miércoles, 20 de octubre de 2010

OLIVIER BESANCENOT: "LO QUE DECIDE EL PARLAMENTO LO PUEDE DESHACER LA CALLE"


Esteban: Buenos días, esta jornada de martes, ¿es "la lucha final", no?
O.B: ¡No! Es una etapa suplementaria hacia la huelga general que comienza a tomar forma. A partir del martes por la noche, tendrán lugar reconducciones de huelga, también nuevas manifestaciones, así como numerosos bloqueos. La cuestión planteada es ahora bloquear la economía para bloquear la reforma.
Zbeul: ¿Esta huelga es, en tu opinión, una huelga política de descontento general o una huelga social centrada únicamente en el tema de las jubilaciones?
O.B.: El descontento supera la cuestión de las jubilaciones, pero al mismo tiempo, se cristaliza en el dossier de las jubilaciones. Numerosos trabajadores y numerosos jóvenes no aguantan más el "dos pesos- dos medidas" del gobierno e intentan en efecto, a través de esta huelga sobre las jubilaciones, saldar cuentas con el gobierno de Sarkozy al que sufren desde hace demasiado tiempo.
Abdelmallik: ¿Qué continuidad veis a la acción sindical si la ley es votada?
O.B.: La ley no es más que un proyecto de ley mientras no haya aparecido en el Boletín Oficial. Y aún cuando apareciera en el Boletín Oficial, la historia social de nuestro país está ahí para recordarnos que lo que el parlamento -la Asamblea y el Senado- decide, lo puede deshacer la calle.
Fred: Incluso con tres millones de manifestantes, ¿la calle tiene la legitimidad de un parlamento elegido?
O.B.: Hoy la legitimidad está en la calle, y la calle quiere tener más poder que los gobiernos. Así fue también en 1995 cuando el plan Juppé, y también en 2006 cuando el Contrato de Primer Empleo (CPE). Por otra parte, nuestras principales conquistas sociales han sido primero arrancadas por las luchas y por una movilización de nuestros antepasados. Si nuestros abuelos no hubieran hecho huelga en 1936, no gozaríamos hoy de las vacaciones pagadas.
Odp: ¿Piensas pues que el voto del conjunto de los ciudadanos tiene menos valor que los movimientos sociales?
O.B.: Y, ¿cuándo ha votado la mayoría de los ciudadanos por la jubilación a los 67 años? En YouTube, podéis encontrar un Nicolas Sarkozy que explica por qué no tocará la jubilación a los 60 años.
Léon: ¿Empuja el NPA a los estudiantes de secundaria a salir a la calle?
O.B.: Los estudiantes de secundaria se empujan ellos solos y no tienen necesidad de nadie para hacerlo. Podemos tener militantes de instituto en el NPA. Por otra parte, los adultos, los asalariados, los padres de alumnos están a menudo presentes ante los centros de enseñanza para pedir a las fuerzas del orden irse de los establecimientos y dejar de hacer sus provocaciones. Y es algo que está bien.
Roland: Los actos de violencia ante algunos centros de enseñanza pueden apartar a la opinión pública del movimiento. ¿Era preciso verdaderamente asociar a él a los estudiantes?
O.B.: Si, hay que asociar a todo el mundo. Y la juventud comprende que cuando se pide a los mayores trabajar hasta más tarde, tendrán aún menos oportunidades de encontrar un lugar en el mercado del empleo. El gobierno, con sus repetidas provocaciones policiales, busca que se produzcan “pasadas” que debiliten a la movilización provocando miedo.
Emilien 22: ¿Qué elementos te permiten comparar las manifestaciones de los últimos días con Mayo 68? La probabilidad de un movimiento del mismo tipo ¿es posible o es, incluso, deseable para Francia?
O.B.: No hay modelo exportable. Cada lucha es particular y encuentra sus propias leyes. Pero pienso que un nuevo Mayo 68 con los colores del siglo XXI no haría mal a nadie, si no es a los capitalistas y al gobierno. Pero eso, no es grave… Mayo 68, además de las barricadas, fue una huelga general en la que millones de personas irrumpieron en la escena social y política. Es esta irrupción la que necesitamos hoy.
Thibaud: Huelguistas que bloquean las gasolineras y las grandes vías de transporte: ¿es también huelga impedir activamente trabajar a los demás? ¿No es más cercano de la idea que te haces de un "activismo revolucionario"?
O.B.: No vivimos una revolución (¡por el momento!). Estamos en un proceso de generalización de las huelgas, en donde la radicalización y la ampliación van parejas. El movimiento se amplía cada vez un poco más, y al mismo tiempo, las acciones se radicalizan porque el gobierno empuja a la radicalización de la lucha.
Marc: ¿Tiene el NPA un contraproyecto concreto de reforma sobre el tema de las jubilaciones? Si es así, ¿cuál es?
