Resulta difícil pisar tierra firme al realizar conjeturas sobre el próximo evento electoral habiendo tantos interrogantes sin despejar. La posible desaparición de ETA o su sucedáneo -el desmarque de Batasuna con la misma- constituye sin duda uno de los principales hechos que condiciona especialmente al mundo nacionalista vasco. Y a día de hoy no está despejado. Otro hecho de más hondura en la sociedad que el anterior es el desenlace de la crisis económica y sus secuelas. De bastante menor envergadura será la articulación definitiva de las diversas ofertas del centro-derecha; me refiero a si hay o no alianzas del CDN con el PP o con UPN. Por ello, estas reflexiones preelectorales quedarán sin cerrarse en temas básicos; posibles coaliciones, previsiones electorales, perspectiva de cambio. En este artículo me centraré en tres ideas que me suscitan mayor interés.
1)- SITUACIÓN POLÍTICA: DIFERENCIAS CON LA SITUACIÓN DE 2006-2007
Nos encontramos con una situación diferente o muy diferente en varias áreas.
Hay un incremento de las diferencias en el plano político. Desaparece el viento de cambio frente al aznarato, que hace siete años quedaba reflejado en el fenómeno ZP, en los gobiernos de izquierdas constituidos en Cataluña y Galicia, en la irrupción de NaBai, en las expectativas de cambio existentes entonces en Navarra...De igual forma, el nuevo gobierno adoptó entonces diversas medidas progresistas: salida de las tropas de Irak, derechos civiles, reformas estatutarias profundizando en la España plural, proceso de diálogo con ETA (al margen de la valoración general que nos merezca y de la ingenuidad mostrada por el gobierno denotaba un deseo de facilitar el cierre del problema), diversas medidas sociales como las subidas de pensiones y del salario mínimo interprofesional....
Mientras que ahora nos encontramos con un ambiente de signo opuesto; posible vuelta del PP al gobierno central, caída del gobierno de izquierdas en Galicia, probable caída del gobierno de izquierdas en Cataluña, escepticismo ante el cambio en nuestra comunidad, medidas sociales muy restrictivas paa las clases trabajadoras, la huelga general de septiembre contra el gobierno, la derecha y la patronal.
Hay un incremento de las diferencia en el espacio socio-económico con la irrupción de la crisis económica, con la incertidumbre sobre el estado de bienestar. Pasamos de la bonanza económica y de la abundancia a una política restrictiva muy fuerte en todo por parte del gobierno; pérdida de empleo, aumento del paro, reforma laboral perjudicial para los trabajadores, previsible empeoramiento de las pensiones, bajada salarial entre bastantes sectores, subidas fiscales sobre los impuestos indirectos, drástico reajuste del déficit público, reducción indiscriminada del gasto público y de la inversión pública, desatención de los problemas estructurales de la economía española, depreciación general del valor de las cosas, reforma privatizadora de las Cajas.....es decir, ante el fracaso económico del modelo neoliberal, giro antisocial del gobierno y subordinación plena a los llamados mercados y a la minoría gran capitalista.
Con la crisis aparece una enorme incertidumbre frente al futuro, se constata una impotencia muy acusada desde la izquierda; en ideas y sobre todo en la necesidad de configurar una fuerza social de ámbito europeo para presionar a los gobiernos y a los poderes económicos internacionales como lo hacen los grandes consorcios. En estas condiciones tan adversas las izquierdas nos debemos plantear un cuerpo de reformas para defender y mejorar el Estado de Bienestar.
Y, finalmente, se puede configurar un mapa político muy diferente entre las fuerzas políticas de Navarra. Aparecen diferencias apreciables que pueden tener consecuencias notables sobre la vida política navarra, aunque persiste la estabilidad de fondo con los tres bloques constituidos desde el retorno de la democracia: el centro-derehca, el bloque socialista y un tercer espacio de izquierdas. Veamos.
