martes, 2 de octubre de 2012

LA HERENCIA DE NAFARROA BAI

Cuando ya hace casi nueve años que se creo Nafarroa Bai el tercio sociológico navarro que había estado sistemáticamente excluido de la vida política en nuestra Comunidad vio la luz al final de un túnel que comenzó con la truncada transición navarra, y empezó a agitar las, hasta entonces, calmadas aguas de la realidad política navarra.
El pacto tácito que había creado la famosa cuestión de Estado entre el PSOE y la derecha española en Navarra, en su versión local y su versión nacional, y que había gobernado esta tierra empezó a resquebrajarse y los navarros vimos, por primera vez en treinta años, la posibilidad de desalojar a quienes habían hecho de la falta de transparencia, el amiguismo y el silenciamiento social los ejes de su política para Navarra.
Pero… ¿Qué fue lo que hizo posible ese pacto que supuso silenciar a un tercio de la población? A mi entender fueron dos cosas las que lo posibilitaron; ETA y el seguidismo acrítico de la Izquierda Abertzale de su acción político militar y el hecho de que esta fuera hegemónica en el sector vasquista de la sociedad navarra. La política de confrontación y tierra quemada de la Izquierda Abertzale supuso la excusa perfecta para arrinconar a ese tercio social mucho más allá de los propios militantes de esta pero a la vez llevó a la propia Izquierda Abertzale a su marginación, primero, y su ilegalización, después, dejando a todo el sector vasquista huerfano de opción política, a lo que hay que añadir el inmenso error del PNV en el año 84 disolviendo su organización navarra por un concepto de disciplina mal entendido.
Fueron años en que solo EA representó, y de manera parcial, a ese sector social hasta la frustrada experiencia del tripartito que acabó definitivamente con cualquier implicación del vasquismo en la vida política normalizada de Navarra, hasta la aparición de Aralar que viniendo de las filas de la propia Izquierda Abertzale había realizado el diagnóstico correcto de la situación y se convirtió en el otro agente político del vasquismo.
De ahí a la creación de Na Bai solo había un paso y era integrar a todos los agentes políticos de ese espacio mediante la argamasa que supusieron los denominados independientes que aportaron la dosis necesaria de novedad e ilusión al proyecto, encabezados por Uxue Barkos, la cara visible de Nafarroa Bai, que de alguna manera encarnaba las dos señas de identidad fundamentales del proyecto; la transversalidad, el acuerdo entre diferentes, y la modernidad, otra forma de hacer y entender la política.
Pero la Nafarroa Bai que conocimos murió de éxito. El éxito de Na Bai supuso la pérdida de protagonismo de sus partidos integrantes en beneficio del conjunto, algo que las viejas y anquilosadas estructuras de los aparatos de los partidos no pudieron soportar unido a su rotundo fracaso electoral en la CAV en beneficio de Bildu que adoptando el análisis de Aralar intentaba salir de la marginación y la ilegalización desdiciendose de toda su trayectoria política de los últimos 35 años, aunque mantuviera intactos sus principios ideológicos y su cultura política; viaja, rancia y sectaria.
Lo demás es conocido… Aralar y EA están mucho más cómodos en Bildu y Batzarre en IU, el reparto de puestos, las cuotas de poder, las listas cerradas son argumentos que entienden mucho mejor los aparatos de los partidos que la participación democrática, la transversalidad o los independientes haciendo política. Solo el PNV, por su propia idiosincrasia y porque era, en principio, el socio minoritario pero con la estructura de partido más potente pudo permitirse la “generosidad” de dar cobertura a los independientes para seguir adelante con el proyecto.
Así, la herencia de Nafarroa Bai que reclamaban para si el lunes desde las páginas de GARA, ya solo el medio nos da una idea de por donde van los tiros, Zabaleta, Jiménez y Fernández de Garaialde no está en disputa puesto que Nafarroa Bai como proyecto aglutinador, transversal, abierto a toda la sociedad con unas nuevas formas de hacer política sigue tan vivo como siempre y se llama Geroa Bai. Lo que no deja de ser un sarcasmo es que quienes primero secuestraron la marca y luego los cargos para ponerlos a disposición de quien fue su rival político, todavía resuenan en mis oídos las condiciones que puso Aralar a EA para mantenerse en Na Bai en 2011 y que dos meses después incumplirían una por una en un ejercicio de deslealtad digno de mejor causa, acusen ahora a quienes nos negamos a dejar morir Na Bai de querer “matarla para cobrar la herencia”.
Pero en una cosa tienen razón Zabaleta y sus acólitos “La herencia de NaBai pertenece a sus votantes, es decir al pueblo” y estos le explicaron claramente el pasado 20 de Noviembre que y quien es Na Bai, aunque se nieguen a leerlo y a devolver las sillas que ocupan con los votos de quienes eligieron Nafarroa Bai 2011 y no Bildu como opción unos meses antes.
Ander Muruzabal

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