Cuando ya hace casi nueve años que se
creo Nafarroa Bai el tercio sociológico navarro que había estado
sistemáticamente excluido de la vida política en nuestra Comunidad vio
la luz al final de un túnel que comenzó con la truncada transición
navarra, y empezó a agitar las, hasta entonces, calmadas aguas de la
realidad política navarra.
El pacto tácito que había creado la
famosa cuestión de Estado entre el PSOE y la derecha española en
Navarra, en su versión local y su versión nacional, y que había
gobernado esta tierra empezó a resquebrajarse y los navarros vimos, por
primera vez en treinta años, la posibilidad de desalojar a quienes
habían hecho de la falta de transparencia, el amiguismo y el
silenciamiento social los ejes de su política para Navarra.
Pero… ¿Qué fue
lo que hizo posible ese pacto que supuso silenciar a un tercio de la
población? A mi entender fueron dos cosas las que lo posibilitaron; ETA y
el seguidismo acrítico de la Izquierda Abertzale de su acción político
militar y el hecho de que esta fuera hegemónica en el sector vasquista
de la sociedad navarra. La política de confrontación y tierra quemada de
la Izquierda Abertzale supuso la excusa perfecta para arrinconar a ese
tercio social mucho más allá de los propios militantes de esta pero a la
vez llevó a la propia Izquierda Abertzale a su marginación, primero, y
su ilegalización, después, dejando a todo el sector vasquista huerfano
de opción política, a lo que hay que añadir el inmenso error del PNV en
el año 84 disolviendo su organización navarra por un concepto de
disciplina mal entendido.
Fueron años en que solo EA representó, y
de manera parcial, a ese sector social hasta la frustrada experiencia
del tripartito que acabó definitivamente con cualquier implicación del
vasquismo en la vida política normalizada de Navarra, hasta la aparición
de Aralar que viniendo de las filas de la propia Izquierda Abertzale
había realizado el diagnóstico correcto de la situación y se convirtió
en el otro agente político del vasquismo.
De ahí a la creación de Na Bai solo había
un paso y era integrar a todos los agentes políticos de ese espacio
mediante la argamasa que supusieron los denominados independientes que
aportaron la dosis necesaria de novedad e ilusión al proyecto,
encabezados por Uxue Barkos, la cara visible de Nafarroa Bai, que de
alguna manera encarnaba las dos señas de identidad fundamentales del
proyecto; la transversalidad, el acuerdo entre diferentes, y la
modernidad, otra forma de hacer y entender la política.
Pero la Nafarroa Bai que conocimos murió
de éxito. El éxito de Na Bai supuso la pérdida de protagonismo de sus
partidos integrantes en beneficio del conjunto, algo que las viejas y
anquilosadas estructuras de los aparatos de los partidos no pudieron
soportar unido a su rotundo fracaso electoral en la CAV en beneficio de
Bildu que adoptando el análisis de Aralar intentaba salir de la
marginación y la ilegalización desdiciendose de toda su trayectoria
política de los últimos 35 años, aunque mantuviera intactos sus
principios ideológicos y su cultura política; viaja, rancia y sectaria.
Lo demás es conocido… Aralar y EA están
mucho más cómodos en Bildu y Batzarre en IU, el reparto de puestos, las
cuotas de poder, las listas cerradas son argumentos que entienden mucho
mejor los aparatos de los partidos que la participación democrática, la
transversalidad o los independientes haciendo política. Solo el PNV, por
su propia idiosincrasia y porque era, en principio, el socio
minoritario pero con la estructura de partido más potente pudo
permitirse la “generosidad” de dar cobertura a los independientes para
seguir adelante con el proyecto.
Así, la herencia de Nafarroa Bai que
reclamaban para si el lunes desde las páginas de GARA, ya solo el medio
nos da una idea de por donde van los tiros, Zabaleta, Jiménez y
Fernández de Garaialde no está en disputa puesto que Nafarroa Bai como
proyecto aglutinador, transversal, abierto a toda la sociedad con unas
nuevas formas de hacer política sigue tan vivo como siempre y se llama
Geroa Bai. Lo que no deja de ser un sarcasmo es que quienes primero
secuestraron la marca y luego los cargos para ponerlos a disposición de
quien fue su rival político, todavía resuenan en mis oídos las
condiciones que puso Aralar a EA para mantenerse en Na Bai en 2011 y que
dos meses después incumplirían una por una en un ejercicio de
deslealtad digno de mejor causa, acusen ahora a quienes nos negamos a
dejar morir Na Bai de querer “matarla para cobrar la herencia”.
Pero en una cosa tienen razón Zabaleta y
sus acólitos “La herencia de NaBai pertenece a sus votantes, es decir al
pueblo” y estos le explicaron claramente el pasado 20 de Noviembre que y
quien es Na Bai, aunque se nieguen a leerlo y a devolver las sillas que
ocupan con los votos de quienes eligieron Nafarroa Bai 2011 y no Bildu
como opción unos meses antes.
Ander Muruzabal
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