Centro-derecha: Se produce una evolución contradictoria. Por un lado se da un auge general, aunque UPN pueda sufrir cierto desgaste por tantos años de estancia en el gobierno. Y por otro, está la división. Quedan pendientes el reparto de escaños entre UPN y PP, la incertidumbre sobre la obtención o no de una mayoría parlamentaria para gobernar, las dudas sobre el futuro del CDN o la modalidad de las propias ofertas del centro-derecha ante su electorado.
PSOE-PSN: Arranca con un punto de partida muy difícil para remontar su caída de 1995: sin la perspectiva estatal favorable de 2007, al revés con el gran desgaste sufrido por la crisis, sin bazas propias en Navarra. Tendrá mayores dificultades para lidiar su principal problema de orientación de cara al futuro: ¿alianza de izquierdas o alianza explícita o implícita con el centro-derecha? Y si desaparece ETA, deberá manejar de modo diferente su controversia entre los dos polos existentes en su electorado: uno más proclive al acuerdo con las otras izquierdas, incluida la nacionalista-vasca, y otro con el navarrismo de UPN.
NaBai: A mi juicio sale tocada, si la comparamos con la NaBai de 2007. Las diversas iniciativas de la izquierda abertzale al calor de la posible desaparición de ETA han puesto en evidencia sus debilidades e incluso su futuro a largo plazo:
a)- A medio plazo (y quizás a corto plazo) se dibuja un reordenamiento de dos ramas del nacionalismo vasco: una moderada en torno al PNV y Hamaikabat, y otra en torno a la izquierda abertzale con EA y quizás con Aralar. El acuerdo izquierda abertzale-EA es muy elocuente al respecto.
b)- Esto pone en crisis el proyecto de NaBai a medio plazo. Lo más lógico sería una traslación del modelo anterior muy evidente en la CAV a Navarra.
c)-NaBai ha perdido el espíritu aperturista de 2007. Y de hecho se han trastocado sustancialmente sus bases organizativas. Entonces, en varias tesis centrales se combinó un esfuerzo innovador con la ambigüedad: había una mezcla del arsenal conceptual diseñado por la izquierda abertzale en la transición, de categorías más específicas del nacionalismo vasco tradicional y la novedad residía en un esfuerzo por abrir el nacionalismo vasco a la sociedad navarra. Ahora, se produce un repliegue hacia las tesis más clásicas de la izquierda abertzale; lo cual no será contradictorio con que quizás en la campaña electoral se vuelvan a hacer guiños más aperturistas en función de los vientos electoralistas que interesen. Además, NaBai, a mi juicio, durante este período no se ha constituido como una fuerza autónoma, vinculada ideológicamente, cómo no, al nacionalismo vasco de la CAV pero independiente, como una fuerza mejor adaptada a la realidad navarra, como una fuerza con el claro propósito de pronunciarse y de aparecer con mayor firmeza frente a ETA a los ojos de nuestra sociedad....En definitiva, creo que no ha respondido a las expectativas de constituirse como una fuerza renovadora del nacionalismo vasco en Navarra, como algunos deseábamos.
d)- A corto plazo es más difícil predecir su futuro. ¿Qué pasará en NaBai si se hace efectivo el final de ETA? ¿Se mantendrá como tal? ¿Aparecerá otra configuración? En cualquiera de los casos, si se mantiene, nada sería como antes; tendría que competir con una izquierda abertzale más normalizada y lanzada a la disputa nacional con el PNV por la hegemonía con la compañía segura de EA en la CAV, con la incierta senda que Aralar emprenda allá.
Y si no se hace efectivo el final de ETA, NaBai podría exhibir la unidad electoral nacionalista vasca, de fuerte incidencia en votos sin duda. Sin embargo, saldría bastante tocada en su gran problema de fondo -su futuro a largo plazo- pues su existencia quedaría aplazada hasta la resolución del problema ETA. Creo que NaBai, sin la presencia de la izquierda abertzale en las elecciones, puede mantener su cuota electoral, pero saldría debilitada en su credibilidad, en su frescura, en su carácter novedoso y abierto a sectores no nacionalistas vascos y en su apuesta reformadora del citado nacionalismo.
