El pasado día 1, Aralar, EA y EAJ-PNV extendieron el certificado de defunción de NABAI. Lo hicieron en un comunicado que difundieron en la Asamblea de Artika, en el que se proclamaban “creadores y sustentadores” de Nafarroa Bai, señalaban que es “sumamente importante contar con la colaboración y la participación de personas no afiliadas, en el nuevo y necesariamente diferente proyecto de Nafarroa Bai”, se supone que con voz pero sin voto, como meros ejecutores de las decisiones de los partidos, y añadían que “el camino emprendido, aunque abiertos a debatir propuestas integradoras, es irreversible”. A Batzarre, ni se le cita ni se le invita a formar parte de la coalición.
Si a ello se le añade el método utilizado por Aralar (acuerdos bilaterales, al margen de la permanente de la coalición, primero con EA y después con EAJ-PNV) y el trato despectivo dispensado a Batzarre y a las personas no afiliadas, todo parece indicar que las posibilidades de que se reedite NABAI, en su actual composición, son muy escasas.
Es muy probable que NABAI esté presente en las elecciones de 2011, aunque también es posible que, si la izquierda abertzale retorna antes a la legalidad y puede presentarse a las elecciones, los tres partidos se replanteen todo, incluso la continuidad de NABAI.
En todo caso, si NABAI está presente en las elecciones de 2011, será una NABAI muy distinta a la del 2007. En lugar de aquélla NABAI plural y abierta a la participación de numerosas personas no afiliadas, dando cabida en el seno de la coalición a nacionalistas y a vasquistas no-independentistas, de izquierda o progresistas, con un mensaje realista y respetuoso con la pluralidad de la sociedad navarra, nos encontraremos con una NABAI más monolítica y más cerrada, controlada de arriba abajo por Aralar y EA, con una composición y un discurso más nacionalista y más alejado de la realidad de Navarra.
Puede parecer sorprendente que se trate de cambiar la composición, el funcionamiento y el mensaje de una NABAI que en el 2007 consiguió un éxito notable, pues nunca antes, las fuerzas abertzales y vasquistas, progresistas o de izquierda habían conseguido ilusionar y movilizar a tanta gente y obtener los resultados electorales que tuvo NABAI. Aunque si se mira bien, no resulta tan sorprendente. Porque una cosa son los argumentos formales y otra bien distinta las verdaderas razones que explican este giro de 180 grados.
Entre los argumentos formales, Aralar señala que no es justo que un independiente vote en igualdad de condiciones que los partidos, o que todos los partidos tengan el mismo peso en la coalición, pues cuentan con muy distintos apoyos electorales, lo que lleva a que algunos estén sobre representados. Dicho así, parece razonable. Pero lo cierto es que nunca los distintos partidos o los independientes han tenido el mismo peso a la hora de confeccionar las listas, de contribuir a los gastos comunes o de repartir las subvenciones electorales o institucionales. Por ejemplo, las listas para el Parlamento Foral en 2007 se hicieron en función de los resultados que obtuvo cada cuál en 2003 (Aralar 24.068 votos, EA-PNV 22.824 y Batzarre 7.873). Si comparamos estos resultados con el número de parlamentarios que obtuvo cada partido en 2007 observamos que la proporción de votos de Aralar respecto de Batzarre es de 3 a 1, mientras la proporción de parlamentarios es de 5 a 1. Entre EA-PNV y Batzarre la proporción de votos es de 2,9 a 1 y la de parlamentarios, igualmente de 5 a 1. ¿Quién está sobre representado?
Cosa distinta es que en la Permanente de NABAI la representación de los partidos y de los independientes sea paritaria, donde lo relevante no es la paridad sino el consenso como método para acordar cuestiones no contempladas en las bases políticas pactadas. Si de lo que se trata es de ir ampliando y desarrollando las bases políticas comunes, eso solamente puede hacerse a través del dialogo y de un amplio consenso y no a través de la imposición, pues ello atentaría contra la esencia de una coalición, que es un acuerdo de colaboración entre diferentes que no renuncian a su propia existencia y a defender sus puntos de vista, respetando los acuerdos libremente pactados.
Las verdaderas razones
A mi juicio, las verdaderas razones que han llevado a Aralar a impulsar un giro sustancial en NABAI son otras. No son razones organizativas y de eficiencia sino políticas: tienen que ver con el hecho de que cada vez parece más probable que ETA abandone la violencia y que la izquierda abertzale pueda retornar a la legalidad. En ese escenario, a nadie se le escapa que se produciría una reordenación del nacionalismo vasco en torno a dos polos: un espacio maximalista o soberanista conformado por la izquierda abertzale y por EA y otro polo más posibilista agrupado en torno a EAJ-PNV y Hamaikabat, radicalmente enfrentados en la disputa por la hegemonía. Más incierto sería el futuro de Aralar, que tendría serias dificultades para encontrar un espacio propio entre los dos polos y correría un elevado riesgo de que sus bases fueran absorbidas por la izquierda abertzale y su dirección fulminada. De ahí que, partiendo de la hipótesis razonable de que la izquierda abertzale no pueda presentarse a las elecciones de 2011, trate de fortalecerse y consolidarse, ganando adeptos y votos en el nicho electoral de la izquierda abertzale para afrontar en mejores condiciones el vendaval que se le avecina; y para ello necesita acentuar el carácter y el discurso abertzale de NABAI, para lo cual Batzarre le sobra y estorba, y también las personas no afiliadas, a menos que acepten jugar un papel subordinado. Todo ello con la connivencia de EA y EAJ-PNV, que en los acuerdos con Aralar han primado el garantizar sus puestos a la espera de ese nuevo escenario pos-ETA. Lo que está claro es que la apuesta por NABAI de estos tres partidos es provisional, hasta que se encauce el final de ETA y la izquierda abertzale pueda retornar a la legalidad.
No me cabe la menor duda de que el camino que se desande ahora habrá que recorrerlo nuevamente, más tarde o más temprano, quizá por otros senderos, para agrupar las fuerzas necesarias para el anhelado cambio, en el que las gentes abertzales o vasquistas, de izquierda o progresistas, encontremos un mejor acomodo en nuestra propia casa, en una Navarra más integrada y respetuosa con las distintas identidades, todas ellas legítimas, existentes en nuestra tierra. Porque como bien se dice en el manifiesto de los independientes, el cambio no será posible sin NABAI, pero tampoco sólo con NABAI.
Pello Lasa, miembro de NaBai (en nabaizaleok.wordpress)
1 comentario:
¿No será que los que se están quedando sin espacio político son Batasuna con su estrategia suicida y su política frentista o EA que tras vivir al cobijo del PNV da un paso absolutamente incomprensible para sus bases en definir un polo soberanista justo con Batasuna?
Publicar un comentario