De todos es conocido que nuestra relación con Elkarri y Lokarri ha
sido tormentosa y muy difícil, pero si somos honestos hemos de reconocer
que su labor en esta coyuntura ha sido positiva y constructiva. Y yo lo
reconozco desde aquí públicamente.”
Estas son las palabras que Arnaldo Otegi nos dedica en su libro “El tiempo de las luces”, recientemente editado por Gara, dentro del capítulo centrado en la Conferencia de Aiete.
Ciertamente, nuestra relación ha sido tormentosa y difícil. No recuerdo bien cuándo conocí a Arnaldo Otegi, pero recuerdo una reunión que mantuvimos a principios de 2004. Por parte de Batasuna acudieron el propio Otegi, Joseba Permach y Pernando Barrena. En representación de Elkarri tuve la oportunidad de acompañar a Jonan Fernandez y Gorka Espiau.
Otegi me sorprendió mucho. Contó chistes y anécdotas muy divertidas.
Fue una reunión cordial. Poco tiempo después, nuestras relaciones
entraron en un momento crítico.
En julio de 2005 Batasuna dio una rueda de prensa en la que anunció “su decisión de no acudir más a ninguna de las iniciativas” organizadas por Elkarri.
A partir de entonces, ya como coordinador de Lokarri, mantuve la
relación, aunque de manera no oficial y apoyada en encuentros personales
con alguno de sus dirigentes.
En noviembre de 2009 Lokarri presentó públicamente una propuesta
a la Izquierda Abertzale por aquel entonces ilegalizada. En aquellos
momentos ya habían puesto en marcha su proceso de debate interno,
apostando por las vías pacíficas, políticas y democráticas. Nosotros
intentamos incentivar dicho debate ofreciendo nuestra colaboración para
retomar el proceso de paz y pidiendo su adhesión a los principios
Mitchell. Una semana antes de dicha presentación mantuve una reunión con
un histórico dirigente de Batasuna. La desconfianza se mantenía y
discutimos bastante sobre el contenido de nuestra propuesta.
A partir de ahí, Lokarri siempre ha dado valor a los pasos dados por la Izquierda Abertzale ilegalizada,
reconociendo su esfuerzo y trabajo apostando por las vías pacíficas y
democráticas y contribuyendo a poner las condiciones de un nuevo proceso
de paz. Poco a poco, nuestra relación fue ganando en confianza y, en la
medida que hemos coincidido, hemos colaborado, como cuando organizamos
la presentación de los estatutos de Sortu. A día de hoy tenemos una relación fluida y constructiva.
Así que quiero agradecer las palabras de Arnaldo Otegi
porque no es fácil un reconocimiento público de la tarea de una
organización con la que se ha mantenido una relación tan complicada y,
en ocasiones, tensa.
Por ello, quiero aprovechar la ocasión para expresarle mi
reconocimiento por su contribución a hacer posible este momento
histórico de grandes oportunidades para la paz y la convivencia. Espero
que pronto sea puesto en libertad para que pueda
participar más activamente, en colaboración con el resto de partidos
políticos, en los grandes retos que nos aguarda el futuro.
Paul Ríos, en su blog
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