Izquierdas no nacionalistas vascas: Este bloque (IUN, escindidos del PSN, independientes no nacionalistas vascos....)vive una cierta expectativa positiva en el campo electoral al calor de la crisis y de los problemas que le ocasiona al PSOE. La evolución de la misma, la huelga general, la orientación que adopten posteriormente los sindicatos ante el gobierno socialista pueden ser indicativos de si brotan nuevas tendencias favorables a estas izquierdas o no. Asimismo, habría otros factores que pueden resultarles favorables: el desenlace de NaBai, su capacidad para ofrecer una perspectiva abierta e innovadora de la izquierda, su capacidad para agrupar bajo un clima positivo a nuevas fuerzas estatales que intentan abrirse camino como el partido verde.....
ETA-Batasuna: La clave de este sector ante las elecciones de 2011 es la desaparición de ETA. Sin su desaparición o sin el desmarque político de Batasuna, se mantendrá previsiblemente el statu quo en peores condiciones: ilegalización y frustración por desaprovechar una nueva oportunidad de normalizar su acción política. Si prospera la tesis del desistimiento de ETA, cambia el escenario: habría un movimiento muy fuerte en torno al polo soberanista que desde el principio o al medio plazo agruparía la izquierda abertzale en torno a Batasuna, EA y otros grupos, que le disputaría la hegemonía al PNV (y en otro sentido competiría también con el PSN y con las izquierdas no nacionalistas vascas). La hipótesis más plausible a medio plazo sería que se llevaría por delante a la NaBai de 2007 y se impondría un reordenamiento en dos ramas del nacionalismo vasco.
Hablar de la hipótesis de un desmarque político de Batasuna con respecto de ETA en estos momentos, sin conocer para nada la fuerza de las circunstancias concretas de todo tipo, me resulta excesivamente prematuro y especulativo. Aunque no me parece descartable algún cambio novedoso en sus relaciones, dada la enorme fuerza que posee la contradicción entre la acción político-institucional legal de Batasuna y el mantenimiento de ETA que la impide. Dejo para otra ocasión los problemas de estas fuerzas y las repercusiones en el escenario post-ETA: el diseño "negociador" o no de su final, la solución para los militantes de ETA, los presos y exiliados, el megarrelato justificativo de su historia y de su final, la reconversión en una fuerza política al uso, las bazas para superar una situación de drrota político-militar, etc.
Batzarre: En esta difícil y complicada coyuntura va a tener que moverse. Tendrá que optar entre la alianza con alguna de las modalidades abertzales o con IUN y resto de izquierdas no nacionalistas vascas. Creo que seguramente ante una decisión difícil e importante deberá realizar una consulta al respecto entre sus personas asociadas como lo ha hecho en situaciones parecidas.
¿Una mayor clarificación en el tercer espacio de izquierdas, si desaparece ETA? Puede desaparecer la inestabilidad y provisionalidad que este espacio viene arrastrando durante varios años; algo que ha acompañado igualmente a NaBai desde su inicio. Y lo lógico sería que se clarificaran los interrogantes de su articulación. Me refiero a los nuevos polos de referencia que puedan surgir o a una nueva correlación de fuerzas entre los actualmente existentes, al reparto de los apoyos sociales y electorales que consigan cada uno de ellos, a la adaptación de distintos actores como el PSN, las otras izquierdas......
A día de hoy, todo hace indicar que la hipótesis más plausible sería un reordenamiento en base a tres opciones: nacionalismo vasco moderado, izquierda abertzale, izquierdas no nacionalistas vascas exteriores al PSN.
2)- EVOLUCIÓN DE LA ALTERNATIVA PARA EL CAMBIO EN NAVARRA
En primer lugar me parece importante dejar claro que no varía el modelo de cambio pergeñado en el fracasado intento de 2007. Necesidad de alcanzar una mayoría parlamentaria que lo haga factible. Necesidad de entendimiento entre todas las izquierdas con representación parlamentaria y esto se refiere a la necesidad de romper la alianza entre la derecha y el PSN y al entendimiento del resto de las izquierdas con este. Necesidad de lograr un acuerdo programático suficiente (convivencia de identidades, causas progresistas, reformas sociales, salida para los damnificados populares por la crisis, planes para la prefiguración de los problemas de la sociedad a medio plazo....). Y sobre todo es necesario aunar voluntades, desarrollar entre las diversas partes actitudes de empatía y de corte positivo....tarea nada sencilla donde serán precisas rectificaciones por parte de todos los actores.
