Hoy es el primer aniversario de la Conferencia Internacional para promover la resolución del conflicto en el País Vasco. Un año desde que los líderes internacionales dieron a conocer la Declaración de Aiete. No tengo muy claro cómo escribir esto.
No sé si hacerlo con la cabeza o con el corazón. Lo primero me invita a
analizar lo que ha ocurrido durante este último año. Lo segundo a
simplemente agradecer el haber tenido la oportunidad de haber estado
allí.
Hace un año escribí que “soy
tan feliz con lo ocurrido el lunes, estoy tan satisfecho, tengo la
conciencia tan tranquila, que nadie me va a arrancar de este sueño“.
Echo la mirada atrás y solo tengo buenos recuerdos de aquellos días.
Supongo que será difícil que vuelva a vivir unos momentos tan
emocionantes. A nivel personal, la Conferencia fue la culminación a 20 años participando en movimientos pacifistas. A nivel colectivo, Lokarri nació con la voluntad de ser lo que sirve para unir y la foto
de casi todos los partidos y agentes sociales compartiendo un espacio
común en el Palacio de Aiete fue la mejor expresión de dicho objetivo.
Tengo algunas imágenes de aquel día grabadas en la memoria. Recuerdo como me puse la corbata, casi un símbolo
no oficial de la Conferencia. La reunión preparatoria con todo el
equipo de Lokarri, en la que solo hice acto de presencia, con la
tranquilidad de que todo estaba bajo control. La llegada de los miembros
del GIC,
que no cabían de contentos. El cigarro que fumé con Eguiguren en el
balcón del palacio. Y, por supuesto, la lectura de la Declaración, que
no fui capaz de escuchar porque tenía la cabeza loca de pensamientos que
se cruzaban.
He encontrado una cita en internet: “El éxito consiste en obtener lo
que se desea. La felicidad, en disfrutar lo que se obtiene”. Me recuerdo
constantemente esto. La consolidación del proceso de paz requiere aún
mucho esfuerzo pero los nuevos retos o las dificultades no pueden
impedir que disfrutemos de lo conseguido. Las elecciones del domingo son
el mejor ejemplo. Serán las primeras en las que se darán dos
circunstancias al mismo tiempo: el final de la violencia de ETA y la
presencia de todas las opciones políticas. Esto, que parece tan simple, a lo que ya nos hemos acostumbrado, es, simplemente, increíble.
Mientras, nosotros hemos decidido celebrar este primer aniversario de una manera sencilla, estrenando el documental “Hablan los ojos“. No queremos interferir en la campaña electoral. Es algo que también comparte el GIC, pese a que La Razón haya querido vendernos lo contrario.
Paul Ríos, en su blog
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