Es increíble ver cómo algunos líderes políticos están interpretando lo que ocurre en Euskalherria en estos momentos. Batasuna ha dado un paso adelante al pedir a ETA que abandone las armas. De acuerdo, es un avance, pero ¿y qué? ¿Acaso el respeto de los derechos humanos es algo cualitativamente distinto en Batasuna, un mérito que hay que reconocer y premiar? ¿Acaso tenemos que hacerle la ola a Batasuna por decir lo que otros llevamos tantos años afirmando? ¿Acaso no es Batasuna la que por fin ha visto que durante estos años se ha equivocado y que otros a los que ha estado insultando y amenazando estábamos en lo cierto? Yo lo veo así de claro. Pero los dirigentes políticos de EA y Aralar han decidido, al parecer, ir a donde se encuentra Batasuna para acompañarle en su viaje, en lugar de dejar meridianamente claro que ya era hora y que lo que han hecho no es sino un punto de partida a partir del que empezar a caminar.
Cuando nació Aralar, hubo dos cosas que me parecieron muy atractivas y por las que me he sentido identificado con este partido. La primera, la ruptura con la violencia y la apuesta por vías única y exclusivamente políticas. La segunda, el reconocimiento de la realidad de Navarra como algo distinto de la Comunidad Autónoma Vasca, dentro de un proyecto a futuro común, pero desde ritmos y realidades diferentes. Consideraba que Aralar era la herramienta necesaria tanto para reconstruir el mapa político navarro y democratizar el espacio abertzale en Navarra (llevando a Batasuna a lo que realmente representan en Navarra) como para impulsar un nacionalismo que por fin pensara primero en Navarra y después en Euskalherria y no interpretara lo navarro como algo contradictorio con lo vasco o que debilitaba lo vasco.
Sin embargo, las últimas decisiones de Aralar han ido en un sentido totalmente diferente al que acabo de exponer. En primer lugar, se está permitiendo que el protagonismo de la política en nuestro país lo tenga Batasuna, cuando todavía no hay ninguna garantía de que ETA vaya a dejar realmente las armas y vaya a dejar de tutelar el proceso. Parece como si se volviera a mirar a Batasuna como aquellos que mantuvieron incorruptas las esencias de la patria en tiempos difíciles olvidando que más allá de la violencia de ETA está, como ya dije en otra ocasión, la violencia que ha ejercido y ejerce hoy también Batasuna, especialmente contra Aralar y contra NaBai. Mirar hacia otro lado para no ver esta realidad no ayudará al proceso de paz. Son muchos los pasos que Batasuna tiene que dar para poder contar con ellos a la hora de pensar en un proyecto común y conformarse con que den algunos y no todos no es una buena idea. Pero en segundo lugar, Navarra vuelve a ser la sacrificada en todo este proceso que se está abordando desde una lógica centrada en la CAV. La idea de construir un polo soberanista, una confluencia entre EA, Aralar y Batasuna tal vez tenga interés en la CAV, pero desde luego no lo tiene en Navarra.
El viernes Uxue Barkos afirmaba que estamos hartos de perder y tiene toda la razón del mundo. Yo, desde luego, estoy harto de perder y me gustaría ganar aunque solo fuera una vez. Tengo ganas de que en Navarra dejemos de ser ciudadanos de segunda, porque además, ganando, íbamos a hacer olvidar muchos fantasmas en mucha gente que cree que Navarra desaparecerá el día que el nacionalismo vasco toque poder. Pero más aún, estoy harto de que cada vez que alguien estornuda en la CAV, en Navarra nos cojamos una pulmonía. NaBai puso el acento en Navarra, en Nafarroa, sin cesiones, pero con realismo, sabiendo perfectamente qué y cómo es Navarra, algo que no suele ocurrir cuando se habla desde los partidos políticos (ya sean PNV, EA o Aralar). Una parte del atractivo de NaBai era precisamente ese, el haber fijado Navarra como el objeto y el sujeto de la acción política. Sin embargo, NaBai no ha permanecido al margen de las tensiones que nos han llegado desde la CAV y es muy triste ver cómo partidos con un componente muy navarro en su origen (como EA y Aralar) terminan perdiendo de vista a Navarra a la hora de la verdad.
Tal vez haya llegado el momento de algo distinto. Si la NaBai que se quiere organizar para el 2011 es una NaBai perdedora (casi como si se buscara el fin de un ciclo para pasar a otras cosas, sea el polo soberanista o lo que sea) tal vez haya llegado el momento de pensar en una formación diferente, única y exclusivamente navarra y que se centre en los problemas reales que tenemos los abertzales navarros. ¿Ingenuo? Tal vez sí, o tal vez no.
Abarria, en Erreniega.
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