El PSOE-PSN deberá adoptar una orientación de izquierdas en sus alianzas; tendrá que abrirse a un acuerdo inter-identitario más equilibrado en el campo simbólico y lingüístico, en la adaptación del Amejoramiento, en una cooperación intensa con la CAV, en el reconocimiento expreso de la legitimidad del proyecto vasquista e independentista, en una posible consulta, que refrende las reformas pactadas; tendrá que adaptarse a la nueva realidad emergente sin ETA.
También el nacionalismo vasco, y especialmente la izquierda abertzale, tendrá que hacer un ejercicio de realismo sobre el peso del vasquismo en la sociedad navarra: un 25-30% frente al 70-75% navarrista; en sus previsiones sobre el PSOE-PSN y sobre el papel determinante que le corresponde desempeñar; en avanzar consecuentemente una política inteligente ante el PSN: facilitar el entendimiento y apoyarse en el sector socialista proclive al entendimiento de izquierdas (una política de unidad en lo posible y de confrontación cuando sea necesario); a ello coadyuvaría también la claridad y consecuencia democrática ante lo que ha supuesto la violencia de ETA (y por supuesto ante la vulneración de los derechos humanos por parte de funcionarios del Estado).
Es decir, nos tropezamos con múltiples obstáculos en absoluto baladíes. No es inverosímil para nada que este modelo no funcione. Pero hasta la fecha nadie ha presentado otro modelo con credibilidad que al margen de este o de otro matiz, no descanse entre un acuerdo entre el PSN y el resto de las izquierdas navarras.
En segundo lugar se constata con absoluta claridad una evolución negativa para superar las dificultades señaladas. El PSN sigue transitando por la alianza con la derecha y a expensas de lo que determinen los resultados electorales -que serán la pieza decisiva del desenlace final- se va a encontrar además con la mano tendida de una UPN desligada del PP para reeditar el acuerdo, si el centro-derecha no obtiene mayoría absoluta. La evolución de NaBai o de su resultante final ha sido negativa para estos menesteres. Tampoco está garantizada una subida electoral del bloque de izquierdas no nacionalistas vascas ajenas al PSN que podría ejercer una presión fuerte hacia la alternativa de cambio. La crisis económica obstaculiza sin duda un acuerdo y una política de izquierdas que mejore el bienestar de las mayorías sociales y de los sectores más desfavorecidos. El ambiente en la sociedad de izquierdas es de gran escepticismo, si lo comparamos con el lustro anterior; y esta presión es muy importante para alcanzar el cambio. Y por último, la posibilidad de una mayoría parlamentaria del centro-derecha navarro entra dentro de lo posible; en cuyo caso la suerte estaría echada.
En el lado positivo podría estar la desaparición de ETA, si se produce, cuya existencia ejerció un papel muy negativo en este asunto. Y justo es reconocer que junto a los factores negativos indicados en las diversas fuerzas de izquierda, también existen otros de índole opuesta: el PSN tiene en su electorado un bloque muy importante que según como se planteen las cosas puede ser mayoritariamente favorable a "echar a la derecha" y al entendimiento entre las izquierdas; el nacionalismo vasco, por su parte, y el resto de las izquierdas lo tendrían muy mal -como se comprobó en el 2007- para no poner todo de su parte ante la eventualidad de promover una alternativa progresista y de izquierdas. Así pues, el cambio se nos antoja más difícil que entonces, pero no imposible.
3)- FAVORECER EL POLO DE LAS IZQUIERDAS EXTERIORES AL PSN
Nos hallamos en un momento de inflexión, de transformaciones notables que afectan de lleno a estas izquierdas: ante un cambio de ciclo cuyas decisiones dejarán huella durante varias décadas.
