Hace un tiempo comenté que Don Emilio, el del banco, había vestido a la Virgen del Pilar con un manto que llevaba el logo del Banco de Santander (lo comenté un día delante de dos amigos míos curas y no se lo creían hasta que les enseñé la foto que llevo siempre en mi móvil, no por fervor mariano, sino porque ya en varias ocasiones la gente me ha negado que eso hubiera podido ocurrir).
Me preguntaba entonces si esa Virgen tendría alma y si podrá pensar, y qué sentirá al saberse investida del logo de un banco que ha financiado la fabricación de bombas de racimo y si se sentiría cómoda esa Virgen con el rojo de ese logo que igual podría rememorarle el color de la sangre de los que hayan muerto destrozados por causa de esas bombas, y que sentirá si leyó la edición del 1 de febrero de 2002 de la Executive Intelligence Review, que se hacía eco del informe de Rachel Ehrenfeld en su libro Evil Money (Dinero Maldito), según el cual el Banco Satander, cuyo logo ahora está en su manto, es uno de los bancos “que usan los miembros del cartel de drogas de Medellín” para lavar dinero.
Y me preguntaba, en fin, qué pensarían los amigos de derechas de esa Virgen cuando supieran que ahora lleva la imagen de un banco que según el diario británico Daily Telegraph ha tenido operaciones comerciales con un banco iraní incluido en la lista negra que creó EE UU por evitar la supuesta financiación del programa nuclear de Irán o que, según el Juzgado de Primera Instancia número 4 de Santander, en la sentencia dictada el 12 de marzo de 2002, actuó con total falta de transparencia ocultando en sus memorias cientos de sociedades, con tal solamente de ganar más y más dinero sin que la sociedad pueda saber cómo lo está consiguiendo.
Sigo todavía sin respuesta para esas preguntas pero pienso ahora que igual me equivoqué entonces criticando a Don Emilio, el del banco, por haber investido de esa forma a la Virgen.
Ahora pienso que el fichaje de la Virgen del Pilar por el Banco de Satander puede traer consigo efectos muy beneficiosos en tiempos de crisis. Resulta que para evitar tener quebrantos patrimoniales, el Banco de Santander lleva a cabo miles de desahucios que dejan sin viviendas a otras tantas familias.
Antes, a estas familias no les cabría sino el desconsuelo, la ruina y el desamparo pero ahora ya tienen otra alternativa. Según veo en una estampa que me envían de la web Mercabanca. La Meca de la Banca y la Corrupción, pueden acudir en peregrinaje hacia la basílica zaragozana donde se encuentra la Virgen del Banco de Santander y allí rogarle que Don Emilio se apiade de ellas. Algo es algo.
Juan Torres López, catedrático de Economía (en Redes Cristianas)
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