O.B.: El NPA reclama no la reescritura del proyecto, sino su retirada pura y simple. Proponemos la jubilación a los 60 años al 100%, y el regreso a las 37,5 anualidades para todos. Para financiar este proyecto, proponemos aumentar la parte de la cotización patronal. El 3% del PIB de aquí a 2050 es necesario según el Consejo de Orientación de las Jubilaciones para financiar el sistema de jubilaciones. Sin embargo cada año, el 17% de las riquezas anuales toman la forma de beneficios que son acaparados por una minoría de privilegiados. Hay pues que compartir las riquezas, y también repartir el tiempo de trabajo trabajando menos en las empresas, para que todas y todos el mundo pueda acceder a un empleo.
Víctor: ¿Cuáles son en tu opinión, los sectores a los que poner impuestos de forma prioritaria si se quiere encontrar los fondos necesarios para financiar las jubilaciones?
O.B.: Las rentas del capital. Por otra parte, cada año, 32 millardos de euros parten bajo la forma de exoneraciones de cotizaciones sociales para crear, se supone, empleo (¡ ya se ve con qué éxito!). Estas exoneraciones crean déficits.
Georges P.: ¿Qué pasa para que no parezcas temer las consecuencias económicas (sobre el empleo, el crecimiento, etc.) de los movimientos que organizáis o atizáis?
O.B.: Las dificultades económicas actuales no son debidas a la huelga general, sino a un sistema que se llama capitalismo, y cuya crisis, iniciada hace dos años con el asunto de las subprimas, ha gangrenado el conjunto de el engranaje de la economía. Asistimos a una crisis de sobreproducción en el sentido marxista del término en el conjunto de las potencias capitalistas. Será preciso inventar un día un nuevo modo de producción y de consumo que permita satisfacer las necesidades de la humanidad.
Estudiante de Tokyo: ¿Piensas que un referéndum sería una buena solución para eventualmente poner las cosas en su sitio?
O.B.: En este momento preciso del conflicto, no. Sería una derivación y un sustitutivo institucional para las movilizaciones sociales. Si hay un medio más eficaz que la huelga general indefinida para ganar, hay que decirlo, pero yo no lo veo. La votación ciudadana pudo, en el momento de la privatización de correos, ser un punto de apoyo para las luchas. Pero en ningún caso puede reemplazar a las luchas.
Serena: Los estudiantes están bastante poco movilizados por el momento. ¿Podrían tener un papel determinante?
O.B.: No hay que alarmarse, Serena, ¡eso llegará! Una decena de universidades están ya movilizadas, y en efecto, la contestación estudiantil podría ser un elemento decisivo en la extensión del movimiento.
Matthieu Recu: Así pues ¿es normal bloquear los centros de estudio y trabajo, e impedir estudiar y trabajar a quienes quieren hacerlo?
O.B.: Es normal que apoye a los que bloquean los centros.
Zbeul: Las acciones de los Black Blocs [“Bloques Negros”, nombre con el que se conoce a grupos de activistas “autónomos”] ¿son una solución más apropiada que las tradicionales "manifestaciones aburridas de la CGT"?
O.B.: Yo estoy más bien del lado del Red Bloc [“Bloque Rojo”]. Por otra parte, me gustan las manifestaciones y soy partidario de la huelga general indefinida.
GG: ¿Qué hay de una verdadera alianza en la izquierda entre el NPA y el Frente de Izquierdas para poder influir sobre el PS en los próximos años?
O.B.: Proponemos el reagrupamiento de todas las fuerzas anticapitalistas sobre bases unitarias y radicales, y con independencia total respecto al PS. El objetivo del juego, para mí, no es que gire un poco la política del PS o convertirle al anticapitalismo (¡ánimo!), sino más bien disputar al PS su hegemonía sobre el resto de la izquierda. Hay dos grandes orientaciones políticas en la izquierda. Una que se inscribe en el marco de la economía de mercado, y otra que quiere salir de ella. Estas dos orientaciones no son compatibles en un mismo gobierno, pero nuestras fuerzas pueden sumarse para resistir a la derecha, como ocurre con las jubilaciones.
Laurent F.: Señor Besancenot, ¿cuándo piensa usted jubilarse?
O.B.: ¡A los 60 años y al 100%! Pero tienes que saber, Laurent, que así y todo continuaré militando.
Maroux: ¿Y hasta donde puede llegar esta escalada?
O.B.: Hasta la victoria. Las condiciones están reunidas para que el movimiento sobre las jubilaciones gane. No está escrito por adelantado, y hay aún numerosos obstáculos ante nosotros. Pero objetivamente, nuestro campo, el de la protesta, continúa ampliándose mientras que el campo de enfrente, por su parte, se aísla y se fragiliza. La remodelación gubernamental se transforma en desbandada. Y frente a ministros que preparan su futuro, la calle puede lograr una victoria decisiva en esta lucha de clases. Como decía el Che, ¡hasta la victoria siempre!
Debate moderado por Caroline Monnot
http://www.lemonde.fr/politique/article/2010/10/19/besancenot-bloquer-l-economie-pour-bloquer-la-reforme_1428074_823448.html

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