El primero de esos cambios es la cada vez más inminente desaparición de ETA. ETA ha condicionado de modo muy importante en Navarra, tras la caída de la dictadura, el devenir de la izquierda, su construcción, la convivencia inter-identitaria, las relaciones entre el PSN y el resto de las izquierdas. ETA ha torpedeado dichas relaciones y la convivencia identitaria. Por ello, su desaparición o su creciente pérdida de influencia, incluso en la propia izquierda abertzale, es un hecho que marcará -y de hecho está marcando- un antes y un después en el devenir de estas izquierdas. Es cierto que su final se viene vaticinando desde hace años y que se demora en exceso. Mas no es menos cierto que su tiempo se achica.
Un segundo hecho constatable y que ETA intenta desmentir y enmascarar (sin conseguirlo en la realidad) es el afianzamiento de Navarra como una comunidad política asentada e independiente de la CAV. Este acontecimiento desde que el nacionalismo vasco apostó por el Laurak Bat o por el Zazpiak Bat hace más de una centuria ha sido constatado y avalado por primera vez a lo largo de treinta y tantas contiendas electorales de modo rotundo: un 70-75% de apoyo electoral a las fuerzas navarristas frente a un 20-28% de apoyo a las fuerzas vasquistas. Ello pone de relieve una mayoría y una minoría muy claras, y al mismo tiempo, hay que subrayar la existencia de unos lazos muy especiales y amplios con la CAV que no se dan con el resto de comunidades limítrofes. Lazos que son más extensos en términos culturales. Se siente muy vasco: un 22%, UPN (18), PSOE (28), IU (42), HB (92), EA (95). Bastante vasco: un 16%. (Encuesta de Diario de Noticias, 1994). El hecho cultural vasco, es, además, transversal en las distintas fuerzas políticas y especialmente entre las izquierdas.
Se cierra así el capítulo de la unificación vasca abierto en 1976-77. Y se abre un capítulo nuevo para el discurso sobre las relaciones entre la CAV y Navarra: sin la violencia (cuando se confirme el final del último subproducto antifranquista, de ETA) que tanto ha enturbiado y desenfocado la pluralidad identitaria y que ha fracasado en su intento de imponer por la fuerza la unidad vasco-navarra; y previsiblemente sin la centralidad ocupada por el hecho identitario durante estas décadas merced a la acción de ETA y de otros factores (por ejemplo, el mito de la territorialidad al que se suma luego el mito antifranquista pregonando que la unidad vasco-navarra acarrearía un plus de bienestar, de democracia, de progresismo, de izquierdas....que la vida se ha encargado de poner en su sitio; mi generación ha sido deudora de este mito desmentido por la realidad, sin que ello implique como es mi caso renunciar a mi identidad vasco-navarra).
Despejada la inviabilidad del Laurak Bat a corto y medio plazo, queda la posibilidad y la perspectiva de establecer un acuerdo inter-identitario entre las izquierdas vasquistas o nacionalistas vascas y navarristas ajenas al PSN, que serviría de base durante varias décadas para la alternativa del cambio y sin forzar para nada el ideario final de las fuerzas vasquistas de Navarra.
Un tercer acontecimiento de envergadura que puede influir en estas izquierdas lo constituye la actual crisis económica. Todavía no sabemos la profundidad de sus repercusiones sociales, la modificación o sustitución del modelo neoliberal en la resolución de las mismas, las nuevas prioridades que puedan aparecer en la agenda de estas izquierdas, las nuevas mentalidades de la izquierda social que se puedan alumbrar.....
En el contexto de este cambio de ciclo me parece de sumo interés poner en primer plano el acento de izquierdas, reforzar su personalidad, sus valores, sus ideas, su capacidad atractiva. Y en esta dirección retomar una vieja idea: fortalecer el polo de las izquierdas exteriores al PSN avanzando en su unidad.
Comentaré algunos temas, algunas ideas que me parecen imprescindibles para lograr este objetivo.
