarados que lo han dicho así, 'vamos a dejar de derivar operaciones al concierto con los centros privados a cambio de que esas operaciones las hagan los hospitales públicos', pero vamos a ser los mismos profesionales lo que tengamos que hacer gratis una serie de trabajos.
¿Terminaremos viendo cómo se venden los hospitales navarros?
Sí. En Europa ya ha habido experiencia de venta de hospitales. Aquí, sobre todo en comunidades gobernadas por el PP, Cantabria, Castilla La Mancha, Madrid y Valencia, también. En Navarra esto va a costar más que sea real. Afortunadamente hemos tenido, al igual que en comunidades vecinas, como la CAV y Aragón, sistemas sanitarios muy potentes que partían de unas bases muy buenas y con una población atendida muy satisfecha con su uso por eso va a costar que se privatice. El problema de la privatización es que se vende fácil como algo que va a dar más calidad de servicios a un menor costo económico. Esto es mentira, los datos indican que cuanto más publico es el sistema sanitario de un país o cuanto menos privado es el gasto sanitario los resultados en salud son mejores. Por ejemplo, según datos de la OCDE y Eurostat para 2010, España ocupa el tercer puesto en el ranking de sanidad, con un gasto sanitario del 9,2% y una cobertura de la población de entre el 96% y el 100%. Alemania, sin embargo, que tiene un sistema mixto más parecido a lo que quieren hacer aquí y en el que solo la persona que trabaja y cotiza tiene derecho a la atención, ocupa el séptimo puesto con una cobertura de población del 85% y un gasto sanitario de 11,6%, es decir, 2,4 superior en gasto sanitario total, público y privado. En EEUU, el gasto total es del 17,4% del PIB, el doble que en España, y ocupa el puesto 26. Esto quiere decir que cuanto más públicos, universales y financiados a través de impuestos y no de cotizaciones de trabajadores más baratos y eficaces son los sistemas sanitarios.
¿El horizonte es que todos tengamos seguro privado obligatorio?
Eso es lo que querrían. Sería el desideratum de todo este conglomerado de grupos que desean la privatización o la convivencia entre un sistema mixto público-privado, es decir, sanidad privada para las personas que puedan pagársela, por ejemplo las que trabajen y a las que el seguro se lo pague la empresa mientras trabajan. Esto en España se haría con cobertura sanitaria a trabajadores a través de las mutuas y otra cobertura pública de beneficencia para las personas sin trabajo, que no coticen, ancianos, jubilados, gente sin recursos...
El Gobierno argumenta que se abusa del sistema y que es insostenible.
No se abusa. El 99,9% de la población no abusa, acude al médico cuando es necesario. Es mentira que vayan si no tienen otra cosa que hacer. Respecto a la sostenibilidad, éste no es el problema, sino dedicar adecuados recursos a lo que queremos.
Es lo que el Gobierno dice hacer...
No lo está haciendo. El problema no es que no haya recursos o la sostenibilidad sino que el Gobierno español y el navarro dedican pocos recursos a la sanidad. No es que el Estado de bienestar sea insostenible. Es sostenible si quieres que lo sea. Si priorizas el gasto en el tren de alta velocidad sobre la sanidad, claro que no es sostenible.
Pero hay un problema real de caída de ingresos y aumento de gastos ocasionados por los medicamentos, la tecnología y el envejecimiento.
Es real, pero lo que hay que hacer es priorizar en qué nos queremos gastar el dinero. Cuando tenemos mucho, podemos gastar todo el que queramos, pero si no tenemos nos lo gastaremos en ropa y comer, no en comprar un BMV. Es el problema. El problema histórico en España es que el gasto público siempre ha estado muy por detrás en porcentaje de PIB del resto de países europeos tanto en sanidad como educación y en Navarra pasa igual. En la última década no se ha gastado más allá del 5% del PIB, cuando la media europea está 8-9-10%, también el gasto en porcentaje del PIB ha ido aumentando del 7,5 al 9% mientras que en Navarra se ha estancado entre el 4 y el 5 %. No es que la sanidad pública sea insostenible es que no estamos destinando adecuados recursos a la sanidad.
¿La austeridad es la respuesta?
No. Siempre hay posibilidad de controlar el mal gasto, pero lo que se está haciendo no me parece correcto. No me parece correcto que el Gobierno foral haya aceptado que los pensionistas paguen parte de las medicaciones, que a los sin papeles o a quienes no hayan cotizado se les niegue el derecho a la asistencia, que los trabajadores sanitarios de lo público en los últimos cinco años llevemos acumulado un 30% de disminución del poder adquisitivo, que se cierren camas hospitalarias en el verano, que no se sustituyan trabajadores ni en vacaciones ni de baja, que los contratos, los pocos que se hacen de sustitución, se hagan con chip de ETT, por horas, de lunes a viernes...
¿No ve correctas estas medidas por razones de justicia o de eficacia?
Por razones de justicia y algunas por razones de eficacia... y porque hay otros campos en los que se puede ahorrar, en medicamentos por ejemplo aún se puede ahorrar con el uso sistemático de genéricos, con la no financiación pública de medicamentos nuevos que no aportan nada sobre los antiguos... hay posibilidades de hacerlo sin perjudicar la universalidad ni la equidad de la atención ni los derechos laborales.
¿La respuesta ha sido la adecuada?
Estoy contento, por ejemplo con la manifestación de junio en Pamplona. Se podría hacer más, concienciar a los pacientes porque uno de sus derechos, la sanidad, está en peligro, y va a tener que haber más movilización porque la privatización y los recortes van a ir aumentando.
Diario de Noticias
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