Primero, es fundamental avanzar en la unidad, en la colaboración lo más estrecha que sea posible entre estas izquierdas. O si se prefiere romper con el muro de separación existente desde el período antifranquista entre izquierdas vasquistas o nacionalistas e izquierdas no nacionalistas. ¿Por qué ha de ser más fácil la unidad entre diferentes de la misma identidad que entre izquierdas de diferente identidad, cuando es posible pactar un acuerdo inter-identitario satisfactorio para ambas izquierdas a un plazo largo?
Segundo, dicha unidad o colaboración debe tener un carácter inter-identitario y debe definirse como tal dada la fragmentación identitaria de las izquierdas navarras. Creo que debería fundamentarse:
a)- en una firme aspiración favorable a la unidad de las izquierdas navarras exteriores al PSN al margen de su sentimiento de pertenencia.
b)- en un espacio realmente abierto a las diversas corrientes existentes.
c)- en unos criterios comunes en el plano identitario: legitimidad de todos los proyectos defendidos democráticamente, integración, justicia, democracia, reconocimiento de la realidad plural y defensa del pluralismo, respeto mutuo.....
d)- en un plan común en materia identitaria sobre la base de una propuesta para el corto y medio plazo que es perfectamente posible, si hay voluntad para ello; junto a cauces diferentes para el desarrollo específico de cada identidad particular y diferente.
Tercero, es preciso tener una actitud abierta ante la necesidad de renovar, de repensar las ideas de la izquierda. Esta labor, hecha con realismo y humildad dada la envergadura de la tarea, es imprescindible para afrontar las nuevas cuestiones que plantea nuestra sociedad, para repensar las alternativas de izquierdas que han resultado equivocadas a la luz de la experiencia, para dar salida u ofrecer una alternativa más coherente a problemas tan actuales como la crisis económica, la mejora y defensa del estado de bienestar, la lucha contra las desigualdades sociales de todo tipo.....
Cuarto, ahondar en un asunto que interfiere de lleno en la acción política e institucional de estas izquierdas para conseguir una alternativa de cambio: la relación con el PSOE-PSN en Navarra. El punto de partida es la necesidad de contar con el PSN para una mayoría parlamentaria alternativa, su arraigo social y electoral de izquierdas entre la población navarra repetidamente contrastado, así como su carácter de genuino representante y gestor del amplio espectro de centro-izquierda tanto aquí como a escala española que le hace deudor a veces de giros hacia la derecha, de servidumbres para con los poderes económicos y de toda laya, etc. Entiendo la relación de estas izquierdas con el PSN como una relación contradictoria, con espacios de colaboración o de confrontación en función de las materias, de las coyunturas; compleja, alejada de cualquier simplificación maniquea. Concibo la relación con el PSN en claves de presión, de crear opinión pública a favor de actuaciones o reivindicaciones transformadoras hacia la justicia para las mayorías y para las personas más desfavorecidas, que ejerzan una influencia potente sobre el PSOE y sobre el poder. Es fácil decirlo y mucho más difícil conseguirlo. En esta perspectiva, habrá fases en las que predomine la confrontación con el PSN y otras en que sucederá al revés. Es decir, planteo un proceso alejado de una visión estática de unidad o de confrontación total y eterna. Y sería muy fructífero que las otras izquierdas se fortalezcan en sus proyectos más creativos, en su arraigo social y electoral, en su unidad, pues este refuerzo empujaría al PSN a la izquierda. Esto depende principalmente de ellas mismas.
Esta es la hoja de ruta que me parece adecuada. Estos son mis deseos de fondo en este momento de fuertes convulsiones sobre el tercer espacio de izquierdas en Navarra: reforzar el polo de izquierdas, repensar la izquierda, tener la audacia de girar para alcanzar un acuerdo de carácter de convivencia identitaria entre las izquierdas, que sirva de modelo y de mestizaje para una sociedad tan plural como la nuestra, ser una mediación para un cambio alternativo de izquierdas y hacerlo con generosidad si hace falta (algo que se estila muy poco en el mundo de la política, pero en lo que la izquierda que se auto-considera más pura y consecuente también debería demostrarlo).
Jesús Urra, en Berrituz
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